David Alandete

Compañeras, al submarino

Por: | 26 de diciembre de 2011

Las mujeres ya pueden servir en los submarinos. No, no es un titular del siglo pasado. Es una noticia actual. Tan actual como que con el nuevo año, 24 mujeres se integrarán por primera vez en ocho tripulaciones de cuatro submarinos lanzamisiles balísticos de Estados Unidos: los USS Wyoming y USS Georgia, en la base de Kings Bay, en Georgia, y los USS Maine y USS Ohio, en Bangor, Washington. Han pasado 111 años desde que el Departamento de Defensa norteamericano comenzara a utilizar submarinos. Y 111 años no han sido suficientes como para que el cambio se implementara de forma fácil y callada. 

USS Maine(El USS Maine / FOTO: Stratcom)

Hay una razón por la que los soldados que prestan servicio en submarinos se refieren a su labor como “el servicio silencioso”. Pueden pasar sumergidos periodos de 90 días, en misiones ultrasecretas, de las que sólo los mandos militares saben. Los soldados aguantan las penurias con estoicismo: los dormitorios son minúsculos; los baños son muy reducidos; en los pasillos no caben dos personas a la vez. No hay privacidad. No hay espacio personal.

Las mujeres comienzan a servir en lo que se conoce como submarinos lanzamisiles balísticos (SSBN) que son más grandes que los submarinos de ataque (SSN). Los modelos SSBN miden 170 metros de largo y 12 metros de ancho. Los tripulan, normalmente, una quincena de oficiales y no más de 130 soldados alistados. Calcula la Marina que cada persona, para su cama y sus enseres, dispone de 1’3 metros cuadrados. En estos sumergibles se comparte de todo: duchas, retretes, armarios y literas.

El 19 de febrero de 2010, un mes después de que Barack Obama tomara posesión de su cargo, el entonces Secretario de Defensa Robert Gates envió una carta al Congreso en la que comunicaba el final de la prohibición. El 29 de abril, el secretario de la Marina, Ray Mabus, anunció formalmente el cambio, que entra en vigor con el nuevo año:

Hay mujeres extremadamente capaces  en la Marina que tienen el talento y el deseo de triunfar en la flota de submarinos... Permitirles servir en la comunidad de submarinos es lo mejor para esta fuerza y para la Marina. Literalmente, no podríamos hacer funcionar la Marina sin las mujeres.

Foto: Navy(La tripulación comprueba la cubierta de un submarino en la base de Norfolk / FOTO: US Navy)

No crean que esos argumentos han convencido a todo el mundo. Los defensores del ‘status quo’ se han puesto manos a la obra. Un suboficial de Marina con 17 años de servicio y experiencia en cuatro submarinos, John Mason, ha organizado una recogida de firmas por Internet que tiene más de 600 votos a favor. Quiere que el Pentágono de marcha atrás por los graves riesgos que la presencia de las mujeres supone en los sumergibles. Tiene una página web dedicada al asunto, en la que da razones como ésta:

Algunas de las conductas de los hombres incluyen darse algunas palmaditas en el trasero; contacto físico directo, incluidos abrazos, y fiestas nocturnas; son cosas aceptables y toleradas para aliviar el estrés y la falta de contacto con las familias, algo que un miembro de la tripulación pierde cuando se sumerge durante meses. Servir en un submarino no es algo que se deba hacer si uno es tímido o tiene dudas sobre su sexualidad... en ellos el contacto físico directo entre miembros de la tripulación es inevitable y no es algo inesperado.

Esas fiestas nocturnas parecen muy animadas, por lo que se ve en las fotos del sitio web de Mason, en este enlace, y otras páginas dedicadas a la camaradería en otros submarinos, como ésta. (Fíjense en la tendencia de algunos tripulantes a vestirse de mujeres). En ese sentido, las reticencias de Mason y de otros veteranos es análoga a las que expresarían caballeros opuestos a la presencia de damas en clubes sociales masculinos en el siglo XIX. “¿Cómo vamos a tener nosotros a una mujer  aquí?”, parecen pensar. Mason se ha dedicado, además, a recabar testimonios de otras personas opuestas a semejante ofensa. Esto es lo que dicen:

La privacidad y la limitación de espacio hacen que lad demandas de acoso sexual, reales o imaginarias, se hagan más probables. Imagínese que una mujer al salir de la ducha se encuentra con un hombre que necesita hacer sus necesidades. O el caso contrario, un hombre que sale de la ducha y ve entrar a una mujer.

Como exesposa de un militar, he vivido de primera mano la destrucción en las familias que las mujeres y los hombres en el ejército pueden provocar. Mi exmarido pasó unos cuatro años en submarinos antes de ser transferido a un buque. Me contaba historias de cómo las chicas se tiran encima de los hombres, sin importarles si están casados o no. 

Las mujeres deben quedarse donde les corresponde... no en los submarinos... La situación ya es lo suficientemente dura para los chicos como es ahora... las mujeres son demasiado emocionales.

Son testimonios residuales, no se preocupen. La batalla está ganada. El debate de permitir a las mujeres servir en los submarinos ha acabado. Se les ha autorizado. Llevaba sobre la mesa desde 1994, el mismo año en que se les autorizó a las mujeres a servir en buques de guerra. Se ha desarrollado de forma paralela a otra gran cuestión en las fuerzas armadas norteamericanas: ¿Se debería permitir a las mujeres tomar parte en operaciones de combate? Al fin y al cabo son un 15% de las tropas (en la Marina son 52.446 de 330.700 soldados) y hasta la fecha no pueden tomar parte en operaciones de infantería ni en misiones de ataque o defensa. 

Hay 19 Comentarios

Entrevista a Enrique Piñeyro, ex piloto de LAPA, director de cine y principal opositor al actual manejo de Aerolíneas Argentinas, ex Grupo Marsans. Toda la verdad sobre una aerolínea que fue justamente estatizada pero que es un negocio para unos pocos.

http://www.elruidoenelhormiguero.blogspot.com/2011/10/entrevista-enrique-pineyro-el-esfuerzo.html

Querida amiga amargada, resérvese su ironía para otra cruzada de "igualdad", gracias.

¡Qué salgan los machotes en los comentarios! ¡ Defended vuestra masculinidad! ¡A las barricadas! ¡Qué se hunde el barco!

Pues he leido el informe razonado del submarinista, del que se han sacadao de contextro párrafos con intención de ridiculizar... y me he encontrado con un texto muy respetuoso con las mujeres,r azonado, y qye pone pegas solo a la convicencia de sexos en un submarino, en absoluto a la presencia de mujeres en la Armada.No es un burro ni un cavernícola. Como de costumbre en casos como éste, un cero al periodista ignorante que utilizando una ironía de medio pelo deforma la opinión de ortros sin saber además de qué está hablando.

Madre mía, qué será lo próximo, mujeres conduciendo vehículos oficiales. Qué peligro, me paso al transporte público.

Lo que no pone el articulo, es la vida que se desarrolla en un submarino , y la falta de cualquier comodidad por el problema de espacio. 1º En un submarino cuando navega se vá a cama caliente, solo hay cama para un tercio de la dotación exepto para el mando, se comparte todo y la convivencia tan intima para personas de distinto sexo es cuanto menos complicada.

es cierto, es peor enemigo de una muejr es otra mujer.
pero no debemos de tener en cuenta la opinion de una ex-mejuer de un marine, ellas suelen vivir a las espaldas de sus maridos y sin trabajar.
la vida de una persona fuera del nucleo familiar es complicado y no importa el sexo de la persona. las mujeres somos iguales en derechos.
el machismo entre los miembrso viejos del ejercito es grande y debemos de dejar pasar el tiempo. als mujeers que eligen este trabajo saben a lo que van, porque mucxhas veces, les viene el oficio de tradicion

Mi mujer me dice: --el mayor enemigo de la mujer es una mujer--. Por los comentarios de algunas damas en esta seccion podria concluir que tiene toda la razon. Chicas cómo queréis que la mujer se supere si uds. son las primeras en criticar cuando alguna mujer rompe con el ‘status quo’

Ya que hablamos de machismo, feminismo y demas gilipolleces; ¿por que para acceder al cuerpo de policia nacional a un hombre se le pide que haga 20 dominadas y a una mujer que aguante 20 segundos agarrada a la barra? Si optan al mismo puesto significa que realizaran las mismas funciones y por lo tanto se debe exigir lo mismo. ¿Que pueden responderme esa gente a la que le gustan las leyes de paridad?

El tema es simple. Entre hombres no suele haber tensión sexual porque no se atraen entre sí, y llegan a desarrollar un gran compañerismo. Al introducir mujeres (que bien es cierto que están tan capacitadas como los hombres) se introduce la tensión sexual, por lo que se disminuye el rendimiento, y para colmo, el compañerismo ya tiene muchos más impedimentos puesto que determinadas actitudes habituales en hombres se puden considerar abuso sexual. Conclusión: Por querer ser igualitario, te cargas el submarino.

Elena, hoy tienes unos de esos días, ¿eh?

el problema no es mujeres vs hombres. la cuestion es porque submarinos de guerra, el ridiculo programa de los subs s80 de nuestra gloriosa marina suponen 6.000 m € sin contar mantenimiento y coste de tripulacion.creo que españa se proyectaria al exterior mejor por su cultura que en una vana exhibicion de juguetitos belicos.

Solo queria comentar la maravillosa aportacion del señor Hektor Uranga.. No creo q nadie en su sano juicio se meta en un submarino con ganas de quedarse embarazada. Existen los metodos anticonceptivos. Y ademas se pueden utilizar dentro y fuera de un submarino.
Por lo q respecta al comentario hipermachista sobre el sindrome premenstrual, debo reconocer q se trata de unos dias al mes. Pero al parecer su mujer debe soportar sus gilipolleces el mes completo. Igual a ella le encantaria meterse en un submarino para perderlo de vista un tiempo..

Biológicamente las mujeres tienen varias características que dificultan una permanencia enclaustrada de varios meses: la posibilidad de mantener viable un embarazo deseado es una de ellas. Y no me gustaría estar bajo las órdenes de un capitán con síndrome premenstrual en un submarino, en casa ya sufro esto cada mes!

La Armada española tiene unos pocos submarinos tácticos, mucho más pequeños que los nucleares americanos, y hay mujeres en sus tripulaciones desde hace años

A mi lo que me parece una tontería es porqué no se había hecho antes. Soy un hombre y opino que toda la sociedad, hombres y mujeres, blancos y negros, todos los colores de piel, todas las culturas, todo, ha de ser respetado. Somos diferentes, pero individualmente. Un hombre es tan diferente a otro hombre como a una mujer, y a la vez son iguales. Y es en esa diferencia y en esa igualdad donde reside la humanidad. Si todos fueramos iguales, no existirían los sentimientos, la amistad y el respeto nunca hubieran llegado a ser lo geniales que son ahora. Menos en algunos casos, como que muchas veces a la mujer no se la respeta.

Espero que este humilde comentario sirva de algo.

Bueno, Jordi,
Yo soy mujer y puedo estar callada muchos días, incluso años ..
Depende del carácter
Yo no me metería en un submarino
nunca
A la pregunta de David: ¿Se debería permitir a las mujeres tomar parte en operaciones de combate?
Yo creo que sí
Si están preparadas
Por que nó?
Un saludo

Lo que este artículo quiere decir y lo deja bien claro es que el verdadero motivo de esos marineros no querer mujeres es porque son maricas y temen la competición. O sea, un artículo tendencioso y claramente feminista, y que por lo tanto no merece más ser comentado.

Yo creo que el principal motivo por el que una mujer puede dar problemas en un submarino es porque como se ha mencionado en el artículo, al servicio en los submarinos se le llama el servicio silencioso. Esto es debido a que en el mar el sonido puede ser captado por submarinos enemigos a gran distancia y dentro de los submarinos los marineros han de estar callados y sin hacer ruido durante muchas horas. Y claro, que una mujer este callada durante varias horas es casi imposible. Por lo demás, las mujeres podrían cumplir con el resto de obligaciones igual o mejor que un hombre.

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Sobre el autor

es corresponsal del diario El País en Washington. En Estados Unidos ha cubierto asuntos como las elecciones presidenciales de 2008, el ascenso del movimiento del Tea Party o la guerra de Afganistán. Llegó a Washington en 2006, con una beca Fulbright para periodistas, a través de la cual se especializó en relaciones internacionales, conflictos armados y políticas antiterroristas.

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