¡Hagan hueco que vienen dos semanas de vértigo! El baloncesto reclama su espacio con la mejor oferta que puede ofrecer en estos momentos. A un lado del Atlántico, Warriors frente a Cavaliers. Curry frente a Lebron. Como decía mi abuelo, no era nada lo del ojo y lo tenía en la mano. Al otro, el nuestro, semifinales de la Liga Endesa entre los cuatro mejores equipos de la competición con unas cuantas cuentas pendientes entre ellos. No va más, pero como dijo Jack el destripador, vayamos por partes.
Tengo que reconocer una cosa. He seguido la semifinal de la Conferencia Oeste entre Golden State y Oklahoma con el corazón en un puño por dos motivos. Uno. Soy muy de los Warriors. Dos, deseaba una repetición de la final del año pasado. Con el 1-3 pensé que mi anhelo estaba más complicado que lograr que un político español no suene a disco rallado. Pero afortunadamente me equivoqué. Al borde del abismo los Warriors volvieron a ser reconocibles, y los Thunder cayeron en pecados que pensábamos olvidados. Total, remontada al canto. Y aquí estamos, a pocas horas del comienzo de un apasionante choque de trenes. Uno ligero y elegante, otro de mercancías pesadas.
Hace muchos años la rivalidad entre los Celtics y los Lakers (y quien dice eso dice entre Bird y Magic) iba mucho más allá de los terrenos de juego. Si Larry y Magic no se parecían ni en lo blanco de los ojos, lo mismo se podía decir de Boston y Los Ángeles, de la costa este y la oeste. Cada equipo representaban estilos, filosofías, culturas, músicas y ciudades radicalmente distintas. Sin llegar a comparar, pues estamos hablando de una de las grandes rivalidades de la historia deportiva, sí detecto similitudes en este nuevo duelo entre Warriors y Cavaliers, la floreciente Bahía y con la oscura Cleveland, el chico bueno que parece no haber roto ni un plato con el Terminator despiadado.
Pero no hagamos un tratado sociológico sino ciñámonos a lo deportivo. De entrada a nadie debe sorprender los contendientes. El dominio de Cleveland en el Este estaba más que cantado, y viendo el rodillo amarillo durante la temporada regular, apostar por los Warriors en el Oeste era jugada ganadora (aunque Oklahoma, cargándose a los Spurs y poniendo contra las cuerdas a los campeones, haya alterado el guión previsto aunque no el desenlace). Y aquí están, doce meses después. Muchas cosas no han cambiado, sobre todo por parte de los que defienden anillo. Mantienen sus señas de identidad, esas que llevan camino de cambiar el baloncesto, su primer anillo no les sació el estómago y cuando Curry o Thompson sienten el picorcito (gráfica expresión del gran Guillermo Giménez en sus impagables retransmisiones) apaga y vámonos. Las mayores novedades vienen del otro lado. La temporada pasada Cleveland no pudo contar ni con Kyle Irving ni con Kevin Love, mucha tralla como para no tenerla en cuenta. Y parece que han cambiado su modelo superestrella+currantes en algo más equilibrado y democrático dentro de la tiranía James.
Luego está el asunto Curry vs. Lebron. No tengo ninguna duda que Lebron le tiene muchas ganas. ¿Quién se cree este chavalito para venir aquí y sacarme a triples y jugadas imposibles del trono? Y sospecho, aunque su carita y su forma de jugar pueda mostrar lo contrario, que a Curry tampoco le hace mucha gracia Lebron. Tirrias aparte, ver a dos jugadores superlativos liderando a sus extraordinarios equipos va a ser apasionante. Uno, talento natural, baloncesto con tintes circenses, modesto en apariencia pero despiadado en su contundencia. El otro, físico descomunal, capaz de mover una apisonadora a la velocidad de un deportivo, imagen de engreído que esconde un competidor excelso. Dos superclases que en breve colisionaran sin que sepamos todavía quien sobrevivirá.
Como me cuesta mucho NO apostar, aquí va mi pronóstico. Aunque me duela, y ojalá me equivoque, Cleveland en seis. Les veo más frescos y con mayor poderío físico, fundamental a estas alturas de la temporada.
Semis de nuestra liga
Si la batalla por el anillo resulta incierta, lo mismo se puede decir de las semis de nuestra liga. Barcelona-Laboral y Real Madrid-Valencia suenan más que bien, pues han sido, de largo, los cuatro mejores equipos de la temporada. El Valencia comenzó de record, en Febrero llegó la Copa donde el Madrid sacó lo mejor de si mismo, en Marzo y Abril Euroliga encumbró al Laboral, único que logró alcanzar la F4, y el Barcelona parece que ha llegado muy bien al último mes de competición.
La primera semifinal que comienza hoy enfrenta a dos extremos emocionales. Los azulgranas son los más exigidos, pues corren el peligro de sumar dos temporadas consecutivas sin un título de enjundia que llevarse al zurrón. Todo lo contrario que sus rivales, el Laboral, que a estas alturas ya han sobrepasado todo lo inimaginable en octubre. Como todo es según el color del cristal con que se mire, tanto la presión como la posible relajación pueden ser amigas o enemigas, dependiendo de la gestión que se haga de ello. Las dos plantillas son profundas y poderosas, pero atención a los tres vértices principales de cada equipo. Al del Barcelona formado por Satoransky, Doellman y Tomic. Y sobre todo al del Baskonia, con sus imprevisibles e indetectables Adams y James a los que intenta dirigir el MVP Bourousis.
La segunda no le anda a la zaga en atractivos. Llevamos ya varias temporada en las que los Real Madrid-Valencia tiene mucha tela que cortar. Hay rivalidad en la pista y en las gradas y los termómetros se suelen disparar a poco que la cosa se encone un poco. El Madrid venía lanzado después de que su eliminación europea le posibilitase descansar un poco, pero los tres partidos ante el UCAM Murcia no han sido tan satisfactorios. El Valencia, por su parte, parece haberse rehecho después del bajón post-record y su playoff frente a Unicaja ha sido muy convincente. Tiene de todo y lo tiene bueno, por dentro y por fuera, un entrenador competente y muchas, muchas ganas de pintarle la cara al Madrid.
Dicho todo esto, llega el momento de mojarse. Para el Barça-Laboral, depende del momento en el que lo piense, me salen casi todos los resultados posibles. Pero eso sería escapismo, por lo que ahí va. Toda una enmienda a la totalidad. Laboral en 4
En la otra veo al Madrid finalista, pero sudando tinta. Tanta que creo que se llegará también al quinto. O sea, Madrid en 5.
Sea como sea y pase lo que pase, a disfrutar de tanto y tan buen baloncesto.
Hay 4 Comentarios
No voy a apostar porque llego tarde y sería ventajista, pero parece que se va a repetir lo del año pasado, Warriors ganan y Madrid-Barça en la final. O Cleveland da un golpe fuerte en la mesa o los Warriors se los meriendan. Que todavía no hemos visto a Curry en la final y ya ganan 2-0...
Publicado por: yayu | 06/06/2016 10:02:11
Se abre la veda de las porras (y las ortográficas, qué buenos lectores hay en este foro). Al grano: Visto el primero, yo también voy a ser valiente, así que Barça en tres y Real Madrid en 4. ¡Atrevido que es uno! Pásenlo bien.
Publicado por: Vicen | 04/06/2016 16:30:59
Lo de "Laboral en 4" es de las apuestas más valientes que he visto en mucho tiempo, aunque viendo a Adams cualquier cosa podría suceder. Y ya que el comentarista anterior ha abierto la veda de los lapsus ortográficos, recordemos que los discos se rayan, no se rallan como el queso.
Publicado por: Laín | 02/06/2016 21:25:50
Hola, Juanma. Me gustan mucho tus artículos, y la pasión y sinceridad que pones en ellos. Gracias por tu trabajo. Un consejo: los meses van en minúsculas ;)
Publicado por: Daniel Generoso Gil | 02/06/2016 15:01:51