Hoy quiero hablar de muertes. Mas concretamente de cuatro. Ya sé que no es un tema muy agradable y que seguramente yo mismo, de encontrarme estas dos frases de inicio, probablemente abandonaría la lectura. Lo entendería, aunque pido un voto de confianza pues no pretendo pertrechar un texto luctuoso ni afectado, sino más bien lo contrario. Por si alguno se pregunta ¿pero esto no es un blog de deportes? diré que la mitad tienen su vertiente deportiva, aunque también reconozca que no ha sido esta la razón principal de su inclusión.
Cuatro muertes. Tres personas y un perro. Dos se han producido en las últimas veinticuatro horas, la tercera aconteció hace unos días (ayer miércoles tuvo lugar su funeral) y la cuarta, la del perro, data de años pero debido a una circunstancia inesperada ha revivido como si de ayer mismo se tratase. Las humanas están interconectadas, la perruna es personal.
Antes de repasar cada una de ellas, tengo que referirme a un concepto que suele aparecer a edad variable pero que normalmente podemos situar en los alrededores de los cincuenta. La consciencia de la mortandad mortalidad. Ese momento donde dejamos de ser inmortales o mejor dicho, dejamos de pensar que somos inmortales. Ahora que lo pienso es algo parecido a la consciencia de la retirada, ese momento de tu carrera deportiva donde te percatas que eso no va a durar toda la vida, cosa que aunque sea de forma inconsciente, te lo crees durante bastante tiempo. Algunos incluso se les junta la consciencia con la retirada, y el golpe resulta muy duro. Pero eso es otra historia.
El caso es que mi consciencia de mortandad (en el libro me explayo algo más) me alcanzó de lleno a punto de cumplir el medio siglo y durante unos buenos meses me sumió en una buena crisis existencial. Poco a poco la he ido superando y como ya estoy en fase de resolución puedo hablar y reflexionar sobre estas cuatro muertes (incluso llamarlas así, sin necesidad de usar términos más livianos como fallecimiento, deceso y cosas así que parece que dan menos miedo). Cada una de ellas me parecen ejemplares. Por los personajes o por las circunstancias.
La primera es la de Manuel Alexandre. 92 años, lúcido, tierno, maravilloso actor. Trabajando hasta el final en lo que fue su gran pasión, dignificando no su profesión, sino al ser humano. Cada aparición en una película o en cualquier acto te alegraba la vista y el corazón pues era de esos que te hacía conectar directamente con la bondad. Sin conocerle le conocíamos todos y fue persona capaz de hacernos durante muchos años desde reír hasta llorar, de llevarte por toda la escala de sentimientos y de esta forma hacernos inmejorable compañía. Nunca dio la impresión de dejar de estar agradecido a la vida y la vida se lo correspondió con 92 años jugados a pleno rendimiento. Yo quiero ser como Manuel Alexandre, vivir tanto y tan bien de mente y cuerpo, con esa plenitud humana, llegar al final sin que ni mi cuerpo ni mi mente se deteriore lo suficiente como para deje de merecer la pena el llegar al siguiente cumpleaños.
Dicen que Manuel Alexandre era un gran secundario, aunque sólo lo comparto si la palabra SECUNDARIO va en mayúsculas. Bien, hace unos días falleció un gran SECUNDARIO que conocí y disfruté de su compañía durante los años que estuve en el Madrid. Se llamaba Ernesto Arín. Definir la función de Ernesto en aquel Madrid de finales de los 70 no resulta fácil. A primera vista se dedicaba simplemente a vendar tobillos y preparar algún que otro complejo vitamínico que no iba más allá de vasos de agua con una pastilla de Redoxon (vitamina C para entendernos) y a veces una tanda de Pharmaton Complex. Así le veía día tras días, con sus cintas de esparadrapo blanco dando vueltas por tobillos ilustres. Era bueno vendando, aunque donde se salía era en el cuidado de los pies. Uñas y durezas caían bajo sus hábiles manos y durante doce años no tuve que preocuparme en buscarme un podólogo. Pero con el paso del tiempo te dabas cuenta que la labor de Ernesto no era simplemente esa, sino que trascendía de las vertientes profesionales a las humanas. Aguantaba nuestras bromas, algún que otro cabreo del que él no tenía la culpa, se atrevía de vez en cuando a contar un chiste y siempre mostró respeto y humildad hacia todo y hacia todos. Los equipos necesitan tener a sus Ernestos. No salen a jugar, no meten goles ni canastas, pero resultan necesarios para dotar de humanidad y equilibrio un mundo que a veces parece no tenerlo. A su lado el jugador a veces se sincera más que con su propio entrenador, puede comprender a través de ellos que no debe dejar de tener los pies en el suelo, que hay cosas más importantes que el juego y que se puede ser un pedazo de ser humano sin necesidad de meter treinta puntos o salir en los periódicos. Un placer haberte conocido Ernesto.
La tercera muerte es la de Juan Carlos Arteche. Otro SECUNDARIO que terminó, como Alexandre, robando mucho foco. Esta me ha pillado de sorpresa, pues desconocía su enfermedad. Y me ha impresionado. 53 años. Joder, la gente no debería morirse a los 53 años. No conocí a Arteche más allá de unas pocas conversaciones en encuentros casuales. Me resultaba tan simpático fuera del campo como lo contrario dentro, pues distaba un mundo de ser una hermanita de la caridad. Además notaba en su comportamiento (y en el de otros muchos defensas de la época) cierta apología de una excesiva y peligrosa dureza que iba disfrazada ideológicamente con conceptos como fortaleza, nobleza, macho español, raza o valentía. Pero de lo que yo quería hablar era no de carrera deportiva, donde fue todo un símbolo rojiblanco (virtudes para ello no le faltaron) sino de su comportamiento en la enfermedad. Esta mañana le escuchaba en una entrevista de hace un año donde decía algo así como “mira, yo estoy peleando con un bicho y lo tengo claro. Si me gana el bicho, adiós. Pero yo juego pensando que le voy a ganar. Lo tengo difícil, pero pienso que lo voy a conseguir” Admiro profundamente este tipo de comportamientos, tanto como lamento que no aseguren el que ganes el partido. Hasta el último día creo que Arteche ha seguido jugando de Arteche, peleando sin tregua, quien sabe si saltándose alguna vez el reglamento para parar al bicho, cosa que en este caso justificamos y aplaudimos. Hasta me lo imagino en sus últimos momentos cuando ya la derrota estaba cantada, acercándose al bicho, dándole la mano y diciéndole: Buen partido. No deseo para nadie la desgracia de Arteche, pero sí que me gustaría que de ocurrirme, fuese capaz de responder con su grandeza. No se recuerda delantero que intimidase a Arteche. El bicho, aun venciéndole, tampoco parece que lo logró.
Dejo para el final lo más personal. Casi una íntimidad. Me entero por el blog vecindad que Vimeo ha otorgado unos premios a los mejores videos. Por curiosidad comienzo con el ganador. Últimos minutos con Oden. En el fotograma de enganche al video sale un tío fumando, lo que no sé por qué lo interpreto que se trata de Oden y lo que voy a ver son sus últimos minutos de ¿vida?. En cuanto lo hago correr me doy cuenta de mi error. Oden no es un hombre, es un perro. Y me pongo a temblar (aviso a los dueños o exdueños de perros, el video puede resultar de alta carga emotiva)
Last Minutes with ODEN from phos pictures on Vimeo.
Mi Oden se llamaba Baloo. Longevo como Alexandre, SECUNDARIO de lujo en mi vida como Ernesto, peleón hasta el final como Arteche. Acompañó mi vida durante 17 años, hasta hace tres. Aguantó lo que no está escrito, vivió más de lo seguramente tocaba, hasta que a la vuelta de un verano su enfermedad recomendó lo mismo que a Oden pues el remedio era peor que la enfermedad. Le llevé una mañana a la veterinaria y le dejé sobre una mesa metálica para que le examinaran. Al salir de la consulta me giré y Baloo me clavó una mirada que nunca olvidaré. Los ojos medio entornados, probablemente muerto de miedo, implorando en silencio que no le dejase allí. Me llamaron al final de la mañana. No había vuelta de hoja. Esa misma tarde mi mujer y mi hija fueron a despedirse de Baloo. Yo en cambio, me quedé en casa, asustado, incapaz de enfrentarme por última vez a su mirada. Viendo el video de Oden he vuelto a comprender que yo debía haber estado allí, acompañandole hasta el final y no haciendo lo que él nunca me hubiese hecho a mí. El miedo, la incapacidad de soportar el dolor que me producía la perdida me hizo cometer un tremendo error del que me arrepientí desde el momento que con los ojos rojos y sin poder dejar de llorar, mi mujer y mi hija volvieron a casa.
Cuatro muertes todas ellas con una enseñanza debajo del brazo. La atractiva y deseada longevidad de Alexandre, la humanidad de Ernesto, la lucha de Arteche y mi fallo con Baloo. A los cuatro, por diferentes motivos y en diferentes grados, muchas gracias.
Hay 140 Comentarios
Pero después de esa experiencia, he aprendido más de un estado de calma de la mente.
Publicado por: juicy couture outlet | 23/12/2010 6:00:10
You posted very valuable article that for some reason you got my interest to try this out.
Publicado por: pandora schmuck | 08/12/2010 1:53:18
La consciencia de la mortalidad me dio un sopapo demasiado pronto, y hasta hace poco no me di cuenta de la influencia que ha tenido aquello en mí, para bien y para mal. Estoy de acuerdo con fifi, pienso que más que de la edad depende de cuándo te llega la primera vez que pierdes a alguien a quien quieres.Mi Baloo se llamaba Troy, su muerte fue parecida y me pilló a unos 600 km (y también fue hace tres años a la vuelta de verano, como Baloo). No sé qué hubiera hecho si hubiera estado allí, no sé si hubiera sido capaz de ir a despedirme de él. Cada vez que le he dado vueltas desde entonces he terminado muy triste y sin tener nada claro cómo hubiera reaccionado. No he sido capaz de ver el vídeo, creo que se me ha metido algo en los ojos.Respecto a algunos comentarios, pienso que la inmensa mayoría de los que tenemos o hemos tenido perros/gatos/lo que sea no los ponemos al mismo nivel que los humanos; me dolió mucho la muerte de mi perro, pero por supuesto no es comparable a la de mi hermano. Pero creo que también es lógico que me duela más perder a mi perro tras 13 años viviendo conmigo que la muerte de alguien a quien no he conocido en persona, por muy admirable que fuera; insisto, sin que eso signifique equiparar la muerte de un perro a la de un ser humano.
Publicado por: Wiggum | 22/11/2010 15:41:51
Hola:Enhorabuena por tu blog. Hoy he vuelto a ver la entrada sobre la muerte de tu perro y aun estoy decidiendo si ver el video. A mi perra "Luna" le diagnosticaron un linfoma hace ya un año. Gracias a la quimio le hemos alargado la vida hasta ahora y aun parece que tiene cuerda para al menos un rato. De cualquier manera se que en cualquier momento el veterinario nos dara la fatal noticia de que tendremos que sacrificarla. Teniendo en cuenta lo que lloramos cuando nos dieron la noticia, no habia podido decidir que iba a hacer cuando llegue ese dia. Gracias a ti he tomado la decision de acompañarla hasta el ultimo momento, aunque se que sera un trago durisimo.Acabo aqui ahora que las lagrimas aun me permiten ver el teclado y pensare si ver el video o no.
Publicado por: Mofli | 22/11/2010 11:35:44
Mi baloo se llamaba kin... Tuve la "suerte" dejar que muriese en mis brazos.Tuve que sacrificarlo por que estaba ya con varias enfermedades y encima se había quedado sordo por infecciones de oído.Jamás olvidaré esos minutos de espera en la sala del veterinario, acariciándole como jamás lo había hecho, con unas ganas tremendas de decirle "lo siento".Ya en la camilla, mis brazos lo sujetaban hasta que esa inyección le arrancó la vida... ese último aullido se me clavó en el cerebro como si de una rayo se tratase yno pude evitar interpretarlo como un "porqué?"Lo siento Kin, quizá debería haberte dejado vivir más, pero pensé que había llegado tu hora.Creo que pasará mucho tiempo hasta que pueda olvidar este sentimiento de culpa que me come por dentro cada vez que veo tu correa en casa, pero espero que sepas perdonarme.Te echo de menos Kin.
Publicado por: nabil | 28/10/2010 16:37:53
ChapeauEres bueno palomero, ... muy buenoYo sí vi morir a mi amigo de 4 patas
Publicado por: omega | 19/10/2010 18:23:35
Comparto todo lo que has comentado. SECUNDARIOS, pero de lujo. En todos los ámbitos de la vida al final son imprescindibles. Saludos.
Publicado por: Capitan Rinchetti | 17/10/2010 22:12:30
No conocí personalmente a Manuel A., Juan Carlos A., y Ernesto A., aunque si a Pablo L-I. Este también era un tipo “A”. Me enteré de su muerte demasiado tarde, y ¡Cómo sentí no haberle podido ayudar en los meses antes! Muchas, muchas veces me acuerdo de él y rezo por él.Mi conciencia de mortalidad fue más temprana de los 50. Quizás por no tener una vida de reconocimiento público. Pero mi condición de cristiano me ayudó a llevarlo bastante bien. Procuro estar en paz con mi conciencia y con Dios. En lo terreno, contraté un seguro de vida por si me voy, para los que de los míos queden. Una preocupación menos.Amo la vida, pero consciente de mi muerte y de la Vida, el orden de las cosas cambia. Me emocionaría con la última mirada de mi perro, pero infinitamente menos que con la última mirada de un ser humano, sea octogenario, en la flor de la vida o en su periodo de gestación. Amo la dignidad del hombre, de su ser y de su naturaleza. Y sé que los tipos grandes nos hacen más grandes a todos…Pues ESToS cuatro son de esos.
Publicado por: Anónimo | 17/10/2010 21:17:47
"Viendo el video de Oden he vuelto a comprender que yo debía haber estado allí, acompañandole hasta el final y no haciendo lo que él nunca me hubiese hecho a mí..." Que bonito...Un culé (?), sin perro (?¿), como si eso (o lo otro) importara...
Publicado por: RED PÈRILL | 17/10/2010 3:11:37
OK, tio tira para delante. Por cierto se echa de menos un comentario sobre Andrés, (os recuerdo que "he passed away" hace justo un año)
Publicado por: el pollo | 16/10/2010 16:07:07
Hoy hace un año que te fuiste Montes, y tan solo puedo decir que ha sido un año más aburrido del que hubiesemos pasado si te hubieses quedado aquí con nosotros.Al igual que hace un año, solo decir que eres un JUGÓN.
Publicado por: Renko | 16/10/2010 13:32:48
Brillantísimo Itu, (como casi todo lo que haces), jugando me parecías realmente discreto, pero en prensa, televisión e internet te estas volviendo un rato bien aprovechado, y es que en la muerte, los ceros del banco, el color de la piel hasta la especie de ser vivo pierde su sentido. Este blog es un agradable espacio libre de intrusos contaminados y descerebrados. Espero tu libro
Publicado por: javier | 15/10/2010 23:58:58
Gracias Juanma, admiro tu valentía a la hora de afrontar tus miedos.Y gracias también por descubrirnos este maravilloso vídeo.
Publicado por: Pepa Salas Durán | 15/10/2010 17:32:08
Joder Iturriaga, estoy metido en mi despacho llorando como un descosido rezando porque no entre ningún compañero de trabajo y me vea de esta manera. Mi Oden se llamaba Elton. Cocker spaniel de genio recio, comelón y fiel e inseparable compañero de largos paseos. Nació en casa cuando yo era un niño, y como Oden, murió en la consulta del veterinario a sus 14 años. En mis brazos. Recuerdo la mirada de Elton, era como la de Oden Y la reconozco en la de Baloo. Le echo de menos. No he vuelto a tener perro. Ahora soy padre de familia y añoro una casa con un trozo de jardín donde poder criar a mis hijos y tener la posibilidad de hacer crecer la familia con un Elton que comparta sus juegos, sus peleas, sus penas, sus vidas. Gracias por tu post.
Publicado por: Alejandro | 15/10/2010 16:31:23
Gracias por tus palabras...son un ejemplo. Logras emonocionarme.
Publicado por: Diego | 15/10/2010 12:50:01
Venga, alguien tiene que decirlo, ¡ESTÁIS MUY SENSIBLEROS!PD: A mí también me ha gustado la entrada. :D
Publicado por: jose_pucela | 15/10/2010 11:25:19
Mi querido Itu...Yo, que soy de lágrima fácil y sencilla, te puedes hacer una idea de cómo estoy después de leer tu inmejorable post...A tu amigo Ernesto no le conocí, pero sí es cierto que todos hemos tenido en nuestra vida a ese/a "Ernesto" con el que te liberabas de presiones y maldecías y te reías y el/ella te aguantaba con una sonrisa... y cuando te ibas, quizás las cosas seguían igual, pero nos encontrábamos mejor...Son un tesoro esas personas y lo mejor que podemos hacer cuando faltan, es mantener su recuerdo y hacer nuestra su actitud frente a la vida... A Arteche... aunque soy rojiblanca, no tengo recuerdo de él... pero esa actitud de valentía, de no venirse abajo, de engrandecerse frente a una enfemerdad así, sólo lo hacen los valientes, los que aman la vida, los que no quieren salir de ella... ojalá nunca me enfrente a una situación así, pero en el caso de que ocurriese, quisiera no ser tan cobarde como pienso que soy...Y de Manuel Alexandre... pues era GENIAL. Como pocos... para mí era muy especial porque, además de las pelis míticas de Berlanga, Forqué etc... tengo el recuerdo de las de Parchís... entrañable.De esas personas que con sólo mirarte te hacen cambiar de actitud... una pena.Y de mascostas... yo nunca he tenido a un Baloo... pero creo que el tuyo no te reprocha nada.Un beso
Publicado por: Charada | 15/10/2010 11:00:04
joder, si he empezado a llorar antes de terminar de leer el post, no me quiero imaginar cuando vea el video...Un beso
Publicado por: fiona | 15/10/2010 10:38:20
Enhorabuena Itu, otro de esos posts (¿se dice así?) que provocan una avalancha de comentarios, en este caso por su emotividad, algo de lo que no vamos sobrados en estos tiempos. Yo tampoco me atrevo a ver el vídeo y no quiero ni pensar en el día en que tenga que decir adiós a mi Muni. Por otra parte, esta noche el programa "Entre Copas" de Marcat Tv hace un especial sobre Andrés Montes, con Antoni Daimiel y Trecet (no sé si este último es el más indicado, pero supongo que sabrá estar). La presencia de Daimiel hace que merezca la pena por lo menos empezar a verlo.
Publicado por: César | 15/10/2010 10:24:14
siempre me conforme con leerte, leer los comentarios de gente sensata que pasa por aqui(lo cual es mucho en estos tiempos), pero hoy.....hoy me has arrancado lagrimas(si aunque avises de que es emotivo...) y solidaridad, porque solo quienes tuvimos un compañero y mejor amigo entendemos eso...Iu gracias por hacer que merezca la pena perder el tiempo en internet de vez en cuando
Publicado por: merche | 14/10/2010 23:41:27
Vaya tela Palomero, no me he atrevido ni a ver el video de Oden. Gracias por este despliegue de humanidad tan raro en los tiempos que corren
Publicado por: JHF | 14/10/2010 22:22:01
Si cuando decias que te cansabas de hablar de basket siempre y lo que querías es hablar de estos temas me parece que nos vamos a ´´entretener mucho``, traspasar la linea en la que uno deja de ser el gracioso ex-jugador de baloncesto y ´´desnudarse´´pùblicamente es un acto de humanidad, asi que gracias por este post.Poco que decir, la parca nos encontrará a todos, esperemos que en los últimos momentos no pensemos que hemos desperdiciado nuestra estancia breve y finita.Un abrazo.
Publicado por: audie | 14/10/2010 21:34:28
Bravo.
Publicado por: jose | 14/10/2010 21:00:35
Hacía tiempo que no me emocionaba tanto, ni me sentía tan vivo.Gracias Itu.
Publicado por: Marco Antonio | 14/10/2010 20:04:09
JUGÓN!!!!!
Publicado por: Alkarreño | 14/10/2010 19:44:02