Si la mítica serie Enredo era la historia de dos hermanas, Jessica Tate y Mary Cambell, estos son los Tate , estos son los Cambell y esto es Enredo.....este post narra la historia de tres abrazos. Tres abrazos entre dos grandes del deporte mundial, tres abrazos que simbolizaron la admiración mutua, el respeto hacia el rival, el reconocimiento al talento ajeno. Tres abrazos que deberían haber copado las portadas de todos los medios de comunicación de todo el planeta. Tres abrazos que ya nunca podrán ser documentados gráficamente. Estoy hablando de los tres abrazos que me dí con Kobe Bryant en mi viaje a Dubai de la semana pasada y que por unas cosas o por otras, nadie fue capaz de grabar o fotografiar. Esta es la historia de tres abrazos fantasmas.
Primer acto
La Asociación de Veteranos del Real Madrid de baloncesto fue invitada a participar en unas jornadas de alerta y prevención sobre la diabetes que se iban a celebrar en Dubai y Abu Dhabi los días 26 y 27 de Septiembre. Como suele ocurrir cuando llega una petición de estas, se puso en conocimiento de todos los asociados para saber nuestra disponibilidad. Ateniéndome a criterios puramente deportivos (suponía un viaje a un país que no conocía) no dudé en aceptar y como yo lo hicieron Juan Corbalán, Rafa Rullán, los Llorente Brothers, Joe Arlauckas, Jose Beirán, Lucio Angulo, Lorenzo Sanz y Dario Quesada. Lo mejor de cada casa. Poco a poco nos fuimos enterando de algunas particularidades del viaje, como que las jornadas se llamaban Kobe Bryant Health and Fitness Weekend, y que la mismísima Mamba Negra iba a estar por allí. Y claro, la peña es muy mitómana por ahí, y a cada amigo que le contaba la historia, me cuestionaba más o menos lo mismo. Te sacarás una foto con él, ¿no?. A mí la verdad es que tener una foto con Kobe pues me daba un poco igual, pues ya tengo con Magic, Del Bosque, Iribar y Javier Coronas, mis mitos de cabecera, por lo que para estimularme un poco, pensé: “Vale, una foto, pero no una foto de esas clásicas, posando con el famoso que pone una sonrisa falsa de a ver cuando acaba todo esto. La mía será de un abrazo, un pedazo de abrazo”. Y con este objetivo partí junto a mis compañeros el jueves pasado.
El programa de actos que nos esperaba era denso y comenzaba con un clinic para niños en Abu Dhabi al que debían asistir tres leyendas (así nos estuvieron llamando todo el rato, Real Madrid Legends, y claro, terminas creyéndotelo). Finalmente fuimos para allí (estábamos alojados en Dubai, a hora y medio de coche a través del desierto) Joe Arlauckas, Toñín Llorente y un servidor. Debíamos estar con los chavales durante más o menos una hora haciendo ejercicios en la pista y luego llegaba Kobe y se hacía cargo de la situación. La ocasión era perfecta para lograr mi objetivo, pues entendí que al hacer acto de presencia, lo primero que haría Bryant sería saludarnos a los profes. Y efectivamente, así ocurrió. Lo pasamos muy bien jugando y explicando detalles técnicos a los chavales y cuando se anunció la llegada de la mega estrella agarré mi móvil para convertir en eterno el encuentro. Y esto fue lo que ocurrió
Efectivamente, me conocía, y por eso cuando no todavía no me había dado tiempo de pasarle el teléfono a Toñin, vino a abrazarme y ya veis lo que pasa. En ese lapsus donde no se ve nada, allí se produjo el primer abrazo fantasma. Cuando me percaté que el documento videográfico no había salido como esperaba no caí en la frustración. Y menos cuando me dijeron que habían colgado en youtube el video digamos oficial del acto, y claro, habiendo sido justo en la salida de Kobe al campo, seguro que lo habían pillado. Aquí está. Primero abraza a Arlauckas.....
!y luego sacan el careto de ese tío! Hay que joderse. ¿Lo habéis visto? ...Aggggggg.
Volvímos a Dubai y no pensé en ello. Más que nada porque a mitad de camino me percaté que se me había olvidado la mochila y yo soy como Pocholo, sin mochila no soy nada, aunque en mi caso es más por la cartera, el pasaporte y esas cosas que llevo que por otras sustancias. Además me quedaban todavía varias oportunidades. Una recepción esa misma tarde, un brunch al día siguiente en el hotel ese de 7 estrellas y el partido. Mucho se tendría que torcer el viaje como para no lograr mi objetivo.
Segundo y tercer acto
La recepción a todos los participantes tuvo lugar en una terraza de uno de los cienes y cienes de hoteles de lujo que hay por allí. Nos pusimos hasta la bola, sobre todo Toñín y yo que con tema del clinic casi no habíamos comido. Kobe apareció casi al final, rodeado de gorilas (esto fue una constante en todo el viaje) se colocó en un reservado y había que presentar credenciales para poder acercarte. La verdad es que estando como estábamos en petit comité, no le hubiese costado nada el salir del escudo que le rodeaba, más que nada porque habíamos ido hasta Dubai a participar en un tema de su fundación, pero bueno, no lo hizo y como a mí tampoco me apetecía mucho explicarle a los King Kong quien era para poder pasar, no hubo contacto. Como tampoco lo hubo en el brunch en el Hotel Burj Al Arab Dubai, más que nada porque por la noche nos informaron que había sido suspendido. La razón oficial, que era viernes (allí los viernes son como para nosotros el domingo) y que esos días no se podía celebrar. Que digo yo que eso ya deberían haberlo sabido antes, por lo que me temo que probablemente al megacrack pues no le apeteció y punto.
Estaba ya en set ball, match ball. Me quedaba una única oportunidad durante el partido, y esta vez lo preparé bien. Nos informaron que primero íbamos a ser presentados los dos equipos, que debíamos colocarnos en el centro del campo, y que entonces haría su aparición a bombo y platillo el señor Bryant. Vale, perfecto. Como nos irá saludando uno a uno, pues esta vez le dejo el teléfono a Toñin con tiempo suficiente. La secuencia fue esta. Yo grabé el anuncio de su entrada hasta este punto…
y Toñín me grabó esto de mi segundo abrazo en poco más de 24 horas
Joder, me dice, Juanma, ahora, ahora, y da al stop y para de grabar justo cuando a partir del estrechamiento de manos, le metí un abrazo casi de oso. Como os podéis imaginar, cuando lo vimos no sabía si cortarme las venas o dejármelas largas. No creo en el destino pero sí en las señales, y las que estaba recibiendo eran que lo dejase, que hiciese lo que hiciese, era un caso perdido. Total, que me dejé llevar y disfruté del partido, donde por cierto, superé con creces mi objetivo, que no era otro que no lesionarme, no hacer el ridículo y si podía meter una canasta, celebrarla como un gol. Pues no fueron una, sino ¡seis! con dos triplazos que festejé mirando a Kobe, que era el entrenador de nuestros rivales y diciéndole con los ojos, “in your f… face”.
Estaba tan contento al final del partido que sin avisar a nadie me fui hacia Kobe y nos cascamos el tercer abrazo que por supuesto, nadie documentó.
Como fin de fiesta se disputó un bastante lamentable concurso de mates (sobra decir que ninguna leyenda participó) y rodeado nuevamente de sus gorilas, Kobe desapareció por la misma puerta por donde vino y ya no le volvimos a ver más. Por cierto, en su excesivamente contundente huida, la comitiva arrolló a nuestro presidente Rafa Rullán, que justo iba en dirección contraria en el pasillo de salida del pabellón. Vamos, como si fuese el presidente de EEUU huyendo de un sitio después de escuchar una detonación. Eso sí, hay que dar un aplauso al aparato propagandístico de Kobe, que acaparó todas las portadas con sus dos días “compartidos con niños y mayores y alertando sobre la diabetes” de la que por cierto o al menos en todos los actos en los que nosotros estuvimos, se habló bien poco por no decir nada.
Nos quedaba una noche en Dubai y decidimos explorar las posibilidades de la ciudad, y he de decir que nos parecieron muchas y variadas siempre que tengas un Ferrari y no te importe pagar 600 euros por una botella de champán. Si no tienes ni lo uno ni lo otro, la única posibilidad es que como nosotros, tengas de anfitrión a Michel Salgado, que es un crack, conoce a todo el mundo y nos trató de maravilla.
Y con ocho horitas de avión sin la salida de emergencia en las que hubiese gustado estar para no tener deseos de cortarte las piernas a la altura del muslo, terminó una aventura muy divertida a pesar de que la prueba del abrazo documentado no fue superada. Pero pensándolo bien, Kobe tiene más motivos que yo para sentirse defraudado. No todos los días puedes abrazar a un palomero.
Posdata.- Os dejo algunas perlas. Aquí estoy saliendo en los periódicos. Yo soy el de la esquina superior derecha. Siempre en portada
Uno de los grandes momentos del viaje. Soulja boy y Joe Arlauckas dando espectáculo
Primer triplazo de mi exhibición
Este era como el ministro de cultura y deporte (creo). Un tipo muy simpático (creo)
Equipazo con el embajador español
No tengo ni idea de lo que pretendía hacer aquí
Y mucho menos qué celebrábamos aquí pues al final perdimos....
En fín, supongo que son cosas de la edad.
Buena semana a todos.