El Palomero

Historias a seguir en 2017 (II). Lebron vs Curry, Cavaliers vs Warriors

Por: Juanma Iturriaga

15 ene 2017

 

Cleveland-cavaliers-vs-golden-state-warriors

A pocas horas de un nuevo enfrentamiento entre los dos equipos más potentes del panorama de la NBA, es un momento perfecto para analizar una rivalidad de las de antes, de miradas que matan, de las de no hacer prisioneros, de las que van mucho más allá de los deportivo. Si hay ahora mismo en toda la competición dos equipos a los que les recorre un escalofrío simplemente con que se nombre a su rival, estos son los Cleveland Cavaliers y los Golden State Warriors.

Nada enriquece más a un deporte que una rivalidad con enjundia, ya sea colectiva o individual. Los ejemplos abarcan la mayoría de los deportes. Qué seria del futbol o el baloncesto sin el Madrid y el Barça, el tenis sin Borg y MacEnroe, o Nadal y Federer, la F1 sin Lauda y Senna o Alonso y Hamilton. La NBA, sin ir mas lejos, revivió allá por los inicios de los 80 cuando Magic y Bird, Bird y Magic, los Celtics y los Lakers, revolucionaron la competición y colocaron los primeros cimientos de una globalización que no ha parado de crecer hasta hoy.

Desde hace tres años, con la irrupción de Curry y los francotiradores de Oakland, el enfrentamiento entre Cleveland y Golden State ha ido cogiendo fuerza hasta convertirse en una de las peleas más interesantes que se pueden ver hoy en día en el deporte mundial. Lo tiene casi todo para resultar atractiva. Comandada por dos superestrellas tan diferentes como Curry y Lebron James, que dirimen su particular enfrentamiento, representan universo diametralmente opuestos. Tan opuestos como las ciudades y estados que representan. Este y Oeste, la oscura Ohio frente a la luminosa California, lo industrial frente a la última tecnología, una ciudad con poco encanto frente a una zona poblada de los multimillonarios surgidos alrededor de Silicon Valley.

CjwnpXPUgAA8AcK

Han bastado tres temporadas para que esta rivalidad cogiese altura. En la primera, los triunfadores fueron los Warriors, que se aprovecharon de las lesiones de Kyrie Irving y Kevin Love para lograr su primer anillo en décadas. Daba la sensación que se abría una nueva era, sospechas confirmadas cuando Golden State abordaron y superaron el mítico record de los Bulls de Jordan con el estratosférico 73-9. Mes y medio después dominaban la final por 3-1 y dos partidos por jugar en su campo, cuando todo se dio la vuelta como un calcetín y por primera vez en la historia, un equipo logró la hazaña de superar esa desventaja en unos últimos partidos, sobre todo el séptimo, para la historia. Los Warriors movieron ficha y convencieron a Kevin Durant en dejar Oklahoma e irse para California, completando una plantilla estelar. Pero el día de Navidad y en su primer partido de la temporada, los Cavaliers volvieron a ganar in extremis.

382428

Entre medias, piques, declaraciones, golpes, soberbios partidos, asombrosas actuaciones de sus mejores jugadores y la esperanza de que esto sólo puede ir a más. Tanto que a día de hoy, nadie se espera otra cosa que allá por el mes de Junio, se produzca la tercera final consecutiva entre los mismos equipos, cosa que no ha ocurrido nunca en la historia de la NBA.

La distancia que separa a ambos equipos es la misma que encontramos si comparamos a sus jugadores franquicia. Lebron y Curry se parecen como el agua al vino. Uno, el rey, es una fuerza de la naturaleza, un competidor inclemente, un tren de mercancías imparable para todos. El otro parece un tipo normal, con el físico justo, pero que en contacto con el balón se convierte en un mago al que la pelota le obedece, capaz de meter las canastas más increíbles desde los lugares más inconcebibles. Si Lebron es un terminator, Curry ha revolucionado el baloncesto al ampliar su radio de peligro a poco más de un metro de traspasar la línea de medio campo. Seguramente ni uno ni otro se llevará el MVP de este año, que es probable que lo disputen Harden y Westbrook, pero nadie duda que son los dos jefes de la competición.

17jpNBAFINAL1-master768

Y en esas están, haciendo que no se miran pero sin perderse nada de lo que está haciendo el otro, tachando días y partidos rutinarios sin mayores esfuerzos sabedores que están condenados de encontrarse a la hora de la verdad, donde necesitarán toda su energía para poder doblegar a sus rivales. En la madrugada del lunes al martes se verán las caras en Oakland y no se darán ni las buenas tardes. Es sólo una batalla, pues la guerra de verdad no se dirime hasta Junio, pero alcanzado este punto, el sólo hecho de poder dar en las narices a sus adversarios hará que un partido de temporada regular parezca uno de playoff. Ya se sabe, al enemigo, ni agua.

Y mientras tanto, nosotros disfrutando cada enfrentamiento como un niño el día de Reyes.

Hay 4 Comentarios

Cierto - de acuerdo contigo Yayu. El camino a la final siempre será más accidentado en el Oeste. Aunque los Cavs tendrán que subir el nivel si quieren evitar sorpresas en su conferencia

A día de hoy opino como tú, pero desde luego que son equipos que les van a hacer sudar tinta para llegar a las finales, mientras que en el Este sigue sin haber rivales. Los Cavs lo saben y sestean en temporada regular

Pues de momento los de Oakland han vuelto a poner las cosas en su sitio mandando a LeBron y compañía a casa con un correctivo del +35. Por lo que pueda pasar.
Qué bueno es Durant y cuántas cosas aporta. Si Draymond Green no vuelve a perder la cabeza en los playoffs y Pachulia mantiene el nivel actual (aunque se siga echando de menos a Bogut), a poco afinados que estén los splash bros no hay equipo que les pare. Por mucho Leonard, Aldridge, Griffin o Harden que se les cruce en el camino.

El problema de la supuesta final, es que en teoría los Cavs van a volver a llegar sin despeinarse (sigue sin haber rival digno en el Este) y los Warriors, si llegan van a tener que cepillarse, por ejemplo, a Grizzlies, Clippers y Spurs, casi ná...

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Sobre el blog

El palomerismo es toda una filosofía de vida que se basa, como la termodinámica, en tres principios. El de la eficiencia: “Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento”. El del aprovechamiento. “Si alguien quiere hacer tu trabajo, hacerte un regalo o invitarte a comer, dejale”. Y el de la duda: “Desconfía de los que no dudan. La certeza es el principio de la tiranía”. A partir de ahí, a divertirse, que la seriedad es algo que ahora mismo, no nos podemos permitir.

Sobre el autor

Juanma López Iturriaga

Básicamente me considero un impostor. Engañé durante 14 años haciendo creer que era un buen jugador de baloncesto y llevo más de 30 años logrando que este periódico piense que merece la pena que escriba sobre lo que me dé la gana. Canales de televisión, emisoras de radio y publicaciones varias se cuentan entre mis víctimas, he logrado convencer a muchos lectores para que comprasen mis libros y a un montón de empresas que me llaman para impartir conferencias. Sé que algún día me descubrirán, pero mientras tanto, ¡que siga la fiesta!

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal