¿Cuáles son para ti los grandes problemas de la educación española?
Propondría al CIS que objetivara con una buena encuesta lo que pensamos (y deseamos) del sistema educativo, pero podemos esperar sentados. Mientras, hagamos un experimento casero. En cualquier reunión, igual da el próximo Consejo de Ministros, en el que se aprobará el anteproyecto de reforma Wert, que una agradable cena de fin de semana o una desesperante junta de vecinos, preguntemos por los principales problemas. Pongamos que tres por persona.
De esto estoy casi seguro:
1. Habrá una amplia y florida cosecha.
2. Recortes, LOGSE, pedagogos, falta de esfuerzo e indisciplina competirán por el podio.
3. Metodología, formación docente, familias, sociedad y partidismo rondarán el furgón de cola.
4. Todos creeremos que nuestros problemas son bastante más importantes que los otros.
5. Nadie se dará por aludido como responsable de nada (ni apelado como factor de superación).
6. Las respuestas individuales permitirán adivinar la ubicación ideológica.
7. Sabremos con ínfimo margen de error si el opinante es profesor o no.
8. Sospecharemos con un ligero margen de error si los hijos del opinante van bien o no.
9. Adivinaremos con un mediano margen de error si el opinante se ocupa de la educación de sus hijos (o solo se preocupa).
De lo anterior estoy casi seguro, de esto otro mucho más aún:
10. El peor de todos los males, o sea, el mejor problema para cualquier solución que se nos llegue a ocurrir, brillará por su ausencia: yo sospecho de ti y tú sospechas de mí.
Todos sospechamos de todos.
Todos estamos convencidos de tener toda la razón.
Todos descalificamos a los que no coinciden con todas nuestras ideas.
Todos queremos una reforma que erradique todas las ideas divergentes.
Todos consideramos que todos los desacuerdos son grandes traiciones a la educación.
Llegado este punto, retrasemos un momento la inevitable conclusión de que no tenemos remedio y salgamos de las cuatro paredes del aula (y del contenido mismo de la educación) para echar una deprimente mirada a los estados de opinión o, si nos gusta más decirlo así, a la espuma sociológica de la educación.
¿Adónde hemos llegado?
Pintaré un desolador paisaje en 45 pinceladas gruesas sin apenas valoraciones explícitas, porque solo me interesa ahora reflejar el monumental agujero en el que nos hemos metido, eso sí, no juntos, sino separaditos por tribus.
1. Hay alumnos que no creen que los profesores merezcan su respeto por el hecho de serlo (y la actitud de algunas familias y el propio gregarismo juvenil convierte esa actitud en contagiosa).
2. Cada vez hay más profesores hartos de malbaratar esfuerzos con alumnos desinteresados (o contaminantes).
3. La mayoría de los profesores cree que los padres no valoran su trabajo (o les ponen palos en las ruedas).
4. Muchos padres creen que, a estas alturas, hay demasiados profesores sin vocación ni mayor interés por el trabajo bien hecho.
5. Muchos profesores creen que los padres no cumplen adecuadamente con sus múltiples responsabilidades educativas.
6. Muchos padres creen que hay demasiados profesores arbitrarios en su desempeño profesional.
7. Muchos profesores sienten que los padres no acuden a interesarse por la marcha de sus hijos, sino a exigirles cuentas a ellos.
8. Muchos padres sienten que, al acudir a interesarse por la marcha de sus hijos, están molestando a los profesores.
9. Buena parte del profesorado está muy resentida (por decirlo suavemente) contra los profesionales de la pedagogía y otras disciplinas educativas, a los que acusan de haber encaminado la educación de toda la vida hacia el desastre absoluto (con la LOGSE). Este artículo del profesor Moreno Castillo refleja bien esa posición.
10. Además, en secundaria y bachillerato el profesorado está seriamente dividido en dos grupos. El mayoritario abomina de la pedagogía, la psicología y disciplinas análogas, y limita el foco a la transmisión de contenidos. El otro (minoritario, pero con mayor capacidad movilizadora) propugna armonizar el qué y el cómo, los contenidos y metodología, para generar un aprendizaje con proyección personal. Ambos se acusan de degradar la calidad de la educación, y lo seguirán haciendo, porque el desacuerdo refleja no solo su visión educativa, sino su manera de entender el mundo.
11. Numerosos pedagogos, psicólogos, etc., están convencidos de que el esfuerzo didáctico de los profesores deja que desear (especialmente desde secundaria), lo que ha provocado que la educación haya quedado metodológicamente desfasada.
12. La mayoría de los profesores de universidad piensa que quienes sostienen la necesidad de la pedagogía, la didáctica o las metodologías para enseñar son simplemente estúpidos (me sorprendió en una ocasión un profesor de Metafísica y Teoría del Conocimiento de extraordinaria solvencia intelectual al decirme en privado que “Europa está en manos de los pedagogos”).
13. La mayoría de los profesores de materias humanísticas piensa que el sistema margina sus disciplinas.
14. La mayoría de los profesores de materias científicas piensa que el sistema margina sus disciplinas.
15. La mayoría de los profesores de materias sociales piensa que el sistema margina sus disciplinas.
16. Los profesores de secundaria piensan que los de primaria no han hecho bien su trabajo, porque los chicos les llegan con grandes lagunas.
17. Los profesores de bachillerato piensan que los de secundaria obligatoria no han hecho bien su trabajo, porque los chicos les llegan con grandes lagunas.
18. Los profesores de universidad piensan que los de secundaria y bachillerato no han hecho bien su trabajo, porque los chicos les llegan con grandes lagunas.
19. Los profesores de Formación Profesional se consideran particularmente mal valorados, a pesar de la evidente trascendencia de su ámbito para el desarrollo económico de cualquier país.
20. Muy pocos profesores se consideran apoyados por la Administración, a la que acusan de endosarles objetivos imposibles, de abandonarlos a su suerte y de velar solo por sí misma.
21. Muchos integrantes de la Administración creen que los profesores se quejan de vicio y dificultan su trabajo de gestión.
22. Apenas quedan profesores que no estén definitivamente hartos de los políticos (los del pasado, del presente y del futuro). Docencia y política han roto puentes por un largo tiempo.
23. Los profesores saben que la educación es un tema mediáticamente invisible salvo que se ponga al rojo vivo. En otras palabras, cumple estrictamente el lema periodístico de que las buenas noticias no son noticia (que tiene excepciones, pero jamás la educación).
24. Muchos responsables mediáticos tienen una muy paradójica idea de la educación: es algo vital para la sociedad, pero no interesa nada a sus propios lectores, oyentes o espectadores.
25. La mayoría de los profesores piensa que el tratamiento periodístico de la educación es lamentable, por partidismo, ignorancia, desinterés o puro amarillismo. Y a veces, por todo ello.
26. Crece el número de profesores que niegan no ya la razón, sino el derecho a opinar sobre educación a todo aquel que no sea profesor. Y algunos niegan el derecho moral a ser profesor a quien no piense como ellos.
27. Los padres piensan que las editoriales abusan de ellos con sus políticas de precios y renovación de materiales.
28. Las administraciones piensan que las editoriales abusan de los usuarios con sus políticas de precios.
29. Las editoriales atribuyen a las singularidades autonómicas el encarecimiento de sus costes.
30. Infinidad de empresarios y gestores piensan que la formación de sus futuros profesionales se aleja de las necesidades reales de la sociedad.
31. Numerosos ciudadanos de izquierdas creen que las empresas influyen demasiado en la programación educativa, lo que provoca lo que llaman la mercantilización de la educación.
32. Grandes y admirables intelectuales consideran que gran parte de la izquierda y los sindicatos han contribuido decisivamente a la destrucción de la educación española. Aunque lo que más suena es el sarcasmo sobre los desaciertos terminológicos de la LOGSE (segmento de ocio, Conocimiento del Medio, Diseño Curricular), lo que más resuena son acusaciones de fondo como “genocidio educativo” (Félix de Azúa), “celebración de la ignorancia” (Antonio Muñoz Molina) o "desastre cultural sin paliativos" (Enrique Moradiellos).
33. Muchos intelectuales y profesores universitarios prescinden de consideraciones demográficas y creen que el hecho de que el nivel general sea inferior al suyo (o de su entorno) demuestra que el sistema es un completo fraude y un absoluto fracaso.
34. La jerarquía católica piensa que el Gobierno le impide hacer su trabajo de evangelización en los centros educativos (propios y públicos).
35. La izquierda considera que la Iglesia Católica recibe trato de favor en materia educativa por parte de la derecha en el Gobierno.
36. La mayoría de los ciudadanos cree que los sindicatos educativos tienen mucho más de lo primero que de lo segundo.
37. Los sindicatos se creen injustamente señalados como factor de degradación educativa.
38. Los políticos de este partido ven a los de aquel como una pandilla de incompetentes (o perversos).
39. La oposición piensa que el Gobierno está provocando el gran desastre.
40. El Gobierno piensa que la oposición ya provocó el gran desastre cuando tuvo su oportunidad.
41. Los políticos autonómicos piensan que el Gobierno central quiere robarle la gestión para instaurar una educación centralizada (o españolista, según el lugar).
42. Los políticos del partido gobernante (sea cual sea) piensan que los nacionalistas gobernantes toman a los estudiantes como rehenes para hacer patria en beneficio partidista.
43. Todos los políticos que han tenido responsabilidades educativas solo coinciden en algo: la culpa de que ellos no lo hicieran mejor la tienen justamente los de enfrente.
44. Todos los políticos están dispuestos a un gran pacto de Estado con una sola condición: que recoja el 99% de sus propuestas y el 1% de las ajenas.
45. Todos los españoles sabemos que el gran pacto educativo que tantos reclamamos nunca llegará.
¿Diagnóstico general? Todos estamos en posesión de la verdad y la culpa la tienen íntegra y exclusivamente los demás. Muy especialmente, los de otras tribus.
¿Pronóstico general? Cualquier intento de reforma partidista será una perfecta pérdida de tiempo. Y estamos abocados al colapso educativo, si no hacemos entre todos un gigantesco esfuerzo de reconciliación educativa, como paso previo al compromiso de colaborar, cada uno en su medida, en un pacto de Estado con un escenario de varias décadas de estabilidad.
¿Qué podemos hacer?
Solo se me ocurre algo imposible, pero lo dejaré para el próximo post.
Se titulará Necesitamos dos cosas: reconciliación educativa y reforma multipartidista.
Otros posts sobre la reforma educativa
En este blog se han publicado otros posts sobre la reforma educativa. Por si el lector se siente interesado en ellos, son los siguientes:
Por la superación de la ignorancia (a modo de posdata). Autor invitado: Juan Francisco Martín Castillo.
La burbuja educativa: origen y necesidad de una reforma. Autor invitado: Juan Francisco Martín Castillo.
No necesitamos una contrarreforma educativa. Autor invitado: Oriol Prunés.
Hay 7 Comentarios
Describe usted un panorama muy desolador. No pienso que todo esté tan mal. El proceso de mejora siempre es lento.
Por cierto, me temo que copiar los sistemas educativos de otros países no es buena idea: sociedad distinta, pensamiento distinto. Lo que implica que lo que funciona para una sociedad no tiene porqué funcionar en otra. Como ejemplo ilustrativo, las casas del norte no deben ser iguales a del sur.
Eso sí, se debe observar y comparar a los demás para copiar las ideas que sean aptas para mejorar nuestro sistema.
Publicado por: Matesfacil | 22/08/2018 11:44:11
La solución es copiar literalmente el sistema del país de nuestro entorno al que le vaya mejor: estoy pensando, sobre todo, en Francia.
Publicado por: Julio Díaz | 18/05/2013 13:54:47
Cualquier tiempo pasado no tiene que ser necesariamente mejor, sólo para los que soportamos mal el presente. He sufrido varias reformas educativas y creo que es milagroso que salgan adelante estudiantes con talento que no hayan sido arrollados por la ola educativa. Es tan difícil evitar: sectarismos, adoctrinamiento, aburguesamiento, clasismo, elitismo, clientelismo, adocenamiento. Cuando los mecanismos de control están en manos de mediocres es como poner al zorro a vigilar el gallinero. Todavía no hay talleres escolares en los que se enseñe diariamente cómo usar el entendimiento, la memoria, la voluntad, el esfuerzo, el éxito y el fracaso en el estudio. Al pastor no le interesa una oveja que aprenda el oficio del perro.
Publicado por: andrés | 17/05/2013 9:56:49
Has dado en el clavo, pero en el clavo LA DESCONFIANZA SELECTIVA !!!!!!!! pero que MAL!!!!!
los capitalistas neolibreales ya te destrozaron . SI DESCONFIAN DE TU TITULACION PUEDEN COMPRARTE POR UNA FRACCION DEL VALOR REAL DE MERCADO, ASI YO CONOZCO A UN ING. QUIMICO QUE POR TENER 4 créditos en Programacion aprobados tiene un puesto de Programador Web!!!!!
¿ POR QUE????
por mero interes del contratante, desconfiar les trae beneficios mediatos y si después les trae problemas solo deberan pagar, mas pero en el futuro, no hoy.
Esta desconfianza es selectiva cínica y perversa como el Capitalismo neoliberal avaro y rapaz que la practica.
Los mayores contribuyentes de este cínico y perverso sistema son los mismos Profesores quienes tambien tienen ganancia mediata y les importa un bledo la carne de cañon de sus pupilos.
http://ernesto-consultoria.blogspot.com/2011/08/como-buscar-empleo-y-no-morirse-de-la.html
Publicado por: Ernesto | 16/05/2013 16:12:50
Por cierto, sr. Arroyo, hablando de reforma educativa. hace muchos años, en aras de ese consenso educativo, presté mi libro "Los contenidos en la reforma", de César Coll y otros, y he tratado de encontrarlo, pero está descatalogado y no lo he encontrado ni en librerías de segunda mano. ¿Puede darme una pista de dónde se podría encontrar? Fue uno de los referentes más importantes que he tenido en mi labor docente y creo que, si conservo fresca la memoria, sigue teniendo total validez ante cualquier intento de reforma que se realice.
Tampoco tengo inconveniente en que me recomiende cualquier otra bibliografía que considere de interés y que profundice en tal temática. Tengo algún libro posterior de otro autores, pero me parece que no están a la altura de aquel.
Publicado por: tiemposdificiles | 16/05/2013 13:56:08
Lástima que nos deje con la miel en los labios. Los agravios comparativos que establece los conocemos todos, por desgracia, si bien algunos son más malignos que otros (entiendo que quien tiene más información/formación es más responsable de sus opiniones que quienes no la poseen), lo cual no quiere decir que el resto no tenga responsabilidad.
Yo que me apuntaría claramente a algunos de los 45 puntos sin problemas (el 6 ó el 11, por poner un ejemplo), también me sublevan algunas reflexiones que hay por ahí. No digo nada sobre los intelectuales orgánicos y del apocalipsis que cita: hace mucho que dejé de leerlos por falta de interés en sus conclusiones (más parecidas a justificación de la metodología propia o añoranza del tiempo pasado, en el que debieron fijarse en sus peores profesores, quizás porque eran los que mejores notas les ponían; es un decir).
Sobre los criterios metodológicos no digo nada: durante muchos años en un departamento didáctico he tenido que morderme la lengua y contenerme las ganas de tirar al monte en aras a mantener una coherencia pedagógica, con el alma desgarrada por la inutilidad de mantener lo antiguo de lo antiguo, que no destrozara aún más la maltrecha educación que recibían los alumnos.
Pero hay un argumento que me subleva especialmente, aquel que dice que las "nuevas" pedagogías están orientadas al productivismo. La lógica de tal afirmación se me escapa, ya que si se quiere equiparar el concepto "competencia" con el de "competencia profesional", alguien no está entendiendo nada. Lo cual no quiere decir que la educación no deba estar también encaminada a la formación profesional en todos los niveles educativos, bien a través de ejemplificaciones que conecten los contenidos con la realidad productiva (por ejemplo, con los métodos GIS podemos trabajar la preparación de cartógrafos o geógrafos o topógrafos u otros profesionales que utilicen la cartografía como herramienta de trabajo) o que se establezcan resultados de aprendizaje directamente relacionados con el mundo laboral (en la Universidad parece que se sigue pensando que la ciencia pura nos llevará al saber mediante la acumulación de saberes en el cerebro, como si la formación que reciben no estuviera destinada a formar profesionales: ¿qué va a hacer un estudiante de física sino investigar? ¿Qué resultados de aprendizaje se trabajan para que así pueda ser?).
Las competencias no son sólo productivas, sino que afectan al conjunto de la persona, una de cuyas definiciones sociales es el mundo del trabajo, para el que también hay que formar al alumnado, y, por tanto, representan un conjunto de competencias que también hay que formar.
Siempre recuerdo con agrado, si salvamos las cuestiones ideológicas y la imposición a que se sometía al alumnado, el modelo chino de formación dual: formación académica y formación profesional unidas hasta que el alumno podía decidir optar por el itinerario que quisiera (bueno, entonces en China no les dejaban elegir: un comité de sabios se encargaba de seleccionar el itinerario por el alumno, es decir, lo mismo que hacemos ahora, pero sin declararlo abiertamente ("el que vale, val y si no...") y sin decisiones científicas que lo avalen ("este alumno jama´s aprobará matemáticas").
Por eso me adhiero a su llamamiento y espero con mucho interés su post del lunes para conocer su opinión. Aunque ya le advierto de que hay una cuestión que me parece difícil: reunir la escolástica, que se defiende en la LOMCE, y la aceptación de los principios científicos de la educación que hemos ido acopiando en los últimos años, que la LOGSE iniciaba, me parece francamente difícil. Y, por desgracia, ese debate afecta en demasía a quienes están implicados en la docencia directa, maestr@s y profesor@s, divididos entre pactistas (esos que no están en ningún sitio, que se manifiestan proclives al pacto, pero nunca dicen sobre qué bases), los modernos (los que seguimos creyendo que la LOGSE ha sido una oportunidad perdida y que ese es el camino) y los escolásticos (la transmisión magistral y el examen como únicos métodos). Espero y deseo que su propuesta me abra un poco más los ojos para que pueda superar, incluso, mis propios prejuicios.
Publicado por: tiemposdificiles | 16/05/2013 13:03:31
Muy buena foto de la situación, los docentes vivimos en un estado de esquizofrenia colectiva, y ahora mismo todo augura que las cosas van a ir a peor
Publicado por: Cocinar con-Ciencia | 16/05/2013 11:16:51