El Palomero

Cuarto asalto

Por: Juanma Iturriaga

17 jun 2013

El Barcelona realizó el enésimo ejercicio de superviviencia salvando el primer match ball ante un tibio Real Madrid y la final se decidirá el próximo miércoles en cuarenta minutos inciertos, difíciles de predecir pero que se presentan tan apasionantes como dramáticos. Pasemos revista a algunos de los asuntos que nos dejó este cuarto acto de una obra aún inacabada. 

Las urgencias ganan a los “a ver que pasa”

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Si algo ha demostrado esta final es que en cada momento, las urgencias se imponen a las contemplaciones. Lo hizo el Madrid en el partido inaugural, donde defendió, aunque fuese in extremis, lo ganado en la temporada regular. Respondió el Barcelona dos días después, evitando un 2-0 que la historia se empeña en declararlo imposible de remontar. La serie cambió de sede y fue el Madrid el que consiguió no tenerse que jugar la liga en campo ajeno. Por último, ayer, el Barcelona alargó la final subido a una intensidad emocional que no tuvo respuesta en sus rivales, aparentemente mucho menos metidos en la batalla.  Llegados a este punto, se terminaron las segundas oportunidades, el poder dejar algo para el partido siguiente y el elucubrar quien está más presionado.  

A falta de juego, pasión

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Más de una vez el Barcelona ha pecado se ser un equipo demasiado funcionarial, un tanque capaz de aplastarte pero donde quedaba poco espacio para los asuntos emocionales. En esta ocasión, desde el salto inicial y en medio de un ambiente a la altura de lo que se jugaba, los azulgranas se dejaron el alma, lucharon contra la adversidad de quedarse sin Navarro, arengaron al público, celebraron sus aciertos y se apoyaron en los fallos. Hubo cuestiones técnicas, por supuesto, como la indisimulada búsqueda de Tomic en el primer cuarto. Necesitan al croata los azulgranas, y le buscaron no sé si más, pero sí mejor que otras veces, a lo que el hasta ahora desaparecido pivot respondió con unos primeros diez minutos de enmarcar. La superioridad en el juego interior del Madrid, evidente en los tres primeros partidos, pasó a mejor vida y donde antes había rebotes y puntos blancos, en esta ocasión eran blaugranas. La salida de Felipe Reyes equilibró un poco esa superioridad, pero lo que no cambió fue la sensación que el sistema nervioso de los locales estaba más alerta, más en tensión que el de los visitantes. 

Los partidos te dan sorpresas, sorpresas te dan los partidos

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A veces, y ahí radica la grandeza del enfrentamiento deportivo, se producen puntos de giro inesperados. Se echó la mano Navarro a la parte posterior de su pierna izquierda y rápidamente pidió el cambio. La cosa pintaba mal y el paso del tiempo lo confirmó no volviendo a aparecer en la cancha y quedar a la espera de su evolución en los tres días que quedan para el quinto partido. Al Madrid le sonreía mucho más el marcador que las sensaciones que emitía el partido, y la retirada del santo y seña barcelonista se ofrecía como buena oportunidad para dar un golpe de mano. Xavi Pascual opta por un quinteto de esmerados subalternos compuesto por Marcelinho, Oleson, Rabaseda, Todorovic y Mavro. Y estos cinco jugadores, en lugar de dar un paso atrás, se tiran a degüello. Pelean cada pelota, se hacen fuertes en defensa, se aprovechan de los pocos momentos donde Marcelinho ha estado muy lúcido y adquieren una ventaja que resulta fundamental para el desenlace. 

A la espera de lo que no llega. 

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El Madrid, mientras tanto, se pasa el partido esperando. Espera a que llegue su momento. Espera que el Barcelona acuse la tensión de verse al borde de la eliminación. Espera a Carroll, a Mirotic, a Sergio Rodriguez, a Rudy. Pero pasan los minutos y no llega casi nada. Siempre tiene el partido a tiro, el título cerca, pero no pasa de ahí. Para colmo de males, el error arbitral del fuera de fondo de Tomic (ni el primero ni el último para cualquiera de los dos equipos) le saca demasiado de quicio. Rudy se enreda, el equipo se queja, la posible victoria se esfuma. Se habla de los árbitros una vez más después del partido y una vez más deberían hablar, tanto unos y otros, del juego y el ánimo, que es lo que les ha dado y quitado victorias. Y lo que dice el juego y el ánimo es que el Madrid no lo tuvo, o no lo tuvo suficiente. A veces es difícil distinguir entre lo que el rival no te ha dejado hacer y lo que tu propio estado te ha negado. La  sensación que dejó el partido es que al Madrid le faltó decisión, y nervio, sobre todo para aprovechar una circunstancia como la lesión de Navarro que pensada de antemano, le otorgaba una incuestionable ventaja. Pueden pensar y planear todo lo que quieran desde el banquillo, pero al final el juego pertenece a los jugadores. Y los del Real Madrid no tuvieron su día. Sin nadie a quien agarrarse prácticamente durante todo el partido, sucumbió justamente ante un equipo que sigue dando la sensación que está cogido casi con alfileres, muy castigado por las lesiones, pero que mantiene un coraje destacable. 

El futuro   

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En 48 horas esta novela por entregas alcanza su capitulo final. Un quinto partido resulta siempre difícil de prever. La tensión será máxima para los dos equipos, por lo que la incidencia de las cuestiones mentales se convierte, más que nunca, en un factor primordial. El público tendrá su papel, pero ya hemos visto anteriormente que en determinadas situaciones se puede convertir en un problema añadido si su posible ansiedad se traslada a la pista. Hasta que llegue el momento del partido, seguramente asistiremos a más de un intento, sobre todo por parte del Barcelona, de hacer al Madrid depositario de una mayor responsabilidad al jugar en casa. Al mismo tiempo el factor Navarro sobrevolará todos los análisis y el propio Barcelona tendrá que rumiar su más que probable ausencia o presencia disminuida. Pero lo que está claro es que ninguno de los dos se ha ganado la confianza como para apostar a ciegas por él. No hay jugadores en racha, ninguna ventaja dura mucho y el juego, ay, el juego. Menos mal que la historia de los contendientes, su seguimiento social, la incertidumbre, las polémicas y el todo o nada a cuarenta minutos, en esta ocasión parece suficiente. Pero el juego…. ay, el juego….

 

Hay 12 Comentarios

El FCB no se rinde...
En un quinto partido puede pasar de todo, pero lo normal es que gane el Real Madrid.
Entre otras cosas porque es mejor.

En mi opinión, en el cuarto partido los árbitros pusieron el listón más alto en las faltas, lo que hizo que el Barcelona pudiera defender más fuerte. En el último cuarto del tercer partido el Barcelona entro en "bonus" ya en el minuto 4 lo que hizo que Mirotic se empleara agusto ya que no podían defenderle al "estilo Barcelona" sin llevarse una falta y los dos tiros libres correspondientes. Esperemos que en el último partido los dos equipos e dejen de defender tanto y ataquen . los que no somos ni del Madrid ni del Barcelona lo agradeceremos

Mi mas sincero pesar por la repentina partida y por la perdida de un gran entrenador. Como lo fue Comas, para todos y para todo el mundo del mismo baloncesto. Incluso en su última etapa como comentarista de los partidos televisados del basket o del mismo baloncesto. Que incluso lucho ejemplarmente hasta el último momento final, con toda su propia voluntad y energía personal contra esa terrible enfermedad, que todavía es el cáncer. Y hasta, contra los rumores y acusaciones, que tampoco nos los pudo llegar a aclarar a todos finalmente.

1.- Final ACB: mucha tensión, bastante emoción pero muy justita de baloncesto. Recuerdo el partidazo que ambos equipos nos ofrecieron en la Copa del Rey y me pregunto por qué no se ha alcanzado tal calibre en esta serie final. Me hace gracia que madridistas y culés se quejen del arbitraje (acaso el número y la elocuencia de las protestas es proporcional al presupuesto de un equipo?).
2.- Real Madrid: tenían y tienen todo a favor para ganar esta liga; ahora bien, pende sobre ellos la duda de por qué han sido incapaces de imponer de manera contundente y continua su estilo de juego ante un Barcelona menguado (sin Jawai, sin Mickael, sin bases y ahora sin Navarro, lesionado).
3.- Barcelona: tenían y tienen el mérito de llevar la final a un quinto partido. Venden cara la derrota en las citas importantes.
4.- Preguntas: alguien me puede explicar lo de rotar a los jugadores sólo por el hecho de rotar? Están reservando fuerzas para la próxima pretemporada? Por qué, con la tecnología disponible, no se hace uso de ella en los momentos más críticos y calientes de los partidos? Comparten Laso y Pascual una predisposición a castigar a determinados jugadores y por el contrario dar manga ancha a otros hasta cuando estos no lo están haciendo tan bien?
5.- D.E.P. Manel Comas.

Una pena lo de Comas, sí, y de acuerdo con kilgore, en que es mayor todavía al irse así, sin resolverse su caso, pero bueno, así es la vida...

No pensaba entrar hoy pero con lo del Sheriff lo tenía que hacer. Descansa en paz y ojalá algunos te puedan dedicar su triunfo desde la pista el miércoles, aunque no sean de tu equipo del alma, pero estoy convencido que Pablo Laso si es entrenador de baloncesto lo es sobre todo gracias a genios de los banquillos como tú. Hasta siempre Sheriff.

Es preocupante que a este Madrid le esté costando sangre, sudor y lágrimas ganar a este Barça. Hace mucho que el Madrid no tenía una plantilla tan superior a la del Barça y eso no dice nada bueno de Laso…

Pase lo que pase en el 5° partido, el Barcelona necesita una urgente renovación de algunos puestos: fichar a un base de jerarquía y despedir muy amablemente a Marcelinho, que juega un partido bien de cada 5, muy limitado técnicamente. Renovar el puesto de ala-pivot porque ni English ni Wallace dan la talla. El resto de la plantilla está bien, pero también tienen que analizar el por qué de tantas lesiones.

Pues a pesar del "Ay el juego" palomero, yo creo que se está viendo un gran espectáculo defensivo. Carroll no ha aparecido, es cierto, pero es que no ha tirado ni un solo tiro sin un tío colgado de la chepa. Y lo mismo se puede decir de Navarro. Aunque éste acaba metiendo con la chepa sobrecargada.

Está claro que al Madrid no le va el fango, y como no salga de él....
También está claro que Laso es mal entrenador, mal motivador, es calvo y no se apellida Lasovic, Lassina, o Lausinho lo que haría mucho más perdonables sus defectos. Le podríamos perdonar incluso que los tiradores del equipo tengan un porcentaje de triples misterioso en la serie. Igual es culpa suya que ya no los metan. Que le vamos a hacer.
Acabo de leer la noticia de la muerte del sheriff Comas. Y me da rabia que se vaya al otro barrio con la sospecha que pesaba sobre él.

El Real Madrid se confió pensando en que la eliminatoría la tenia ganada y se relajo, jugó peor de lo esperado y el Barça supo ver lo que le pasaba al equipo blanco y se aprovecho de esos momentos de bajón

La complacencia del Madrid en esta serie da que pensar mucho en la falta de competitividad como equipo. La demostración de "querer" de los secundarios del Barça da una idea que en esto del baloncesto es más querer que poder. El quinto lo veo blanco ente muchas cosas además de jugar de local porque no están trinchados físicamente como el Barça. Forzar el quinto para el Barça ha sido de un gran mérito contra un garn demérito por parte del Madrid. 0/17 en triples es intolerable para cualquier jugador y si cobra 3M euros menos. Nadie se imagina a Spanoulis con ese porcentaje y él no los cobra.
La gestión de la sección de baloncesto del R.Madrid es penosa. Pablo Laso ha devuelto la alegría de un juego rápido, pero desengañate palomero, es mal entrenador, y mal motivador. Los resultados no están a la altura del talento de la plantilla aunque en algunos casos se la sobrevalore (Rudy).

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Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

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