El Palomero

Cumpleaños feliz

Por: EL PAÍS

04 feb 2011

No me resulta fácil cumplir años. Lo digo sin dramatismos tipo “un año menos” y alejado ya de la crisis existencial que sufrí cuando me acercaba a las 50 primaveras. Pero es un día raro, la verdad. Esperas mucho y a la vez no esperas nada. A ratos celebras el puro y simple hecho de haber disfrutado de la vida 365 días más y por otro no te importaría que tu cumpleaños siempre fuese mañana. Te felicita gente suficiente como para sentirte querido (muchas gracias a todos los que lo habéis hecho a través del blog) pero no siempre te llama TODA la gente que te gustaría. Lo disfrutas con gente a la que quieres pero siempre falta alguien del que te acuerdas en estos momentos. Supongo que al final los cumpleaños son como la vida, donde nada es todo.
Pero siguiendo el camino que elegí desde hace un tiempo, me quedo con lo bueno y desprecio lo demás. Y tengo tanto de lo primero que sería estúpido por mi parte dedicar no mas de un pensamiento fugaz a las sombras que sobrevuelan mi vida, seguro que iguales o parecidas a las de la mayoría. Estoy en Israel con un grupo de amiguetes pasándolo bomba, mi familia está perfectamente representada por mi mujer y mi hermana Begoña, nos están tratando a cuerpo de reyes y encima, y aquí viene la gran noticia, ¡HEMOS GANADO! Es más, ¡HE METIDO UN TRIPLE Y HE HECHO UNA PALOMERADA!. De lo primero hay documento, de lo segundo no porque ha sido tan fugaz (como en los mejores tiempos) que al cámara no le ha dado tiempo a pillarla. Pero ha tenido todo lo que se le supone a un palomero. Anticipación, rapidez y buena ejecución final (vamos, que no he bajado una vez a defender, hemos robado el balón y estaba solo debajo de la canasta).
Seguro que mañana no vendrá en ningún medio de comunicación pero eso nos da igual. Teníamos una espina clavada por las dos ultimas derrotas ante el Maccabi y nos hemos vengado. 72-60 ha sido el resultado final, y también nos hemos llevado el MVP (Arlauckas) y el trofeo al máximo encestador (Jerónimo Bucero). Incluso al final y en un momento muy emotivo, han salido a jugar un par de minutitos Rafa Rullán y Vicente Paniagua, viejos legionarios, entrañables compañeros y educadores, junto a gente como Vicente Ramos o Cristóbal, de la generación a la que pertenezco.
Es curioso como hay cosas que el tiempo no cambia. Hace muuuuuuuuuuucho tiempo que nos retiramos pero a pesar de que el cuerpo no es el de antes, mantenemos intacto nuestro espíritu competitivo. Y no nos gusta perder ni a las canicas. Y más cosas, como comer pasta, no andar mucho que eso no viene nada bien y echarse una siesta antes del partido. Tics de veinteañeros profesionales en cuerpos de cuarentones retirados (los más afortunados). Pero es una gozada volverte a sentirte jugador por un par de horitas. Porque aunque puede parecer que nos lo tomemos un poco a cachondeo, al repetir rituales de antaño de alguna forma recuperas algunas sensaciones olvidadas y que dicho de forma coloquial, te ponen.
Total, que aquí estoy, con agujetas pues con el libro y demás llevaba una temporada no muy activa y esperando la hora de la cena. Desde la mesa donde he desplegado la colección de gaddgets electrónicos que me acompañan habitualmente veo a algunos de mis compañeros Internet a tope o simplemente de charlita dejando el tiempo pasar y amigos. Otros están de sauna y piscina y alguno echando una siesta tardía, que aquí cada uno es de su padre y de su madre.
Nos queda mañana, con un trayecto Eilat-Tel Aviv en autobús para poder hacer dos paraditas en el Mar Muerto y en Jerusalem. Un remate feliz para un viaje feliz donde he celebrado un cumpleaños feliz. ¡Que más se puede pedir!.
Postdata.- Como muchos de vosotros me habéis pedido imágenes en juego, aquí va un pequeño resumen del partido de ayer. Esta hecho con un iphone, y la grabación y los comentarios son de mi mujer y de mi hermana (dato necesario para entenderlo). Ha sido editado de prisa y corriendo, pero para hacerse una idea de lo ocurrido creo que va bien. Y lo de mi camiseta con el numero 15 es un homenaje a Beirán, que se ha pasado el pobre todo el viaje tumbado en la cama. !Qué menos por un compañero!. Eso sí, no se me pegó su mágica muñeca.


Petra bien vale unos cuantos controles

Por: EL PAÍS

02 feb 2011

21.30. Hotel Sunrise. Eilat. Mientras mis compañeros intentan descubrir dónde y cómo se puede ver el Real Madrid-Sevilla, es momento de cumplir con el diario de viaje. Dado que mañana (jueves) comienza el torneo que nos ha traído hasta aquí, hoy hemos aprovechado el día para hacer una visita obligada. Petra. Uno de esos sitios que cuando lo has visto en la tele o en alguna película tipo Indiana Jones III, no puedes evitar pensar: “Me gustaría ir”. Hoy, los 30 expedicionarios (jugadores, unas cuantas parejas, tres fans y hasta el gran fisioterapeuta Antonio Chain) junto a Bertkowitz, Aroesti, sus mujeres y una familia que ha entrando en el autobús con tanta seguridad que a nadie se le ha pasado por la cabeza preguntar quienes eran (al final han pasado todo el día con nosotros como si nada) hemos cumplido con ese sueño. Sobra decir que ha merecido la pena, pero también que hay que armarse de paciencia, pues llegar hasta allí, al menos desde Israel, no es nada sencillo debido al tema de la seguridad en los pasos fronterizos.
He dicho 30 pero debería haber dicho 28, pues el contingente blanco ha sufrido dos bajas. Una, desde el mismo día que llegamos. A Jose Beirán, nuestro excelso tirador y una de las grandes esperanzas para el torneo, la espalda le ha dado un toque (todo un clásico post-viaje) y lleva dos días como dirían en un periódico deportivo, “entre algodones”. A Jose se le ha unido Vicente Ramos con un problema también bastante común cuando cambias de alimentación. Vientre flojo. Sin comentarios, que todos salen un poco escatológicos.
La primera parada se ha producido en la frontera entre Israel y Jordania, donde nos hemos enterado que nuestro autobús habitual se quedaba en un lado y otro nos esperaría en la tierra de Hussein y Abdalá. Por cierto, ambos kings, sobradamente conocidos no sólo por ellos, sino por sus mujeres Noor y Rania (como muy bien nos lleva contando el Hola desde tiempo inmemorial) están por todas partes. Esta es una de las fotos que nos hemos encontrado nada más cruzar.

Por si alguno no lee el Hola y no está familiarizado con la realeza jordana, de derecha a izquierda son Abdalá II, Hussein, Talal ibn Abd Allah, Abd Allah ibn Husayn y el último pues no tengo ni idea, aunque tiene cara de buena persona, aunque nunca hay que fiarse mucho. (cuando se os acabe el debate sobre Israel en vuestros comentarios, podéis tocar el de la Monarquía jordana, o sobre las monarquías en general. Siempre con respeto a la opinión ajena)
El trámite del cruce de frontera ha sido de todo menos trámite. Primero en la zona israelita, que digo yo que cuando te vas de un país pues deberían ser un poco más laxos, pues te estás yendo. Pues no. Pero lo mejor ha venido ya en terreno jordano, donde hemos tenido que entregar los pasaportes (todos a la vez) y nos han pedido que esperásemos. Como la cosa parecía que iba para más rato que los diez minutos que nos han dicho, pues he aprovechado para enviar una crónica para Real Madrid TV, programa Veteranos por el mundo

Sí, es una almohada lo que llevo en la mano.
Lo mejor ha llegado cuando por fin ha venido un ¿funcionario? a entregarnos los pasaportes. Vamos a ver. Un grupo de españoles es ya de por sí un grupo complicado por su tendencia innata a no seguir las recomendaciones. Y si no que se lo pregunten a nuestro guía. El hombre se va tomar una semana de vacaciones después de pasarse todo el día desesperado intentando domarnos. Aquí está el documento que demuestra como se desorganiza el caos.

Bueno, pues ya estábamos en Jordania. De la frontera a Petra, dos horitas de autobús, primero por una buena carretera y luego por otra no tan buena. Sube que te sube, baja que te baja. Poco a poco nos hemos ido dando cuenta que quizás nuestra ropa de abrigo era algo escasa porque la temperatura no era la prevista. Al menos por nosotros. El quizás se ha convertido en certeza cuando por indicación del guía hemos parado en un lugar en la mitad de la nada donde supuestamente podíamos tomar unas buenas fotos, pero que en realidad era una tienda, probablemente de su primo, donde vendían todo tipo de souvenirs cuya relación calidad precio ha provocado que no nos vendiesen ni una escoba. Eso sí, en algo hemos coincidido. Hacía un frío del carajo.
Finalmente a eso de las 12 de la mañana hemos llegado a Petra.
Cuatro horas después volvíamos a subirnos al autobús después de una gran caminata donde hemos podido comprobar que la fama de Petra está totalmente justificada. Es una pasada. No me extenderé más pues las palabras que pueda utilizar para describir este increíble lugar no le harían justicia. En mi condición de reportero dicharachero, he tenido que hacer una conexión en directo para el Telediario de la Uno, el de la incombustible Ana Blanco

Pero no todo iba a ser trabajo. También me ha dado tiempo a hacer el chorra. Mi especialidad.

En fin, una gran excursión. Comida y vuelta para la base. Nuestro guía ha intentado una parada en el chiringuito de otro primo suyo, pero como ya nos lo sabíamos, la hemos abortado a tiempo. Sólo faltaba un nuevo trámite. Desandar lo andado y cruzar en dirección contraria la frontera entre Jordania e Israel. ¿Qué tengo en la cara o en el apellido para que me retengan cada dos por tres?
Desconozco los procesos por los que se guían los puestos fronterizos o los controles de pasaportes en los aeropuertos, pero está claro que por estos lares algo saben de mí que se me escapa. Debe ser algo malo, porque ya llevo dos de dos. Sin problemas en el puesto jordano, la re-entrada en Israel ha sido otro cantar. Primero se han fijado en los dos Abad que llevamos. Santi el jugador y David, el mayordomo de Toñín Llorente. Parece que les suena a apellido árabe, y no hay vez que no les cuestionen sobre el nombre de sus padres, abuelos y bisabuelos. En cuanto a mí, ¡vete tú a saber!. El caso es que con todos ya metidos en el autobús, ahí estaba yo, poniendo cara de buena persona y contestando a preguntas tipo ¿dónde has nacido?. Yo les he dicho que en Bilbao, esperando que esto les impresionase. Pero ni por esas.
Total, que después de ponerse en contacto con la Interpol (esto me lo imagino) y con el CESID español (esto también me lo imagino) me han dejado subir al autobús. Al menos hasta el sábado que volvemos a Madrid, me esperan dos días tranquilos.
Al llegar al hotel nos hemos encontrado con Tal Brody, el primer mito baloncestístico de Israel, al que mientras hablábamos han venido tres chavales de unos diez años para sacarse una foto con él. Pregúntale a uno de nuestros chicos de esa edad si saben quien es Emiliano o Brabender, a ver qué te dicen.
Pues esto ha sido todo por hoy. Mañana comienza el torneo. Jugamos la segunda semifinal, frente al Happoel de Jerusalén. El Madrid-Sevilla sigue 0-0 a mitad del segundo tiempo. Ufff, me puedo imaginar el ambiente que hay en el Bernabeu.

Palomero contra Tiburón

Por: EL PAÍS

01 feb 2011

Primer día de trabajo en Eliat. Desde la mañana hasta la noche. Por vuestros comentarios he intuido que pensáis que aquí estamos de cachondeo todo el rato, pero os diré que somos gente muy profesional y hemos venido con un único objetivo, ganar un torneo. Por cierto, hoy han aparecido por el hotel nada más y nada menos que Micky Bertkowitz y Aroesti. Para aquellos a los que estos nombres no les digan nada, bastará con apuntar que Micky Bertkowitz es el jugador israelí más famoso de la historia.


Anotador implacable, personaje de primer orden en su país, lideró aquel Maccabi que a finales de los 70 y mitad de los 80 se convirtió en una potencia en la Copa de Europa. En el video se ven imágenes de las dos que ganaron en aquella época, una al TSKA de Moscú en el 77 y otra a la Virtus de Bolonia en el 81). Micky cumple 57 años el próximo 17 de Febrero y está hecho un pincel.

Y por lo que me cuentan, las sigue metiendo con los ojos cerrados (abstenerse chistes por la frase que me ha salido). Aroesti no está tan fino (como se puede comprobar en la foto) pero este es un lince y supongo que lo seguirá siendo, por lo que eso es lo de menos. Base zurdo, tremendo competidor, capaz de sacarte de tus casillas en cuanto te descuidases, puso el orden y el cerebro en aquel gran equipo. Ambos han venido con un par de días de antelación al torneo (comienza el jueves) porque mañana nos van a acompañar en nuestra excursión a Petra (hombre, no todo va a ser trabajo).
Tiempo habrá para hablar del Maccabi, por lo que volvamos al tema principal. Nuestro esforzado día. Lo hemos iniciado con una visita al Dolphin Reef. A pesar de nuestro estado de máxima concentración hemos olvidado durante una media hora el principal motivo de nuestro viaje y después de enfundarnos el traje de neopreno (hay que ver qué bien me sientan las cosas entalladas y pegaditas al cuerpo) hemos estado nadando un rato rodeados de ocho delfines. Mientras elucubraba sobre cual puede ser la defensa en zona más eficaz (ya sólo defendemos hombre a hombre en momentos desesperados) los delfines no dejaban de pasar a nuestro lado. Había también un barco hundido y una alucinante formación de corales que he visitado una vez concluido que la 2-3 nos puede dar mejor resultado que la 1-2-2.
Todo iba bien, me encontraba más feliz que Florentino con Mourinho cuando he notado algo raro a mi derecha. No os lo vaís a creer, pensaréis que estoy de cachondeo, pero ¡ERA UN TIBURÓN!. ¡Y de tamaño XL!. Lo juro por mi lavavajillas Agni, que no ha roto un plato. Un tiburón se acercaba hacia mí. He intentado mantener la calma y he recordado que el instructor de buceo me ha dicho que nos tienen más miedo que nosotros a ellos. Todo iba bien y el único problema era que me estaba zampando la botella de oxigeno a marchas forzadas, pero el tiburón no tenía por qué darse cuenta. Entonces, cuando lo tenia todo controlado, me ha venido a la cabeza la historia de la turista alemana que fue atacada hace bien poco por estos lares. Y me he descompuesto. No, no me he hecho de vientre. Algo peor. He intentado escapar. Mi movimiento ha sido tan brusco que sospecho que el tiburón se ha asustado. Y claro, se ha lanzado hacia mí. Ha sido, y perdón por la expresión, la hostia. Me ha enganchado y no sé como me he soltado antes de que cerrase su enorme boca.
Una vez recuperados de tan grande impresión (eso sí, ninguno se había planteado tirarse al agua para ayudarme) hemos vuelto al hotel. Para olvidar la angustia vivida, hemos dedicado la comida a discutir sobre si la liga de futbol está perdida, si el Madrid de baloncesto va en serio, si es bueno o malo el grupo de España en el Eurobasket o si somos más listos que los demás al usar casi todos Mac. En casi todo y como casi siempre, no nos hemos puesto de acuerdo.
Sin tiempo para el merecido reposo nos hemos vuelto a poner en la carretera para dirigirnos hacia el puerto de Eliat donde hemos embarcado en una goleta para darnos una vuelta por Israel, Jordania, Egipto y Arabia Saudí. Ya, suena como mucho, pero es que navegando un poquito desde Eliat tienes acceso a estos cuatro países. El palomero, siempre dispuesto a dotar de conocimiento a sus lectores, lo explica perfectamente en este video

Quizás no ha quedado claro por eso que había mucho viento, por lo que os pido una segunda oportunidad. Esta vez con artista invitado

Si con esto no lo tenéis claro donde estábamos, pues un poco de Google maps. Y decían left y yo decía derecha porque yo estaba grabando en dirección contraria a la del barco. Por cierto, ¡Grande Sevillano!. No esperamos muchos puntos y rebotes suyos en el torneo, pero su presencia da muy buen rollo al grupo. Todo lo contrario que el concurso de karaoke que se está desarrollando en el hotel ahora mismo y que me tiene a punto de una ataque de nervios. Joder, cómo pueden cantar tan mal.
Pero volvamos al barco. Durante gran parte de la travesía hemos estado ensayando jugadas en la cubierta, que aunque tenia una gran mesa llena de cervezas y comida, todavía dejaba un espacio para practicar. Al llegar al hotel después de tan exigente travesía, el delegado Javier Artime (viajamos sin entrenador, un lujo) nos ha dejado bajar a la zona de spa del hotel donde por fin nos hemos podido relajar en un jacuzzi enorme donde hemos cabido casi todo el equipo (sólo ha faltado que sonase una canción de los Village People para que alguien se hubiese llevado una impresión equivocada).
Y aquí estoy, dudando entre agredir a los del karaoke o irme a la cama, que mañana nos pegamos un madrugón de cuidado. Jo, esto es un sinvivir. Entre entrenamientos, charlas técnicas, ensayo de jugadas y otros compromisos, nuestra vida en Israel es un puro stress. En fín, espero que lo de Petra sea más relajado. Aunque mira lo que le pasó a Harrison Ford y Sean Connery en Indiana Jones y la última cruzada.
Para terminar y como supongo que habrá gente que no se habrá creído lo del tiburón, aquí va la prueba videográfica de la agresión. ¡Para haberme matado!

Hasta mañana (si este ritmo de vida no acaba con nosotros antes)



Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal