30 nov 2009
25 nov 2009
Falta media hora para que comience el partido de Nadal ante Davydenko, un tipo entrañable al que le coges cariño a los cinco minutos de conocerle. Pienso en él, busco fotos suyas en la red y ante tanta imagen taciturna (de 21 fotos 20) el cuerpo me pide que haya una ley que obligue a los deportistas de élite a sonreir al menos una vez cada media hora, que tampoco es pedir mucho. Son demasiados los Davydenkos o Raikonnen que hay por ahí y también por aquí. No sé, no les debería resultar tan difícil.
22 nov 2009
Ya está aquí. La semana del clásico. El no va más. El nuevo choque del año. Uff, qué pereza. No, no me refiero al partido, apasionante sin duda, sino a la paliza que nos van a dar hasta el domingo a las siete en punto de la tarde. Y menos mal que hay Champions en medio, pero a partir del jueves, pensamiento único. Noventa y una horas de excesiva tabarra hasta que por fin el árbitro dé permiso para que la cháchara ceda paso a la realidad. Por eso (y dado que este blog es de servicio público) he aquí unas modestas recomendaciones para poder sobrevivir y sobre todo, para poder llegar al domingo fresco y así disfrutar plenamente del encuentro. Que no pase como con la Navidad, que gracias al insoportable bombardeo mediático, empresarial y callejero, para el 15 de Diciembre un significativo porcentaje de la población (entre la que me incluyo) no podemos más de Navidad sin haber ni siquiera empezado.
-No hacer caso a los términos bélicos, catastrofistas o absolutos (guerras, batallas, a morir, en juego la supervivencia, el proyecto se hunde en la derrota, arde el Camp Nou, el partido del siglo, el no va más, España paralizada, etc). Es un lenguaje arcaico y excesivo que se resiste a desaparecer, pero mantengamos la esperanza.
-No zapear compulsivamente para ver las noticias deportivas en varias cadenas de televisión o de radio. Dado el grado de repetición de temas, con una exposición al día basta. El resto es vicio.
-No perder excesivamente el tiempo en escuchar o leer las entrevistas a los protagonistas, salvo si se trata de Guardiola o Valdano. Los jugadores van a decir lo de siempre. Partido difícil, rival respetable, la liga es larga, un clásico es un clásico.
- Por higiene mental y cultura general, no dejar de leer el resto de páginas del periódico y no olvidar que existen otros deportes. El Master de Tenis, la Euroliga de Baloncesto, la NBA, el curling, etc. Hay otras cosas en la vida que el tobillo de Cristiano Ronaldo (tema insoportablemente recurrente desde hace una eternidad) o el abductor de Messi (novedad).
-Con un 5-0 no engañarse: Florentino Pérez seguirá siendo multimillonario el lunes que viene
-Con un 0-5 no engañarse: Joan Laporta seguirá siendo independentista el lunes que viene
-Si alguien pregunta por qué el partido lo da Canal + y también Gol TV, no liarse y declararse incompetente para responder.
-No es, repito, no es un Cataluña contra España. Ni tiene nada que ver con el Estatut. Ni es un Zapatero contra Aznar.
-Cuando al entrar en un bar haya cuatro discutiendo a grito pelado (y por supuesto todos a la vez) sobre cualquier cuestión relacionada con el partido, no sucumbir a la tentación de hacerles ver la luz con una opinión tan rotunda como cualificada. Es inútil en un país como el nuestro. Nadie va a cambiar de idea. Y es probable que nadie escuche a nadie.
- Ser optimista si se es aficionado al Madrid. Olvidar cuestiones relacionadas con el juego y pensar en el liderazgo.
- Ser optimista si se es aficionado al Barça. Olvidar cuestiones relacionadas con el liderazgo y pensar en el juego habitual de su equipo
-Pase lo que pase, no olvidar que como en otras ocasiones parecidas, el mundo seguirá girando al día siguiente.
Postdata “Lo del Francia-Irlanda” La polémica de la semana ha sido sin duda la mano de Henry. Dejando a un lado la absurda cabezonería del futbol para no aprovecharse de la tecnología, simplemente quiero ilustrar este tema con una reflexión que suelta Boris Yellnikov, antítesis del palomero optimista y personaje de la recomendable película “Mientras la cosa funcione” de Woody Allen:
“El cristianismo, el judaísmo, el budismo, la democracia o el marxismo entre otras muchas, son en su origen grandes ideas. Pero todas tienen un gran defecto: Que están basadas en la noción falaz que la gente es fundamentalmente decente. En que si les das la oportunidad de hacer lo correcto, lo harán, pues no son estúpidos, egoístas, codiciosos, cobardes o miopes. Pero esto no es cierto”. Y ahí está la UEFA y casos como este para confirmar la teoría.
Postdata “¿Y tú qué habrías hecho? Después de escuchar todo lo que se ha dicho sobre Henry y como entiendo que los lectores de este blog sois gente tan honesta como sincera, os pregunto: Partido decisivo para la clasificación de un mundial, empate, prorroga, balón desde la derecha….¿Y tú que habrías hecho?
19 nov 2009
Al hilo de la aparición de Pau Gasol en un capítulo de CSI Miami y dado que somos un país que nos encantan las listas, pues voy a compartir mi Top 10 de deportistas/actores preferidos mientras España le está metiendo un carro a Austria (hay que ver cómo juegan estos chavales). Por cierto, Pau está bien en CSI Miami, bastante mejor que el caratabla del jefe de los forenses Horatio Caine (David Caruso, el actor, lleva con la misma cara desde Policías de Nueva York. Eso sí, poca gente se quita y se pone las gafas de sol mejor y más veces que él). Lo mejor que se puede decir de Pau es que resulta convincente no haciendo de él mismo y el hándicap de su físico pasa desapercibido (hasta la escena de la autopsia). Bueno, vayamos con la lista
10. Shaquille O,Neal. Impagable la aparición de Shaq, otro amigo de los cameos, en Scary Movie 4. La película no va a pasar a la historia de nada, pero el comienzo con Shaquille y el Dr.Phil, un tipo muy conocido en Estados Unidos, es memorable para los amantes del humor grueso. Del resto de sus películas no guardo ni el más mínimo recuerdo. Y creo que él tampoco.
9. O.J. Simpson. Figura estelar de futbol americano y antes de que su vida se convirtiese en una ruina al ser acusado de doble asesinato, O.J. participó en la saga Agárralo como puedas, con Leslie Nielsen, maestro de este tipo de películas. Con su pelo afro de los años 70, Simpson hacía una pareja perfecta con Nielsen, y era difícil saber quién de los dos era más descerebrado, patán y absurdo.
8. Michael Jordan. El mejor jugador de la historia del baloncesto tocó techo cuando formó equipo en Space Jam con Bugs Bunny, el gato Silvestre, el entrañable Pato Lucas y compañía. No fue una actuación de oscar, pero sólo por lo difícil que tiene que ser actuar con dibus, le ponemos en la lista.
7. Johnny Weissmuller. Yo Tarzán, tu Jane. Campeón Olímpico de natación, su riqueza gestual no tuvo parangón hasta la llegada de Roger Moore, otro campeón del gesto (¡mueve una ceja Roger!). En su momento parecía cachas, pero hay que reconocer que ahora mismo Tarzán va a un gimnasio y pasa totalmente desapercibido. ¡Ankawa Chita!.
6. Vinnie Jones. Este personaje es probablemente uno de los jugadores más violentos que han pisado un terreno de juego. Su curriculum deportivo fue espectacular. Fue expulsado 12 veces y posee el record de la amonestación más rápida de la historia. A los tres segundos. Como Michel a Valderrama, el se los tocó a Gasgoine, y su lista de jugadores a los que lesionó es larga. Aunque resulta difícil de creer, se ha ganado la vida y muy bien con el show bussiness. Como actor es más que decente, y ha participado en un montón de películas. Las más conocidas, X-Men la decisión final, Swordfish (con Travolta) o Snatch, cerdos y diamantes. Como es lógico, es un hombre de un solo papel: el de tipo duro.
5. Arnold Schwarzenegger. Campeón del Mundo de culturismo, Arnold es un incomprendido. Vale, que en Conan no va muy sobrado de acting, pero aunque sólo sea por los Terminator hay que tenerle en un pedestal (del que habría que bajarle a guantazos por cosas como Poli de Guardería o Un padre en apuros).
4. John McEnroe. Uno de los mayores talentos que se ha visto en una pista de tenis siempre resulta convincente en sus apariciones en televisión, anuncios, etc. No suele variar mucho de registro y el papel de cascarrabias protestón es el habitual, pero hay poca gente que se enfade con tanta credibilidad como él. Además, jugaba tan bien y tan bonito…
3. Dennis Rodman. Un personaje tan peculiar como este, capaz de tatuarse hasta las orejas, tener piercings por triplicado y liarse con Madonna, era carne de cañón para Hollywood, que no tardó en darle cancha en una tan infame como histórica película llamada Double Team. Lo de infame no hace falta explicarlo. Lo de histórico sí. Lo fue porque consiguió reunir a un trío irrepetible: Jean Claude Van Damme, Mickey Rourke y Dennis Rodman. Gente sana, centrada, talentosa artísticamente y nada dada a los excesos. Lástima de webcam para haberles seguido en el rodaje.
2. Enric Cantona. El maravilloso futbolista francés (ved este gol y fijaos en la cara que pone cuando lo mete, un crack) que hizo carrera en el Manchester United no ha participado mucho en el cine (este año Ken Loach ha hecho una película sobre su vida) pero siempre que aparece en los anuncios de Nike está genial. Con barba, sin ella, calvo o con pelo, es socarrón y me encanta.
1. Kareem Abdul Jabbar. Ha participado en varias películas, incluso con Bruce Lee, pero donde está inconmensurable es en su papel de segundo piloto en esa cumbre del cine que es “Aterriza como Puedas”. La he podido ver unas 200 veces, y todavía me parto cuando el chaval que entra en la cabina le empieza a mosquear contándole cosas que le ha dicho su padre como que está viejo o no baja a defender. Por no hablar del momento en que se intoxica y cuando le sacan desmayado va vestido de los Lakers. Insuperable.
Postdata “Que dice Fabio Capello que Brasil es mejor que España”
Esto ha enfadado mucho, pero no hay que hacerle mucho caso. Capello me recuerda a un conocido que habiéndose separado ya dos veces, va por ahí dando consejos de relaciones de pareja. Fabio podrá hablar de ganar, de músculos y fortaleza, pero de jugar bien al fútbol, ahí no tiene autoridad por la sencilla razón de que no sabe lo que es (o al menos lo que entendemos todos aquellos a los que nos importa la técnica, la estética, el buen trato del balón, las asociaciones, el movimiento inteligente y cosas así). Porque si lo supiese, igual en los últimos 15 años habría conseguido que alguno de sus equipos no invitase al bostezo. Cosa que no ha logrado, por muchas ligas o scudettos que tenga en la vitrina.
15 nov 2009
Hoy, 15 de Noviembre de 2009, a las 21.00, ha quedado constituido en este espacio cibernético el club de fans virtual de Andrés Iniesta. Un club dedicado única y exclusivamente a admirar y disfrutar de su talento superlativo. Un club que reivindicará siempre el modelo de deportista que representa. Un club sin cuotas mensuales, y donde no importa ni la procedencia ni los colores futbolísticos.
¿Y por qué Iniesta?. Pues por veintiuna razones.
1.Porque si te gusta el fútbol, debe ser una de tus debilidades
2.Porque su técnica resulta exquisita
3.Porque todo lo hace con tanta suavidad, con tanta armonía, con tanta elegancia…
4.Porque demuestra que se puede ser galáctico sin dejar de ser terrestre
5.Porque en un mundo tan ruidoso, representa el silencio
6.Porque en un mundo tan mediático, vive como si no existiesen los medios
7.Porque sólo entiende la reivindicación jugando (maravillosamente) al fútbol
8.Porque no se queja nunca si le ponen, o no le ponen, o donde le ponen, y a todo responde jugando (maravillosamente)
9.Porque nunca ha aprovechado una buena racha para pedir un aumento de ficha
10.Porque le importa un carajo que haya gente que gana más que él aunque su rendimiento sea peor
11.Porque no se le conoce ninguna chorrada dicha, ni salida del tiesto hecha
12.Porque cuando le dan un patada no cambia de profesión para convertirse en actor teatral
13.Porque cuando le dan la décima patada, tampoco lo hace
14.Porque él no da patadas
15.Porque con su gol se cargó al Chelsea y el equipo que mejor jugó al futbol pudo ganar la pasada Champions, cosa que siempre es de agradecer
16.Porque ha conseguido que le aplaudan allá por donde va, sea el campo que sea, lo que da prueba del aprecio futbolístico y humano que ha logrado
17.Porque cuando no está, como en la Copa Confederaciones, le echamos un huevo de menos
18.Porque entiende el fútbol como un deporte de elaboración y asociación
19.Porque es de Albacete, y eso nos conecta más que si, por ejemplo, fuese de Rosario o de Madeira
20.Porque por todo lo anterior, resulta un modelo muy aconsejable para cualquier chico que sueñe con ser deportista de élite
21. Y por su perenne bronceado estilo Familia Adams
22. Esta os la dejo a vosotros, que sois muy ocurrentes
-Postdata “que la chupen, que la sigan chupando”: Pasó Maradona por Madrid y con él todo el estrépito que le rodea. Mal asunto para el futuro de la selección de Argentina. Maradona, con todo lo que sigue significando, la tiene secuestrada. Su personaje es tan grande que el juego y los jugadores viven en un segundo plano. De alguna forma me recuerda épocas pasadas por la selección española, donde todo giraba alrededor del entrenador, como en la época de Clemente, por ejemplo. Afortunadamente para nosotros, ahora el juego, la atención y el protagonismo recae principalmente en los jugadores. La selección española es de Casillas, los dos Xabis, Iniesta, Torres, Villa, etc. bajo la mirada de Vicente del Bosque. En cambio, la selección de Argentina parece empezar y acabar en Maradona.
-Posdata “lo que dijo Ettore Messina al respecto en una entrevista en el As (diario que siempre nos alegra la vista con su última página)”: “Me inquieta que se hable del Madrid de Messina; el equipo es de los jugadores, no del entrenador ni del presidente. No me pesa, pero se puede pensar que si las cosas salen bien es porque el entrenador es muy bueno y no es así, el mérito es de ellos que habrán cumplido en todo. La gente no va a ver una película porque es de Stanley Kubrick, sino porque sale Tom Cruise; si se juntan los dos, pues estupendo. Pero el gancho es Cruise. Un entrenador es como un director de cine: ayuda a los actores a desarrollar su talento, a aceptar su rol.” Lo dijo Messina, punto redondo.
11 nov 2009
Aseguraba el otro día Rajoy que Santo Job sólo hay uno. Que nadie crea que tengo interés en llevarle la contraria al jefe de la oposición, que bastante tiene con lo que tiene, pero creo que en esta ocasión se equivoca. A unos cuantos miles de kilómetros de aquí, hay un deportista español que lleva camino de igualar, si no superar, las hazañas de Job. Y es que lo de Marc Gasol es para hacerle un monumento o ponerle su nombre a una calle, porque hay que tener toneladas de templanza y fortaleza mental para soportar lo que soporta noche tras noche, y seguir haciendo su trabajo de una forma tan excelente como encomiable.
Para aquel que no esté familiarizado con la situación, digamos que Marc se encuentra en un equipo donde cualquier relación con el concepto equipo es pura coincidencia. Durante 82 partidos (sumados a los 82 del año pasado) va a compartir cancha con una auténtica banda de individualistas y egocéntricos jugadores, cuyo único objetivo radica en engordar sus estadísticas particulares sin importarles un carajo el resultado final. No sólo eso, sino que los encargados de dirigir el equipo, desde la cancha y despachos, no tienen ni idea de lo que quieren. Sólo así se explica que hace año y medio se desprendiesen de Pau Gasol (sólo por eso les deberían quitar la licencia) en aras a una filosofía de equipo joven con proyección, para un año después fichar a Allen Iverson, el prototipo de joven con proyección: 34 años, 13 en la NBA y cuya única razón para seguir jugando tiene que ver con su mermada cuanta corriente (sí, aunque parezca increíble se pueden tener problemas económicos habiendo ganado 20 millones de dólares durante unos cuantos años. Basta contar con unos cuantos amigos chupópteros, un divorcio a las malas y ser un auténtico descerebrado). Para completar el paraíso donde se encuentra ahora mismo Marc, la relación de Memphis con el baloncesto es la misma que la de Madrid con el curling (ya sabéis, ese apasionante deporte con cierto parecido a la petanca y donde hay unos tíos que barren una pista de hielo como si les fuese la vida en ello). Las gradas suelen presentar un aspecto deprimente, acorde, por otro lado, con lo que se ve en la cancha.
Bien, pues con este panorama, Marc Gasol llega al vestuario, se cambia de ropa, sale a calentar, escucha lo que dicen sus entrenadores (e intenta hacerles caso, lo que le convierte en un caso insólito), salta a la cancha, se faja, se parte la cara con los angelitos que andan por esa liga, corre arriba y abajo sabiendo que no se la van a dar ni arriba ni abajo, y con un poquito de por aquí y otro de por allá, alcanza los 16 puntos y casi 12 rebotes por partido. ¡Lo que haría si no fuese casi invisible para sus compañeros! Con una nueva derrota en el casillero, se vuelve al vestuario, donde si llegase alguien que no supiese el resultado, le sería imposible adivinarlo. Porque eso de enfadarte cuando pierdes, eso es de otros sitios.
Tiene mucho mérito lo que está haciendo Marc. No sé cuánto le durará el carrete, cuánto tiempo será capaz de aguantar derrota tras derrota sabiendo que nada va a cambiar, que nadie va a reaccionar. ¿Cuánto soportará en su burbuja mental en la que sólo intenta que haya pensamientos positivos? Hay una paradoja en todo esto. Su único medio de supervivencia y aprovechamiento de esta situación sería convertirse en uno de los otros, olvidar el nosotros para sólo interesarse por el yo. Pero eso sería traicionar la idea de que el baloncesto es un deporte de equipo, y que es en el equipo donde radica la fortaleza de un grupo. Marc lo practica verano tras verano con la selección y sabe lo lejos que te puede llevar el aunar talentos y voluntades. Pero es más probable que Elvis esté vivo a que esto ocurra en los Memphis Grizzlies.
Postdata futbolera.- Me resisto a no comentar lo del martes en el Bernabéu. Entiendo que el fútbol es un mundo donde casi siempre prima la emoción sobre la razón, y eso no siempre es bueno. Pero a la emoción hay que tenerla en cuenta. Y creo un error responder a una cita con la carga emocional que tenía este partido sacando un equipo lleno de jugadores fuera de foco. Era un día para levantar la moral, para establecer vínculos entre la grada y el césped. En definitiva, un día para salir con todo el arsenal y dejarse de rotaciones e historias. Con el equipo que se dispuso, con tantos jugadores en baja forma, no sólo se perdió una competición, sino que se permitió que ahondase el desafecto entre parte de la afición y el equipo.
09 nov 2009
Uno, que es viajero por vocación, de vez en cuando gusta de cogerse el petate e ir a ver un poco de mundo. Siempre viene bien, pues la distancia airea y da perspectiva. Este fin de semana me he largado a Oslo. Así, porque sí. Como mi avión privado se lo dejé a Cristiano Ronaldo para sus revisiones médicas, me cogí un low cost de esos baratos y que luego te cobran hasta por respirar. ¿Quieres facturar maletas? Tanto. ¿Salida de emergencia? Otro tanto. ¿Entrar de los primeros al avión? Un poquito más. ¿Un cafecito? Tres euros. Pese al irritante goteo, no tengo grandes quejas porque después de todo les he de agradecer el haber vivido una experiencia insólita. Al llegar a la recogida de equipajes en el aeropuerto de Madrid ¡las maletas ya estaban en la cinta!. Ha sido la leche. La gente lloraba de emoción, nadie recordaba nada parecido, uno hasta se ha sacado un foto mientras grababa con su móvil declaraciones de testigos. “Es que nadie me va a creer” decía para justificar su ataque de periodista.
Será por una deformación profesional, pero cuando salgo al extranjero me gusta leer la prensa local, sobre todo las páginas deportivas. Tratándose de Noruega, este interés resulta poco productivo, pues no hay dios que entienda nada con esas oes partidas por la mitad. Ahora bien, nada más llegar a Oslo mi ya conocida y extrema sagacidad me puso en alerta. Había algo que no cuadraba en el paisaje. Estos noruegos no son de llamar la atención. Estamos hablando de una sociedad muy adelantada, con unos servicios sociales de flipar gracias a que todo el mundo paga impuestos que provocarían el harakiri a nuestra insigne liga profesional de futbol y cuyo color dominante en la vestimenta tiende a los grises y negros. Bien, pues en cuanto el viernes por la noche nos dimos una vuelta por la ciudad me empecé a percatar que no era normal tanta gente vestida de naranja. Cuando volvíamos al hotel después de zamparnos un buen salmón que nos aligeró la cartera de verdad (joder qué precios tienen estos noruegos) distinguimos también que entre tanto naranja había unos puntitos azules. Eran gente que llevaban camisetas que parecían que las había diseñado Fernando Alonso, por la cantidad de pegotes publicitarios que tenían.
Muerto de curiosidad pregunté en la recepción del hotel, y mis sospechas se vieron confirmadas. Aquello no era normal. Había mucha gente naranja y no tanta azul porque el domingo a las 13.30, se jugaba en Oslo la final de la Copa (de Harald V, el Juan Carlos I de allí) entre el Aalesund (los naranjas) y el Molde (los azules). Además de pensar que anda que no hay fines de semanas al año como para justo caer en unas fechas tan señaladas, mi profesionalidad me empujó a interesarme por ambos equipos, pues mi conocimiento del futbol noruego se limita al clásico Roseborg sempiterno ganador de la liga. El Molde este año quedó segundo, y el Aalesund decimotercero (ya sé que este dato sobra pues es de todos conocido, pero por si acaso decir que en la primera división de la liga noruega juegan 16 equipos). No sólo eso, sino que también fui informado que el partido era todo un derby, pues ambos conjuntos son de la misma zona (creo que al norte de Oslo y a la derecha). Este último dato me cuadraba, pues parecían no llevarse muy bien. No, no, no hubo ningún altercado, estamos hablando de Noruega ¡por dios!, pero una cosa me dio que pensar en esta dirección. Había un tío en una calle muy concurrida vendiendo bufandas de la hermandad, esas que la mitad son de un equipo y la otra mitad de otro. Le ví a eso de las 6 de la tarde del sábado con unas cuantas en los brazos. Le volví a ver tres horas después. Seguía ofreciendo amistad, y seguía con el mismo número de bufandas. No vendió ni una.
Pues así me he pasado el fin de semana. Viendo bufandas naranjas y camisetas azules alonsonianas. En el Museo Vikingo, en el de Admunsen, en el de Munch, siendo salvajemente crujido en cualquier restaurante…. . Conclusión: Todos los hinchas que van a una final de Copa se comportan de igual forma. Sea el país que sea. Se visten con los colores del equipo y la bufanda es el objeto más utilizado. Se reconocen y establecen amistad pasajera con cualquier grupo afín, cantan a la menor ocasión, se maman la noche anterior (la semana anterior si estamos hablando de equipos británicos) y antes del partido todos llevan la misma cara de ilusión. En Noruega y en España. En Burkina Faso y en Jamaica (bueno, ahí en lugar de mamarse, fuman y escuchan a Bob Marley).
Posdata. -Llegado a este punto y ante vuestra extrema curiosidad, os contaré que finalmente han empatado a uno en el tiempo reglamentario. El Molde, los de azul, se ha puesto por delante en la prórroga y cuando ya lo estaban celebrando, el Aalesund, los de naranja, ha empatado y luego se han llevado la copa para casa en los penalties. Ha sido dramático. Hasta creo que un noruego se ha puesto a llorar. No se había visto una cosa igual en un descendiente de vikingo desde lo ocurrido en “Asterix y los Normandos”.
04 nov 2009
Pitágoras, filósofo y matemático griego, fue un tío muy inteligente. Si no, de qué iba a darse cuenta que en un triangulo rectángulo, la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa. Ahora nos parece evidente, pero descubrirlo más de 600 años antes de Cristo, eso tiene tela. Y lo hizo a pelo, sin necesidad de que se le cayese una manzana mientras estaba tumbado debajo de un árbol (Newton), y sin tenerse que meter en una bañera para percatarse que todo cuerpo sumergido en el agua experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del liquido desalojado (Arquímedes). De ahí que su inteligencia no sea debatible. Pues bien, además de establecer teoremas, Pitágoras soltaba frases lapidarias a sus muchos alumnos. “No desprecies a nadie; un átomo hace sombra” dijo un día. “Elige una mujer de la cual puedas decir: yo hubiera podido buscarla más bella pero no mejor”, soltó otro (Flavio Briatore faltó aquel día a clase). Vamos, que era una especie de Valdano en la época del esplendor de Grecia. Pero si hubo un tema que tocó en más de una ocasión fue el del silencio. “El silencio es la primera piedra del templo de la filosofía”, afirmó en cierta ocasión. “Cállate o di algo mejor que el silencio”, sentenció otro día que se encontraba muy inspirado (en la tradición china e india hay proverbios muy parecidos a esta sentencia).
Y yo me pregunto, la Liga de Fútbol Profesional, y más concretamente su presidente Jose Luis Astiazarán ¿no ha leído a Pitágoras? Porque mira que se mete mucho la pata por este país, pero hacía tiempo que no se presentaba una ocasión tan pintada para callarse, o al menos, para pensar un poquito antes de abrir la boca. ¿Nadie se ha dado cuenta que están consiguiendo irritar al personal?. ¿Y a qué viene el soltar de buenas a primeras la posibilidad de parar la competición? Supongo que este año en la cesta de navidad de la LFP vendrá el pack de las tres películas de El padrino.
“Esta modificación supondrá un perjuicio irreparable para el fútbol español ya que la liga española perderá potencial y dejará de ser la mejor del mundo en detrimento de otras”, dijo ayer Astiazarán. Y se quedó tan ancho porque sabe que la pérdida de potencial de la liga española y el que deje de ser la mejor del mundo es nuestra mayor preocupación, muy por encima del paro, por ejemplo. Y por eso la LFP está dispuesta a luchar por mantener una ley creada para otra cosa bien diferente que atraer futbolistas de fuera, y a la que los clubes de futbol le buscaron las vueltas para su propio provecho.
En el fondo, estas palabras ilustran una clásica ida de bola que se da con alguna frecuencia en el mundo del futbol y que les lleva a vivir en un mundo que creen girar alrededor suyo, por lo que se consideran de importancia máxima. Jugadores que se sienten con derecho de encaramarse a la Cibeles por encima de las órdenes de la autoridad, entrenadores a los que les da igual abochornar a todo un país con su maleducado comportamiento y dirigentes que van por la vida como si fuesen más relevantes que el presidente del Gobierno. Incluso algunos medios especializados también aportan su granito de arena para esta desconexión con desmesurados análisis de lo que es y significa el fútbol. Recuerdo un Real Madrid-Atlético de Madrid de hace ya unos cuantos años. Lo retransmitía Telemadrid. En el descanso hubo una conexión con los servicios informativos para anunciar una noticia bomba: Alfonso Guerra dimitía como vicepresidente del Gobierno de Felipe González. Se volvió al partido cuando habían transcurrido unos veinte segundos del segundo tiempo. El locutor, con un tono de cabreo indisimulado, comenzó así su narración: “Bueno, después de esto, ahora vamos a lo que de verdad interesa a todo el mundo”.
Pues mira, no. Un jugador no puede saltarle las normas por mucho título que haya ganado. Ni un presidente puede actuar como si fuese un ser superior. Ni un partido puede ser más importante que la dimisión del vicepresidente de un país. Y por supuesto que un colectivo, por mucha Liga de Fútbol que sea, no puede tener un privilegio tan claramente discriminatorio e injusto. Y si pasa, mal vamos.
Lo dicho. Una gran ocasión perdida para hacerle caso a Pitágoras y mantener la boca cerrada. No lo harán, porque seguro que se sienten más importantes que el filósofo griego.
Posdata 1.- Ya que estamos en el tema de impuestos, un recuerdo a la enorme hipocresía de esos deportistas que son más españoles que nadie, se enroscan con la bandera a la menor ocasión, usan, como aquella famosa tenista, muñequeras rojigualdas bien visibles, y luego resulta que se hacen residentes en Mónaco o cualquier otro paraíso para no pagar la factura fiscal. ¡Eso es patriotismo y solidaridad y lo demás son chorradas!
Posdata 2.- Ejercicio de humildad. Final de la Eurocopa 2008. 12 millones de audiencia televisiva. ¡La vio todo el mundo!, se piensa. Todos, salvo los 32 millones restantes.
Posdata 3.- Sí, el post anterior de Agassi era pura y simple ironía.
01 nov 2009
André Agassi me ha convencido. No se pueden guardar para siempre secretos que te atormentan. Me lo imagino al pobre sufriendo en silencio desde 1997, año en el que según cuenta él mismo consumió metanfetamina. “Slim (clásico nombre de camello) puso un pequeño montón de polvo sobre la mesa. Lo cortó e inhaló, lo volvió a cortar y yo inhalé”, narra Agassi en sus memorias. Como tío listo que era ya entonces, se dio cuenta rápidamente de que aquello no era bueno. "Hubo un momento de arrepentimiento, seguido de una profunda tristeza", recuerda de aquella, su primera vez, consumiendo estupefacientes. Y en esas estaba, arrepintiéndose, pero ya se sabe, las drogas son muy traicioneras, y si no que se lo pregunten a Maradona. “Pero después vino una marea de euforia que borró cualquier pensamiento negativo de mi cabeza. Nunca me sentí tan vivo, tan lleno de esperanza, y nunca he sentido tanta energía”.
Después de pasar tan mal trago y sentirse tan horrible como cuenta, no es extraño que estuviese pensando en confesarlo todo. Pero no encontraba las palabras adecuadas. Ahí estaba, buscándolas, cuando le llegó una llamada de un médico de la ATP diciéndole que había dado positivo en un control. Se me encoge el corazón sólo de imaginar su dolor. "Mi nombre, mi carrera, todo estaba en juego. Todo lo que había logrado, por lo que había trabajado, pronto podía quedar en la nada". Pero si algo tenía el tenista estadounidense era que sabía reconocer cuándo se había equivocado y estaba dispuesto a pagar por ello. "Después de unos días me senté en una silla, con una libreta de notas en mi regazo, y escribí una carta a la ATP. Estaba llena de mentiras mezcladas con medias verdades" (pregunta que surge inmediatamente: si algo está lleno de mentiras, ¿cómo queda sitio para mezclarlo con medias verdades?). El caso es que en un alarde de honestidad y autorresponsabilidad, le cargó todo el marrón a Slim, (sabiendo que ningún jurado creería a alguien con ese nombre) aseguró que tomó la sustancia por beber un refresco de su asistente y pidió comprensión e indulgencia (si alguien no está ahora mismo pensando en hacerse miembro del club de fans de Agassi que levante la mano).
Pero la valentía de Agassi no tuvo recompensa. Parece ser que por problemas de correo postal, la carta nunca llegó a la ATP. O sí llegó pero no la abrieron. O sí la abrieron, pero pensaron que tampoco era para tanto. Total, que el bueno de André siguió jugando. Pero su tormento parecía no tener fin. Fue número uno, ganó varios Grand Slam, le salía el dinero por las orejas y terminó casándose con Steffi Graf. Suena bien pero no hay que engañarse. Éxito, dinero, fama, mujeres, ¿qué es eso comparado con el malestar del recuerdo de una mentira de la que había salido de rositas?.
Por eso, ahora ha decidido contarlo todo. Que no le puedan hacer nada no tiene por qué ser motivo de duda. Que parezca que con esto mejorarán las ventas de su libro Open (sorprendente y superoriginal nombre) tampoco nos debe hacer sospechar. ¡Fuera malos pensamientos!. Nos encontramos ante un caso claro de sincera confesión de pecado y búsqueda de arrepentimiento. ¿Quiénes somos nosotros para negárselo?
Su ejemplo no puede quedar en saco roto. Todos tenemos algún esqueleto en el armario, algo que nos gustaría que se nos hubiese borrado de la memoria, pero que ahí sigue, esperando su expiación a través de la confesión. Agassi nos ha dado un lección que tenemos que aprovechar. Yo al menos, lo voy a hacer.
Por eso, hoy, domingo 1 de noviembre de 2009 y en presencia de todos vosotros, juro solemnemente que cuando encuentre un editor que me adelante un millón de euros y mi abogado me asegure que no puedo ir a la cárcel, contaré un montón de historias que no me dejan dormir más de ocho horas al día.
Como diría Montes, ¡Agassi, qué huevos tienes!. (más que huevos, huevones).
El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.
Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!
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