Post número 6 de la serie El mejor profesor de mi vida, escrita por los lectores del blog como homenaje a la profesión docente.
Autor invitado: EDUARDO MORENO (Fuenlabrada)
El mejor profesor de mi vida fue Alonso Guerrero. Era profesor de Literatura y Teatro en mi humilde instituto de Fuenlabrada.
Nos enseñó a movernos con soltura en el escenario. Ensayaba con nosotros fuera del horario y nos dio la posibilidad de representar, con mucho éxito, su propia obra, una comedia titulada El drama del Siglo XX.
Además de aprender sobre la vida, superar la timidez de la adolescencia gracias al teatro, y reír, reír y reír ensayando, Alonso nos regalaba, una clase tras otra, momentos memorables hablando de autores de la Literatura Contemporánea en España. Hablando de Valle, Machado, Cela, Delibes...
Su gran sonrisa el día que mis compañeros me pidieron que le imitara, y su felicitación por la parodia me recuerdan su humildad y su buen humor.
No hay un solo día que no haga una broma en mis clases a mis alumnos y, al ver sus sonrisas, me imagino en mi mesa verde de instituto, adolescente y flacucho, disfrutando de una clase de Alonso, mi profesor de Lite.
Un abrazo, maestro. Ojalá yo haya llegado.
Nota sobre la serie El mejor profesor de mi vida
La idea de pedir la participación de los lectores para publicar esta serie surgió a finales de abril, cuando estaba retocando precisamente el post El mejor profesor de mi vida. La primera selección de testimonios de los lectores de este blog es muy emocionante. Comenzó a publicarse el pasado 4 de julio (con El milagro de Miss Phillips con la Historia) y continuará publicándose hasta primeros de septiembre.
Sería estupendo que siguieran llegando textos y fuéramos capaces de establecer un día fijo para publicar esos testimonios más adelante. Por eso animo a todos los lectores, y también a los jóvenes que aún están a diario en el aula, a enviarme sus textos.
Las normas son muy simples:
- Identificar al autor y al profesor con nombres y apellidos.
- Extensión: 500-1.000 palabras.
- Ubicación: ciudad actual del autor y ciudad en la que se produjo el encuentro con el profesor.
Espero nuevos testimonios. Creo que el reconocimiento a los grandes profesores es nuestra deuda moral como estudiantes y nos ennoblece como sociedad. Que falta nos hace.
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