David Alandete

Cría presidentes...

Por: | 25 de octubre de 2011

A Estados Unidos, la guerra de Afganistán le ha costado más de 500.000 millones de dólares (probablemente más) y 1.818 soldados muertos. Todo, según los gobernantes de Washington, para que la democracia se abra paso en el país asiático. (Diría “restaurar” la democracia, pero hay pocos indicios de que haya habido una verdadera democracia en toda la historia de Afganistán). Para ello, la Casa Blanca ha apuntalado en el gobierno de Kabul al presidente Hamid Karzai. Y, ¿cómo le paga él? Con declaraciones como esta: “Si llegara a haber una guerra entre Pakistán y América, dios no lo quiera, Afganistán se pondrá de parte de Pakistán”.

Barack Obama y Hamid KarzaiBarack Obama y Hamid Karzai en una foto oficial de la Casa Blanca.

En los pasillos del Capitolio y del Departamento de Estado, la reacción ha sido de hartazgo, más que de enfado. “No es un problema, porque ese supuesto no va a ocurrir”, dijo ayer con hastío Victoria Nuland, la portavoz de Hillary Clinton. “Esa es una hipótesis que no tiene ningún anclaje en la realidad”, añadió el portavoz de Barack Obama, Jay Carney, a bordo del avión Air Force One. Ante la irritación provocada aquí en Washington, Karzai ha tenido que dar marcha atrás y, como se suele hacer en estos casos, ha acusado a los medios paquistaníes de malinterpretar sus palabras.

Da lo mismo. No es la primera ocasión en que Karzai muerde la mano que un día le dio de comer. Cuando los aliados occidentales le pidieron que investigara las acusaciones de que había habido fraude en las elecciones presidenciales de 2009, pronunció la palabra que el Pentágono no quiere oír: invasión.  “En esta situación hay una línea muy delgada entre invasión y cooperación o asistencia”, dijo en abril de 2010. Luego añadió  que si cundía la sensación de que los aliados occidentales eran “invasores”, la insurgencia pasaría a ser “un movimiento de resistencia nacional”.

En junio de este año, Karzai volvió a la carga. “Las naciones del mundo que se hallan en Afganistán están aquí por su propio beneficio”, dijo en un discurso. “Están aquí para sus propios propósitos, con sus propios fines, por su propio interés”. Luego dijo que los vehículos acorazados de las tropas de la OTAN han contaminado el país gravemente y, finalmente, añadió que había decidido comenzar a negociar con los talibanes, algo en lo que EE UU le apoyado. (La Casa Blanca opina que la única forma viable de retirar las tropas de Afganistán pasa por la reconciliación nacional).

20081215_d-0359-1-515hBush y Karzai en su último encuentro, en Kabul, en 2008. Foto de la Casa Blanca. 

Por todos estos motivos, no fue una sorpresa cuando EL PAÍS publicó los cables diplomáticos cedidos por Wikileaks el pasado año y en uno, firmado por el ex embajador de EE UU en Kabul Karl Eikenberry, descubrimos que se definía a Karzai como “un ser paranoico y débil, ajeno a las nociones más básicas de cómo construir una nación”. En realidad, decía Eikenberry, hay dos Karzais. El otro era “un político sagaz que se cree un héroe nacionalista”. (En aquellos cables, aparte de la bipolaridad del presidente, se hablaba también de la corrupción crónica y el nepotismo rampante que lacran el gobierno afgano).

Karzai, es cierto, está en una situación complicada. Hace una década se paseaba por Europa y EE UU, difundiendo el mensaje del líder de la Alianza Norte, Ahmed Shah Masood, de que era necesario derrocar a los talibanes. Karzai lo sabía bien: los talibanes habían asesinado a su padre, como asesinarían a Masood en 2001. Privados de aquel líder, los aliados occidentales eligieron a Karzai como paladín de su causa, y una vez cayó Kabul, lo apuntalaron como presidente provisional en 2002. Ganó elecciones en 2004 y 2009.

Pero en Afganistán, ganar unas elecciones presidenciales no significa mucho. Los talibanes llamaron a su boicot. La participación electoral en 2009 se situó en un muy discreto 33%. En Helmand y Kandahar, provincias talibanes, no superó el 10%. En resumen: Karzai no controla todo el país. Y, 10 años de guerra después, sabe que cuando EE UU se marche, necesitará a los talibanes si quiere seguir gobernando. Y para conseguir sentar a los talibanes a la mesa de negociaciones necesita apaciguar a su máximo benefactor, el temido ISI, el servicio de inteligencia militar de Pakistán. De ahí que ahora diga que iría de su parte a la guerra. 

Hay 7 Comentarios

a karazai lo veo como exiliado en usa...o ceder el poder a los talibanes....afganistan esta muy herida casi el 80% de la poblacion nacio en guerra...

A este habia que dejarselo a los talibanes para que lo lincharan, Perro

La situacion de Karzai es dificil, ha sido acusado de todo, desde ser un titere de Cheney y de Bush, de ser empleado de sus empresas petroleras, y hasta de ser ser muy corrupto. Cuando los soldados extranjeros se vayan en teoria, pero ya estan las base a lo largo de la linea que transporta el petroleo, Karzai solo debe pedir que vuelvan los que se fueron y asi esto seguira por mucho tiempo mas, pero en realidad eso los sabe Karzai, la OTAN, el Pentagono y todos, el que manda en Afganistan es Paquistan, y todo seguira o acabara, cuando el ISI y Paquistan lo decidan

Estados Unidos desde el siglo pasado suplantó a los imperios europeos que colonizaron el Nuevo Mundo (españoles, portugueses, ingleses y franceses). Dentro de cada país hizo uso del viejo lema imperial romano de "dividir para vencer" apoyando, en cada caso, a tiranos asesinos. Y todo para explotar los recursos de Centro y Sudamérica. Y esa política continuó después de la Segunda Guerra Mundial con sus intervenciones armadas en Corea y Viet Nam, seguido mas tarde con Irak y Afghanistán, todo ello con el disfraz democrático que ha provocado miles y miles de muertos fuera de su territorio, principalmente de mujeres y niños, y no precisamente de ciudadanos estaunidenses. Ninguna de esas guerras se han librado en suelo norteamericano.

Menudo personaje. Y que luego vayan invandiendo países para esto. No fue el fundador de Blackwater el que dijo aquello de que Afganistán era un país en el siglo XII?

Este es otro lunático como los muchos que EE UU ha puesto en países extranjeros después de llegar allí sin que nadie le haya llamado. Miedo me da el día que se vayan los gringos y tenga que defender Kabul de los talibanes.

Necesita a los talibanes, pero estos están contra el cultivo y la distribución de opio, con lo cual nos encontraremos ante otra guerra civil.

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Sobre el autor

es corresponsal del diario El País en Washington. En Estados Unidos ha cubierto asuntos como las elecciones presidenciales de 2008, el ascenso del movimiento del Tea Party o la guerra de Afganistán. Llegó a Washington en 2006, con una beca Fulbright para periodistas, a través de la cual se especializó en relaciones internacionales, conflictos armados y políticas antiterroristas.

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