El Palomero

Tonta preocupación de lunes

Por: Juanma Iturriaga

27 feb 2012

Tengo que confesarlo. He pasado un lunes muy preocupado. De verdad. Palabra de embajador del buen rollo (Francino dixit) ¿El motivo? Creía que me estaba desconectando.  ¿Desconectando de qué?, os preguntaréis, pues sois gente de enorme criterio, afirmación que queda totalmente demostrada al haberos acercado a este rincón de la cibergalaxia. Pues de la gente en general. Bueno, más que de la gente en general, de los asuntos que causan interés a la gente en general. Mejor dicho, de los asuntos que se supone causan interés a tenor del espacio que ocupan en los medios de comunicación (tengo mis dudas de que siempre coincidan). Durante muchas horas he sentido que se había soltado el cable que me unía a la estación espacial de la normalidad y mi futuro no podía ser otro que vagar infinitamente por el espacio sin encontrar vínculo de unión con el resto de los mortales (bueno, al menos hasta que se me acabase el oxigeno del traje).

Pongamos dos ejemplos de este pasado fin de semana: los Oscars y el fin de semana de las estrellas de la NBA. Dos acontecimientos planetarios, llenos de figuras, pasarelas, bonitos vestidos, mates estratosféricos, cientos y cientos de periodistas... La fiesta del cine, la fiesta del baloncesto. Bien, sumemos el tiempo que he dedicado a leer, ver o escuchar cosas alrededor de estos dos megaeventos. Empecemos por el de la NBA: un resumen del partido de los novatos para ver a Ricky (dos minutos y medio), una entrevista a Marc Gasol en El País (cuatro minutos) las estadísticas del partido del domingo (minuto y medio) y seis segundos más en las noticias del Hoy por Hoy, suficientes para dar el resultado y los puntos conseguidos por Marc. Total, ocho minutos y seis segundos. Vayamos con los Oscars. ¿Cuánto se tarda en leer "The Artist gana por goleada"? Pues eso. Ah, ponle ocho segundos más examinando con terrible desgana los vestidos que llevaban Angelina, Pe y Gwyneth Paltrow. Sumemos algo por si se me ha pasado, y da la friolera de como mucho 10 minutos.  ¿A que es para estar preocupado?

Podría tener excusa. Estamos hablando de un fin de semana donde a Urdangarin le han hecho el tercer, cuarto, quinto y creo que hasta sexto grado, no sé si sentado en una incómoda silla y con un foco apuntándole a la cara, pues fotos de dentro no ha habido. 23 horas de interrogatorio son muchas horas (caben hasta tres discursos de Fidel Castro), dan para muchas preguntas y por supuesto generan una cantidad ingente de información. Podría, en un alarde de responsabilidad, haberme pasado toooodo el fin de semana siguiendo en directo noticias, comentarios, elucubraciones, chivatazos desde dentro, tweets y demás, que ha habido de todo. Porque el asunto tiene su importancia. Por el hecho en sí del presunto choriceo, por la persona que supuestamente lo ha practicado, por la persona que está casada con el presunto delincuente, por la persona que es el padre de la que está casada con el presunto delincuente y que supuestamente recomendó al supuesto transgresor de la legalidad que casi mejor que se fuese a ver nevar a Washington que aguantar un chaparrón aquí. Que digo yo que espero que si alguna vez el padre de la hija del presunto chorizo se entera de que estoy cometiendo un delito, en vez de llamar a la policía, pues que me consiga un trabajo en Nueva Zelanda, que yo sí que le voy a hacer caso. Pero eso es otro tema. Decía que podría tener excusa por el seguimiento ininterrumpido del caso Urdangarin, pero no la tengo. Tres titulares en Internet, el artículo de Mabel Galaz y comprobar en la foto del sábado, antes de entrar en el juzgado, que al menos en la cara ya le han caído unos cuantos años. Espera, que podría tener otra excusa. La Liga de fútbol. Hago memoria: resúmenes del Athletic y Madrid, cinco minutos, más los 10 últimos del Atleti-Barça. Total, 15. Nada, tampoco sirve. 

¿Veis como tenía motivos para mi desasosiego? Ni NBA, ni Oscars, ni Urdangarin ni fútbol. Cuatro pilares informativos del fin de semana que no me han provocado un mínimo de interés. Vosotros, que sois gente sumamente inteligente, seguro que pensáis que no hay motivos para alarmarse, que seguramente estuve pasando un fin de semana de lujo y fantasía con la mujer de mis sueños (la mía, por si lo lee) en un paraje idílico. Hubiese estado bien, pero para nada. Me fui el sábado a Bilbao a hacer una visita a mi madre, tomé unos potes por la tarde-noche, al día siguiente cogí otro avión al mediodía de vuelta a Madrid y por la tarde estuve tirado en el sofá como corresponde a un domingo por la tarde. Esto agravaba la situación, pues teniendo tiempo de sobra, ni se me ocurrió acercarme a los temas candentes. 

(Como siempre que las cosas se ponen feas, apareció el Palomero optimista abriendo un diálogo interior):

 -Bueno, bueno, bueno, que no cunda el pánico. Pensemos que es sólo un fin de semana. 

-Ya, pero la semana pasada me pasó con los Goya.

-Hombre, algo de patriotismo de vez en cuando no viene mal.... ¿Has visto el monólogo de Santiago Segura en Youtube

-No

-Vaya, vaya… Lo arreglamos ahora mismo

  

-Ya está, ya has visto lo mejor.

-¿Y lo de la NBA? Se supone que a mí me gusta el baloncesto.

-Precisamente. Por eso.

-¿Y el fútbol? Yo quería ser del Athletic.

-Jornada de transición. Poca chicha.

-Tambien me he desentendido de la renovación de Guardiola, clave para el futuro de Cataluña. Qué poco periférico, ¿no?

-Dejalo, que está cansina.

-Ni siquiera me mosqueo con Mou.

-No me extraña. Hizo un amago con algo sobre la afición, pero está más soso que otra cosa.

-¿Y lo de Urdangarin? Mira que igual está en juego el futuro de la Familia Real... Pero ni por esas.

-Lo de Urdangarin es como un culebrón de la tele. No pasa nada si te pierdes unos capítulos. En cuanto te pongas, en un pis pas estás al día. 

-¿No es preocupante no haber twitteado ni facebookeado en todo el fin de semana?

-Sanísimo de vez en cuando.

-¿La prima de riesgo?

-Entre 200 y 500, como siempre. ¿De qué más te has desenganchado?

-El seguimiento del rescate a Grecia. ¿Soy un tipo insensible?

-Para nada. Grecia sigue viviendo desde hace más de un año su día más importante y crítico. No te preocupes, esta semana seguro que habrá otra jornada límite. La vives al máximo y ya está. ¿Algo más?

-Pues ahora mismo no me acuerdo.

-¿Más tranquilo?

-Pues sí, la verdad. Creía que me estaba volviendo un bicho raro, totalmente fuera de la realidad.  Muchas gracias amigo.

-De nada, hombre, de nada. Aquí estamos, para lo que haga falta. Eso sí, que no se vuelva a repetir. A ver si a estas alturas te vas a poner a leer libros. 

-Vale, vale, no te preocupes.

 Ya veis con las tonterías que se levanta uno los lunes. ¡Desconectado yo de la realidad! A quién se le puede ocurrir esto. Pero si hasta me encanta el curling, nuestro gran deporte nacional.

Obama canta, Ricky juega. Elogio del morro.

Por: Juanma Iturriaga

23 feb 2012

A veces nuestras mentes nos sorprenden con extraños juegos de asociación. Quién no ha visto ya a Barak Obama, presidente de Estados Unidos, arrancarse a cantar (bastante bien, por cierto) el mítico Sweet Home Chicago nada más y nada menos que con una banda donde andaban B.B. King y Mick Jagger entre otros.


Ante estas imágenes, uno podría acordarse, por ejemplo, de esa gran pérdida para la canción que fue Álvarez del Manzano, que nos deleitó durante varias navidades con su voz de soprano, barítono o lo que fuese, pues nunca se logró descubrirlo.


O quién sabe si el enlace mental es con algo más actual, como Esperanza Aguirre que en cuanto te descuidas se pone como vasco después de la jamada clásica en un txoko: alubias con tropezones varios, chuletón de buey con pimientos, arroz con leche, queso de idiazábal, un buen vino, café, copa y puro si hace falta. Lo normal para pasar el tiempo esperando el gran momento, ese en el que uno se levanta y dice tocándose la barriga de puro placer: “Creo (pausa dramática), creo que voy a cantar”. Y entonces se arma la de dios. Está claro que la presidenta de la Comunidad de Madrid no necesita tanto ritual.

Incluso dejando volar la imaginación, le puede sobresaltar a uno en su propia cocina el recuerdo de uno de los gritos más felizmente desgarradores que se han escuchado en este país.

Pero lo que resulta más raro, y de ahí mi extrañeza, es que viendo a Obama cantar, se me haya cruzado la imagen de Ricky dando una gran asistencia por la espalda a Kevin Love.

Dado que no tengo hora con mi psicoterapeuta hasta la semana que viene, he decidido dedicar unos minutos a intentar encontrar el nexo de unión, el por qué de tal asociación, que seguro que lo hay, al menos en mi inconsciente, y de paso descubrir el grado de coherencia que podía tener. Tampoco me ha costado tanto, pues rápidamente he dado con la idea clave: el miedo.

Para que Obama (y quien dice Obama, dice Esperanza Aguirre) suelte el primer “come on” y luego el segundo y más firme “baby don´t you wanna go” es necesario que deje de pensar en muchas cosas, se olvide de las críticas que le pueden acarrear si le sale un gallo, tenga la confianza suficiente en que evidentemente va a superar con dignidad la prueba (aquí suele jugar a favor un alto concepto de uno mismo, aunque no se corresponda con la realidad) que no crea que en esos escasos segundos está en juego su carrera política y simplemente disfrute y se deje llevar por el momento. Para que Ricky pueda estar jugando como está jugando, es obligatorio que deje de pensar en muchas cosas, que se olvide de las críticas que podría recibir si yerra en un pase o un tiro mal escogido o realizado, tenga confianza en sus capacidades para jugar a este deporte, no vea cada partido como una prueba sumarial y simplemente disfrute con el momento. Uno para cantar siendo presidente de EEUU y el otro para jugar como lo está haciendo, está claro que tienen que “echarle un poco de morro”.

El concepto “morro” casi siempre lo decodificamos de forma peyorativa, asociándolo con todo tipo de comportamientos negativos, algunos hasta ilegales. Pero creo que cuenta con acepciones muy estimulantes, que son las que me interesa resaltar. Echándole morro eres capaz de hacer cosas que siendo cohibido no logras nunca. Echarle morro te ayuda a expresarte, a arriesgarte, a vencer los numerosos miedos que nos rondan, a cantar, a ligar, a tirar a canasta, a intentar hacer cosas que el que no lo tiene ni se le pasa por la cabeza, en definitiva, a casi todo. Y por supuesto que resulta mucho más proactivo que otras posturas más dubitativas o simplemente miedicas. Ricky ha recuperado ese morro que nos encandiló y luego perdió supongo que por unas cuantas razones, propias y ajenas. Sólo así se hacen las cosas que hace. Sólo así se supera un crisis como la que tuvo.

El morro, este tipo de morro, es algo que conecta a nuestros mejores deportistas (abstenerse chistes sobre Urdangarin). El que tuvieron nuestros "locos bajitos" futboleros para enfrentarse a otros jugadores mucho más físicos, el que tuvo Casillas para asumir a edad temprana y con naturalidad tanta presión, el de Gasol, que se fue a la NBA cuando mucha gente le decía que esperase, el de Lorenzo para plantarle cara a Rossi, el de Nadal para irse a Wimbledon cuando aquello era coto de Federer. El deportista lo necesita para cruzar límites, tentar a la suerte, sorprender con lo impensable. Y dado que el deporte no deja casi nunca de ser una metáfora de la vida, también lo necesita cualquier persona ajena a él.

Recuerdo cuando era pequeño y el profesor quería sacar a alguien al encerado. Había que ver cómo nos encogíamos todos en los pupitres intentando no ser el elegido. ¡Qué vergüenza! ¿Y si lo hago mal? ¿Y si se ríen de mí? Lo mismo ocurría a la hora de preguntar, cosa casi inimaginable aunque no te hubieses enterado de nada, no vaya a ser que el resto, que tampoco se había enterado de nada, te tomase por tonto. Pero es que sigo viendo un sinfín de ejemplos de lo nos cuesta por estos lares el liberarnos de estos miedos, de estas vergüenzas, del qué dirán, del qué opinaran. A veces porque le damos demasiada importancia a las cosas, otras porque nos puede un exacerbado sentido del ridículo que alimentamos y nos alimentan desde pequeños, en muchas ocasiones porque el miedo nos paraliza. Nuestra cultura en ese aspecto no es nada proclive a vivir algo más sueltos, menos preocupados por la trascendencia de nuestras actuaciones.

Y claro, así, ¡quién se pone a cantar!

Y el Madrid ¿qué, otra vez campeón de Copa?

Por: Juanma Iturriaga

20 feb 2012

 

Viendo a Felipe Reyes levantar la Copa del Rey recordé de repente este gran anuncio de los 90 donde bajo el lema “donde te lleve tu Montero hace mucho que no ha llegado nadie” un cabrero que vivía en el quinto pino suponía que el Madrid seguía ganando Copas de Europa (de fútbol) sin saber que en aquel momento llevaba más de treinta años sin hacerlo (la sequía blanca terminó poco después, en el 98 en Amsterdam). El anuncio y sobre todo la frase tuvo tanto impacto que todavía hoy se recuerda. Hasta el domingo, una buena revisión podría haber sido cambiar la Copa de Europa de fútbol por la Copa del Rey de baloncesto. 

Tengo que reconocer que además de acordarme de aquel adorable anciano, ayer tuve sensaciones algo extrañas. Durante el partido y sobre todo al final del encuentro. En ese mismo momento en que miles papeles blancos y azules inundaban la pista en la tradicional celebración en honor al campeón con la que se cierra la entrega de trofeos, me sentí raro. Estaba contento, por supuesto, y también aliviado, pero la situación tenía algo de irreal. Quizás es que estando tan acostumbrado a ver a otros equipos saltar y gritar donde en aquel momento saltaban y gritaban los jugadores del Real Madrid, no terminaba de creérmelo. 

Supongo que mi estado anímico tenía su lógica, pues la contundencia de los números es inapelable. 19 años han tenido que pasar para volver a ver esta escena en una Copa del Rey, que juntados a los 17 que llevamos sin catar una Euroliga (esta racha sigue abierta) y donde sólo se han logrado 3 ligas ACB son muchísimos años para poquísima cosecha. Y entonces no puedes menos que preguntarte. ¿Cómo ha sido posible? En más de una ocasión, por no decir que en bastantes, he dado mi punto de vista al respecto, pero tampoco creo que sea hoy el día para repasar otra vez los muchos errores cometidos. No, hoy es día (para los madridistas, claro) de celebración, de alegría, de esperanza. Y también para agradecer a todos los sufridores, que son un montón, su paciencia y amor a una sección de la que podían haber desertado sin faltarles razón. A los que han seguido yendo al campo a animar, lo que se ha convertido en todo un peregrinaje por todo tipo de campos e instalaciones. A los que renovaban su abono muchas veces sabiendo desde el principio de temporada que con aquella plantilla la cosa estaba cruda. A los que soportaron año tras años ver a otros equipos ganar y al suyo perder. 

No seré yo quien diga ahora que esta Copa del Rey ha sido la mejor de la historia. Tampoco que estamos ante un cambio de ciclo y que el dominio del Barça ha terminado. O que la Liga caerá en breve. Pero sí quiero repetir algo ya dicho anteriormente en este blog. Por primera vez en muchos años la sección de baloncesto del Real Madrid ha despertado la ilusión dormida y rescatado el orgullo, al menos en mí y creo que no soy el único. Este título lo corrobora pero lo mismo diría si ayer en el último cuarto Navarro hubiese clavado cinco triples seguidos y Lorbek otros cinco y el Madrid hubiese perdido 92-94. Por fin hay una coherencia en lo que se hace, una apuesta firme por algo, un estilo definido de antemano, unos fichajes que encajan en ese estilo y un entrenador que no va de nada, salvo de entrenador. Se juega bien y se juega bonito. Se llena el pabellón y los jugadores y los espectadores se lo pasan bien. Se va a Barcelona y se gana al Barcelona sin renunciar al estilo propio, valiente, sin racaneos, no dejando que el partido se decida como siempre, para el que mejor defiende. No estamos hablando de títulos, estamos hablando de ideas y proyecto con los que te identificas, de baloncesto del que te gusta. Y a Pablo Laso le gusta el baloncesto, no las partidas de ajedrez. Le gusta hacer correr, no parar para señalar una jugada. El jugaba a baloncesto por puro placer, y supongo que entiende que sus jugadores no podrán hacerlo bien si no lo encuentran. 

¿Demasiada euforia para un simple título de Copa del Rey? Es posible, pero los caminos se hacen pasito a pasito, y no está de más celebrar los importantes. Y este tiene que serlo. Vale, el Madrid necesita un pivot contundente, no todos los días los dos Sergios manejan al equipo como lo han hecho en este torneo, Carroll las mete hasta con los ojos cerrados y Begic parece que juega despierto, por lo que vendrán tardes nubladas y hasta lluviosas. Pero hay base sobrada para una buena construcción. 19 años sin Copa, 17 sin Euroliga y 3 ligas en otros tantos años son datos suficientes como para disfrutar de la ilusión de haber visto otra vez a tu equipo saborear un gran éxito y además con un gran juego. Por eso, y sabiendo que los que no sois del Madrid lo entendéis, dejar que nos demos la enhorabuena 

 

 

Hablemos de otras cosas

Por: Juanma Iturriaga

17 feb 2012

Dado que el tema deportivo está bien cubierto con crónicas y reportajes que podéis ver en el especial Copa del Rey que se encuentra en la ya renovada y recién estrenada sección de deportes del país.es, completemos el panorama con algo más ligero, que de todo hay en esta reunión anual. 

Concentrarse en Barcelona (artículo publicado hoy en la edicion Cataluña de El Pais)

Hace ya muchos años, cuando aún no era obligatorio el cinturón de seguridad, no teníamos ni idea de lo que era una prima de riesgo, los malos se llamaban Falconetti o Angela Channing, no “los mercados” y creo recordar que  Aznar ni siquiera le había salido el bigote, unos cuantos jugadores de baloncesto nos concentrábamos todos los veranos con la selección para preparar los torneos que tocasen. Dado que la mayoría vivíamos en Madrid y Barcelona, Antonio Díaz Miguel ideó un sistema alternativo para satisfacer a todos. Y lo hizo, aunque no de la manera que imaginaba, pues lo que no sabía Antonio es que los de Madrid queríamos ir a Barcelona y viceversa (bueno, salvo Iñaki Solozábal, pero eso es otra historia). Cuestiones de juventud, supongo, pero en mi caso el síndrome permanece, pues me sigue ocurriendo con cada Copa del Rey. Vitoria, Málaga, Zaragoza, cualquier lugar me sirve. Pero de elegir uno, yo me quedaría con Barcelona.

A pesar del tiempo transcurrido, sigo encontrando un cierto regusto con tintes masoquistas cada vez que vengo a esta ciudad en misión deportiva, pues fue símbolo durante doce años de mi vida del castillo a asaltar, la fortaleza a derribar, el lugar donde eras “el enemigo”.  Y me resulta complicado aislarme de esta circunstancia, pues no es difícil que escuche cuando paseo un “guaita, el del madrit” o alguno de los numerosos merengues emboscados que hay aprovechan la ocasión para liberarse durante unos instantes. Pero sobre todo, lo que me impide no caer en la mirada hacia atrás (además de suponer uno de los grandes atractivos de cada visita) es cruzarme con mis queridos y entrañables enemigos.  Ir en bici por Barcelona, llegar alrededor de la zona donde se ha instalado la zona lúdica de basket y de repente toparme con Flores y Audi Norris hace imposible no recordar que Manolo me llamaba Señoritu o que a Norris estuvimos a punto de fichar antes de recalar en otro lado de la trinchera. Anda que la historia no hubiese sido diferente… Y llegas por la tarde al Palau y viene a visitarme el lagarto De la Cruz que ante un tapón de Ndong que manda el balón a la grada intenta convencerme que él me puso uno parecido, ante lo que no me queda otra opción que partirme de risa. Y me señala en la grada a un tío que nos hace señas, y resulta que es Perico Ansa, jugador elegante donde los hubo y más majo que las pesetas que diría mi madre.  Antes de abandonar el pabellón, me cruzo con Solozábal, el Angel Face del baloncesto y por el que no pasan las décadas. No encuentro a Epi, pero sé que tendremos tiempo para algo de gimnasio y algún que otro homenaje culinario. Y aparecen imágenes de otros tiempos, pero de la misma forma que se van diluyendo con la actual realidad, en la que no somos más que viejos adversarios reconvertidos en amigos, ocurre lo mismo con Barcelona. Y al castillo a conquistar le desaparecen las murallas y queda una ciudad donde como hace más de veinte años, sigue dando gusto concentrarse, aunque esta vez sea sólo por cuatro días. 

Haciendo de Especialista Secundario

La mañana de hoy ha sido provechosa. Un buen desayuno compartiendo mesa con los padres de Jose Manuel Calderón (#calderonaloslakers), que por cierto, tienen bastante mejor color que Pablo Laso, al que he encontrado algo más pálido que la última vez, un encuentro con Josean Querejeta esperando al ascensor y al que le duraba todavía un poquito el susto de ayer, cuatro abdominales en la habitación para acallar la conciencia de pasados y futuros placeres culinarios y una discusión en la recepción del hotel, pues al parecer estoy en el hotel que no es mi hotel. Me he hecho fuerte, y he dicho en varios idiomas y tonos los clásicos “no pasarán”, “de aquí no me muevo” y “no haberme dejado entrar”.  Mucho no les he debido impresionar pues a estas horas de la tarde y después de un apresurado traslado, escribo desde la habitación del hotel que es mi hotel. Ya se sabe, la lucha contra el sistema es a veces imposible. Pero no era eso lo que quería contar. Aprovechando mi estancia en Barcelona, he sido invitado junto al gran Mikel López Iturriaga, alias el Comidista, al imprescindible programa que todos los días de 13.30 a 14.00 tienen los Especialistas Secundarios en Radio Barcelona. Bueno, siendo sincero, digamos que me he autoinvitado. Puede parecer que tengo mucho morro, pero es lo que tiene ser fan, que la ilusión puede con el pudor y la vergüenza. Si ya en el “Todo por la radio” del Hoy por Hoy me resultan extremadamente ingeniosos, verlos en su salsa, con más tiempo para desarrollar sus delirantes historias y llamadas por teléfono, ha sido todo un placer. Hoy, además, les han traído un regalo que ha dado mucho juego. El calendario de los Castellers de Poble Sec, que como curiosidad, han posado haciendo lo que hacen habitualmente, pero desnudos.  Este tipo de material en manos de gente como estos tres cracks como los especialistas, da mucho juego. 

Empresa con criterio

Y como no todo va a ser baloncesto, os dejo el primero de los cuatro videos de una campaña que una conocida marca de coches (empieza por B, sigue por M y termina en W) acaba de lanzar y en la que, con muy buen criterio, han contado conmigo.  

 

 

Bueno, que se me echa la hora encima. En 30 minutos comienza el Unicaja-Cajasol y a las 21.30 (¡vaya horas!) el Real Madrid-Fuenlabrada. Me voy a mojar: Unicaja 72-Cajasol 68 y Real Madrid 87-Fuenlabrada 70. 

Hasta mañana. Bueno, hasta esta noche, que habrá crónica del Madrid-Fuenla. Si es que no paro de currar.

Ah, se me olvidaba. Aunque ya lo he colgado en Facebook y Twitter, por si alguno se lo ha perdido, un documento impagable. El segundo tiempo de la final de la Copa del Rey de 1986. Cortesia del gran Albert Arranz, periodista de raza de Onda Cero. Tremendo

 

 

 

 

Donde ocurren cosas asombrosas

Por: Juanma Iturriaga

16 feb 2012

 

Hace ya varios años la NBA puso en marcha una campaña publicitaria titulada “Where amazing happens” (donde ocurren cosas asombrosas) de la que derivaron un montón de secuelas. Eran y siguen siendo en su mayoría extraordinarias piezas propagandistas por su cuidada estética, la emocion que transmite, los personajes elegidos y el refuerzo de marca que suponen. Por estos lares no tenemos esos anuncios pero la Copa del Rey, desde su cambio de formato en 1984, es considerada de forma unánime como el momento de la temporada donde “ocurren cosas asombrosas” en el baloncesto español. Dentro de un panorama en general bastante previsible durante el resto del año, donde terminan dominando siempre los grandes equipos, la Copa ha ofrecido tantos momentos en los que los pronósticos han saltado por los aires que ha terminado por ganarse la atención que siempre genera la posibilidad de que ocurra lo imprevisto. Cierto es que en las once últimas ediciones solo el Joventut y Unicaja han logrado romper el dominio del binomio Barcelona (5 títulos)-Caja Laboral (4), pero la década de los 90 fue tan generosa en sorpresas, con repetidos triunfos de equipos aparentemente vetados para grandes gestas como Cai Zaragoza, Estudiantes, TDK Manresa, Pamesa Valencia o un Taugrés antes de explotar, que la fama permanece y en cada edición se espera lo inesperado.

Buena parte de este éxito hay que colgárselo al formato, importado en principio de la Final Four universitaria norteamericana, pero ampliado al cabo de tres ediciones a los actuales ocho equipos. Como todo experimento, necesitó para su aceptación que las primeras ediciones fuesen exitosas, cosa que ocurrió, incluso por encima de las mejores previsiones. Sobre todo la primera, celebrada en Zaragoza.  

 

En Zaragoza ocurrió todo lo que tenía que ocurrir para que el experimento se aceptase rápidamente. Partidazos como la semifinal Barça-Madrid y sobre todo la derrota en la final del Goliath copero (el Barcelona llevaba seis seguidas ganadas) por parte del David maño en un emocionantísimo encuentro colocaron casi inmediatamente a la Copa entre los acontecimientos deportivos señalados del año. La concentración de los mejores equipos, un sistema de eliminación directa, la rápida resolución en un fin de semana largo y la posibilidad de que cualquier conjunto, por modesto que sea, entre en ebullición, aunque sea pasajera, y termine ganando la competición, terminó por convencer a todos de que la Copa era el gran escaparate del baloncesto español. Así lo han entendido también las aficiones, que año tras años peregrinan a las diferentes sedes creando un atractivo y ruidoso ambiente de rivalidad/hermandad.

Han pasado ya 28 años y aunque no estemos en momentos especialmente felices del baloncesto de clubes, inmersos en problemas económicos (como todos), con estilos de juego algo rácanos con el espectáculo y unas malas cifras de atención televisiva, la Copa mantiene casi intacta su capacidad para atraer el foco. Le avalan las canastas de Magee (84), la increíble remontada del Madrid frente al CAI en la edición del 85, el triple de Solozábal en el 88, la exhibición de Mark Davis (89), el triple fallado de Herreros (91), la revancha del Estudiantes un año después (92), el triunfo del Manresa de Creus (96), el año del Pamesa (98)  o la irrupción de hasta ese momento simples e inciertos proyectos de estrellas como Pau Gasol (2001), Rudy Fernández (2004) o Ricky Rubio (2008). Tremendas rachas individuales y colectivas, jóvenes jugadores camino de la gloria, canastas in-extremis o campeones difíciles de prever forman inborrables recuerdos para la mayoría de aficionados al baloncesto gracias a ese hábitat ideal que resulta el formato copero. 

Hoy comienza en Barcelona una nueva edición. No parece el momento ideal para que vuelva la magia en forma de desenlace inesperado, con el Barcelona de gran favorito, clásicos animadores como Unicaja y Caja Laboral lejos de sus mejores momentos e inciertos proyectos como el del Madrid, que lleva la friolera de 19 años sin ganarla. Pero no perdamos la esperanza de antemano. Cosas más raras se han visto en esta competición. Al fin y al cabo, es y debería seguir siendo donde ocurren cosas asombrosas.

 

P&R esperando la invasión

Por: Juanma Iturriaga

13 feb 2012

A pesar de que hoy me tocaba la ración de Preguntas y Respuestas quincenal, había pensado sustituirlas por un artículo sobre la absurda polémica sobre los videos de Canal + Francia en donde se parodiaba al deporte español. En esas estaba cuando he leído el artículo de Borja Hermoso en El País titulado Patriota Idiota y me he dado cuenta de que no lo podría decir mejor. Puestos a añadir algo personal, en alguna ocasión durante este lío más propio de una película de los Hermanos Marx que de algo realmente serio, he pensado que todo era un complot, una cortina urdida por el poder, una nueva vuelta de tuerca del clásico pan y circo. Están ocurriendo cosas en este país que merecen nuestra total atención, como todo el sonrojante asunto con el juez Garzón, los cinco millones de parados que van para seis, la polémica reforma laboral o las intenciones de algunos ministros como Gallardón de retrotaernos 25 años atrás. Qué mejor distracción que una polémica deportiva que conecte con la parte más pasional y menos racional de nuestros intelectos. Entre decreto de ley y decreto de ley, mejor hablar de los odiosos franceses, de su envidia hacia nuestros éxitos, rescatemos atávicos enfrentamientos, recordemos el 2 de Mayo de 1808, saquemos a colación cualquier afrenta anterior, todo vale para desviar la atención. ¡Qué importa que estemos hablando de un programa de humor, acertado o desacertado como cualquiera! ¡Qué más da que por ejemplo Forges se haya pasado años dibujando franceses con tutús y los labios pintados! Eso sí lo podemos hacer nosotros, pero ellos, que se anden con cuidado. Además, están haciendo humor con lo más sagrado que tenemos, con el único reducto exitoso que nos quedan, nuestros deportistas más famosos. Resulta intolerable.

Antes de que alguno se rasgue las vestiduras, decir que la teoría de la cortina de humo tiene la misma base que la de extrapolar los vídeos a la categoría de símbolo de la animadversión de nuestros vecinos. Y como ya he dicho en varias ocasiones, si cambiasemos los papeles, ¿qué opinaríamos nosotros, qué chistes haríamos, qué no pensaríamos sobre un milagro deportivo como el nuestro unido a la excesiva templanza que ha existido en este país con algunos sonoros casos de dopaje?

Dicho esto, vamos con las preguntas, que como en Botica, traen de todo.

Menorkin. Si se consuma la huida de Mourinho, ¿debería Florentino Pérez cerrar el círculo? Me explico: para los madridistas de pro entre los que nos incluimos, la travesía en el desierto comenzó con la no renovación de Del Bosque. Después de haber contratado todo tipo de entrenadores pienso que deberían ofrecer el cargo a Del Bosque una vez finalizada la Eurocopa. Repito, ¿debería Florentino Pérez cerrar el círculo?

Sospecho que no entra en los planes ni de uno ni de otro el volver a encontrarse en el camino. Además, tampoco está claro que Mourinho haga mutis por el foro, lo que por otro lado sería una grandísima noticia. Al menos para mí.

Curro. Mi deporte es el fútbol, si bien me gusta cualquier cosa a la que se juegue o compita (como el curling, ahí coincidimos). Aquí va mi pregunta. El pasado fin de semana acabó el Europeo de Balonmano y me gustaría preguntarte tu opinión por este deporte. Me parece impresionante que unos deportistas con ese tamaño se muevan a esa velocidad y coordinación y lo que más me gusta es ver que, en cuanto hay una pérdida de balón, la primera intención es salir disparados a buscar el gol que es la salsa del deporte (como las canastas en baloncesto). Qué diferencia con muchos partidos del baloncesto que vemos últimamente y que hacen que nos alejemos del mismo. Muchas gracias.

Como te ocurre a ti, Curro, a mí me gusta cualquier tipo de competición, incluida este gran deporte escoces.

Hubo una época ya algo lejana donde seguía con enorme interés el balonmano, y en los Juegos Olímpicos en los que estuve, bien como jugador o como periodista, era uno de los deportes marcados en rojo. Ahora mismo me limito a las grandes citas y estoy de acuerdo contigo en que da gusto ver todas las modificaciones que se han hecho para dotarles de la máxima movilidad. Es un pedazo de deporte que, como otros, sufre en su intento de captar su dosis de atención. Eso sí, el calendario es un poco digamos complejo por no llamar algo demencial, se mezcla el mismo día Liga y Competición Europea y los torneos de selecciones son en invierno parando esas mismas competiciones. Pero disfruto mucho viéndolo.

Astadourian. Buenos días Excelentísimo Iturriaga... Siempre que se habla de favores arbitrales, se dice que si favorecen al Madrid o al Barcelona, que si uno no puede acusar al otro porque actúan igual con los dos, etc... Bien, soy valencianista, y estoy "ligeramente molesto" (ejem) porque en el partido de ida de la semifinal de Copa no expulsaran a Pinto en la primera parte, lo que probablemente hubiera provocado que dejáramos encarrilada la clasificación. Y eso ocurre después del "el Barcelona no habla de los árbitros". ¿No suena raro que después de que el presidente y los jugadores rajaran de los árbitros se haya producido ese fallo arbitral? ¡Gracias por estar ahí y alegrarnos semana tras semana con tus artículos!

Muchas gracias por los merecidos halagos. Ah, no, que hay que decir que son inmerecidos. Bueno, a la pregunta. Tienes toda la razón en estar “ligeramente molesto”. Ver cómo los dos equipos históricamente más favorecidos por los arbitrajes se enzarzan y protestan cuando creen que les perjudican o simplemente porque en su interesada opinión benefician al rival es un agravio comparativo con el resto de los equipos de la competición, a los que de vez en cuando les hacen unos buenos estropicios y se los tienen que tragar, pues no cuentan con los altavoces mediáticos y sociales de los dos grandes. A mí este tema, venga de donde venga, me aburre soberanamente. Ni uno ni otro tiene ningún motivo para la queja sistemática.

Kilgore. Buenas Itu ¿Conoces la revista Jot Down? Me tiene flipado. Y este artículo que acabo de leer sobre los orígenes familiares de Larry Bird es sencillamente sobrecogedor. Te dejo el enlace. Un saludo

Totalmente recomendable. El artículo y la revista, de la que ya tenía conocimiento. Una muy buena colección de firmas donde destacaría la de Enric Gonzalez, alguien a quien merece siempre la pena leer.

Alberto. ¿Si el CSKA jugase la NBA, dónde lo situarías? Parece que en Europa no tiene rival. Y si te diesen la opción de formar un equipo con los jugadores del Madrid y del Barça, ¿con qué diez jugadores te quedarías, y cuál sería tu quinteto titular? Un abrazo.

No es fácil la primera pregunta, aunque siempre dudo de las posibilidades de los equipos europeos más por cuestiones físicas que por otras cuestiones. Son muchos partidos, muchos viajes, mucha fuerza necesaria. Supongo que no entraría en los playoffs pero tampoco sería el peor equipo de la NBA. En cuanto a la otra, así a bote pronto me quedaría con Marcelinho, Sergio Rodriguez, Sada, Navarro, Eidson, Carlos Suarez, Carroll, Mirotic, Vázquez, Lorbek, N´dong, Tomic. Y el quinteto titular, Marcelinho, Navarro, Eidson, Lorbek y N´Dong. Ya sé que son los cinco del Barça.

Sportman: Buenos días. Después de ver el impresionante partido entre Irlanda y Gales en VI Naciones me pregunto: ¿lo viste? ¿sigues este deporte? ¿no te parece que habría que dar más relevancia a un deporte que aún mantiene mucha de las características de lo que debería ser el deporte y que, además, es un espectáculo televisivo sin igual? Gracias.

Estoy recuperando poco a poco mi antigua afición. Hablas del Irlanda-Gales, pero es que este fin de semana ha habido un Italia-Inglaterra y un Gales-Escocia que me los he tragado sin rechistar. Creo que lo que impide mayor relevancia por estos lares es porque España no pinta prácticamente nada. No sé, Italia tampoco lo hacía hace unos años, y mírale ahora. Y es una pena, pues el deporte lo merece. El espectáculo es magnético, con ese derroche de fuerza y voluntad, ese público entregado, hasta ese balón ingobernable. Nunca pierdes el tiempo cuando lo dedicas a un buen partido de rugby.

Lera1977. Buenas Palomero... Decirte que gracias a ti me he enganchado a Breaking Bad. IM-PRESIONANTE como diría uno no que sabemos (ya sé que voy tarde pero...) También me enganché a Mad Men y ya la he visto entera. ¿Qué opinas de esta última? Después de Breaking Bad ¿¿¿QUÉÉÉÉ??? Gracias.

Pocas cosas quedan por decir de Mad Men después de cuatro magníficas temporadas. Solo que esperamos con ansiedad la esperada quinta entrega. Su estética, el retrato de aquella sociedad, ese personaje retorcido y complejo de Don Draper, cómo entrelazan la realidad y la ficción, grandes personajes como Peggy o Betty Draper, a la que no sabes si ponerle un piso o mandarle a la luna, todo o casi todo en Mad Men resulta atractivo. En cuanto a el futuro post Breaking Bad, pues algo que me cuesta imaginar y que mientras no llegue, viviré en la ignorancia. Hablando de Mad Men, ¿habéis visto esto?

RVCalrissian: ¡Enhorabuena por el Athletic! ¿Os veis capaces de por fin sacar la gabarra ganando en la final contra el Barcelona? ¿O con la moral típica vasca, más bien debería preguntar directamente por cuántos goles pensáis ganar la final ;) ?

No sé si sacaremos la gabarra, pero desde luego que no va a ser como en Valencia hace tres años. El Athletic ha crecido en poderío, actitud y ambición y el Barça se ha empequeñecido (ligeramente). A Valencia fuimos satisfechos de jugar la final. En esta no nos conformamos con eso. Va a ser un pedazo de final y lo único que lamento es que debemos esperar tres meses, lo que me sigue costando entender.

Chema11. Decirte que me he vuelto a abonar este año al Real Madrid (grada extensible 07 baja-fila L) y que me pareció verte en un partido, ibas con Arlauckas y en el descanso os escabullisteis, imagino que para poneros ciegos a canapés. ¿Qué hay que hacer para cenar gratis?

Efectivamente, fui a ver el Madrid-Barça y en el intermedio llenamos el estómago en la zona VIP. ¿Que qué hay que hacer? Pues jugar 12 años en el Madrid y ganar alguna que otra copa. O en su defecto, tener buenos amigos. Cumplo ambas condiciones.

Fer. ¿Qué opinas de las últimas derrotas del Madrid de baloncesto? ¿Accidente o hemos tocado techo? La Copa nos debe dar la medida de nuestras posibilidades reales esta temporada.

Mentiría si dijese que no me han dejado un poco con la mosca detrás de la oreja. Sigo pensando, y ojalá me equivoque, que a este equipo le hace falta todavía un hervor, un punto de madurez, un jugador capaz de liderar a todos sobre todo cuando cae un chaparrón. Tengo mucha curiosidad en ver cómo se comporta en la Copa, ahora que lo de la Euroliga se ha puesto cuesta arriba. La propuesta sigue vigente y creo que nadie debería pedir títulos inmediatos, pero partidos como el del Montepaschi o el de Bilbao reviven viejos fantasmas nada recomendables. No les veo como los favoritos para la Copa, pero sí que espero que sean altamente competitivos.

Vicen. Hola Palomero. Como aficionado a las "comedias de situación", me alegro de que hayan repuesto "Frasier" en la 2. Como remedio anticrisis (maldita palabra), y como medida de ahorro, ¿Qué otras series "viejunas" reponemos? Ahí va mi propuesta: Doctor en Alaska. Saludos. P.D.: Absténgase seguidores de Verano Azul. Chanquete muere al final y ya lloramos bastante.

Sigo viendo Frasier de vez en cuando, y es maravilloso comprobar que no ha perdido ni un ápice de frescura y humor inteligente. Doctor en Alaska siempre es recomendable y si tuviese que elegir una "viejuna", votaría por Enredo, la madre de las comedias televisivas. Esas dos familias, los Tate y los Cambell, me resultan inolvidables.

 

Oriol. Vaya por Dios. Paliza en Miribilla. Ahora resulta que ya se sabía que el Real Madrid no tenía equipo para grandes logros (lo he leído). Pues no sé qué decir, pues yo he visto jugar muy bien al Madrid esta temporada… ¿tú qué crees?

Yo tambien le he visto jugar muy bien, pero al final le van a juzgar en buena medida por lo que haga en los partidos más exigentes. De todas formas ayer reaccionaron bien en Sevilla y esta semana tenemos la Copa.

Hola Juanma. Mi pregunta: ¿tú viste o intuiste algo de dopaje en el baloncesto de los 80? ¿Y ahora, piensas que en ACB tenemos algo?

No, no intuí dopaje en nuestro baloncesto de los 80, aunque recuerdo haber pasado uno o dos controles en mi vida, o sea, que la vigilancia era casi nula, por lo que no sé qué hubiese pasado con los controles que hacen hoy en día. Y ahora están muy vigilados y no ha habido casos de enjundia en los últimos años, por lo que me lleva a pensar que no tenemos nada de lo que preocuparnos.

Bueno, pues por hoy ya vale. El jueves comienza la Copa del Rey en Barcelona y ahí estará el Palomero. Así tambien, si finalmente se decide invadir Francia, en un par de horas de coche puedo estar en la frontera para ponerme a las ordenes de Federico Trillo El Conquistador.

Buena semana a todos.

Sobre lo de Contador

Por: Juanma Iturriaga

08 feb 2012

Hecha pública la sanción a Alberto Contador, preguntaron en la radio sobre el papel de los medios a Carlos Arribas, magnífico periodista y recomendable voz templada en estos tiempos tan volcánicos. Como siempre, contestó con tranquilidad: “Supongo que será el de siempre, contar lo que dicen las partes y dejar que la gente saque sus propias conclusiones”. Tomé esta respuesta como un reto, sin entrar en que me sonó más a deseo que otra cosa, pues no vivimos tiempos donde los medios practiquen posiciones especialmente objetivas y gusten de dejar la opinión final para el lector, oyente o televidente. Siguiendo el consejo de Carlos, tendría que leer y escuchar lo que dicen los diferentes actores de este drama y sacar una solida conclusión. Han pasado ya más de 24 horas, suficientes diría yo para tener una opinión bien formada y propia que compartir con los ya cientos de miles de seguidores de este blog (igual exagero, pero son los efectos de la clasificación del Athletic para la final de Copa).  

Bien, pues en esta ocasión va a ser que no. Mi confusión permanece, y no es nada nuevo, pues desde que este asunto salió a la luz hace ya 19 meses, no he logrado fijar mi posición, ni la intelectual ni la emocional. Quiero creer con toda mi alma en la inocencia de Contador, pero sigo pensando que lo del chuletón no hay quien se lo salte, y leyendo la sentencia parece evidente que en este disparatado argumento, en esta teoría tan poco sólida,  se encuentra una de las razones fundamentales de la condena.  Quiero emocionarme con sus sentidas frases durante la rueda de prensa, pero a su lado estaba Bjarne Riis, del que ya sabemos su historia, lo que me enfriaba bastante. No me parece sencillo de entender que prevalezca el “eres culpable mientras no se demuestre lo contrario” antes del “eres inocente mientras no se demuestre lo contrario”, pero tambien comprendo que tu inocencia deja de ser totalmente inocente cuando aparece en tu sangre una sustancia prohibida que no debería estar ahí y lo justificas de forma tan rocambolesca. Además, hay unas normas explícitas (para todos y conocidas por todos) que ya avisan que en estos casos es el deportista el que tiene que aportar una buena explicación, cosa que Contador no ha logrado. Sé que lo que diga un presidente del gobierno o un líder de la oposición no debería influir en la resolución del caso, pues no hace ni más inocente ni más culpable a Contador, pero parece claro que hubiesen estado mucho más guapos callados. Tampoco debería mediatizar la mala imagen que tiene España en estos temas (ganada a pulso como he comentado en más de una ocasión) pero estoy seguro que algo ha tenido que ver y no para bien. Y quizás Contador está pagando por otros, pero es que la historia de algunos deportes está tan llena de casos de supuestos inocentes que luego no lo fueron tanto, que por lógica cuesta más trabajo creerles. Total, que ni siquiera el hecho bastante evidente que el proceso no ha sido modélico (ese Pat McQuaid, presidente de la UCI, pasando de salvador a verdugo) y que asuntos más relacionados con la política que con la legalidad han tenido una buena influencia en la resolución final consigue convertir ante mis ojos a Contador en una víctima del sistema. 

No sé, igual es un asunto de fe. El único que sabe la verdad de lo que ocurrió es el propio Contador, por lo que a los demás sólo nos quedan dos opciones: o le creemos o no le creemos. Y esa cara de hombre bueno injustamente tratado que mostraba en la rueda de prensa, el año y medio jurando y luchando por su inocencia, los cientos de controles anteriores y posteriores o el pasar la máquina de la verdad, me dicen que le están haciendo una buena putada. Pero entonces vuelvo otra vez al mismo sitio, al chuletón, que me recuerda lo que me suele decir mi hijo de 12 años cuando le pillo con las manos en la masa y se tiene que inventar a prisa y corriendo una explicación pausible que desde luego pocas veces lo es.  Y no puedo evitar pensar que algo oscuro hay detrás de todo esto. Vamos, que no sé a lo que atenerme y depende del momento Contador es un pobre hombre al que le ha tocado algo que no merecía para luego pasar a ser un tipo que de tanto contar una mentira ha terminado por creérsela lo suficiente como para poder pasar un polígrafo. Le creo sin creerle del todo y no le creo sin dejar de creerle. Lo que se dice coloquialmente estar hecho un lío. 

Eso sí, me sigue sorprendiendo la capacidad de algunos para poner la mano en el fuego por otros, a pesar de que ya la deben tener quemada varias veces. Y me refiero sobre todo a la clase política (la última voz de apoyo incondicional basada en pura y simple simpatía ha sido la de la Presidenta de la Comunidad de Madrid) que no duda en hacerlo cuando cree que con ello conecta con el pueblo al apoyar a sus héroes. No sé, visto lo ocurrido en este pais en los últimos 20 años, igual ha llegado el momento de poner menos la mano por nadie y actuar como si realmente se creyesen eso que suelen decir mucho, lo del respeto y no injerencia en los procesos judiciales. Incluso cuando puedan estar equivocados. 

Sigo pensando que el doping es más una cuestión legal que ética. Grandes deportistas de antaño a los que profesamos veneración seguramente no pasarían los controles actuales, por lo que condenas morales, las justas, sobre todo cuando por otro lado les exigimos a veces hasta lo insano. Por eso lo veo como una cuestión de estar a un lado o a otro de una raya que se va moviendo constantemente. Independientemente de lo que haya ocurrido en realidad, que sólo Contador lo sabe, existen indicios de infracción que no ha podido justificar solventemente. Y la ley, la raya marcada en la actualidad que rige lo legal y lo ilegal en su mundo deportivo (que no en todos los mundos deportivos) dice que Contador se encuentra en el lado punible y por eso lo castiga. Igual habría que cambiar la ley y seguramente la duración del castigo sea excesiva, pero si bien no se ha podido demostrar que Contador se dopase, tampoco Contador ha despejado todas las dudas de que no lo hiciese. Y a diferencia de las series de abogados, en el universo de la lucha antidopaje, los AMAS, UCIS y compañía, las dudas razonables no te eximen, sino que las terminas pagando. 

Eso sí, hay algo que tengo muy claro. Si es inocente, debería ir hasta el final, hasta que no haya una instancia, organismo o juzgado posible donde llevar su caso. Le cueste lo que le cueste y aunque le pueda interferir deportivamente. Lo que está en juego es mucho más importante que un Tour o un Giro. Es su credibilidad, ahora mismo dañada, y que incide en su legado, por lo que no hay ni tiempo ni dinero que no merezca la pena invertir por restaurarla. 

 

Ganancias en la pérdida

Por: Juanma Iturriaga

06 feb 2012

Albert Espinosa es un excelente guionista que triunfó con la película Planta Cuarta (y ahora con la serie Pulseras rojas) donde reflejó la vida de cuatro chicos, los Pelones, en un hospital. La peli tenía bastante de autobiográfica, pues Albert a los catorce años padeció de cancer en una pierna, pulmón e higado. El jueves pasado, con motivo de la inauguración en Málaga de una preciosa casa que ha construido la Fundación Ronald MacDonald para alojar familias de niños enfermos (la segunda en España después de la de Barcelona y en espera de una tercera en Valencia), Espinosa nos dejó en el Hoy por Hoy de la SER una reflexión (a partir del minuto 4) sobre lo que supuso su experiencia. En ella hablaba de “pasarlo bien” lo que resulta sorprendente cuando en ese proceso que vivió le fueron amputados la pierna, el pulmón y medio higado y tambien de que gracias al cáncer y entre otras cosas buenas, él se reencontró con sus padres. “A los 14 años, yo les odiaba como cualquier adolescente” decía “y en dos días, descubrí su fortaleza”.  Ejemplos de lo que él denomima “ganancias en la pérdida”.  

Despues de Espinosa, tuvimos la oportunidad de escuchar la poderosa voz de varios padres que nos contaron sus experiencias y tambien charlamos con Eduard, un chaval de 12 años, invidente, aficionado a tocar el piano y que es un pedazo de crack. Según los mayores iban desgranando las particularidades de sus historias (todas de esas que deseamos no nos ocurran nunca) yo me fijaba sobre todo en sus caras, donde reconocía sin dificultad los restos del susto, el dolor y la angustia vivida. Pero a la vez y tambien sin necesidad de ser un gran observador, asomaban con fuerza en sus rostros el agradecimiento a la vida, a todos los que les habían ayudado, a sus hijos tan enfermos como maravillosos. Y no dejaba de acordarme de lo dicho por Albert. Ganancias en la pérdida. Reveladoras lecciones en la desgracia. Pasos atrás para saltos hacia delante. Buenos apoyos para andar por este mundo en tiempos tan complicados como los actuales, donde hay días que parece imposible no sucumbir ante el aluvión de malas noticias que nos llegan por tierra, mar y aire.  Porque de algún clavo nos tendremos que agarrar y estos relatos y sus personajes que, despues de visitar el abismo han sido capaces no sólo salir a flote sino incluso reconvertir su desgracia en algo de signo bien distinto, me resultan totalmente ejemplarizantes. 

Ganacias en la pérdida. Lo mismo igual de esto es de lo que trata la vida. De ir hacia delante y hacia atrás. De reir y de llorar. De ganar a veces y de perder otras. Sí, estos son terminos deportivos, pero es que el deporte tiene mucho de enseñanza de vida pues en la vida podemos aprender mucho del deporte. Como ocurre en ese universo y bien que lo vemos regularmente, cada uno reaccionamos de muy diferentes formas ante esta realidad incuestionable de que nos pasamos los años que nos toca vivir transitando entre dos orillas, eso sí, con todos los matices que tienen cada una de ellas. En el mundo competitivo de ligas, copas, torneos, carreras, juegos, etc.  tenemos la oportunidad de ser testigos de las muy diversas maneras y formas que tiene el ser humano de encajar sus grandes o pequeños exitos y fracasos. Y entre tanta variedad, algunos van por la vida sin dejar de aprovechar nada, ni siquiera los reveses, por cierto bastante más didácticos que los triunfos. Y son capaces de ganar cuando ganan y tambien cuando pierden. 

Ganancias en la pérdida. Recomendable acercarmiento al deporte y a la vida. A mis recien estrenados LIII años (igual este post tan filosófico tiene algo que ver con ello) y habiendo pasado posiblemente el ecuador de mi trayecto, confieso que en estas estoy, buscando integrarme y no salirme de ese grupo que no deja ni un momento de encontrar lo reconfortante en todo y en todos, en los buenos trayectos y tambien donde la carretera se empina. A veces lo consigo y otras no, por lo que no me puedo poner de modelo, aunque eso sí, no cejo en mi empeño. Algunos lo llaman "buenismo", con cierto deje peyorativo, pero me da absolutamente igual. No es buenismo, es realidad. Porque aunque cueste trabajo verlo cuando estás bajo el agua (quién no lo ha estado alguna vez) hay pesadillas de las que nacen buenos sueños. No ocurre siempre, pero si lo suficiente como para nos sirvan de esperanza, ni tampoco suelen aparecer mucho ultimamente en los medios de comunicación, tan ocupados en mostrar todo el catálogo de alimentos para el pesimismo, pero eso no significa que no existan. Niños y padres como los que conocí en Malaga están ahí para recordárnoslo. No saben cuanto se lo agradezco. 

Eduard y su padre
Eduard, un fenómeno, y su padre. 

 

 

 

Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

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