Bilbao (bueeeeno, Barakaldo). Jueves. 18.30.
Falta media hora para que Pamesa y Estudiantes den inicio a esta Copa del Rey, tiempo que voy a aprovechar para hacer un resumen de lo acontecido desde ayer. Bien pronto por la mañana me acerqué al hospital informático. Una vez analizado el estado de mi ordenador, los doctores decidieron operarle sin más dilación. Afortunadamente y después de abrirle las entrañas, el pronóstico es bueno y creen que podrá salir de esta sin perder mucha memoria. Le dejé con el gota a gota puesto y prometiéndole que el lunes volvía para llevarle a casa.
Llamé al chofer para que me recogiese en casa. Se llama Juan Antonio Corbalan, y se parece un montón al mito del baloncesto. Durante el trayecto y como no podía ser de otra forma, un tema: “Para baloncesto, el de nuestra época”. Con la garganta seca de tanto darle a la húmeda, hemos tenido que parar en Burgos, en el Hostal Landa (otro clásico). Hemos estado discretos. Un par de huevos fritos con jamón y una birrita. De repente, como surgido de la nada, ha aparecido Toñín Llorente, de los Llorente de toda la vida, que ahora se dedica a hacer iron-manes, maratones por el desierto y otras locuras. Cafecito y para el Botxo
Una de las cosas más atractivas de la Copa es, además de la competición, servir como punto de encuentro de casi todo el baloncesto español. Entras en el pabellón y no paras de saludar a gente. El primero de la lista ha sido Andrés Jimenez, el gran Jimmix, que está más fuerte que cuando jugaba. Es otro pirado como Toñin, que se coge la bici y no sabe donde parar. El siguiente ha sido el omnipresente Romay, que estaba animado después de dar cumplida cuenta su primera comida bilbaína. Cuando he podido zafarme de su abrazo me he dado cuenta que detrás estaba Pepiño Casal, preparador físico de la selección en varias ocasiones y que conozco desde que nos puso a punto en el Europeo Junior de Santiago de Compostela, disputado sobre la mitad del siglo XV. Hablando de gente alta, al poco rato apareció el sheriff, Manel Comas, ya candidato al Nobel de la Paciencia por tener que soportar a FR durante las retransmisiones. Manel ha tenido a bien el recordarme un partido entre el Licor 43 y el Real Madrid en el que al parecer ganamos gracias a un robo mío de balén y posterior contraataque. Ya le he dicho. “Manel, no me puedo acordar de todos los partidos que gané. Fueron tantos…..”.
Entre risas me he ido hacia mi posición de plumilla. Pamesa y Estudiantes ya están el la cancha. Definitivamente sus camisetas dejan bastante que desear estéticamente.
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