En la pelea de los refranes, el de “a la tercera fue la vencida” ganó al “no hay dos sin tres”. Estados Unidos se volvió a salir con la suya en un partido bien diferente a los dos anteriores y que curiosamente dejó una impresión digamos que extraña. Por inevitable comparación, todos, jugadores españoles incluidos, vieron las puertas de un posible triunfo más abiertas que nunca. Este equipo norteamericano, plagado de nombres ilustres, queda algo distante de las dos versiones que estuvieron presentes en Pekín o Londres. Siguen siendo muy buenos, buenísimos, tienen físicos potentes, potentísimos, alguna muñeca, como la de Thompson, para conservarla en formol, y cuando uno no está de dulce siempre aparece otro para coger el relevo pues el fondo de armario es largo y profundo. Pero como se ha demostrado a lo largo de estos juegos, donde han pasado dificultades en demasiados de sus partidos, su talento, descomunal en muchos de sus hombres, no llega a las constelaciones interplanetarias vistas en China o Inglaterra.
Por lo tanto, estábamos antes la Estados Unidos más vulnerable de los últimos tiempos, sensación confirmada durante casi todo el partido. Ahora bien, jugando dignamente, no dejando que los norteamericanos rompieran el partido a base de controlar el ritmo de las idas y vueltas, y complicándoles la vida muchísimo en defensa dejándoles en 82 puntos y limitando al mínimo a sus dos grandes puñales, Durant y Anthony, España, no logró crear esos momentos que se vivieron en los dos anteriores Juegos, donde hubo arreones que hicieron palpables la posibilidad de un triunfo histórico.
Esta vez no, esta vez España hizo la goma, no dejó nunca de dar la cara, pero le faltó punch, energía, fuerza física, puntería más afinada, unos cuantos rebotes mejor cerrados (qué pesadilla), menos técnicas señaladas, no sé, algo de esto o un poco de cada cosa. Siendo su comportamiento otra vez admirable, faltaron cosas relacionadas directamente con el juego que no con la ambición. España necesitaba hacer un partido sobresaliente y se quedó en el notable, lo que provocó que las olas que pudo levantar en sus mejores momentos nunca tuvieran la altura suficiente para hacer creer a sus rivales que el barco podía irse a pique. Aunque el marcador pueda decir lo contrario pues la diferencia fue la menor, la sensación fue que el tercer casi fue el menos casi de todos. Metiendo todo en una coctelera, entiendo el grado de frustración mostrado por los jugadores españoles después del partido y supongo que compartido por la afición. Ellos mejor que nadie saben que esta vez sí hay una parte de la derrota responsabilidad directa de un rendimiento mejorable. En anteriores ocasiones, no hubo ni un pero que poner.
Con lamentos o sin ellos, no hay tiempo para mucha cháchara, pues esto no se ha acabado y lo que queda en juego es extremadamente importante. Son los últimos Juegos de Pau, Navarro, Felipe o Calderón. No sé, a tenor de sus declaraciones, si será la última vez que les veamos con la camiseta roja, pero por cuestiones lógicas, ninguno estará en Japón, la próxima cita del más importante torneo que se celebra, allí donde cimentaron gran parte de su leyenda. Por eso lo de Australia vale su peso no en bronce, sino en oro. Verles subirse al cajón, aunque sea en el escalón más bajo, es la última foto casi perfecta de su álbum. No va a ser fácil, pues aunque en el día más importante los australianos dieron el cante, su comportamiento en esta competición es digno de elogio.
Solía decir Raimundo Saporta, personaje capital en la historia del baloncesto español, que era mejor quedar tercero que segundo, pues te ibas a casa después de una victoria y no de una derrota. Parece más consuelo que teoría sostenible, pues nadie cambiaría una cosa por la otra, pero en esta ocasión, el valor simbólico que tendría el que finalmente España consiguiese pillar metal hace del partido una cita de importancia capital. Esperemos que como lo ha hecho siempre, la selección esté a la altura, supere su posible malestar, recupere el aliento, las piernas y la puntería y termine una maravillosa travesía de más de tres lustros con una gran actuación que le lleve hasta el pódium olímpico. Se lo merecen de sobra.
Hay 5 Comentarios
¡Me acabo de enterar que Itu volvió en febrero!
Me alegro.
Y veo que siguen muchos de los habituales.
Me alegro también.
Buena victoria de España hoy ante una gran Australia.
Muy buen bronce.
Y una extraordinaria plata de las chicas.
Han hecho un torneo fantástico.
Publicado por: José Ramón | 21/08/2016 19:55:44
Para mi no eres un impostor Itu, porque veo reflejado mi pensamiento en tus escritos, pero en mejor contado.
Respecto al Palomerismo: inteligencia al poder. Algo que echamos mucho de menos en el baloncesto actual con tanta nbapaparrucha.
Publicado por: Alber | 20/08/2016 21:52:46
Seamos claros: Los americanos defendieron lo justito (comparar con defensas nivel play-off) y no arrasaron por cuestiones de mercadotecnia. Muchos jugadores NBA españoles para incurrir en humillaciones. Mientras lleven selecciones de este nivel nadie les toserá.
Publicado por: Coach | 20/08/2016 19:46:40
Lástima de partido. Si hubiéramos estado al nivel contra Francia probablemente habríamos ganado. En fin, quizá sea Serbia la que tenga que vencer a este equipo USA. A por el bronce, que ganando a Australia tendría mucho valor y dejaría muy buen sabor de boca.
Publicado por: Tiro a tabla | 20/08/2016 19:16:53
Un poco más de energía y nos los hubieramos comido. A pesar de ello , llevo 28 años esperando el partido del domingo, aún recuerdo el triple que no entró de chechu...
Publicado por: carlos | 20/08/2016 17:31:08