El Palomero

Se bajó la persiana

Por: Juanma Iturriaga

21 jun 2013

Campeonó finalmente el Madrid y el curso baloncestístico 2012-2013 bajó la persiana dejando a los madridistas en el cielo y al Barcelona con la necesidad de un periodo de reflexión profunda de cara al futuro. Pasemos por última vez revista a unos cuantos asuntos que nos dejó el último acto de esta gran final y los posibles efectos secundarios que todo enfrentamiento de este calado deja a sus protagonistas

El quinto asalto

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El último acto fue más de lo mismo. Una constante goma donde el Madrid tiraba y el Barcelona se recuperaba. Pero en casi ningún momento dio la sensación que el Barcelona sería capaz de cambiar el rumbo. Apuntaba, se acercaba, pero ni siquiera contando con los momentos en los que Ingles y Jasikevicius entraron en ignición pareció suficiente para llegar más allá de poner nervioso al público del palacio. Si siempre es difícil ganar fuera de casa en un quinto partido, con sólo dos jugadores enchufados y clarividentes, esto se vuelve imposible. La suma de lo que empezó haciendo Carroll, luego Rudy, momentos de Llull, lo de siempre de Felipe, el ya no tan sorprendente Darden, la intensa pelea de Slaughter, la pujanza física general y el apoyo del público quedó fuera del alcance de un limitado Barcelona. Ni siquiera esa facilidad con la que el Madrid desperdicia grandes ventajas ofreció posibilidad alguna al Barcelona de pelear por el partido y la liga con los escasos argumentos que puso sobre la pista. Total, que aunque por margen estrecho en partido y eliminatoria, ganó el que parecía que debía ganar, el que parece más fuerte, el que sumó más. 

Dominio blanco

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El Madrid no sólo dominó de principio a final el quinto y definitivo partido, sino que, como viene siendo habitual desde hace ya tiempo, dio la sensación, incluso en las derrotas, de estar en estos momentos uno o dos peldaños por encima de sus archienemigos, aunque los marcadores no terminen de reflejarlo totalmente. Creo que incluso los azulgranas durante toda esta temporada han partido de esta premisa, por lo que sus intenciones casi siempre fueron reactivas y su principal objetivo se cifró en desactivar el juego madridista por encima de cualquier otra consideración. Quizás no pudo o supo desarrollar en toda su extensión lo que ha venido haciendo toda la temporada, lastrado por la tensión y el mal rendimiento de dos personajes claves, Mirotic y Carroll. También sigue acusando cierta ciclotimia donde en un par de minutos puede tirar por la borda grandes ventajas, pero son detalles ahora menores. La cantidad de recursos con los que cuenta Laso, la apuesta clara por un determinado estilo de juego, el crecimiento de algunos de sus jugadores, la utilización de 10-11 jugadores que le permiten jugar a un alto ritmo en las dos partes del campo y un indisimulado hambre de títulos han conformado un colectivo que dominó totalmente la temporada regular y al que sólo en algunos momentos el Barcelona ha sido capaz de crear problemas. Los más optimistas (seguidores blancos, claro) verán ya un cambio de ciclo en el pedestal del baloncesto. Yo no sería tan osado, pues en otras ocasiones y otros deportes se anunció a bombo y platillo y no ocurrió, pero lo que sí se puede confirmar es que el Real Madrid es a día de hoy el líder del pelotón. Tiene presente, futuro, estabilidad, estructura de equipo y de juego y la paz que le debe otorgar el haber derribado una muralla que se les llevaba resistiendo más de lo previsto.

Resistencia azulgrana

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El Barcelona ofreció una gran resistencia, por momentos casi heroica en las circunstancias que acontecieron y ante la superioridad de su rival. Pero anduvo pelado de juego, sobre todo ofensivamente. Sus 72, 72, 72, 73 y 71 puntos anotados se antojan tan escasos, tan cortos para el personal que tiene en su plantilla, tan limitados cuando estamos hablando de una de las potencias del baloncesto europeo que no es de extrañar que el resultado final de la serie haya sido el que ha sido. Y más ante un equipo como el Real Madrid, al que incluso en los días malos suele rondar los 80. Flojos Tomic y Lorbek, tocado Navarro, inconstantes Sada y Marcelinho, y de más a menos Oleson, incluso jugándose más tiempo a su ritmo que al del Madrid, tan raquítica producción ofensiva terminó por condenarles. En juego y victorias siempre fue a remolque, salvo el cuarto partido, y si bien su orgullo les permitió tener una derrota más que honrosa, el balance final no puede ser bueno. El Barcelona ha estado peor que la temporada pasada, cuando ya pareció que necesitaba algo más que una sesión de maquillaje. El apuntalamiento del equipo no ha surtido efecto, y siguen pendientes de Navarro, condicionados por el día que tenga Marcelinho, con Tomic puesto otra vez en duda, Lorbek desconocido y los jóvenes, con algún buen momento durante la temporada, aún sin dar el salto definitivo a la palestra. Y sobre todo y puede que sea lo peor, ha sido un equipo sin mucha cintura, algo “tanque”, sin ninguna vocación de dar vuelo a los partidos, poco emocional, siempre confiado en su defensa y muy rumiante su ataque. Es posible que al Barcelona le haya llegado el momento de preguntarse si su estilo de juego es el adecuado, no sólo para ganar, sino para que sus jugadores disfruten y de paso hagan disfrutar. Si lo importante es recuperar el título o recuperar el entusiasmo de su afición, a la que le cuesta cada vez más asistir al Palau Blaugrana. En fin, que tienen tarea para este verano.

El MVP

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La elección no ofreció dudas. Felipe Reyes fue el único jugador capaz de mantener una cierta regularidad en sus prestaciones, siendo hombre clave en las tres victorias del Real Madrid en los partidos impares. Sus números, siendo buenos, no reflejan su impacto ni la importancia de ciertas acciones que resultaron vitales para el desarrollo de los partidos y la serie. Su mezcla de buena técnica, conocimiento del juego y lucha sin cuartel hizo mucho daño al Barcelona. Ejerció de capitán, mantuvo siempre el tipo, enamoró una vez más a su afición, que no paró de corearle, alimentó el animo de su equipo en los peores momentos y se ganó sobradamente un verano tranquilo en el que por primera vez no hará acto de presencia en la selección.

Dado que no hay MVP para los entrenadores, pues si hablamos de gente muy valiosa, aquí hay que hacer un aparte con Pablo Laso. Como es bueno tener memoria, a mí no se me quita de la cabeza cómo estaba esta sección, como estaba este equipo, como estaba esta afición hace exactamente dos años. Y como está la sección, el equipo y la afición hoy. Y el salto es tan estratosférico que sólo me queda quitarme el sombrero por aquellos que han hecho posible este cambio radical. Y como Pablo ha sido pieza fundamental en ello, pues le felicito a él y al que tuvo la buena idea de ficharlo, llamesé Juan Carlos Sanchez, Alberto Herreros o el portero de la puerta 43 del Bernabeu. Es igual. El caso es que Laso ha llevado al Madrid sensatez, sentido comun y un estilo que se ha ganado el respeto del contrario, elevado el prestigio de la sección y disparado el orgullo de su afición, que las ha pasado canutas durante mucho tiempo. Por esto y otras muchas cosas, aquellos rumores que surgieron, de ser ciertos y no una invención, que tambien pudo ser una estratagema desestabilizadora, me parecieron de una injusticia tremenda. 

Invitados sorpresa

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Un playoff final que se precie tiene que tener su buena dosis de sorpresas, saltos de guión donde alguien o algo rompe con lo establecido a priori. En el apartado barcelonista, Sada en el primero, un peculiar quinteto con Marcelinho, Oleson, Rabaseda, Todorovic y Mavro que resolvió el cuarto o la explosión de Jasikevicius e Ingles en el quinto lo fueron. En el Madrid, uno de los apartados más sorprendentes fue la consolidación de Darden como personaje trascendente. Fue subiendo peldaños en el escalafón jerarquico hasta el punto que en el quinto partido, se ganó ser casi la primera opción ofensiva cuando estaba en pista gracias a su juego de espaldas a canasta al que no pudieron responder ni Oleson,  Rabaseda e incluso Ingles. Darden sea ha ido ganando la confianza de Laso, su adaptación parece ya un hecho, ofrece una interesante variante y se supone que el año que viene seguirá por estos lares.

El futuro

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La Liga Endesa echa el cierre hasta Septiembre y en breve llega el turno a la selección. Como en este universo deportivo las cosas van muy rápidas, en pocos días dejaremos de hablar del pasado para renovar ilusiones y centrarnos en el futuro. Pero lo que ya no nos puede quitar nadie es que hemos asistido a una muy buena final, con todos los ingredientes necesarios y que ha contado con el beneplácito de los aficionados, que lo han seguido en intensidad y número muy satisfactorios. ¿Qué todo es mejorable? Por supuesto. Pero eso tendrá que ser ya la temporada que viene. En esta está ya todo el pescado vendido.

 

 

Hay 5 Comentarios

Pues probablemente el Barcelona ha de plantearse de nuevo cosas que ya se veian el año pasado y que esta temporada se han acentuado un poco, pero obviar que: Navarro ha jugado lesionado toda la temporada (fascitis) y un extra en el playoff, que Mickeal no estaba (el Madrid ficha un jugador a media temporada solo para pararle, porque ni Carroll ni Suarez parecen poder, mucho menos Rudy), que Jawai se queda fuera por una rotura del pie a dos semanas del playoff y que llega un jugador nuevo (que lo ha hecho bien en mi opinion), que Todorovic ha jugado con el dedo roto, que Wallace venia de una dislocación, Lorbek con la rodilla dañada (se pierde el europeo) y Abrines con tendinopatia. Obviar todo eso decia, a la hora de hacer un balance general de la temporada y el estado del Barça (de la final no, se juega con lo que tienes y punto) me parece un pelín equivocado.

Un saludo,

Necesario renovación en el Barcelona: nuevo y mejores bases (venta de Marcelinho y, en función de lo que se fiche o pueda fichar, ver si se mantiene o no a Sada, que es buen jugador pero podría ser mejor si fuera más constante como ya ha demostrado). Fichar un buen recambio de Navarro porque no se puede estar a expensas de sus lesiones y depender tanto de él. Renovar el puesto de ala-pivot porque ni English ni Wallace dan la talla.
Y sigue pensando que Xavi Pascual es buen entrenador y debe seguir, pero tienen que estudiar porque ha habido tantas lesiones y mejorar ese aspecto

Como ya he comentado antes, esta final que me ha dejado un regusto amargo, en donde ha habido muy poco del chispeante juego con el que nos ha deleitado el Madrid, durante casi toda la temporada, y donde un barsa muy mermado, tanto física como mentalmente, ha ganado la batalla táctica, llevando a los blancos, a jugar en la parte más embarrada de la cancha, y eso ha igualado la contienda. El hecho de forzar un quinto partido, se puede considerar como un razonable éxito por su parte.

Las razones del Barsa para llegar tan mermados, son evidentes y algunas, se llevan telegrafiando desde hace un par de años. Aun así, siempre llegan con opciones de dar algún susto, y a veces hasta lo dan.

Las del Madrid para haber rendido a tan bajo nivel, son más preocupantes, y huelen a polvorín.

Muchos, incluido Iturriaga y yo mismo, nos alegramos de esta nueva etapa filosófica del Madrid de Baloncesto. Pero creo que el equipo técnico tiene que estar a la altura, más allá del acierto conceptual. Veo lagunas en la gestión de los partidos, en una errática, por previsible, gestión de cambios, lejos de lo que está sucediendo en la pista, auténticos dramas en el ataque estático, y lecturas pobres en defensa. La piedra angular de este Madrid son las individualidades, el innegable potencial anotador de sus jugadores en el uno contra uno, la capacidad de realizar canastas imposibles, sobre todo de tiro exterior. Pero cuando eso falla, echo en falta juego en equipo, paciencia y sacrificio. Y veo exceso de hacer cada uno la guerra por su parte.

Y sospecho que la razón está en el “backstage”. Posiblemente, lo que se ve en la cancha, es un reflejo de lo que no se ve. Lucha de egos, baja estima de jugadores y directivos hacia el cuerpo técnico, desigualdades de minutos y salarios respecto a lo demostrado en pista, e incluso se rumorea de alguna tangana en los entrenamientos, y de maneras de “vedettes” de recién llegados.

Puede que esta liga, de la tranquilidad y la sabiduría al Madrid para seguir creciendo y aprendiendo, porque creo que tiene mucho margen de mejora, si son capaces de sumar las individualidades. El cambio de ciclo está en su mano.

Por el momento a disfrutar.

Feliz verano a todos.

Después de una travesía por el desierto demasiado larga, por fín tenemos una buena plantilla y un entrenador con sentido común, al que el gusto por el baloncesto sencillo (rebote y a correr) nos ha hecho vivir grandes tardes de basket divertido, entretenido, rápido y ha vuelto a enganchar a toda la afición. Mil gracias a todos los jugadores y al cuerpo técnico. Prefiero siete mil veces este baloncesto, que el que nos vendieron anteriores "gurús-sabelotodo", nunca más messina ni maljkovic, abajo el aburrimiento, viva el baloncesto.

Itu ,un placer leer tus posts sobre baloncesto. Disfruto mucho con el baloncesto y ahí podemos añadir a ese mundillo que le rodea , lleno de personajes de siempre que muestran esa pasión por este deporte. Tú , Itu eres uno de ellos y la razón por la que me gusta tanto Laso es porque entiende el baloncesto desde el mayor entusiasmo posible. Un abrazo

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Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

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