Pep Guardiola ha confesado en repetidas ocasiones que siente debilidad por los centrocampistas. Si pudiera, dijo meses atrás, en tono de broma, a un periódico deportivo alemán, reuniría hasta veinte en la plantilla. Con similares pulsiones, otros coleccionan soldaditos de plomo.
A la hora de razonar en serio dicha predilección, Guardiola destaca en los hombres del centro su capacidad de interpretar el juego lo mismo hacia adelante que hacia atrás. Y además de por su flexibilidad, los aprecia (si son buenos, claro está) por la especial inteligencia que muestran para entender el juego colectivo, orientarlo en un sentido u otro e imponerle un ritmo.
Admira, según dice, a los futbolistas inteligentes. No bien se hizo cargo del Bayern Múnich, afirmó sentirse orgulloso de trabajar con el jugador a quien considera “el más inteligente” de cuantos ha entrenado a lo largo de toda su carrera. Se refería a Phillipp Lahm, capitán del equipo, así como de la selección de Alemania, quien en noviembre cumplió 30 años.
Lo curioso es que este jugador, una de las personalidades más relevantes del equipo bávaro, portavoz de sus compañeros dentro y fuera del campo, ha desarrollado la mayor parte de su carrera deportiva como defensa lateral. Su baja estatura (1,70 m) le impide ocupar posiciones centrales. Su tesón, su resistencia a la fatiga y sus rápidas piernas le han permitido, en cambio, destacar como carrilero, tanto en una banda como en otra, aunque él dice preferir la derecha.
Y entonces llegó Guardiola. Y, por esas cosas que pasan, se le empezaron a romper los juguetes: Thiago Alcántara, Javi Martínez, Mario Götze, Bastian Schweinsteiger, sus soldaditos del centro. Todos ellos cosidos y remendados por aquellos días en los que el entrenador catalán estaba tanteando las posibilidades de barcelonizar (en parte) el Bayern, cosa que los jugadores, habituados al juego atlético, más de fuerza que de habilidad, por lo visto aún no comprendían.
Guardiola, que acababa de perder la Supercopa alemana contra el Borussia Dortmund y de empatar en partido de liga con el modesto Friburgo, arriesgó colocando de centrocampista a Phillipp Lahm, figura emblemática del fútbol alemán de nuestros días, prototipo del tradicional estilo recio germano. No faltaron voces críticas al principio. Al seleccionador nacional Joachim Löw se le subieron las cejas hasta el flequillo. Y, sin embargo, la jugada de Guardiola dio tan buenos resultados que pronto enmudecieron las voces de los recelosos y el propio Löw se encontró con el problema de no saber dónde colocar a su jugador en el equipo nacional.
Mientras sus compañeros se recuperaban de sus respectivas lesiones y hasta que a él mismo un problema muscular lo puso un par de semanas de otoño fuera de combate, Phillipp Lahm hizo de Xavi Hernández en el Bayern Múnich. Algunos titulares de prensa insistieron en la circunstancia. El director deportivo del equipo bávaro, Matthias Sammer, también se expresó al respecto. En su opinión, Lahm estaba ocupando la misma posición que Busquets en el Barcelona, pero su estilo es similar al de Xavi. Destaca en ambos su elasticidad, el control del balón, la seguridad en los pases, así como el instinto para anticiparse al rival y poner cerebro al juego del equipo.
En el caso de Lahm, aun jugando más adelantado que de costumbre, sigue implicado en la brega defensiva. No obstante, su capacidad de adaptación a misiones nuevas corrobora la alta opinión que sobre su inteligencia futbolística tiene Guardiola. Las estadísticas abonan dicha hipótesis. Un ejemplo: en el partido de la Bundesliga contra el Bayer Leverkusen, Lahm puso por obra 113 pases, de los cuales 92 llegaron a las botas de sus compañeros. Una cifra más que loable.
Phillipp Lahm se siente, por supuesto, halagado por las comparaciones que lo vinculan con futbolistas a los que profesa admiración. Elogios aparte, Lahm ha manifestado públicamente su deseo de que tanto Guardiola como Löw tomen una decisión a poder ser concertada acerca de su posición en el campo. Dice estar dispuesto a cumplir el cometido que se le asigne; pero es comprensible que, a pocos meses de la Copa del Mundo, no le haga ninguna gracia la incertidumbre. Todo hace prever que volverá a su tradicional sitio en la defensa, lo uno porque es donde el seleccionador nacional lo ha puesto siempre, lo otro porque Pep Guardiola (quien, no obstante, se reserva cualquier opción) va recuperando poco a poco sus soldaditos del centro.
Hay 2 Comentarios
Buenas Fernando,
Primeramente enhorabuena por el blog; segundamente, feliz año; y en tercer lugar, por qué tanto Bayern y tanto Pep? Estoy hasta las kartofen de los equipos grandes y echo de menos las grandes historias de los equipos pequeños..., o de los grandes venidos a menos como el Borussia de Moenchengladbach. Y si encima lo he escrito bien, olé mis güebos!
Publicado por: simontxo simonssen | 31/12/2013 0:33:38
Hola Fernando, leo con mucha atención su blog, también vivo en Alemania... Muy buenos siempre sus puntos de vista!
Hoy sin embargo, me parece que exagera demasiado al decir: "Al seleccionador nacional Joachim Löw se le subieron las cejas hasta el flequillo. "
Usted debe saber que en la selección alemana y en Sturgart también ya Lahm había sido utilizado como mediocentro. El mismo Löw y Klinsmann lo hicieron. Por favor, decir que la idea ha puesto a técnico alemán con las cejas hasta el flequillo es mas que exagerado y además falso!
Mis saludos y respetos,
Lester Cano Alvarez
Publicado por: Lester Cano Alvarez | 30/12/2013 16:38:56