AUTORES INVITADOS: ROSA ROIG Y JOSÉ T. BLASCO, inspectores de Educación de la Generalitat Valenciana.
La receta universal de una escuela de éxito no existe, y esa es la mala noticia. La buena es que tenemos identificados y a nuestro alcance los ingredientes que, adecuadamente escogidos y combinados, nos permitirían mejorar y asegurar el éxito de las nuestras.
La primera idea que debemos aceptar es que no todo lo que funciona bien en aquella escuela funciona exactamente igual en esta, porque los centros docentes son organizaciones extraordinariamente vivas, en las que confluyen muy diversos factores personales y materiales. Así que las recetas concebidas de manera rígida no nos sirven: necesitamos adaptarnos a la realidad de cada centro, con sus alumnos, sus familias, sus profesores, su equipo directivo y sus diferentes recursos...
Pero si nos hacemos la gran pregunta, si es posible establecer los elementos comunes de las llamadas escuelas de éxito, sea cual sea el contexto en el que se encuentren, el medio sociocultural de las familias, la respuesta es que sí.
Consideramos factores de éxito los que facilitarán que nuestros estudiantes alcancen la excelencia, una excelencia entendida básicamente como que nadie se quede atrás, y todos consigan los mejores resultados posibles. Agruparemos estos factores en solo cinco puntos: alumnos y familias, equipo directivo, inspección educativa, formación y selección, y acuerdos legislativos.
1. Agrupamiento del alumnado y formación de las familias
El Ministerio de Educación publicó en 2011 el documento Actuaciones de éxito en las escuelas europeas, fruto de los trabajos de investigación realizados dentro del proyecto INCLUD-ED (Estrategias para la inclusión y la cohesión social en Europa desde la educación), cuya finalidad es determinar qué acciones favorecen tanto el éxito en educación como la inclusión social en las diferentes etapas educativas. Para la Comisión Europea, el éxito educativo se define, en esencia, como el descenso de las tasas de abandono escolar, la finalización de la educación secundaria no obligatoria y la participación en la educación superior.
Las conclusiones de la investigación fueron que el agrupamiento heterogéneo del alumnado, tanto en grupos cooperativos como en grupos interactivos (las llamadas “comunidades de aprendizaje”) aseguran el éxito de todos. Las interacciones entre alumnos con diferentes niveles de aprendizaje favorecen las relaciones entre ellos, el comportamiento y el desarrollo de habilidades sociales.
En estas agrupaciones heterogéneas, los recursos humanos con los que cuenta el centro se emplean en las aulas. Pueden ser, además de la plantilla de profesorado del centro, personas voluntarias (alumnos del centro, familiares, antiguos alumnos, maestros jubilados, miembros de asociaciones) que apoyan al alumnado en su proceso de aprendizaje.
Las actividades que los centros desarrollan para favorecer la formación de las familias son también decisivas para el éxito, puesto que, a partir de estas iniciativas, las famílias se implican más en la vida del centro y en el proceso educativo de sus hijos e hijas. Hay múltiples actividades, en horario escolar y extraescolar, encaminadas a favorecer la formación de las familias: tertulias dialógicas, talleres diversos, bibliotecas tuteladas..., que tienen una incidencia clara en la mejora del aprendizaje y rendimiento del alumnado, sobre todo cuando las famílias pueden tomar decisiones sobre los programas de formación que les ofrece el centro.
En términos parecidos al documento ministerial se expresa la Guía práctica del buen trato al niño, de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria que, entre excelentes recomendaciones para quienes de alguna manera se relacionan con nuestros niños y niñas, indica que implantar metodologías cooperativas y colaborativas de aprendizaje en el aula es una garantía de mejora de la motivación por el estudio y del éxito escolar.
En este vídeo podéis ver una bonita experiencia colaborativa de apadrinamiento lector, en el colegio Juan Ramón Jiménez, de Martorell (Barcelona).
2. Un equipo directivo con dotes de liderazgo
Tanto en los centros públicos como en los privados (concertados o no), es imprescindible que el equipo directivo sea el auténtico motor del funcionamiento del centro. Los miembros del equipo directivo dan al centro su carácter diferenciador, impulsan la mejora día a día y consiguen un buen clima de trabajo, impulsando y favoreciendo el trabajo de los mejores profesores, reencauzando a quienes no cumplan con sus obligaciones, y dotando de guía y orientaciones a quienes lo necesiten.
Un buen equipo directivo detecta las necesidades de formación de sus profesores, aprovechando, por ejemplo, el análisis de resultados de las evaluaciones de diagnóstico al alumnado. Al detectar áreas de mejora se pueden plantear acciones a realizar. En ocasiones será necesario que el profesorado renueve los métodos pedagógicos, los planteamientos organizativos y las decisiones curriculares, y mejore la relación con las familias y los demás miembros de la comunidad educativa.
En muchos casos, los modelos a imitar están entre en el mismo profesorado: son grandes profesionales de quienes se puede aprender, de manera que una de las funciones del equipo directivo es, precisamente, detectar las buenas prácticas del profesorado y ponerlas en valor, para que la autoformación se convierta en una práctica habitual en los centros: los docentes que consiguen los mejores resultados de sus alumnos comparten con el resto sus prácticas de éxito.
Un buen equipo directivo consigue superar la vorágine diaria (atención a famílias, alumnos y profesores, elaboración de documentos administrativos y académicos, resolución de los mil conflictos que se producen cada jornada) para buscar un tiempo semanal para reunirse, definir y tomar decisiones sobre el centro que realmente quiere y la manera de conseguirlo, sobre lo que funciona y lo que no, sobre los problemas y sus posibles soluciones. Por eso, la autonomia de los centros es esencial para adaptar las propuestas de actuación a las necesidades reales de cada uno de ellos.
3. Una buena Inspección de Educación
La Inspección de Educación es un cuerpo técnico formado por profesionales con sólida formación y dilatada experiencia docente, en la mayoría de los casos también en cargos directivos. Conoce cuáles son los factores de mejora de la calidad del sistema educativo y hacia ellos dirige su trabajo con los centros.
Dado que tiene una posición privilegiada como observador de lo que ocurre en los centros, de lo que funciona y de lo que no, de las prácticas de éxito que se implantan, de las necesidades de formación del profesorado y de las estrategias que se diseñan para la implicación de las familias en los procesos de aprendizaje, debe servirles de ayuda, promoviendo el intercambio de experiencias, asesorando a los equipos directivos y docentes en el diseño, seguimiento y evaluación de los planes de actuación a lo largo del curso (Plan de Fomento de la Lectura y la Escritura, Plan de Convivencia y Mediación, Plan de Mejora derivado de la evaluación diagnóstica, Contrato-programa, etc...), siempre desde la perspectiva de la mejora global del sistema. Lógicamente, la actualización continua y la formación permanente de inspectores e inspectoras son imprescindibles para que puedan cumplir su cometido.
La evaluación de la función directiva y de la función docente son tareas propias de la inspección que contribuyen a la mejora del éxito escolar. La selección de los mejores candidatos para el puesto de director y el seguimiento del trabajo que realizan en los centros, junto con la observación del profesorado en el aula, el análisis de sus programaciones, de los programas de atención a la diversidad, del desarrollo de metodologias inclusivas, del acompañamiento que realizan a sus alumnos y a las familias, etc., garantizarán que se trabaje de la manera más adecuada y que, por tanto, se aseguren los mejores resultados.
(La revista Cuadernos de pedagogía dedicó su número de enero de 2014 a La inspección, esa gran desconocida.)
4. La formación inicial y continua del profesorado y su proceso de selección
Si miramos a los países que obtienen los mejores resultados en las pruebas internacionales y, aún reconociendo la imposibilidad de transplantar sistemas educativos, algunas características nos pueden servir como modelo para plantear cambios y mejoras.
En el caso de Finlandia, cuyo profesorado se erige como modelo en todos los debates educativos, por buenas y variadas razones, su programa de formación (inicial y continua) ha sido diseñado por sus universidades. La formación inicial de un profesor finlandés, sea cual sea la etapa educativa que vaya a impartir, incluye una base sólida en cinco temas esenciales:
a. El aprendizaje de la lectoescritura.
b. La educación de las altas capacidades.
c. La gestión de las dificultades de aprendizaje.
d. La evaluación de la capacidad de aprender a aprender.
e. La perspectiva de género y la ciudadanía activa.
En términos generales, todos nuestros profesores deberían contar con una formación inicial que les garantizase el conocimiento de las metodologías y actuaciones de éxito, habilidades para el trabajo en equipo, prevención y resolución de conflictos, fomento del hábito lector y escritor, atención a las diferencias individuales, y formación integral del alumnado que le asegure su integración social como ciudadano activo.
En consecuencia, el proceso de selección del profesorado, además de verificar el conocimiento de las asignaturas en cuestión (algo que ya debe garantizar el título universitario), debería servir principalmente para comprobar que se cumplen todos esos requisitos de formación. Por el momento nos toca conformarnos con que los planes de formación continua de las administraciones educativas o los propios centros atiendan estas necesidades.
5. Una legislación educativa superadora de ideologías y resultado del debate técnico y del consenso entre todos los agentes implicados
El último de estos trascendentales factores de éxito es que las leyes educativas se redacten, negocien y aprueben con el ánimo de que se mantengan en el tiempo, al margen de los cambios de color político de los gobiernos (central y autonómicos). Si se construyen con una mirada amplia y europeísta, desde el respeto a la diversidad cultural y lingüística que caracteriza a nuestro país, esas leyes nos ayudarán a superar los localismos y, además, prepararán a nuestros niños y niñas para ser motor de cambio y mejora de nuestra sociedad.
Nota sobre los autores invitados
Rosa Roig ([email protected]) es inspectora de Educación de la Generalitat Valenciana. Es maestra, profesora de secundaria y licenciada en Filología Hispánica. Comparte despacho e iniciativas como inspectora con José T. Blasco ([email protected]), coautor de este artículo.
Conocí a Rosa Roig no hace mucho gracias a una amiga común. Nos vimos y estuvimos charlando gratísimamente sobre educación (también salieron las aficiones de su hija por el canto y del mío por la magia, al margen de sus respectivas carreras). Debo decir que es una inspectora especial, cuya cabeza está siempre en ebullición, y que permanentemente piensa en la mejor manera de ayudar de forma práctica a los centros que coordina, y a sus profesores y estudiantes.
Su primera experiencia docente fue como maestra de la escuela unitaria de la aldea valenciana El Oro. Su posterior experiencia en un centro de Infantil y Primaria de Benidorm (Alicante), en el que formó parte de un equipo muy activo en la reforma del sistema educativo, dio a su vida profesional una visión innovadora de la educación, orientada siempre a la mejora del sistema educativo.
Luego fue directora de otro colegio, también en Benidorm. La experiencia de dirección le hizo ver que nada de lo que ocurre en un centro educativo debe ser ajeno a cualquier docente. Tras obtener las oposiciones de secundaria, trabajó como profesora de valenciano en un instituto de Gandia. Posteriormente aprobó las oposiciones al Cuerpo de Inspectores de Educación.
Entre los temas que más han centrado su interés destacan la atención a la diversidad de los alumnos y la resolución de conflictos. Ha realizado varios programas de formación en convivencia y mediación, y también coordinó el grupo de convivencia del instituto en el que trabajó.
Conjuntamente con su compañero en la Inspección José T. Blasco, que es maestro y licenciado en Filosofía y Letras, organiza cada dos meses jornadas en la que trabajan con los centros los principales aspectos susceptibles de mejora en los campos organizativo, metodológico, curricular, de relación con las familias y de formación de los profesores. En esas jornadas siempre convocan a expertos y a centros que ya han puesto en práctica experiencias de éxito en los diversos campos.
Hay 14 Comentarios
No cabe duda de que debemos poner todos los esfuerzos para una enseñanza de calidad. Como profesor de Derecho, me encuentro muchos estudiantes que en el último año en la facultad, se preocupan porque no ven claras las salidas profesionales en Derecho, y, aunque es una realidad, no sólo en esta carrera si no en la gran mayoría, debemos prepararlos para estos "golpes" que les da la sociedad.
Publicado por: Salidas profesionales derecho | 05/07/2014 20:02:40
No cabe duda de que debemos poner todos los esfuerzos para una enseñanza de calidad. Como profesor de Derecho, me encuentro muchos estudiantes que en el último año en la facultad, se preocupan porque no ven claras las salidas profesionales en Derecho, y, aunque es una realidad, no sólo en esta carrera si no en la gran mayoría, debemos prepararlos para estos "golpes" que les da la sociedad.
Publicado por: Alfredo Lobera | 05/07/2014 20:01:35
Me cuesta creer eso de que "el agrupamiento heterogéneo (...) asegura el éxito de todos. (...) Las interacciones entre alumnos con diferentes niveles de aprendizaje favorecen las relaciones entre ellos, el comportamiento y el desarrollo de habilidades sociales".
Soy padre de un niño de Altas Capacidades que hace ya años que se cansó de ayudar a sus compañeros que 'no entendían', se cansó de aburrirse, en fin hubo problemas. La aceleración (saltarse un curso) fue una solución al principio, pero tras dos años estamos volviendo a lo mismo. Él como mejor está es con estudiantes que están a su nivel, y aprenden a su velocidad, que relacionan las cosas con la misma facilidad que él, y no en grupos heterogéneos.
Publicado por: Carles | 03/03/2014 20:31:50
Adquirir formación y cultura se reconoce como bueno y como fundamental para que una sociedad en la calle, en las familias, en los negocios sea capaz.
Como un coche que coge velocidad, y la inercia le sigue empujando aunque levantemos el pedal del acelerador, y por su propio peso avanza solo.
En la escuela es fundamental que las aguas estén en calma, que los profesionales se asienten en una base estable, que el barullo político no les salpique.
Porque están preparando a ciudadanos y ciudadanas al por mayor para que sean los que mañana nos sostengan desde unas bases adquiridas.
En condiciones normales, en igualdad, en fundamentos y en principios de dignidad.
Desde el respeto.
Los educadores y educadoras sostenidos por un sistema social democrático y sin fanatismos.
De ningún tipo.
Publicado por: Rosa | 02/03/2014 9:37:54
Es interesante como cada vez más estudiantes salen de españa y van a países donde la educación es más valorada. Mi amiga logró una beca en Austrália y está yendo con una visa. Hay bastante información en la página www.visarapid.com
Publicado por: Pedro | 01/03/2014 1:32:41
Porte molts anys somiant amb un model nou d'escola. Per sort tenim d'inspectora a Rosa i puc dir que estic gaudint de tots aquest projectes meravellosos.
Sols puc donar les gràcies per fer realitat el meu somni.
Gràcies!
Publicado por: Sofia | 28/02/2014 22:28:59
Arturo, en Finlandia no hay Inspección de Educación, es cierto. Se suprimió el cuerpo de inspectores a principios de los años 90 pero no es eso lo que ha hecho mejorar los resultados de su alumnado (espero). En realidad tienen unos responsables en cada Ayuntamiento (los centros son de titularidad municipal) que se ocupan de hacer tareas más o menos similares a las que haría un inspector de educación aunque con una proximidad mayor. También es cierto que el director de un centro público (prácticamente no hay privada, está sobre un 3%) tiene una autonomía casi total de contratación y gestión del personal docente.
Publicado por: rosa | 28/02/2014 16:32:40
Sembla que hem de buscar una solució a l'exterior a on en realitat la tenim en casa. Espanya té professionals amb molta qualificació que poden canviar l'educació.. Però hauríem de mirar si el problema és que en realitat no es vol canvir el sistema ( diferenciar classes socials, és evident una qüestió que més preocupa)
José T Blasco, eres i seràs un inspector de renom.
Publicado por: M.CARME | 28/02/2014 12:28:58
Són molt els factors que conflueixen cap a l'exel·lencia en la tasca educativa. Tan de bo fóra possible que des de tots els centres els fomentaren positivament amb una actitud dialogant i una mentalitat oberta que contemplara el millor de les diferents ideologies i perspectives pedagògiques.
Enhorabona per la iniciativa i per convidar-nos a la reflexió tan necessària per a una milloria en la pràctica docent. L'aposta per les comunitats d'aprenentatge sembla tot un èxit allà on s'ha portat a terme perquè cada vegada més es confirma la certesa irrefutable que l'educació és una tasca compartida on tots els membres de la comunitat educativa hi són peces fonamentals per a engegar aquest gran motor que mou l'ensenyament. Moltes gràcies.
Publicado por: JOANA NAVARRO | 28/02/2014 8:00:10
Es curiosa la importancia que le dan en este artículo a la Inspección educativa y sus funciones. Olvidan citar que en Finlandia no hay Inspectores de educación y según se comenta en el artículo son el ejemplo a seguir en materia educativa.
Publicado por: Arturo | 27/02/2014 23:47:35
Muy interesante análisis desde la inspección del panorama educativo actual. Señalado el camino, hemos de empezar a recorrerlo. Es gratificante poder contar con estos compañeros de viaje .
Publicado por: Josep Vt. | 27/02/2014 12:33:32
También en España hay gente inteligente y muy valiosa. Hay quien se queja mucho, muchas veces con razón, pero conozco a muchos profesores y muchos institutos de cuyas manos salen los alumnos mejores y más formados. Creo que no cambiaría mi trabajo por ningún otro, por ejemplo cuando recuerdo a las alumnas que me regalaron aquel libro con aquella dedicatoria que pensaron que yo merecía.
Publicado por: Mariano | 27/02/2014 11:36:48
Totalmente de acuerdo ...
Publicado por: Lorena | 27/02/2014 11:02:17
Para que la escuela funcione en España hemos de tomar ejemplo de otros modelos europeos http://xurl.es/9ik46
Publicado por: María | 27/02/2014 10:38:59