El Palomero

Dos James (Segunda parte)

Por: Juanma Iturriaga

26 jun 2013

El que era gordo, blanco y bueno, muy bueno

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Entre tanta final de aquí y de allá, he tenido que esperar unos días (eso sí, menos que Montoro en dar cuenta del lio de los denesis) para poder rendir homenaje a uno de los grandes, un tipo que nos acompañó durante ocho años con uno de los mejores personajes que ha dado la ficción (quizás el tiempo pasado del verbo acompañar no es exacto, pues una vez encontrado, el acompañamiento es para siempre). Sí, estoy hablando de James Gandolfini, Toni Soprano para los amigos y la eternidad. Como durante estos días se ha analizado en profundidad lo que supuso Los Soprano en el devenir de las series televisivas, tampoco me voy a extender mucho en su influencia. Sin querer ser tajante y sí muy tópico, hay un antes y un después de la aparición en nuestros televisores de la familia Soprano. Queriendo ser tajante, Los Soprano es una de esas cosas que la vida te regala de vez en cuando, un placer visual e intelectual, 86 capítulos de alrededor de una hora de duración donde todo lo que no sea el seguir, flipar, reír, llorar, respirar, dejar de respirar, entender, repudiar, ansiar o sorprenderte con los avatares de tan peculiar familia y todos los satélites que pululaban a su alrededor deja de tener sentido. Y claro, hablar de los Soprano es hablar de Toni y hablar de Toni es hablar de James Gandolfini

Estamos ante uno de esos personajes que haga lo que haga, esté donde esté y tenga el papel que tenga, su presencia lo acaparaba todo. Mira que durante toda su carrera compartió escena con otros grandes actores y actrices, pero fuese quien fuese, la atención se quedaba fija en su persona. O al menos a mí me ha ocurrido siempre. Hace poco ví Killing them softly, que suena bastante mejor que su traducción, Mátalos suavemente, donde comparte cartel nada más y nada menos que con Brad Pitt. Gandolfini interpreta el papel de Mickie, un tipo al que Pitt acude para que dé el pasaporte a no recuerdo quien.

 

Además de apuntar que este personaje de Mickie podía ser Toni Soprano diez años después del final de la serie, ¿a alguien le interesa lo que dice o hace Pitt? A mi nada. Sólo estoy pendiente de alguien que me mantiene en vilo, que no sé si se va a echar a reír o a llorar, si de repente va a sacar una pistola y le va a meter un tiro a su amigo, si cuando menos te lo esperes sufrirá un acceso de violencia extrema o por el contrario te dejará de piedra con una reflexión filosófica tan al gusto de Tarantino. Con esta misma incertidumbre ví uno tras otro y por dos veces cada uno de los capítulos de Los Soprano. Hipnotizado por Toni, esa bestia que encerraba Gandolfini y se asomaba siempre que quería en sus ojos profundos que hablaban más de lo que lo hacía su boca. Fui incapaz, a pesar de llegar a conocerle bastante bien, de adelantarme a su siguiente movimiento. Le comprendí en un momento y me revolvió el estómago en el siguiente.  Siempre inquieto y esperando el desastre total, albergué la secreta esperanza que en algún momento Toni pudiese alcanzar su redención definitiva, aunque fuese en el lecho de muerte después de que le friesen a tiros. Pero Los Soprano nra es la Guerra de las Galaxias y Toni Soprano no era Darth Vader.  Ni hubo tiros, ni redención. Vivito y coleando, junto con su familia, un fundido a negro y a otras pascuas.  

Mucha gente renegó de este final. Los finales de una película de dos horas me parecen que tienen un buen peso específico en su análisis narrativo, pero estamos hablando de una película de 86 impagables horas, donde todo o casi todo estaba ya dicho, ¿qué cambia este u otro final que por otro lado a cada uno le puede parecer desde genial a una mierda? Recuerdo que tuve poca curiosidad por el cierre, pues lo que no dejaba de pensar era que la serie echaba el telón, que no habría más historias, más Carmela, más doctora Melfi, ni Meadow, Junior, Christopher, Paulie, Silvio y todo el perfecto casting. Eso sí que me dejó huérfano de una las mayores diversiones televisivas de las que he disfrutado. Y temo que dentro de tres meses me ocurra algo parecido con Breaking Bad, otra barbaridad de serie a la que le quedan ocho capítulos. Que sea cual sea el final, me ponga de duelo.

Si los guionistas de Los Soprano se llevaron bastantes críticas por su final, hay que decirle al guionista de vidas que se encargó de la de Gandolfini que tampoco este final nos ha gustado. 51 años, en la flor de la vida, con un montón de personajes a los que dar vida sin dejar de recordarnos que una vez fue Toni, esa carga emocional siempre a punto de estallar, cientos de puros por fumar, platos que comer, polvos que echar, malos y buenos por matar, miles de miradas con las que nos iba a estremecer, …. Joder, a quien se le ocurre fundirle a negro.

 

 Grande, muy grande, bueno, muy bueno James Gandolfini. 

 

 

Hay 13 Comentarios

¿Qué tendrán que hacer las chicas de la selección para ser portada de algún medio?
Campeonato inmenso chicas.

Grandes las chicas!! ahora las guardamos y las volvemos a sacar en el próximo europeo/mundial/olimpiadas... casi como está pasando con el baloncesto masculino

...Y vaya con la confecup. Se podía esperar una derrota, pero es que nos han pintado la cara!

A mí me gusta más Gandolfini que el baloncesto femenino.
¿Tengo que avergonzarme de algo?

Desde luego, que estas chicas son guerreras.
El Maracanazo lo dimos en Francia.
Aparte de Lyttle y Torrens, hay que destacar a las bases Palau y Domínguez. Y alguna que otra pincelada de Marta Xargay.
En fin, equipazo.

¡Toma ya! Eurobasket femenino y ganando a las anfitrionas. Pero nada, ya veréis cómo aquí lo único importante va a ser el autobús del centenariazo en el Tour, que Alonso le recorta algo a Vettel y, naturalmente, la Copa Confederaciones.
En todo caso, enhorabuena a las chicas.

Grandísima victoria de las chicas.
Han hecho un campeonato extraordinario.
Enormes Alba Torrens y Sancho Lyttle.

Como si fuera la novela del mismo Rayuela

Debo de ser uno de los pocos que no ha visto The Sopranos, así que no tengo opinión sobre esto. Sí tengo opinión sobre lo siguiente: se acaban la ACB y la NBA y parece que ya se ha agotado el baloncesto. Puedo calcular que para hablar del próximo europeo, quién va y quién no, etc. todavía hay tiempo, pero mientras tanto las chicas llevan ya unos días haciendo un eurobasket femenino estupendo y nada. Ni media palabra. Otro tema que podría tocar el Palomero: balance de los españoles NBA tras la temporada que acaba de terminar. O no, mejor no: que hable de eso al mismo tiempo que de quién va y quién no, no vaya a ser que por culpa de esta excusa queden las mujeres otra vez relegadas a la nada. Da la impresión (ojalá me equivoque) de que aquí a mucha gente le gusta más Gandolfini (con todos los respetos) que el baloncesto femenino.

Como soy un matado con internet, y las televisiones patrias "respetan" las series de calidad como lo hacen, solo he podido ver cosas sueltas de Los Soprano. Alguna juerga en el garito ese que frecuenta con sus amigos, un a escena despachando a un tipo en una cocina, y la verdad es que me quedaba con la sensación de tener que gastar 80 y pico horas en ver algo muy bueno. De todos modos vi aha ce una montón de años a Gandolfini, interpretando a un torpedo de la mafia, darle a PAtricia Arquette una de las palizas más sórdidas y violentas que se hayan rodado en Amor a quemarropa. Y el tipo daba verdadero miedo.

Para mí el final fue magistral, como toda la serie.
Se ha escrito mucho a raíz de la muerte de Gandolfini, pero yo me quedo con esto:
http://blogs.publico.es/davidtorres/2013/06/21/los-patos-abandonan-new-jersey/

Ahora que lo pienso, me parece que la frase es de su madre.
Sí (seguro) es de su madre.

Un personaje que nos acompañará toda la vida.
"No esperes felicidad. Tus amigos te traicionarán y nadie recordará tu nombre. Morirás en tus propios brazos"
Tony Soprano.

Tony.

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Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

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