Ahora que la banda terrorista ETA asegura que ha abandonado la violencia, y que el gobierno español cambiará de manos muy pronto, una duda asalta a los expertos en política europea en el Departamento de Estado aquí en EE UU. ¿Qué hacer con la designación de grupo terrorista extranjero de la banda, en pie desde finales de los años 90, después de una laboriosa campaña de presión diplomática por parte del expresidente José María Aznar?
Clinton y Rajoy en Madrid en julio. Foto: EFE.
Al grupo irlandés IRA, por ejemplo, se le iba a añadir en 1997. Pero el presidente Bill Clinton decidió no hacerlo in extremis, en 1998, cuando el IRA declaró su propio alto el fuego. En octubre, tuve la oportunidad de preguntarle sobre ello al portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner. ¿Iba EE UU a seguir considerando oficialmente a ETA como una organización terrorista, hasta que quedara totalmente desmantelada, si se llegaba a dar el caso? Esta fue su respuesta:
“Hay un proceso muy deliberado para levantar ese tipo de designación, y no puedo decir si estamos aún en ese punto con ETA. De nuevo tenemos un anuncio de esa organización. No sabemos nada de la seriedad de ese anuncio o de cuáles son sus intenciones. Hemos visto anuncios similares en el pasado. Creo que vamos a esperar y ver cuál es la reacción del gobierno español. Vamos a trabajar en ello de forma muy estrecha con el Gobierno de España e iremos avanzando en esa dirección según evaluemos el asunto”.
Traduciendo de la jerga diplomática: EE UU, a sabiendas de que el ciclo político iba a cambiar en España, decidía esperar a ver qué tiene que decir Mariano Rajoy. Esa lista es el quién es quién del terrorismo internacional. Hay 49 miembros. Entre ellos, están Al Qaeda, Hezbollah, Hamas, el Frente de Liberación Palestina, las FARC colombianas y el llamado IRA Real, uno de los vestigios del radicalismo violento irlandés.
Cuando una organización entra en esa lista de grupos terroristas, se prohíbe a cualquier ciudadano norteamericano prestarle apoyo material o económico. A sus miembros se les deniega la entrada en suelo estadounidense y, en caso de hallarse en él, se les puede detener y deportar. Las instituciones financieras de EE UU que reciban fondos de esas organizaciones o sus miembros deberán congelarlos e informar de ellos al gobierno. La permanencia de una organización en la lista se reconsidera cada dos años.
La designación oficial de EE UU a ETA (se puede acceder a ella en este informe, publicado antes del alto el fuego) afecta oficialmente a las organizaciones Askatasuna, Batasuna, Ekin, Euskal Herritarrok, Euzkadi Ta Askatasuna, Herri Batasuna, Jarrai-Haika-Segi, K.A.S. y XAKI. Y destaca: “ETA financia sus actividades principalmente a través del soborno y la extorsión de negocios vascos. En el pasado, ha recibido entrenamiento en Libia y el Líbano, aunque no hay indicios de que dicha formación continúe. Se supone que algunos miembros de ETA han huido a Cuba y México, mientras que otros residen en América del Sur”.
José María Aznar en una visita a la Casa Blanca en 2001. Foto: Eric Draper.
No es extraño que se elimine a un grupo de esa lista. Y es un procedimiento incluso habitual que se plantee esa eliminación cuando una banda anuncia formalmente su renuncia a la lucha armada y llega a un acuerdo de desarme con el gobierno respectivo (algo, esto último, que no se ha dado en el caso de ETA). Ha sucedido en el pasado con grupos que han dejado de cometer actos de violencia, como el llamado Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, en Perú, o el Ejército Rojo de Japón. Y aunque los 49 miembros en la lista son todos lo que están, no están todos los que son. Falta en ella el que el Pentágono considera ahora el peor enemigo de EE UU en Asia, la red Haqqani, responsable de los mayores ataques contra EE UU en Pakistán y Afganistán en los últimos meses.
Lo que ocurra a partir de ahora dependerá, por tanto, de Rajoy, de su Ministro de Exteriores y de quien éste elija como jefe de la misión diplomática aquí en Washington. La última vez que gobernó el PP, Aznar emprendió una esforzada campaña de concienciación de la ciudadanía norteamericana sobre la amenaza que ETA representaba en España. El expresidente protestó airadamente en numerosas ocasiones por la expresión que emplean comúnmente los diarios más prestigiosos de EE UU para referirse a ETA (algunos como The New York Times llaman a la banda “grupo separatista”) y logró que se incluyera en la lista de sanciones a numerosos jefes y operativos del grupo. En este asunto, como casi todo lo demás, los planes de Rajoy son aun un enigma.
Hay 1 Comentarios
Si quitan a ETA de esa lista facilitarán que abandone las armas, es un hecho
Publicado por: Jose Francisco | 28/11/2011 16:47:16