Acabo de llegar a casa, he estado leyendo los comentarios y además de agradeceros todos los halagos, he notado que os despedíais de mí. ¡Que queda un post!. ¡Y que el miércoles a las 13.00 tenemos un encuentro digital !. ¿Tantas ganas tenéis de que esto acabe?
Estoy en mi casita, un humilde chalet de 400 metros cuadrados en una zona obrera de Madrid llamada El Viso. Con el deber cumplido, las maletas llenas de buenos recuerdos, algún que otro susto y con esa mezcla de sentimientos que suele acompañar el final de experiencias como esta. Por un lado y tras dieciocho días fuera de casa, te apetece volver con tu familia, amigos y recuperar espacios propios y privados. Por otro, y tras dieciocho días tan intensos de viajes, partidos, escritos, cenas, risas e intensa convivencia, te da pena que se acabe. Tengo la suerte de que me lo paso muy bien haciendo lo que hago en estos campeonatos. Me gusta parlotear en la televisión junto a esos dos entrañables personajes de tan difícil clasificación como son Montes y Epi, y me encanta escribir en El Pais. Este año he estrenado experiencia blogera (no sé si existe esta palabra) y reconozco que ha superado mis expectativas. No las tenía todas conmigo por una razón. Estoy cansado de ver en muchos medios digitales coómo el anonimato sirve a muchas personas de escudo para insultar y descalificar a todo y a todos. No es cuestión de no aceptar la crítica (aunque la negativa nunca te hace mucha gracia, tienes que estar preparado para el desacuerdo) sino evitar ser diana del insulto indiscriminado y la falta de respeto que ves en demasiado lugares de la red. Afortunadamente este espacio ha quedado repleto de opiniones dispares (y algunas disparatadamente divertidas) y prácticamente ausente de basura dialéctica. Os lo agradezco.
También me da muuuuuuuucha pereza encontrarme mañana con cosas que me aburren especialmente de “mi querida España” que decía la canción. A saber. El enfrentamiento PSOE-PP, donde uno dice una cosa y automáticamente el otro dice la contraria. El partidismo de muchos medios de comunicación, cada vez más corporativos y unificados alrededor de una idea y sobre todo, de un negocio. Los muchos poseedores de la verdad que campan por ahí. Belén Esteban y todo lo que significa. Los atascos de Madrid. Cristiano Ronaldo (en todo lo que no sea verle jugar a futbol). Las pegatinas que deja una empresa de cerrajería en mi buzón y que no hay dios que las quite (¿de verdad piensan que les voy a llamar estropeándome el buzón semanalmente?). Los informativos que cada vez son menos informativos y más gacetilla de sucesos. Los restaurantes que no se han enterado que estamos en crisis y siguen crujiéndote con sus precios. Tener que explicar durante el próximo mes historias de este Europeo (joder, haber leído el blog que para eso lo he hecho). El perro del vecino, que tiene un carácter insufrible y ese ladrido de chucho enano cabreado que es insoportable. Todas ellas problemáticas que en Varsovia, Lodz, Katowice y Cracovia no he tenido que sufrir.
Cambio de tema. Después de la final fuimos al hotel donde se celebraba la fiesta del equipo español. Ya conocéis mi olfato para beber y comer gratis. No llegué a coincidir con los jugadores (llegaron pasadas las dos de la mañana y yo tenía que volver a Cracovia) pero me pasé un buen rato conversando con diferentes padres. Mientras departía con ellos iba confirmando una teoría que sostengo desde hace tiempo. El factor humano, tan importante en este colectivo, es en buena parte heredado. Tú hablas con el padre de los Gasol, con el de Felipe, Rudy, Raúl o Cabezas, y comprendes muchas cosas, pues ves en ellos rasgos que se reproducen en sus hijos. Buena parte de su carácter, su comportamiento, sus actitudes, se nutren de lo que han visto, oído y aprendido en casa. Por eso son tan importantes los entornos familiares. Sin un entorno sensato, humilde, sosegado y analítico los deportistas terminan extraviándose. Su vida, tan glamorosa en muchos aspectos, necesita tomas de tierra, gente que les ponga los pies en el suelo para que sin dejar de disfrutarlo, les critique si cree que debe hacerlo y nadie lo va a hacer con más ascendencia, cariño y efectividad que la propia familia.
Bueno, este blog cierra sus puertas pero estad atentos que en cualquier momento el palomero vuelve a la carga y las abre de par en par. Creo que la mejor forma de terminar es contestando a vuestras preguntas y dudas que hayan quedado en el camino.
Hasta el miércoles a la 13.00.