En la vuelta a la actividad, se amontonan los temas sobre la mesa. Supongo que nos pasa a todos, Rajoy incluido. Mi Athletic está inmerso en un laberinto deportivo y social, a Lance Amstrong parece que le va a caer la del pulpo, la Supercopa futbolera y queda algún que otro cabo suelto olímpico. Tengo que jerarquizar, y mi sicoterapeuta me suele decir que es mejor primero hincar el diente a las tareas que cuestan más, para quitártelas de encima cuanto antes. Yo suelo ser muy obediente con estas cosas, pero ahora que no me lee pues está todavía de vacaciones, voy a aprovechar y me voy a saltar la regla. Tiempo habrá, y seguro que pronto, para darle una vuelta a la situación rojiblanca o reflexionar sobre si lo que le está pasando a Amstrong no estará abriendo una puerta que justificaría, por ejemplo, volver a analizar muestras de muchos deportistas ya retirados que quizás con los métodos actuales, darían el cante.
Pero en mi vuelta a este espacio pseudeportivo me voy a quedar con un tema ligero, pero eso sí, muy musical. La semana pasada se cumplieron 50 años de la primera vez que los Beatles actuaron con la formación que luego pasó a ser legendaria, el cuarteto más famoso de la historia si dejamos a un lado a los cuatro jinetes de la Apocalipsis, los cuatro evangelistas o los cuatro fantásticos. Para la información, se está escribiendo un montón sobre ellos, como el Especial que le está dedicando la web de este periódico, con artículos desde los más diversos enfoques que tiene la historia y repercusión de esta conjunción liverpooliana. Mi contribución al tema va a ser más personal.
Hay tres cosas que creo que he sido desde siempre. Del Athletic, de los Beatles y guapo. En mis mas lejanos recuerdos se mezclan las paradas de Iribar y los centros de Txetxu Rojo con discos y canciones que tarareaba de memoria sin saber lo que decían, salvo los títulos y estribillos, que dicho sea de paso, no eran especialmente complicados de traducir. Nací en una ciudad donde no cabía otra que tener a San Mames como santo favorito y crecí en una casa donde mi hermano mayor llevó su afición por Los Beatles a tales extremos que terminó formando parte de un grupo, Liverpool (ahí tampoco se rompieron la cabeza) que hizo fama y fortuna versionando sus canciones. Bueno, fama, fama, tampoco es que les estuviesen esperando a las puertas de sus casas, y dinero, lo que se dice dinero, tampoco ganaron, pero entre sus logros estuvo el ser invitados al programa matinal de Jesus Hermida. Aquí está una inclunable grabación
No sólo esto, sino que tuvieron el honor de ser invitados en el año 90 a la convención anual de beatlemaníacos que año tras año se celebra en el mes de Agosto. Como somos una familia bien avenida, allí nos fuimos todos los hermanos (más familiares y amigos de toda la banda) unos en autobus y el famoso en avión. No, no fue por deseo propio, pues más de 3.000 kilometros metidos en un autobús compartiendo asiento, litera, musica y por qué no decirlo, olores, era un plan irresistible. El motivo de cambiar ese planazo por un anodino viaje en avión de dos horas fue porque cuando la expedición salió, yo estaba cubriendo en Argentina el mundial de baloncesto, mi primer viaje como periodista. Por cierto, ganó la Yugoslavia de Petrovic, Kukoc, Divac y compañía, en lo que fue su última aparición juntos y España la pifió frente a China y terminamos jugando del 8 al 16 en Salta, más o menos en el quinto pino.
Pero volvamos a los Beatles. Aquel fue un viaje casi diría que místico, pues visitamos todo lo que había que visitar, nos sacamos todas fotos que había que sacarse y vimos unas cuantas actuaciones de otros Liverpools llegados de diferentes países, Rusia incluida. Los nuestros tocaron nada más y nada menos que en Strawberry Fields, maravilloso parque con reminiscencias musicales sicodélicas. Pocas veces he admirado más a mi hermano que en aquella ocasión, con sus impecables trajes azul electrico y con todo el público entregado. Tampoco lo tenían difícil, pues ya veníamos entregados desde Bilbao.
Pues eso, que he mamado Beatles desde pequeño, estuve en Liverpool, el regalo de boda de mis hermanos fue una preciosa caja con los 13 discos (14 CD´s contado el doble blanco), en la fiestón de mi retirada actuó Liverpool terminando el concierto con toda la familia haciendo los coros del She loves you y sigo escuchándoles regularmente. Como otros ilustres ya han elegido sus canciones preferidas, yo no voy a ser menos y sin que me lo pida nadie (ni falta que hace, es lo bueno de tener un blog) voy a escoger una canción de cada uno de los discos.
Please Please Me
Twist and Shout. Sí, ya sé que no es una composición suya, de hecho en este primer disco Lennon y McCartney ganaron por poco (8 propias, 6 ajenas) pero me resulta irresistible la versión Beatle de una de las grandes canciones del rock and roll.
Por si alguno quiere más Twist and Shout, os recomiendo esta versión. Los Isley Brothers y un cuerpo de baile (creo que se dice así) más que respetable.
With the Beatles
Sin ser de mis albumes favoritos y aunque me tira mucho el Roll over Beethoven, me quedo con “You really got a hold on me”. Las letras de estos primeros discos eran muy básicas, pero en esta se dice ese “you treet me badly, I love you madly” (me tratas mal, te quiero con locura) toda una declaración de masoquismo sentimental. Y qué bien se canta en la ducha.
A Hard Day´s Night
De este pedazo de disco me quedo con la canción que le da título. No es la que más me gusta (I´ll be back, Any time at All..) pero recuerdo perfectamente el shock que me produjo ver la pelicula, sobre todo su inicio, con esa loca persecución, fantasía de cualquier adolescente como era cuando la ví. Suelo decir que mis primeros sueños fueron goles marcados en San Mames, pero este de ser perseguido por cientos de chicas tambien fue bastante recurrente. Y no, nunca pasó en la realidad.
Beatles for sale
I´m a loser. ¿Por qué? Pues seguramente por su primera frase. Ese I´m a loooooooooooooooser, es que te pone ya en onda.
Help
Esta elección ha sido de las más dificiles hasta ahora. Al principio he pensado en The Night Before, pero finalmente me quedo con la maravilla de You´re gonna loose that girl. Impagable este video (remasterizado que se dice) donde Ringo demuestra que los hombres, o al menos algunos, pueden hacer dos cosas a la vez, fumar y tocar la batería.
Rubber Soul
Siendo uno de los discos que menos me entusiasman, pues “Nowhere man”
Revolver
Empezaron a llegar las canciones con tintes sicodélicos aunque mi eleccion es una cancion de Paul elegante 100%. “For no one”. Una maravilla
Magical Mistery Tour
De este friki-disco, donde sospecho que fliparon un poco, me quedo con I´m the walrus, aunque solo sea porque una vez que ves este video, no lo olvidas jamas.
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
Según muchos, el disco de portada legendaria que lo cambió casi todo. Como le pasa al cerdo, todo es aprovechable, desde la primera hasta la última canción. Dado que la cuestión es elegir una, pues me quedo con “With a little help from my friend”. Por los Beatles y por esta poderosa versión del gran Joe Cocker.
White album
Son tantos los temazos de este doble album que me resulta casi imposible quedarme con uno. Me vuelve loco escuchar el Cry baby Cry, o “I´m so tired” pero en homenaje a George Harrison, me quedaré con su primer “big hit”, While My Guitar Gently Weeps. Una cancion que cualquier guitarrista que se precie ha versionado en algún momento. Muppets incluidos
Abbey Road.
Mi disco favorito y el que habré escuchado entre una y dos millones de veces. Desde su histórica portada hasta todas y cada una de las canciones, todo me resulta sugerente. Nunca me canso de “Here comes the sun” pero me quedo con esta trilogía que comienza suave con Mean Mr. Mustard, se anima con Polythene Pam y termina con la maravillosa She Came In Through The Bathroom Window. Si le añades el final con Golden Slumbers, Carry That Weight, End y la broma de Her Majesty, lo entiendes todo.
Yellow Submarine
No me entusiasma ni de lejos el submarino amarillo, pero tiene pinta que se lo pasaron bien haciéndolo. Como dice Ringo al final de este video, fue un tiempo fabuloso y si hay una canción que se ha quedado casi como himno generacional y pacifista es este “All you need is love”. Sé que igual es una elección muy típica y tópica, pero quién no la ha cantado un millón de veces
Let it be
Y llegamos al último. Sí, está Let it be, o For you blue, que en principio se iba a titular “George´s blues” pero que fue cambiado al final, pero me quedo con “Don´t let me down” una de las que cantaron en su última aparición publica en el tejado de los estudios Apple en Abbey Road. Una forma muy original de decir adiós.
Bueno, ha sido difícil pero a diferencia de Epi, me he vuelto a mojar. Homeajeados quedan los Beatles (una vez más), desengrasado dejo el teclado y reinagurado otra vez este blog donde a veces, tambien se habla de deporte.