Aplastados por las toneladas de información alrededor del clásico futbolístico (un buen porcentaje, desechable, salvo que seas un forofo que tienes la cubertería con el escudo y los edredones con una funda con los colores de tu equipo), el resto del universo deportivo ocupa un lugar secundario hasta que la ola pase. No tiene vuelta de hoja y ocurre cada vez que se va a producir un nuevo choque de trenes, llegue a la velocidad que llegue cada uno de ellos. Pero eso no significa que no existan otros asuntos que merezcan atención. Como la Euroliga, por ejemplo, que a partir de esta tarde noche se apresta a vivir dos últimas jornadas apasionantes.
Vive tiempos revueltos el baloncesto europeo, que no termina de cuadrar una buena convivencia entre lo nacional y lo continental, entre los ricos y los que no lo son, entre la FIBA y la Euroliga, entre calendarios que cada año se pisan más. Se anuncian más novedades futuras. La Euroliga reduce equipos y se convierte en una liga con 30 partidos, es más que probable que se produzca una escisión que doble torneos y a partir del curso que viene habrá partidos de selecciones en plena temporada de clubes. Para el aficionado, todo esto es un guirigay que desde luego no ayuda al seguimiento y entendimiento de las diversas competiciones que se superponen. Por no hablar de la sobrecarga de partidos a la que se somete a los jugadores.
Pero dejando el futuro a un lado, el presente nos está brindando una segunda fase de la Euroliga apasionante. Ahí está el llamado grupo de la muerte, que a falta de dos jornadas, muestra una clasificación endiablada, con dos equipos con ventaja como CSKA y Laboral Kutxa (8-4 ambos) y hasta otros cinco (Real Madrid, Barcelona, Khimki, Olympiacos y el sorprendente Brosse alemán) con 6-6 y jugándoselo todo en dos partidos. Dentro de unas horas Khimki y Olympiacos abrirán fuego, luego le toca el turno al Barcelona y Brosse, y mañana Laboral Kutxa y Real Madrid comparecerán en el Buesa Arena en uno de esos partidos con mayúsculas que valen media temporada. Es tal el enredo, que el quinteto apiñado en el segundo vagón no sólo deberá ocuparse de sus propios asuntos, sino que también deberán mirar hacia otros lados, pues su futuro no sólo se dirime en sus compromisos, sino en el resto de los campos.
De nuestros tres representantes, las cuentas más claras las tiene el Laboral Kutxa del renacido Bourousis, el supuesto tercero en discordia, pero el que mejor ha navegado en esta travesía, cumpliendo las más importantes premisas. Fuerte en casa, donde sólo ha perdido un partido, y competitivo fuera, tanto que fue capaz de encadenar un doblete en Barcelona y Madrid que le ha colocado a una sola victoria (podría incluso hacerlo sin ganar ninguno) no sólo de la clasificación, sino de la ventaja de campo en cuartos. Pero subir el último peldaño no le va a resultar fácil. Tiene al Madrid primero y luego viajará a Alemania, un campo donde han salido escaldados algunos de los más ilustres como el Barca, CSKA, Khimki u Olympiacos.
En orden inverso de dificultad, el Barcelona es el siguiente. Sólido en casa, donde sólo naufragó frente al Laboral, fuera del Palau ha ido de revés en revés, y sólo el tiro de Doellman en el Palacio posibilitó su única victoria en campo ajeno que le mantiene con vida. Le queda el Brosse hoy en casa y cerrará el Top 16 en Kaunas frente al Zalguiris, el único equipo fuera de la carrera desde hace semanas. No se ha ganado la fiabilidad, pero, de todos, es el que tiene aparentemente el calendario más accesible y su basket average con Real Madrid, Olympiacos y Khimki es favorable. Yo le veo dentro.
Y por último está el Real Madrid, indescifrable, impredecible, inescrutable. Su temporada es todo un ejercicio de supervivencia al límite, donde solo estando entre la espada y la pared ha sido capaz de dar lo mejor de sí mismo. Su recorrido ha sido errático, siempre al filo de la navaja, pero habiendo salvado ya unos cuantos match balls, quien dice que no lo hará otra vez. Los más pesimistas, en cambio, abogan por lo del “tanto va el cántaro a la fuente”…. El panorama es tremendamente complejo, pues no depende de sí mismo, o sea, que podría verse fuera incluso ganando los dos partidos, pero también existe la posibilidad de que le sea suficiente con ganar uno. Vitoria y Khimki en Madrid es lo que le queda. Como decía mi abuelo, no era nada lo del ojo y lo tenía en la mano.
Total, que mucho clásico, mucho clásico, pero nos esperan antes dos días de baloncesto a cara de perro, decisivo y cardiaco. Mientras llega el momento de ponerse delante del televisor, he sacado mi bola de cristal, la he limpiado un poco que tenía una buena capa de polvo por no usarla, y he vislumbrado lo que va a pasar. Aquí van mis predicciones.
JORNADA 13 (hoy y mañana)
Khimki gana a Olympiacos. Barcelona gana a Brosse. CSKA gana a Zalguiris. Real Madrid gana en Vitoria a Laboral Kutxa pero no supera el basket average
Con estos resultados y si mis cuentas no fallan el Baskonia sería ya segundo, pues los únicos que podrían llegar a 8 victorias serían Khimki, Barcelona y Real Madrid y con todos tiene ventaja de basket average
JORNADA 14 (jueves y viernes de la semana que viene)
Barcelona gana en Kaunas a Zalguiris. Real Madrid gana a Khimki. Olympiakos gana a CSKA. Laboral se deja llevar y pierde en Alemania frente al Brosse
Clasificación Final
- CSKA 9-5
- Laboral Kutxa 8-6
- Barcelona 8-6
- Real Madrid 8-6
- Khimki, Brosse y Olympiakos 7-7
- Zaguiris 2-12
Palomero dixit.