Termina hoy el año y resulta inevitable verse arrastrado a la no siempre fácil tarea de analisis retrospectivo sobre todo lo ocurrido en los últimos 365 días. Desde hace un par de semanas se encadenan casi ininterrumpidamente balances individuales y colectivos, políticos, sociales y por supuesto deportivos. Acontecimientos, personajes, logros, todo pasado por el tamiz de la opinión personal o colectiva. Este blog no es inmune a esta corriente, por lo que aquí van unos cuantos momentos que sospecho permanecerán en frescos en mi memoria durante un buen periodo de tiempo. No tienen necesariamente que ser los más importantes, pero sí los que creo mejor implantados en mi ordenador central, por lo que salvo que el tal Alzheimer me venga a visitar, seguirán ahí dentro de unos años. Su ordenación no es jerarquica, sino puramente cronológica.
29 de Enero. Djokovic-Nadal. Final Open Australia
En 2011 Novak Djokovic fue justamente galardonado en los Premios Palomero con el Te odio más que en una canción de Pimpinela por su constantes victorias sobre nuestro querido Rafa Nadal. Si no recuerdo mal fueron seis. Llegó el primer grande del año y lo volvió a hacer, pero siendo el resultado final el mismo, aquel partido fue bien diferente. Una especie de I´m back nadaliano. 5 horas 53 minutos de maravilloso tenis, brillante, vibrante e hipnótico. Tan presente como tengo la grandiosa final de Wimbledon de 2008 entre Rafa y Federer, esta tardaré también mucho en olvidarla. Nadal perdió, pero puso la primera piedra de lo que vino después, varias victorias consecutivas ante su gran rival que concluyeron con el séptimo Roland Garros y ese abrazo entre Rafa y Pau Gasol tan emocionante.
9 de Marzo. Manchester United-Athletic. Octavos de Final de la Europa League.
Manchester conquistada, titulé uno de los post más felices que he escrito durante este año. Ante un adversario de enorme peso, en un escenario mítico entre los míticos, aupado por 8.000 locos por el Athletic que nos fuimos hasta Manchester, un grupo de aldeanos hizo un partido para la historia. Ganamos el partido con un fútbol estelar pocas veces visto en ese terreno de juego (lo dijo Ferguson, no yo) y casi más importante, logramos el reconocimiento de toda Europa como nunca lo consiguió el Athletic en sus más de cien años de historia. ¡Vaya noche! Ocho meses despues no atravesamos buenos momentos, pero aquello de Manchester no se olvida ni con una lobotomía.
7 de Junio. Fallece Manolo Preciado.
No deja de ser curioso la arbitrariedad de ciertos sentimientos. Yo no conocí a Preciado más allá de su presencia pública como entrenador. Pero su fallecimiento me impactó mucho. La vida puede ser maravillosa, decía Andrés Montes, pero a veces conocemos historias de personas con las que se comporta de forma tremendamente injusta. A Manolo Preciado le dio muy poco cuartelillo, y regularmente le recetó una injusta ración de desgracias. Como él dijo una vez ante una de ellas, “me quedaban dos opciones, hundirme o tirar para delante”. Eligió la segunda, abrazó la vida de la forma más sana y optimista que pudo y se ganó la admiración general. Pero ni siquiera esto le salvó. Se fue, pero su recuerdo sigue siendo ejemplarizante y espero que siga siendolo durante mucho tiempo
Del 6 al 16 de Junio. Barcelona-Real Madrid. Final de la Liga Endesa.
Los bandazos de la sección de baloncesto del Real Madrid habían casi terminado con la versión baloncestística de la máxima rivalidad deportiva de este país, pues el dominio del Barça habia resultado hasta axfisiante en los últimos tiempos. Una serie de buenas decisiones tomadas por fin en la casa blanca iniciaron el proyecto más consistente desde tiempo inmemorial. La final de la Copa fue un aviso que se confirmó en una de las finales más apasionantes que se recuerda, plena de emoción y momentos para el recuerdo. El misil de Marcelinho en el primer partido, los triples de Sergio Rodriguez en el segundo, la exhibición blanca en el tercero, la resurección blaugrana a golpe de triplazos de Walaca en el cuarto cuando todos le daban por muerto y por último el igualadísimo quinto y definitivo partido en el Palau. Ganó el Barça de nuevo, pero el Madrid demostró que como poco, ya estaba a su altura. Gran noticia para los blancos y tambien para el baloncesto.
22 de Junio. Lebron James se convierte (de verdad) en King.
Nueve años después de autocoronarse rey, a Lebron James le pusieron la corona. Uno de los deportistas más controvertidos del mundo, adorado por unos, odiado por otros, por fin pudo terminar con una sonrisa y el reconocimiento general de sus enorme capacidades. Le faltaba la última y más importante, la de hacer a un equipo campeón. Lo que no pudo lograr en Cleveland y tampoco en su primera temporada con los Heat, se hizo realidad esta vez. Su incidencia en todos los playoffs fue abrumadora (capitulo aparte la final de conferencia ante los Celtics, que les colocaron al borde del precipicio, de donde les sacó Lebrón) y desde entonces se ha ganado el derecho de responder al teléfono como hacía antes, pero ahora con total legitimidad. Hello, I´m the King. Es más que probable que haya más anillos para él, pero como aquel de Jordan en el Forum de Los Ángeles, el primero será siempre el más recordado
1 de Julio. España-Italia. Final de la Eurocopa
De vez en cuando la vida te regala deleites inesperados. Soy muy, pero que muy fan de la selección española de fútbol. Empezando por Vicente del Bosque (ahora que ha dicho que su trabajo como seleccionador será el último, le animo a presentarse a Presidente del Gobierno) siguiendo por su innegociable estilo de juego y terminando por su ambición intacta. Evidentemente seguí con detenimiento la Eurocopa, donde demostró, entre críticas, que lo que perdió en belleza lo ganó en competividad. Entre varios amigos preparamos la traca final ante Italia (jamón y cerveza, principalmente) cuando recibí la invitación para ir a ver el partido en vivo y en directo. Dejé colgado a mis amigos, que lo entendieron (eso sí, muertos de envidia) y casi sin tiempo para asimiliarlo estaba sentado en el Estadio de Kiev viendo calentar a los chicos. Lo que ocurrió es de todos sabido. Una nueva demostración, en el mejor escenario posible, del talento de estos bajitos. De la misma forma que a veces estás en el sitio y momento equivocado, otras afortunadamente te encuentras en el momento justo en el sitio adecuado. Y te lo llevas encima ya para toda la vida.
11 de Agosto. España-Korea. Partido por la medalla olímpica del balonmano femenino.
Mis padres me dijeron muchas veces que mentir es malo, por lo que no diré que sigo los avatares del balonmano femenino. Ni siquiera en los Juegos Olímpicos, al menos hasta este año. Y era de los pocos, pues en las citas olímpicas soy capaz de tragarme hasta la doma hípica. Hasta que en uno de los primeros zappings, me quedé enganchado con el debú de España ante Korea. Y reconozco que flipé. Sobre todo de la velocidad del juego, vertiginoso y pleno de energía. España perdió, pero me ganaron para la causa y sus partidos se convirtieron en citas casi ineludibles. Nos quedamos a un palmo de pelear por el oro perdiendo la semifinal por un gol ante Montenegro pero quedaba el éxtasis final. Cerrando el bucle, estaba otra vez Korea. Joder, vaya partido. Dos prorrogas, un esfuerzo extenuante en lo físico y lo mental, la medalla yéndose y viniendo en cada jugada y al final, decantándose por las españolas. Se me puso un nudo en la garganta con sus abrazos regados con lágrimas. Sí, las chicas son guerreras. Y estas más. Juegos de Londres, mujeres exitosas, balonmano (o waterpolo)
12 de Agosto. EEUU-España. Final olímpica de baloncesto.
En su torneo más complicado, la selección española volvió a superar las mejores espectativas. Esta vez, el listón estaba casi en la estratosfera, pues parecía casi imposible mejorar aquella histórica final de Pekin, cuatro años antes. Además, el camino había sido tortuoso, con poco juego y excesiva polémica por su derrota ante Brasil. Pero todo se olvidó con un partido majestuoso, en el que tuve la sensación de haber estado más cerca de la victoria que en China. No lo hicimos simple y llanamente porque Durant, Lebron, Kobe, Chris Paul y compañía estuvieron a la altura de las circunstancias. Pero se lo tuvieron que currar y entre unos y otros nos regalaron 40 minutos de excepcional baloncesto. Tanto que el supuestamente mejor partido de la historia (el de Pekin) ya tiene una posible alternativa.
1 de Octubre. Ryder Cup.
Uno de los grandes acontecimientos del deporte mundial. Viernes y sábado angustiosos para los Europeos. A ultima hora salvan los muebles en los dos últimos partidos del sábado que dejan lo imposible (10-4) en algo improbable (10-6). No sólo era la ventaja, sino que en las seis victorias europeas, en cinco tuvieron que llegar al hoyo 18 y sólo en una se consumó en el 17 (2&1). De las 10 estadounidenses, dos en el 18 y ¡ocho! sin tener que completar en campo, con más de una paliza en el camino. En esos momentos, necesitas agarrarte a algo para creer. Y por lo que cuentan, ese alguien fue Seve Ballesteros. Con su espíritu cada vez más presente, lo del domingo se convirtió en una remontada legendaria, un ¡a por ellos! brutal. El final fue, como no podía ser de otra forma, épico. Y la celebración, ufff, demasiado. Ver a Txema Olazábal llorar acordándose de Seve…
En estos momentos se podría incluir lo que vimos ayer en el Palau, la portentosa actuación de Juan Carlos Navarro en el Barça-Madrid. Siempre he sostenido que uno de los grandes valores de Navarro es su capacidad para seguir sorprendiendote. Y lo ha vuelto a hacer. Con su equipo en el alambre, se sacó de la muñeca y del corazón un partido redondo, inmaculado, devastador para un buen Madrid al que quizás le faltó jugarse algo más en el evento para que sus sistema nervioso hubiese estado algo más tenso. Pero el resultado, la primera derrota blanca o el delicado momento blaugrana quedó lapidado por lo que seguro recordaremos durante un tiempo. La explosión de una bomba deportiva, la enésima exhibición de un jugador especial.
Repasado el 2012, demos esta noche la bienvenida al 2013 como se merece. Como diría Pocholo, Fiestaaaaaaaaaaa.
Feliz año a todos.