El Palomero

El topo y el Buitre

Por: Juanma Iturriaga

26 mar 2012

 

Planteamiento.

El Madrid versión futbolera tiene un topo (¿o más?). Eso está claro. Se demuestra cada vez que las cosas se ponen feas y su aparato propagandístico intenta que las únicas opiniones, informaciones, silencios, estados anímicos o cualquier otro tipo de ejercicio comunicativo, surja de un único origen: el de su entrenador plenipotenciario y su guardia de corps compuesta por un segundo entrenador, que parece dejarse la personalidad en casa todas las mañanas, y un supuesto portavoz que si no fuese por lo desagradablemente ventajista que es, hasta podría tener un programa de humor. Pero su cuidada estrategia de comunicación suele saltar por los aires cada vez que Diego Torres hace unas llamadas, acude a sus fuentes, contrasta informaciones y ejerce con enorme dignidad su profesión de periodista (algo no del todo frecuente en estos tiempos). Entonces nos enteramos de una segunda versión de los hechos, de que quizás las cosas no son como nos las cuentan en las ruedas de prensa, de disparidad de criterios dentro del vestuario, de algún que otro enfrentamiento verbal, de más de un cuestionamiento táctico, del hartazgo de algunos jugadores a que, ya tan mayorcitos, les digan lo que tienen que decir. Vamos, nada extraño ni raro en cualquier equipo sujeto a un exigencia máxima. Pero claro, cuando tú haces bandera de la indestructible unión que provocas en el vestuario, de que no hay ni un solo jugador que hable mal de ti, de tu infinita capacidad de liderazgo y adhesión, pues este tipo de informaciones, duelen.

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Jordan vs Messi

Por: Juanma Iturriaga

22 mar 2012

Hay que ver el juego que da una buena comparación y no te digo nada si empieza con una pregunta del tipo ¿quién es mejor? Que el deporte sea una fuente inagotable de debates de este tipo tiene su lógica, pues no dejan de ser competiciones imaginarias con jueces externos, y la relación entre deporte y competición no hace falta ni explicarla. La última que ha calado, al menos durante 24 horas, las que pasaron hasta que al Madrid se cortocircuitó ante el Villarreal (¿tanto nervio por pasar de 10 a 8 puntos de ventaja?), ha sido la de Jordan y Messi. Fue al hilo de una contestación de Guardiola en la rueda de prensa posterior a que ese portento futbolístico que es el argentino se convirtiese en el máximo goleador de la historia del Barça. Guardiola se refirió a la capacidad para dominar un deporte, cuestión que según su parecer, puede ser equivalente entre estos dos super-deportistas. Pero claro, esto sería darle poco recorrido a una comparación ciertamente estéril pero atractiva. Digo lo de estéril pues resulta imposible alcanzar una conclusión definitiva que no sea precisamente esta, que es imposible alcanzar una conclusión definitiva. Y digo lo de atractiva porque su análisis es todo un reto ya que se trata de comparar diferentes deportistas, uno en plena carrera y otro ya retirado, de distintos deportes y que lucieron/lucen en epocas dispares. Vamos a intentarlo.

Diez parecidos

-Dominadores de una época en sus deportes.

- Coleccionistas de títulos individuales y colectivos, factorías ininterrumpidas de canastas y goles.

-Insaciables competidores, cuanto más importante es el partido, mejor es su actuación.

-La frecuencia de actuaciones destacables no admite parangón.

-Capaces de sorprender incluso cuando ya crees que lo has visto todo.

-Paredes donde chocaron/chocan competidores cualificados y grandes equipos que han tenido la mala suerte de coincidir en tiempo y deporte con estos dos megacracks.

-Hicieron mejores a sus compañeros, les hicieron mejores sus compañeros.

-Sus respectivos padres son figuras fundamentales en sus vidas.

-Tuvieron escuela deportiva. Messi en la Masía, Jordan en la North Carolina de Dean Smith, un gran vivero de estrellas del baloncesto.

-Intimamente ligados a un entrenador de tipo “profesor humanista” (Phil Jackson, Guardiola) que les acompañó hasta la gloria.

 

Diez diferencias

-Sus personalidades son bien distintas. Jordan acaparaba foco a todas horas. Messi lo intenta esquivar siempre que puede.

-Jordan era y quería ser el jefe. Messi sólo quiere jugar a fútbol y que le dejen en paz.

-Jordan se explicaba de maravilla. A Messi el silencio le sienta mejor que la palabra.

-Jordan empezó su espectacular cosecha a los veintisiete años. Messi le saca unos cuantos años de ventaja.

-Jordan no dejó ni un solo título en el tintero. A Messi le falta un Mundial con Argentina.

-Messi sigue teniendo alma de niño. Jordan ya era mayor con 19 años.

-La naturaleza física de Jordan fue una ventaja para él. La de Messi un problema.

-Jordan es un icono nacional. A Messi todavía le discuten en Argentina.

-Jordan eligió el baloncesto pero su pasión oculta era jugar a beisbol. A Messi no le imagino soñando con otro deporte, ni siquiera con el padel o el polo, muy populares en su país.

-Jordan tuvo la suerte de enfrentarse a mí dos veces. Messi no tendrá nunca esa oportunidad.

 

Se admiten sugerencias en un sentido y en otro. Como seguramente no llegaremos a ninguna conclusión, lo mejor es volver a disfrutar de lo que mejor saben hacer.

Aquí está Jordan

 

Y aquí está Messi

 

Poniéndome al día

Por: Juanma Iturriaga

19 mar 2012

Con esta exaltación rojiblanca en la que nos hemos sumido todos los aficionados del Athletic y que por supuesto, el traspiés de ayer ante el Valencia no va a menguar, me doy cuenta de que he dejado de atender algunos hechos que hoy tengo intención de subsanar. Acontecimientos, aniversarios, lesiones, traspasos no consumados y alguna otra cosa más han sido oscurecidos en mi sistema emocional por el éxtasis de ver cómo el equipo de mi pueblo (dicho esto con toda la intención) ha derribado de forma imperial a uno de los referentes del fútbol mundial, lo que si el deporte fuese algo más simple, equivaldría a decir que el Athletic es ahora un referente en el fútbol mundial. Incluso con la fiebre que nos invade, todavía mi parte racional me impide alcanzar estas cotas de forofismo, pero como eliminemos al Schalke de Raúl...

Pero eso será otro día, pues hoy toca sacar del baúl de lo olvidado algunos hechos que en otras circunstancias hubiesen merecido mayor atención. Pero bueno, para eso están los refranes. Más vale tarde que nunca.

Lo de Ricky

Una vez expresadas condolencias y pesares, la lesión de Ricky solo tiene un aspecto irremediable, su ausencia en los Juegos de Londres. El balance en su primera y ya terminada temporada en la NBA arroja tal superávit que terminarla abruptamente no va a suponer mayor contratiempo que el de una lesión severa a recuperar y que cuando tienes 21 años, no debería existir urgencia alguna. Antes del infausto día ante los Lakers, Ricky había hecho de sobra los deberes. Las dudas sobre su capacidad para jugar en la NBA han desaparecido por completo, los peros a su menguada capacidad de anotación corrieron el mismo camino y el ángel que le había acompañado hasta que hace un año y medio pareció abandonarle, ha reaparecido con más fuerza que nunca. Ricky ya no es un posible, sino una realidad tangible en la NBA. Todo esto lo tiene en el zurrón, por lo que su vuelta el próximo noviembre deberá ser de lo más ligera de equipaje. Además todos estos meses le ayudarán a asimilar convenientemente la locura en la que se ha movido desde que aterrizó en Minnesota. Estoy razonablemente seguro de que volverá más fuerte, seguro y confiado. Eso sí, el tren de los Juegos de Londres no volverá a pasar. Cogerá otros, pero ese tan especial en el que la mejor generación de la historia del baloncesto español buscará completar su inigualable palmarés con lo único que les falta, el oro olímpico, ese no tiene vuelta de hoja. Y es una pena, por Ricky y también por la selección, a la que se le plantea un problema con el que no contaba. Con Calde, Rubio y Llull el asunto del base no ofrecía ninguna duda. Ahora aparece un puesto y no existe un aspirante claro a ocuparlo. Sada ha perdido gas y hasta puede tener lógica recurrir una vez más a Raúl López (más si cabe viéndole jugar últimamente), maravilloso jugador y para el que parecía que la selección era ya tema del pasado.

Tiempo habrá para darle vueltas a este asunto. Por ahora y ya que el miércoles operan a Ricky, desearle que todo vaya bien y antes de que nos demos cuenta, veremos más vídeos (algo frikis) como este.

Lo de Pau

Terminó el culebrón (por ahora) y Pau se queda en Los Ángeles. Por sus declaraciones, fue una buena noticia para él, y ya no tiene por qué estar sobresaltándose cada vez que le suena el móvil. A mí la verdad es que me dejó indiferente, pues creo que casi todo lo bueno que podía ofrecerle Los Ángeles ya se lo había ofrecido y ya tenía metida en el cuerpo la curiosidad por comprobar su vida post-Kobe. Pero me alegro por él, que ahora podrá concentrarse en cuerpo y alma en una tarea hercúlea, la de hacer de estos Lakers un equipo aspirante al título. Siendo mi confianza casi ilimitada sobre las capacidades de E.T., esta vez sospecho que es una batalla perdida. Y no debería serlo, pues pocos equipos pueden presumir de tener tres estrellas como Bryant, Bynum y Pau. Pero cada vez que observo sus automatismos, sus subes y bajas, el cada día mayor egocentrismo de Kobe, los bases que tienen (veremos ahora con las nuevas adquisiciones) o que Ron Artest o como se llame ahora puede que sea la clave de este equipo, se me cae el alma a los pies. Espero equivocarme.

Lo de El Padrino

Cumplió 40 años El Padrino, y recordamos otra vez al portentoso Marlon Brando, tan amante de la familia como del poder, al anfetamínico James Caan, al que 1000 balazos no conseguían derribarle, a Robert Duvall, el mejor consiglieri de la historia de los consiglieri, a Al Pacino, que interpreta el viaje a los infiernos con una credibilidad pasmosa, al caballo en la cama, a la oferta que no vas a poder rechazar, a una puerta que se abría y se cerraba. Recordamos una película que te dejaba hipnotizado, que no querías que terminase nunca, ni siquiera después de una maravillosa trilogía, que siendo ficción, creímos más que la pura realidad. Y como las asociaciones mentales son libres, yo pensé también en otro padrino, al que solo le unía con Don Vito Corleone que le apodábamos igual y que cuando teníamos un problema acudíamos a él. Raimundo Saporta fue El Padrino de unas cuantas generaciones de jóvenes jugadores de baloncesto del Real Madrid, solucionó (de forma pacífica, eso sí) muchos de nuestros problemas y siempre nos trató con un cariño disfrazado a veces de ejercicio de autoridad incuestionable. Se lo sigo agradeciendo.

Lo de los 60 puntos

La semana pasada estuve de gira por Murcia y Alicante con Fernando Romay y el gran Epi dando unas charlas sobre los valores del deporte. En una de ellas y como si no viniese a cuento, Fernando dejó caer que se cumplían 35 años (fue un 13 de Marzo de 1977) de un partido Real Madrid-Barcelona que terminó con creo que la mayor paliza que se recuerda. 138-78 (¡84 puntos en la segunda parte!) en un encuentro en el que el Madrid necesitaba remontar los 17 puntos por los que había perdido en el Palau. Epi se acordaba, por supuesto, como para olvidar una cosa de estas. Fue en el Pabellón de la Ciudad Deportiva y curiosamente no recuerdo mis dos canastas (fue mi primera temporada en el Madrid) y mira que serían para recordar. Lo único que se me ha quedado no tiene que ver con lo que ocurrió en la pista, sino una frase que luego me contaron que al parecer dijo Jose Felix Pons, mítico periodista de indisimulado color azulgrana. Cuando el chaparrón ya era de época, salió Paniagua (era su última temporada y no contaba con muchos minutos) la primera que pilló le dio aire (nunca tuvo muchos problemas Pani para esto) y fue otra canasta más. A Jose Félix Pons no se le ocurrió otra forma de explicar lo que estaba ocurriendo que con esta frase: ”Señores, hasta Paniagua las mete”. Siempre me sorprendió la sorpresa de este clásico del periodismo, pues Paniagua era un tirador consumado. Y lo que está claro es que 35 años después, lo del periodismo forofo no ha perdido un ápice de su fuerza.

Lo de Mafalda

Metidos en efemérides, también se han cumplido 40 años del personaje de Mafalda. Poca gente ha hecho más por mostrarnos el universo infantil que el gran Quino. En contraposición a príncipes, princesas y otro tipo de universos “disney”, Mafalda nos recordaba siempre que los niños son niños pero son más listos que el hambre y sobre todo se dan cuenta de una forma a veces sorprendente de lo que ocurre a su alrededor, descodificando las cosas con su mirada limpia, a veces eficazmente simple y siempre sorprendente. A la sombra del éxito de El Hormiguero publicaron varios libros que creo que se titulaban Cosas de niños y que no eran más que frases que iban mandando al programa la gente para la sección pertinente. Bien, desde hace decadas tenemos la oportunidad de saber lo que dicen y piensan los niños gracias a Mafalda, Miguelito, Manolito, Susanita, Guille y hasta Libertad, maestros del análisis cada uno en su particular mundo. Nunca es tarde y siempre sigue siendo recomendable darse una vuelta por esos universos.

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Lo de la Pepa

Por último, que parece que todo ocurre en marzo, hoy se celebran los 200 años de la Constitución conocida como la Pepa. Y aquí estoy, en Cádiz, que siempre es un placer, con la troupe de la SER para hacer el Hoy por Hoy. Se me escapa un poco todo el lío que hay por aquí montado, con la mayor concentración de escoltas y acompañantes de personalidades que se recuerda con tanto Rey, Presidente del Gobierno, ministros y miembros del Tribunal Constitucional pululando por aquí. Ambiente ideal para acompañar a Toni Martínez y Especialistas secundarios y poner un poco un humor al asunto. Porque hombre, no digo yo que (casi) todas estas personas no sean necesarias para el buen funcionamiento de nuestra sociedad, pero es que son tannnnnn serias.

Os dejo que me llaman. Buena semana.

 

 

 

 

Manifiesto contra la igualdad

Por: Juanma Iturriaga

13 mar 2012

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Ante ciertas tendencias existentes en nuestra sociedad (a la que nadie es inmune en algún momento) encaminadas a igualar comportamientos, generalizar a discreción, equiparar actitudes y terminar colocando a todos el mismo saco, quiero manifestar:

-No todos los seres humanos somos iguales

-No todos los políticos van a lo suyo

-No a todos los políticos les regalan trajes

-No todos los partidos políticos funcionan igual

-No todos los empresarios son unos explotadores

-No todos los currantes son unos vagos

-No todos los currantes son víctimas del sistema

-No todos los curas son unos santos

-No todos los curas son pederastas

-No todos los periódicos son iguales

-No todos los periodistas son unos manipuladores

-No todos los periodistas deportivos son unos forofos

-No todo el Grupo Prisa es antimadridista y probarcelonista

-No toda la justicia es cualquier cosa menos justa

-No todos los árbitros están comprados

-No todos los deportistas españoles son un ejemplo

-No todos los deportistas españoles se drogan

-No todos los futbolistas son intelectualmente limitados

-No todos los futbolistas compiten por el coche más caro o la novia más guapa

-No todos los porteros están locos

-No todos los defensas son unos leñeros

-No todos los delanteros no han roto nunca un plato

-No todos los jugadores de baloncesto son altos

-No todos los bases son inteligentes

-No todos los aleros tiran bien

-No todos los pívots son pívots

-No todos los entrenadores terminan haciendo lo mismo

-No todos los directivos son unos bocazas

-No todos los madridistas odian al Barça

-No todos los cules odian al Madrid

-No todas las aficiones son iguales

-No todos los vascos cortamos troncos

-No todos los catalanes son tacaños

-No todos los andaluces cuentan chistes

-No todos los madrileños son chulos

-No todos los gallegos contestan con otra pregunta

-No todos los franceses nos tienen envidia

-No todos los franceses nos odian

-No todos los actores forman una banda de rojos

-No todos los taxistas de Madrid te dan la tabarra y oyen la COPE

-No todos los hombres son incapaces de hacer dos cosas a la vez

-No todas las mujeres son incapaces de leer un mapa

-No todos los currantes te dan facturas sin IVA

-No todos los albañiles te dejan la casa sucísima

-No todos los electricisitas son unos chispas

-No todos los informáticos son raros

-No todos los que discrepan están en contra de algo

-No todo el cine español es infumable

-No todos los lunes la vida es una mierda

-No todos los viernes la vida es maravillosa

-No todos los trabajos son para sufrir

-No todos los menús del día son del día

-No todos los orgasmos son inolvidables

 

No y mil veces no. Somos diferentes, decimos cosas diferentes, pensamos de forma diferente y nos comportamos de manera diferente. En cada lugar, en cada profesión, en cada circunstancia. Por eso, generalizaciones las justas, pues se corre el peligro de ser injusto y terminar juntando en el mismo saco a personas, actitudes y pensamientos bien dispares. Peras con manzanas, que diría la alcaldesa.

Madrid, 13 de Marzo de 2012

 

Manchester conquistada

Por: Juanma Iturriaga

09 mar 2012

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6.30. Suena el despertador. Esta vez no me hago la habitual pregunta de casi todas esas mañanas cuando, por la cuestión que sea, debo levantarme antes de que pongan las calles. No, hoy no hay un ”por favor, un ratito más” interior. Hoy es diferente. Me deslizo hasta el cuarto de baño y me encuentro sonriendo a mi colega del espejo. Él sabe mejor que nadie el porqué de mi rostro risueño. “No es para menos” parece decirme. La ducha no me despierta, pues no hace falta. Beso a mi mujer que entiende mi pasión, pero no la comparte. Beso a mi hija, que todavía me pregunta somnolienta que a dónde voy, como si no lo hubiese pregonado por toda la casa una y otra vez desde hace casi un mes. Beso a mi hijo, que no me acompaña, pero que ya sueña con el 25 de mayo en el Vicente Calderón. A la única que no beso es a mi perra, que me sigue con atención perruna mientras salgo a la calle y me obsequia una última mirada tipo “¿dónde vas a estas horas?

Pues me voy a Manchester a cumplir un sueño. Uno muy antiguo. Uno que nació hace más de cuarenta años. Uno que se ha ido alimentando desde entonces. Uno que alguna ocasión he llegado a pensar que no conseguiría hacerlo realidad. Voy a Inglaterra a ver un partido de fútbol del Athletic. Y no un partido cualquiera. Un Manchester-Athletic en Old Trafford. Casi nada.

No hace falta ser un erudito para entender el significado que tiene en Bilbao el Athletic, más cerca de tratarse de una religión que de una afición. Y tampoco hay que ser un concursante del Saber y Ganar para conocer que el fútbol lo inventaron los ingleses (cosa que a veces cuesta creer viendo a su selección). Mucho menos comprender, sobre todo si tienes un mapa delante, que Bilbao limita hacia el norte con Inglaterra, de la que sólo nos separa una pequeña travesía a nado. Sumemos que antes del cambio climático, el tiempo tenía más en común con Londres o Liverpool que con Burgos y ya tenemos todos los elementos para entender que Bilbao, el fútbol, el Athletic e Inglaterra se han entendido siempre muy bien. Tanto que hasta la llegada de Bielsa, el Athletic ha sido estandarte de lo que conocemos como fútbol inglés. Físico, duro, directo. Tanto que esta noche, más de 8.000 locos vamos a estar en Old Trafford acompañando a nuestro equipo en una noche histórica.

Escribo desde el avión mientras las azafatas se van turnando en un ofrecimiento constante de comida, bebida, tabaco, rifas, entradas para el Museo de Cera de Londres o lo que haga falta. Sí, viajo en Ryanair. No, Florentino no me ha podido dejar su avión privado (últimamente parece que no deja casi nada). Pero su sombra es alargada. Justo antes de despegar la sobrecargo nos ha ofrecido un momento para recordar. “Señores pasajeros, tenemos en este vuelo a su disposición los periódicos El País, a 1,40 euros, y el As, donde podrán leer las últimas noticias de Cristiano Ronaldo y sus amigos del Real Madrid”. Juro que son palabras textuales. El revuelo ha sido inmediato pues en este Madrid-Londres viajamos unos 100 feligreses rojiblancos, la mayoría ataviados convenientemente con camisetas y bufandas. CR “y sus amigos del Real Madrid”. ¡Qué bueno!

 

 

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17.00. Me he venido al dejar las cosas al hotel, cerca de Old Trafford. Es un sitio curioso, ya que las habitaciones dan a un campo de criquet. Sí, el criquet, ese extraño deporte que salvo que seas un súbdito de la Commonwealth, no entiendes absolutamente nada. Ya me lo ha dicho un taxista pakistaní que me ha traido hasta aquí. “In Spain, no criquet”, ha afirmado rotundamente cuando le he dado el nombre del hotel al que iba. Yo lo he ratificado: “No, in Spain, no criquet”. En otras circunstancias le hubiese dado más conversación, que si tenemos fútbol o baloncesto, pero tenía ganas de llegar y descansar los ojos al menos media hora para llegar entero al partido.

La breve conversación en el taxi sobre criquet me ha devuelto a la realidad. Estoy en Inglaterra. Sí, ya sé que llevo unas cuantas horas en Manchester, pero es que más que Manchester, esto parece Bilbao. He comido en una pizzería donde al poco de llegar ya estaba ocupada en TODAS sus mesas por aficionados rojiblancos, he saludado por la calle a un montón de gente con el clásico “!aupa!”, he escuchado en varias esquinas unos Athleeeeeetic y, por último, he dado con mis huesos “debajo de la noria.” Bueno, yo, y unos cuatro mil más.

Uno de los dilemas más habituales en este tipo de emigraciones masivas está representado por la frase “¿dónde quedamos?”. Por razones geográficas y, sobre todo, por cuestiones de visibilidad, en esta ocasión (y sin haber hecho una encuesta) podría asegurar que mínimo en un 85% esta pregunta ha sido contestada con “donde la noria”. Situada al lado de un centro comercial y con los bares suficientes como para abastecer a una multitud sedienta, la noria y sus alrededores se han convertido en el centro neurálgico de la marea. Debajo de la noria, además de cantar en plan cofradía en cuando uno se arrancaba, me han dado mis entradas, me he sacado unas doscientas fotos, me he tomado otra cerveza, me he encontrado con un chaval que me ha regalado una foto de Michael Landon, del que siempre he sido muy fan y he terminado necesitando un momento de paz. De ahí mi falta de ganas de debate sobre los deportes que hay o no hay en España con mi simpático taxista.

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22.30 hora local. El campo está de nuevo vacío y me siento un momento para hacer repaso mental de lo ocurrido. No es fácil, pues ha superado las más optimistas de las previsiones. Por resumirlo un poco, ha sido la leche, !hemos ganado al Manchester en su campo! !Y dándoles un baño de fútbol! Hablaba después del partido con Eduardo Rodrigálvarez, periodista de raza, que había una cosa muy curiosa en lo que había ocurrido. Como ya he explicado antes, el Athletic ha sido históricamente una sucursal del fútbol británico fuera de sus fronteras. Y he aquí que llega a jugar a Old Trafford, el gran escenario del fútbol de las islas, un equipo “inglés” y va y lo hace con un estilo radicalmente diferente, como si fuese (exagerando un poco) el Brasil de los 70 y 80. Y en lugar de fútbol directo se la pasan hasta hartarse. Y no dan un patadón casi en todo el partido. Y quieren la pelota. Y saben qué hacer con ella. Entendería el estupor de los aficionados del MU, que mucho, lo que se dice mucho del Athletic, sospecho que no sabían. ¿Pero estos no eran como nosotros? Se habrán preguntado. Bueno, sí, pero hasta hace unos meses. Ahora juegan a otra cosa, mucho más bonita, respetuosa con el balón y aprovechadora del gran talento que atesora en su plantilla.

Pero es que no sólo el Athletic ha ganado en la cancha, sino que su afición ha goleado en la grada. Venía yo con muchas ganas de ver en acción al famoso público inglés, ese orfeón incansable, ese aliento constante, esos cánticos que te ponen la piel de gallina. Pues me he quedado con las ganas, porque nada de nada. Será que la Europa League les interesa un pimiento (algo bastante probable), será que el juego del Athletic les ha dejado mudos. El caso es que los cánticos y el aliento los ha puesto la grada rojiblanca, que no ha parado un minuto, con momento cumbre (además de los goles) cuando ha salido el lehendakari Toquero, auténtico fenómeno de masas.

Tres txitxarros tres, cada uno de su padre y de su madre. El de Llorente, un clásico. Centro y remate de cabeza de toda la vida. El de De Marcos, jugada al primer toque, resolución precisa, puede que en fuera de juego, pero tampoco íbamos a ir al árbitro a decírselo. Además, la jugada ha sido tan bonita que se le perdona la infracción. Y el de Muniaín de pillo, de Raúl, de ambición. Éxtasis total.

Pablo, querido y añorado hermano, lo que hubiésemos disfrutado juntos. Porque estoy seguro que hubieses venido conmigo. Vamos, te ibas a perder tú un Manchester-Athletic. Ni trabajo, ni dinero, ni nada lo hubiese impedido. ¡Y con la camiseta puesta desde el día anterior! Qué menos, si tú eras más del Athletic que San Mamés. Nunca olvidaré una imagen y una frase que me dejaste para siempre. La imagen fue en el Bernabéu. Ganaba el Madrid 3-1 y quedaban unos cinco minutos para acabar el partido. Con el partido ya resuelto, te propuse irnos para evitar la aglomeración del final, pero preferiste quedarte porque igual todavía podría ocurrir un milagro. Y ahí te dejé, con tu hijo José (que dicho sea de paso se está haciendo un poco del Madrid, pero bueno, se puede querer a dos equipos a la vez y no estar loco) esperando lo imposible. Irreductible como la aldea gala de Asterix. Irreductible como la filosofía tan peculiar y maravillosamente anacrónica del Athletic. La frase fue un par de años después. Ya estabas metido en tu dolorosísima separación que te hizo sufrir tanto que hasta tu cuerpo dijo basta. Jugaba el Athletic una eliminatoria de Copa en Valladolid y allí te fuiste, al estadio de la pulmonía, a olvidar todo por unas horas. Cuando volviste soltaste un “menos mal que siempre queda el Athletic” que para mí resume de forma escueta, pero contundente lo que puede llegar a significar un club y una camiseta, la que sea.

Pues eso, que el Athletic ha ganado en Manchester, en Old Trafford nada menos. Otros lo hicieron antes, como recordaba con Santi Segurola antes del partido el día en que mi gordito favorito, el gran Ronaldo, tuvo una actuación portentosa en este mismo campo. Pero eso no quita ni un ápice de satisfacción al haber vuelto despues de más de 50 años a un campo tan mítico, hacerlo con un grupo de chavales jóvenes en periodo de formación, plantarse en el campo diciendo “la pelota es mía”, no desencajándose con el 1-0, no conformándose ni con el 1-1, ni con el 1-2 y terminar recogiendo la admiración de todo el United, empezando por Ferguson. Más que suficiente para hacer lo que he hecho. Sentarme en la grada, respirar hondo y dejarme llevar por la satisfacción que sientes al saber que has estado en el momento justo en el sitio indicado. Lo dicho, ha sido leche.

La salsa del fútbol está caducada

Por: Juanma Iturriaga

05 mar 2012

Experiencia-de-cliente
No puedo más. De verdad, estoy hasta el mismísimo gorro del tema de los árbitros, cuestión capital en la microliga que dirimen Real Madrid y Barcelona. Me exaspera ver cómo semana tras semana termina robando el protagonismo a todos y a todo, cómo donde han ocurrido un millón de cosas, al final el asunto de portada y debate se apoya en estos asuntos arbitrales. Esta vez le ha tocado a Piqué y sus criticables declaraciones, cuando la semana pasada fueron el codazo de Sergio Ramos, la enésima entrada destemplada de Pepe o las tarjetas a Messi (me aburre hasta escribir la secuencia). Y así podíamos seguir hasta el infinito y más allá. ¡Qué coñazo!

Siempre me ha costado entender la inmovilidad del universo futbolístico, sobre todo en lo que se refiere al aprovechamiento que pueden ofrecer los avances tecnológicos. Las veces que lo he discutido con algun defensor de no tocar nada, al final me argumentaba que el error arbitral formaba parte del juego, pues alimenta la discusión, los diferentes puntos de vista y  el enfrentamiento dialéctico, que de algo tiene que vivir el futbol entre jornada y jornada. En definitiva, que un error arbitral y lo que provoca “son la salsa del futbol”. 

Vale, pues a mí me parece que esta salsa del futbol está caducada y cada vez huele peor, por lo que debería ser retirada por orden del Ministerio de Sanidad. Que los líos arbitrales, naturales o artificiales, que de todo hay, nos impiden ver otras cosas mucho más edificantes y estimulantes. Que ya nadie se equivoca y ni comete ni mucho menos reconoce un error, porque siempre tiene una buena excusa a mano, que generalmente va vestido de negro. Que estos temas, bien atizados por algunos medios de comunicación, encabronan al personal que acaba viendo y creyendo en conspiraciones, persecuciones e injusticias donde seguramente no hay mucho más que errores humanos. Que son espacios de discusión donde reina la emoción más que la razón y la emoción no controlada entorpece el necesario ejercicio racional. 

Ayer el Madrid jugó de lujo, con goles de todos los colores, con la pelota en los pies de los que saben qué hacer con ella, con su habitual contundencia pero sin buscar siempre la línea recta como la distancia idónea para la busqueda de la portería rival. Kaká parecía resucitado, Higuaín reclama con goles cariño y minutos, lo de Özil es una pasada y yendo Karanka a la sala de prensa nos ahorramos una ración de cicuta y la cara de mala hostia que iba a poner J.M. al preguntarle si hoy estaría en Londres. El sábado, el Barcelona ganó un partido complicado, lo hizo sin Messi, jugando con 10 todo el segundo tiempo, con Iniesta cada vez más Iniesta, lo que asegura el deleite futbolístico, y demostrando que sigue en la pomada. Elementos suficientes para seguir debatiendo y disfrutando de la pelea de los dos mejores equipos del mundo, donde juegan (Valdano dixit) 15 de los mejores 20 jugadores del mundo. Pues no. De lo que hablamos es de declaraciones, penaltis no pitados, expulsiones supuestamente premeditadas, persecuciones consensuadas en un salón con moqueta, agravios comparativos y si me apuras, del nunca olvidado Guruceta. Y los de un lado cabreados por sentirse perjudicados. Y los del otro cabreados porque se cabrean los de un lado. Otra vez. Insisto, ¡Qué coñazo!

Exageremos un poco. Imaginemos que estos años donde nos hemos vuelto locos con la rivalidad Nadal-Federer, en lugar de alegrarnos la vida viendo, viviendo y comentando los legendarios partidos entre dos extraordinarios deportistas nos los hubiésemos pasado discutiendo sobre el juez de silla, la pelota que cantaron mala y no lo era o la casualidad que resulta que el tío de un amigo de uno de los jueces de fondo tenía una casa en Suiza cerca de la Federer. ¿A que suena ridículo? Ya sé que son mundos, historias y conexiones emocionales diferentes, pero qué queréis que os diga, a veces, este pique Madrid-Barcelona me resulta algo parecido. 

Dijo Obama sobre el lock out de la NBA. “Jugadores que ganan millones de dólares y propietarios que ganan miles de millones deben ponerse de acuerdo para repartirse 9.000 millones para que los aficionados, que son los que les permiten ganar ese dinero, puedan tener temporada”.

Parafrasea el Palomero: “Jugadores, entrenadores, directivos y periodistas afines del Real Madrid y el Barcelona deberían tener siempre presente que históricamente estos dos equipos han sido los más beneficiados por los árbitros, y ponerse de acuerdo para dejar de quejarse (queda muy mal poner el grito en el cielo las pocas veces que son perjudicados y no hacerlo las muchas que son favorecidos). De esta forma los aficionados, que son los que les permiten estar donde están y ganar lo que ganan, puedan tener una temporada tranquila, ser más felices y dedicarse a disfrutar de lo bien que juegan al fútbol sus equipos. Que para disgustos ya tenemos la economía”.

Y si queremos salsa, ahí están el ketchup, la mostaza, la mahonesa, la salsa tártara y muchas más que seguro que el Comidista se sabe. Buena semana a todos.

Postdata.- Dado que Putin ha ganado las elecciones rusas y aqui estamos al hilo de la actualidad, termino con un video de su hija.

 

 

 

 

 

La tarde que Chamberlain destronó a Iribar

Por: Juanma Iturriaga

02 mar 2012

La pequeña sala de reuniones estaba a oscuras y no se oía ni la respiración de unos cuantos chavales de poco más de 12 años que no podíamos apartar la mirada de las imágenes que un proyector de películas super-8 lanzaba contra una pared blanca.

Nos había convocado nuestro entrenador, que según nos contó, hacía pocos días que había conseguido aquel extraordinario material cinematográfico. Le vimos tan emocionado que no nos quedó más remedio que sustituir nuestras habituales actividades de sábado por la tarde como vagar sin rumbo fijo por Bilbao o pasarnos las horas jugando a las cartas en casa de alguno que asegurase que su madre nos daría de merendar, por ver una película de baloncesto de una tal NBA.

La mayoría habíamos empezado a jugar hacía bien poco, por lo que nuestros conocimientos sobre la materia eran más bien escasos. Botar con la derecha era más fácil que hacerlo con la izquierda salvo para los zurdos y no podías dar más de dos pasos sin tirar el balón al suelo. Los pequeños solían ser bastante chupones en opinión de los altos, y los altos eran bastante torpes en opinión de los pequeños, lo que hacía poco recomendable a veces el pasarles la pelota (curioso, esto lo seguí observando prácticamente durante toda mi carrera). Los partidos se jugaban en cuatro cuartos de 10 minutos cada uno, todos los jugadores del equipo debían disputar al menos uno y nadie podía hacerlo en más de tres. Nuestro entrenador juraba en hebreo y eso de jugar a las nueve de la mañana en el quinto pino y en campos descubiertos era algo a lo que no terminaba de acostumbrarme. Pero ganábamos siempre, lo que ayuda a confirmar el acierto al elegir un determinado deporte.

Del mundo exterior tampoco andábamos muy versados, salvo que se tratase del Athletic. Iribar, Saez, Etxeberría, Aranguren, Igartua, Larrauri, Argoitia, Uriarte, Arieta, Clemente y Rojo. Aquella fue la primera alineación que aprendí de carrerilla (y por cierto, la última). Pero de baloncesto, salvo a Roberto, Jose, Rica, Chino, Rusty, Patxi, Viñals, Zorro, Carranza, Lord Luis y Archi, que eran mis compañeros, pocos nombres más me sabía. Nos habían hablado de que el mejor jugador de baloncesto español era Emiliano, que al parecer había estudiado en los Escolapios de Bilbao, lo que nos costaba entender, pues los de Escolapios eran muy malos (salvo mi futuro amigo Gastañaga) y cada vez que jugábamos con ellos les metíamos la del pulpo. Como ocurría en el fútbol, casi todo lo ganaba el Madrid, lo que no nos extrañaba pues según había visto en una foto en un periódico, tenían negros en el equipo. Y de eso sí que sabíamos. En baloncesto, los negros eran los buenos.

En aquella pared blanca, casi todos los jugadores eran negros, lo que confirmaba nuestra teoría. Pero debían ser extraterrestres. Por el tamaño, absolutamente descomunal, y por las cosas que hacían. Alguien preguntó si la altura de las canastas era la misma que las del pabellón del colegio (ojo al dato, en mi colegio teníamos un pabellón al que todos aspirábamos que nos dejasen jugar alguna vez en él) porque no era posible como algunos machacaban la pelota como estuviesen jugando en una cancha de minibasket. Había unos cuantos tipos con el pelo como si les hubiesen puesto una pelota de baloncesto peluda en la cabeza y otro que parecía no saber tirar de frente a la canasta, pues lanzaba siempre de gancho. Eso sí, las metía todas. ¿Quién es ese? pregunté. “Leu Alcindor”, me contestó mi entrenador. Leu Alcindor, posteriormente Lew (pronunciado Liu) Alcindor, posteriormente Kareem Abdul Jabbar, era, a nuestro ojos, todo un marciano. Pero el que más me llamó la atención, y creo que no fui el único, fue el 13. Debía medir más de dos metros y medio, pues de otra forma nos resultaba incomprensible que fuese capaz, cada vez que cogía la pelota a menos de dos metros del aro, terminase hundiendo hasta el codo en la canasta, ¡qué animal! Y luego salió una jugada donde el gigante con el número 13 ponía un tapón de esos de mandar el balón a la grada, a nuestros ojos lo peor que te podía pasar como jugador de baloncesto. Vamos, antes de que alguien te ponga un tapón, mejor tirar la pelota a la grada. Definitivamente Wilt Chamberlain era, además de extraterrestre, un superhombre. Por eso cuando nos enteramos de que en un partido había metido 100 puntos, tampoco lo vimos como algo tan raro. Para un humano igual sí, pero cuando tienes poderes, eres capaz de hacer cosas increíbles.

Con el paso del tiempo la figura de Chamberlain fue haciéndose algo más humana mientras completaba su biografía. Sus números eran incuestionables, pero había un tal Bill Russell, que no metía 100 puntos en un partido y no parecía tan alienígena, pero que le mojaba la oreja año tras año, lo que venía muy bien a los entrenadores para explicar la diferencia entre un jugador que supuestamente jugaba para él y otro que lo hacía para el equipo. Ah, y también se hablaba de que uno era un ganador y el otro no. Llegaron los Bird, Magic, Jordan y compañía y el 13 fue haciéndose cada vez más pasado. Hasta que volvió a robar portadas cuando afirmó en su biografía que se había acostado con 20.000 mujeres, ¡hasta los 40! Eso sí, solteras todas. Pues si hubiese ampliado el target con casadas, separadas y viudas, se va hasta las 30.000.

20.000 mujeres. Quien más y quien menos, todos hicimos cuentas. Y no salían. Pongamos que comenzó a edad temprana. ¿15? Vale. Y que donde dijo hasta los 40 era hasta los 60. Son 45 años, por 365 días, son 16.425, y contando once años bisiestos, 16.436 días. ¡Más de una mujer por noche! ¡Y no siendo de Bilbao! Creo sinceramente que Wilt se columpió un poco. Eso sí, que su cama casi siempre estaba caliente, eso sí que me lo creo.

Las luces se encendieron y todos tuvimos que cerrar rápidamente la boca. Salimos al patio y decidimos retomar nuestras costumbres de sábado por la tarde. No recuerdo ya si fuimos a vagar por las calles de Bilbao o alguno ofreció casa, naipes y merienda, pero sí que aunque fuese por una vez, no hablamos de que Iribar, Iribar, Iribar era cojonudo, sino de lo que acabábamos de ver, de aquellos marcianos saltarines, de aquel gigante con el número 13 y una camiseta que parecía que le había encogido con el último lavado. Wilt Chamberlain fue capaz de destronar por una tarde a Iribar en nuestra galería de mitos. Eso no estaba al alcance de cualquiera. ¡Y eso que todavía no sabíamos lo de las 20.000!

Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

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