El Palomero

La tarde que Chamberlain destronó a Iribar

Por: Juanma Iturriaga

02 mar 2012

La pequeña sala de reuniones estaba a oscuras y no se oía ni la respiración de unos cuantos chavales de poco más de 12 años que no podíamos apartar la mirada de las imágenes que un proyector de películas super-8 lanzaba contra una pared blanca.

Nos había convocado nuestro entrenador, que según nos contó, hacía pocos días que había conseguido aquel extraordinario material cinematográfico. Le vimos tan emocionado que no nos quedó más remedio que sustituir nuestras habituales actividades de sábado por la tarde como vagar sin rumbo fijo por Bilbao o pasarnos las horas jugando a las cartas en casa de alguno que asegurase que su madre nos daría de merendar, por ver una película de baloncesto de una tal NBA.

La mayoría habíamos empezado a jugar hacía bien poco, por lo que nuestros conocimientos sobre la materia eran más bien escasos. Botar con la derecha era más fácil que hacerlo con la izquierda salvo para los zurdos y no podías dar más de dos pasos sin tirar el balón al suelo. Los pequeños solían ser bastante chupones en opinión de los altos, y los altos eran bastante torpes en opinión de los pequeños, lo que hacía poco recomendable a veces el pasarles la pelota (curioso, esto lo seguí observando prácticamente durante toda mi carrera). Los partidos se jugaban en cuatro cuartos de 10 minutos cada uno, todos los jugadores del equipo debían disputar al menos uno y nadie podía hacerlo en más de tres. Nuestro entrenador juraba en hebreo y eso de jugar a las nueve de la mañana en el quinto pino y en campos descubiertos era algo a lo que no terminaba de acostumbrarme. Pero ganábamos siempre, lo que ayuda a confirmar el acierto al elegir un determinado deporte.

Del mundo exterior tampoco andábamos muy versados, salvo que se tratase del Athletic. Iribar, Saez, Etxeberría, Aranguren, Igartua, Larrauri, Argoitia, Uriarte, Arieta, Clemente y Rojo. Aquella fue la primera alineación que aprendí de carrerilla (y por cierto, la última). Pero de baloncesto, salvo a Roberto, Jose, Rica, Chino, Rusty, Patxi, Viñals, Zorro, Carranza, Lord Luis y Archi, que eran mis compañeros, pocos nombres más me sabía. Nos habían hablado de que el mejor jugador de baloncesto español era Emiliano, que al parecer había estudiado en los Escolapios de Bilbao, lo que nos costaba entender, pues los de Escolapios eran muy malos (salvo mi futuro amigo Gastañaga) y cada vez que jugábamos con ellos les metíamos la del pulpo. Como ocurría en el fútbol, casi todo lo ganaba el Madrid, lo que no nos extrañaba pues según había visto en una foto en un periódico, tenían negros en el equipo. Y de eso sí que sabíamos. En baloncesto, los negros eran los buenos.

En aquella pared blanca, casi todos los jugadores eran negros, lo que confirmaba nuestra teoría. Pero debían ser extraterrestres. Por el tamaño, absolutamente descomunal, y por las cosas que hacían. Alguien preguntó si la altura de las canastas era la misma que las del pabellón del colegio (ojo al dato, en mi colegio teníamos un pabellón al que todos aspirábamos que nos dejasen jugar alguna vez en él) porque no era posible como algunos machacaban la pelota como estuviesen jugando en una cancha de minibasket. Había unos cuantos tipos con el pelo como si les hubiesen puesto una pelota de baloncesto peluda en la cabeza y otro que parecía no saber tirar de frente a la canasta, pues lanzaba siempre de gancho. Eso sí, las metía todas. ¿Quién es ese? pregunté. “Leu Alcindor”, me contestó mi entrenador. Leu Alcindor, posteriormente Lew (pronunciado Liu) Alcindor, posteriormente Kareem Abdul Jabbar, era, a nuestro ojos, todo un marciano. Pero el que más me llamó la atención, y creo que no fui el único, fue el 13. Debía medir más de dos metros y medio, pues de otra forma nos resultaba incomprensible que fuese capaz, cada vez que cogía la pelota a menos de dos metros del aro, terminase hundiendo hasta el codo en la canasta, ¡qué animal! Y luego salió una jugada donde el gigante con el número 13 ponía un tapón de esos de mandar el balón a la grada, a nuestros ojos lo peor que te podía pasar como jugador de baloncesto. Vamos, antes de que alguien te ponga un tapón, mejor tirar la pelota a la grada. Definitivamente Wilt Chamberlain era, además de extraterrestre, un superhombre. Por eso cuando nos enteramos de que en un partido había metido 100 puntos, tampoco lo vimos como algo tan raro. Para un humano igual sí, pero cuando tienes poderes, eres capaz de hacer cosas increíbles.

Con el paso del tiempo la figura de Chamberlain fue haciéndose algo más humana mientras completaba su biografía. Sus números eran incuestionables, pero había un tal Bill Russell, que no metía 100 puntos en un partido y no parecía tan alienígena, pero que le mojaba la oreja año tras año, lo que venía muy bien a los entrenadores para explicar la diferencia entre un jugador que supuestamente jugaba para él y otro que lo hacía para el equipo. Ah, y también se hablaba de que uno era un ganador y el otro no. Llegaron los Bird, Magic, Jordan y compañía y el 13 fue haciéndose cada vez más pasado. Hasta que volvió a robar portadas cuando afirmó en su biografía que se había acostado con 20.000 mujeres, ¡hasta los 40! Eso sí, solteras todas. Pues si hubiese ampliado el target con casadas, separadas y viudas, se va hasta las 30.000.

20.000 mujeres. Quien más y quien menos, todos hicimos cuentas. Y no salían. Pongamos que comenzó a edad temprana. ¿15? Vale. Y que donde dijo hasta los 40 era hasta los 60. Son 45 años, por 365 días, son 16.425, y contando once años bisiestos, 16.436 días. ¡Más de una mujer por noche! ¡Y no siendo de Bilbao! Creo sinceramente que Wilt se columpió un poco. Eso sí, que su cama casi siempre estaba caliente, eso sí que me lo creo.

Las luces se encendieron y todos tuvimos que cerrar rápidamente la boca. Salimos al patio y decidimos retomar nuestras costumbres de sábado por la tarde. No recuerdo ya si fuimos a vagar por las calles de Bilbao o alguno ofreció casa, naipes y merienda, pero sí que aunque fuese por una vez, no hablamos de que Iribar, Iribar, Iribar era cojonudo, sino de lo que acabábamos de ver, de aquellos marcianos saltarines, de aquel gigante con el número 13 y una camiseta que parecía que le había encogido con el último lavado. Wilt Chamberlain fue capaz de destronar por una tarde a Iribar en nuestra galería de mitos. Eso no estaba al alcance de cualquiera. ¡Y eso que todavía no sabíamos lo de las 20.000!

Hay 30 Comentarios

Recuerdo mis inicios en el minibaket de los primeros 70. Nos compraron una camiseta que tenía 5 nombres: Emiliano, Buscató, Brabender, Luyk y Santillana.Costaba 100 pts. Se acuerda alguien de esas camisetas? Ese es mi primer recuerdo y ahora que te leo con tu primera experiencia al ver a los extraterrestres aquí empezamos muy tarde a verlos en los 80 y vimos gente descomunal. No tengo imágenes de Chamberlein ni de Russell ni de tantos otros inventores pero si guardo muchas nuestras de España, del Madrid, Corbalan, Vicente Ramos, de Hector Quiroga y su voz, de Mirza, de Carmelo, de los partidos con los italianos, de Sabonis intratable. Eso era baloncesto. Ahora muchos jugones pero me aburro una barbaridad. Tu fuiste una luz en una lumbre que ardía en nuestros corazones en un tiempo donde los niños no tenían otra cosa. Un abrazo infinito Itu

Wilt Chamberlain siempre ha sido mi ídolo. Desde que tengo uso (parcial) de razón siempre he soñado con tener la sabiduría de Chamberlain y el físico del Dalai Lama...

Lo más impresionante no son sus 100 puntos. Es que llegó a promediar en una temporada completa: 50 puntos y 24 rebotes por partido. Nunca nadie marcó tantas diferencias... El Rocco Sifredi del baloncesto.

Meter 100 puntos en un partido de la NBA es más difícil que lo de las 20.000. Grande WIlt.
´
http://planetamancha.blogspot.com/

¡Ay, los piques Jesuitas-Escolapios!
Cuántas encerronas nos prepárabamos mutuamente...

Los vecinos de Cantabria perdiamos con vosotros en aquellos tiempos en baloncesto pero os ganabamos en voleibol (Universidad Laboral de Eibar como emblema). Queremos más historias como esta, genio.

(Por cierto, que pinta un indocumentado argentino comentando la megamineria en su país. ¿Scola y Ginobili se han metido a mineros?). Por cierto, ya que hablamos de Argentina, el año pasado hubo un encuentro entre la selección Argentina de baloncesto y la del País Vasco. Fueron ochenta puntos de diferencia para los locales -se jugó en Salta- que dejaron en la veintena a unos jugadores que no sabian por donde estaba el aro. Bochornoso para los que animabamos a los forasteros.

Artículo memorable, inmejorable, simpático, delicioso; en dos palabras: im presionante. Gracias Itu.

Un estupendo y divertido artículo. No puedo evitar recordar también el primer partido NBA que vi en la TVE en blanco y negro. Un Este contra Oeste memorable. Y también recuerdo aquellas tardes tomando una cerveza en Rebote. Había una foto de la mano de un tal Doctor J colgada en la pared . Y nosotros, los humanos aspirantes a ser algún día jugadores de baloncesto, poníamos nuestra mano en la foto para comparar. Los dedos de DJ nos sobrepasaban a razón de 2 a 1. Y eso, lejos de desanimarnos, nos daba ilusión para seguir fantaseando con nuestras canastas de patio de colegio.

Itu, eres un crack, fuiste un crack y seguirás siendo un crack, pero con estas historias nos haces sentir viejos, iribar es cojonudo como todos los porteros vascos, pero reconoce que es un golpe bajo

Mi nostalgia NBA comienza con el Dr. J y la película Basket Music, la verdad que como película no valía mucho pero ver los mates de ese peazo jugón no tenía desperdicio, acto seguido disfruté del comienzo de las retransmisiones NBA con las finales Lakers y Celtics de inicios de los 80 con el megaduelo Bird Magic, aquella época es inolvidable y sólo superada por los años del gran MJ, desde entonces y hasta la consecución de los anillos por Pau Gasol mi interés ha tenido un declive continuo, espero que con la irrupción de Ricky Rubio y de algún novato que supere a la troupe megalómana y chulesca de Miami y cía me vuelva a enganchar al mejor baloncesto del mundo.

En primer lugar, gracias por el espacio. Muerte, represión y saqueo. Sin estas tres palabras, el concepto de mega minería no podría existir. Van de la mano al igual que van de la mano el gobierno nacional y las mineras extranjeras, encargadas de llevarse los minerales y las divisas, dejando contaminación, destrucción y migajas. El conflicto generado en torno a la minería metalífera a gran escala desenmascara las políticas reales del kirchnerismo y la burguesía nacional, que solo buscan poner en bandeja los recursos naturales y estirar lo máximo posible el discurso de un progresismo emancipador, que no resiste ningún contraste con la realidad. Gracias a los levantamientos populares, los cuestionamientos hacia esta actividad extractiva y destructora han echado raíces en amplios sectores de la sociedad. Hoy, los pueblos de Famatina, Belén, Andalgala, Tinogasta, Chilecito, entre otros, son los faros a seguir en una lucha por la emancipación. Pese a que muchos intenten enfriar el conflicto con vientos malvinenses, el repudio a la minería a cielo abierto truena más fuerte que las explosiones que mutilan la Cordillera de los Andes. LEER INVESTIGACION COMPLETA: http://elruidoenelhormiguero.blogspot.com/2012/02/miserias-cielo-abierto.html

Grande Palomero
Como siempre tus entradas no defraudan (ni en el blog ni cuando hacias de palomero).

Pues yo le contaré a mis hijos cómo disfruté en mi adolescencia en el Pabellón del Real Madrid viendo a Corbalán, Martín e Iturriaga jugar contra la Cibona, Maccabi, Mobilgirgi de Barese... Aquel "miserable" Dino Menegin... Tus contraataques están en la memoria de mi generación. Gracias Itu

Un post divertidísimo. La misma sensación de calidez y realismo que la de una película en blanco y negro de Visconti.

Hola Itu,
La entrada la he disfrutado un montón por ser muy buena y porque tus andanzas de niñez cone l baloncesto son las que ahora está pasando mi enano de ocho años, lo que pasa es que llos pierden casi siempre pero disfrutan al máximo. A veces entrena con su camiseta de Iniesta y entonces su padre se deshace de la emoción ;-)
Dr J forever, uno de los más grandes de la historia, con permiso de Larry por supuesto.
Bizkaia campeón de Europa!!!!
Saludos Palomero

Hola a todos,
Me ha gustado mucho.

Buena manera de recordar al gran Wilt Itu, buen post.
Yo oi por primera vez las hazañas del Chamberlain porque era el idolo de mi padre, jugador de basket en los 50 y hasta bien entrados los 80. Fue su idolo y en los lejanos 60 buscaba todo lo que podia sobre ese marciano gigante y abuson. Una pena que mi abuela le tirara a la basura su coleccion de recortes...

Joe, Itu, enhorabuena y muchas gracias. Impresionante!!
Esta entrada es pura nostalgia.
Esos sabados bien por la mañana, luego después por la tarde; campos embarrados (yo hice fútbol hasta los 14 después fútbol-sala, alternando balonmano 2 años, y los domingos cross...). Salir de casa con el chandal del equipo, directo al campo o al autobus con ganas de ganar, también de pasarlo bien, de ser y llegar a ser como el ídolo que cubría la pared.
Lo de las 20.000 mujeres de Chamberlain algo exagerado... pero vamos, seguro que aburrirse no se aburría, el tio!
http://bitacora-anhell.blogspot.com/2009/06/aquellas-mananas-de-sabado.html
Buen finde!!
Dejo aquí mi visión de aquellos tiempos: http://bitacora-anhell.blogspot.com/2009/06/aquellas-mananas-de-sabado.html

Muy buen post, me ha recordado también algunas de mis andaduras juveniles. Por cierto, al ir leyendo, de repente me he dado cuenta de que te estaba imaginando andando por las calles de Bilbao o viendo el super8, con 12 años y con barba!
Me ha hecho mucha gracia como a veces nuestro cerebro nos juega esas pasadas. Espero que no te moleste.
Saludos

Mis recuerdos iniciales de basket son el Madrid con Brabender, Martín, Corbalán y un crack del contrataque llamado Juanma López Iturriaga. Después llegó el grandioso Chechu Biriukov. Como odié al Cibona, pese a admirar al genio de Sibenik, que pese a la NBA sigo pensando que es el mejor jugador que he visto nunca

La entrada me ha encantado. También yo, hace ni se sabe, jugué los sábados, "de madrugada" , y sobre campos de tierra, a los que en ocasiones, si había llovido, debíamos previamente "secar" a base de carretillas de arena. Y también soñábamos con jugar algún día en un pabellón "con canastas de cristal". Como yo soy algún año más mayor, sí conocía ya a Emiliano, Sevillano, Lolo Sáinz, Aiken, etc... Y recuerdo el bombo que se dio en la prensa y radio de la época la primera vez que el Madrid ganó a un equipo ruso (aquel pueblo malvado que venía a ser algo así como el diablo); posiblemente, el CSKA, aunque esto no lo recuerdo.

Enhorabuena! Probablemente el mejor post de los últimos meses. Supongo que todos hemos recordado aquellas tardes de sábado de chaval: futbol en descampados, heridas, lloros, balonazos, y alguna que otra pelea.
Yo recuerdo la primera vez que vi a Gento en la tele. Esto sería finales de los 80. Yo era un renacuajo. Mi padre diciéndome: "Mira Gento, mira, ya se ha subido en la moto. Cuando yo era niño ese era el mejor". Y recuerdo verle corriendo por la banda izquierda como si no hubiera mañana.

Enhorabuena al Bizkaia por la clasificación, por cierto.

De niño mís ídolos también eran rojiblancos, pero de Madrid. Pero al llegar la navidad unos tíos de blanco muy altos jugaban un torneo de un deporte diferente, pero bastante más divertido. Y entre todos ellos, uno en particular, el 11, no demasiado alto, que jugaba como los ángeles, y que no sólo botaba bien y anotaba, sino que se hartaba de pasar a sus compañeros, especialmente a un barbudo que creo que llevaba el 14.
Desde entonces adoro ese deporte (aunque sigo siendo del Atleti), ese 11 del Madrid es un referente y estoy atento a las aventuras del 14, que lo que son las cosas, por hacer unos programas en radio y televisión se ha hecho famoso. ¡Y hasta se atreve a escribir artículos y libros! Definitivamente, este mundo se ha vuelto loco.
Un saludo.

Por cierto, como "repartían" Larrauri y Aranguren y que elegancia la de Rojo. Jugadorazo.
Yo también me conocía (y me conozco) esa alineación de carrerilla.
Gran equipo que estuvo a punto de ganar la Liga 69/70.
Afortunadamente la acabó ganando mi equipo, entre otras cosas, por un partidazo en el Vicente Calderón, que lo pudo ganar cualquiera, no mereció perder ninguno de los dos, pero lo perdió el Athletic.
Yo estaba en la grada, han pasado casi 42 años y lo recuerdo perfectamente.
De aquella época había otro equipo vasco de "carrerilla"
La Real Sociedad de Esnaola, Gorriti, Martínez, Ormaechea, Arzac, Gaztelu, Urreisti, Urtiaga, Ansola, Mendiluce y Boronat.

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Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

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