Y aquí están de nuevo los Juegos Olímpicos. Si veinte años no son nada, que cantaba Gardel, no es de extrañar que cuatro se nos hayan pasando volando. O puede que no, pues son tiempos duros para mucha gente. El caso es que nos aprestamos a una nueva dosis cuatrienal de deporte en dosis masivas, algo más de dos semanas donde dejaremos de vivir en futbolandia (salvo en aquellos medios donde un estornudo de Ronaldo o Messi merece más espacio e interés que lo que ocurra en Río) y se abrirán espacios para otras especialidades, deportistas e historias que no tengan como protagonistas las andanzas de esos personajes elevados a la categoría de semidioses mediáticos y cuyo seguimiento roza a veces lo absurdo y hasta paranoico, y que a título personal, me tiene hasta la coronilla. Pero eso es otra historia.
Iba a decir que todo está preparado, pero claro, uno pega un repaso a las informaciones que llegan desde Brasil y te hablan de fontaneros, desagües malolientes, aguas fecales, huidas a hoteles, etc. por lo que la frase se puede quedar un poco desfasada. No hay que alarmarse, pues tirando de hemeroteca, no hay Juegos que se salven de este tipo de noticias en los días previos. Es un clásico. La espera se hace larga y todos estos asuntos no dejan de ser un chau chau que terminará (esperamos) cuando de comienzo la competición.
Otro tema recurrente (que seguro que se alargará) es el de las medallas. Que si diecisiete, que si veinte, que si catorce. Aunque no por repetido, habrá que recordar a los amantes de este tipo de elucubraciones, que evaluar la actuación de un país por su número de medallas no es el mejor patrón. Entre otras cosas, porque en la piscina o en el estadio olímpico se reparten tropecientas, en Taekwondo, boxeo, halterofilia o yudo otro porrón, y en deportes de equipo tres en cada uno. O que cinco cuartos puestos cuentan menos que un tercero. Un ejemplo de la sinrazón del medallero. Es posible que Jamaica, sólo ganando medallas en atletismo, vuelva a quedar por encima de España como ocurrió en Londres. Yo no sé si alguien lo habrá hecho ya (igual no me he enterado) pero con tanto estudio que se hace por ahí, no estaría de más dar con una vara de medir que tuviese en cuenta más factores que el simple pódium e incluyese otras variables para dar con una clasificación del, llamémosle “estado deportivo” de cada país, más fiable.
Foto publicada en Twitter por @23Llull
Como la cabra siempre tira al monte, mi foco de atención principal (que no único ni mucho menos) será seguir las evoluciones de nuestros chicos de baloncesto (sin perder de vista al equipo femenino, que se merece por trayectoria un alegrón). La cosa no está nada fácil. Un grupo de aupa, alguna ausencia que ha hecho pupa como la de Marc Gasol, una preparación algo caótica con equipos de medio pelo, muchas idas y venidas a Estados Unidos de algunos de sus componentes y la generación del 80 con muuuuuchos kilómetros recorridos. Por si fuera poco, el listón está en la estratosfera. No sólo en la final, sino en una final donde volver a hacer sudar sangre a los galácticos de la NBA como se logró en Pekín y Londres.
Afortunadamente y como bien dijo Scariolo, el secreto de este equipo no está en las piernas, sino en la cabeza. Son expertos en el arte de navegación por este tipo de campeonatos, dosificándose lo justo y necesario, sabiendo cuando hay que acelerar y en qué momento toca sacar la mejor versión. Por eso no descarto una fase de grupo con mar gruesa, alguna pérdida de agua, nervios en la afición y dudas en el futuro. Incluso puestos a elucubrar, no se me haría raro algún quiebro como el del partido ante Brasil en 2012 que evite lo que nadie quiere, verse con Durant y compañía antes de la final. Eso sí, si algo se ha ganado este grupo para los restos es la confianza en que competirán como merece la ocasión.
No seamos ansiosos y disfrutemos del camino que comienza esta madrugada. Son diecisiete días apasionantes en los que no daremos abasto para llegar a todo, verlo todo, disfrutarlo todo. Grandes nombres se confirmarán, otros se pegarán batacazos, aparecerán nuevas estrellas, recordaremos lo maravillosas que son muchas especialidades deportivas de las que sólo nos acordamos cada cuatro años, nos contarán preciosas historias sobre ganadores y perdedores, compartiremos lágrimas con los que suben al pódium y con los que se quedan a un paso, confirmaremos (o no) el ascenso de nuestro deporte femenino, diremos adiós (o no) a algunas de nuestras míticas figuras …
En definitiva, lo que viene a ser unos Juegos Olímpicos. Estando ya la afición y los deportistas preparados, pues eso, que comience la fiesta.
Hay 3 Comentarios
Que casposos los comentaristas de la ceremonia inaugural.
Publicado por: Miguel | 06/08/2016 12:18:35
en Rio nadie le podrá ganar a USA... Carmelo Antohny es el mejor jugador del torneo y lo tienen ellos!!
Publicado por: postres | 05/08/2016 23:49:56
Yo este año veo el oro muy claro para los yankis. Las medallas, entre España, Francia, Serbia, Lituania y Brasil.
Publicado por: Oswald | 05/08/2016 15:03:50