David Alandete

Sobre el autor

es corresponsal del diario El País en Washington. En Estados Unidos ha cubierto asuntos como las elecciones presidenciales de 2008, el ascenso del movimiento del Tea Party o la guerra de Afganistán. Llegó a Washington en 2006, con una beca Fulbright para periodistas, a través de la cual se especializó en relaciones internacionales, conflictos armados y políticas antiterroristas.

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Una base flotante para los SEALS

Por: | 30 de enero de 2012

Es una reliquia y, a estas horas, debería estar ya de camino al cementerio. Pero en las actuales condiciones económicas, en las que el Pentágono quiere ahorrar 487.000 millones de dólares en la próxima década, el USS Ponce, un buque de ataque anfibio armado en 1970, va a ser reconvertido en una base flotante al servicio del equipo de élite de los Navy SEALS, que ofrecerá seguridad en dos zonas ahora cruciales para Estados Unidos: el mar de Arabia y el este de África.


USS PonceEl USS Ponce en el mar de Arabia, en 2009 / U.S. NAVY, Kristopher Wilson


El Pentágono no hizo ningún anuncio formal, pero en este documento adjunto, de la sermana pasada, (una oferta de trabajo a subcontratas) da detalles de qué tipo de barco va a ser el USS Ponce cuando renazca de sus cenizas, dentro de unos cuatro meses. En concreto, detalla que el  Ponce pasará a formar parte del comando naval que se encarga, exclusivamente, del transporte de soldados para otras operaciones.

El USS Ponce se transfiere de la Marina al Comando de Proyección Marítima Militar (MSC, por sus siglas en inglés). El puente del USS Ponce fue diseñado para uso exclusivamente militar. Los barcos del MSC los operan civiles.

La presencia de un barco de asalto anfibio (con capacidad de apoyar operaciones en alta mar y en tierra firme) en aguas del golfo Pérsico será un elemento a tener en cuenta por Irán, dadas sus recientes amenazas de cerrar el estrecho de Ormuz. Y su presencia en las costas del Cuerno de África servirá para contener las incursiones de piratas somalíes, con los que los SEALS han tenido ya varios encontronazos.

A bordo del Ponce habrá barcazas más pequeñas, empleadas para detectar minas; navíos de reconocimiento, y helicópteros para el uso de los SEALS. Habrá también drones, o aviones no tripulados, probablemente para un uso principalmente de reconocimiento, pero también para ataque con misiles Hellfire.

El Ponce será, en definitiva, el primer barco renacido dentro de la nueva estrategia oficial del Pentágono de depender menos de las tropas de infantería y más de las operaciones especiales y los aviones no tripulados. Será, más que un navío de transporte, una verdadera base flotante a bordo de la cual navegarán ya no marines, sino  integrantes del equipo de élite más temido del mundo, los SEALS, que en mayo de 2010 acabaron con Osama Bin Laden.

El Ponce, en activo desde los 70, ha vivido numerosos momentos de gloria. Fue uno de los dos primeros navíos en atravesar el canal de Suez en la misión de apoyo de EE UU a la OTAN en Libia. Sirvió para transportar soldados del Marine Corps en la invasión de Irak en 2003 y en la misión para imponer una zona de exclusión aérea sobre Bosnia y Herzegovina en 1993. En abril, su entonces comandante, Etta Jones, fue apartado de sus funciones y sancionado por haber evitado la investigación de varias novatadas entre el personal a su mando.

De proscrita a invitada de Obama

Por: | 27 de enero de 2012

Para darse cuenta de que los tiempos han cambiado en el Pentágono, basta con repasar la lista de invitados de la primera dama, Michelle Obama, al Capitolio, durante el discurso del estado de la Unión, el martes. En esa relación de nombres había asesores políticos, alcaldes y empresarios. Estaba hasta la secretaria del inversor multimillonario Warren Buffett. Y allí se encontraba también la analista de inteligencia de la Fuerza Aérea y coronel Ginger Wallace.

Coronel WallaceKathy Knopf condecora a la coronel Wallace / DEPARTAMENTO DE DEFENSA DE EE UU

Me sorprendió ver el nombre de una soldado de la que no había oido hablar nunca, que nada tiene que ver con la planificación estratégica en Afganistán, la retirada de Irak o el comando de Navy SEALS que aniquiló a Osama Bin Laden en mayo del año pasado. Pronto nos llegó el comunicado de la señora Obama, que explicaba lo siguiente:

Coronel Ginger Wallace, USAF, McLean, Virginia
 
La coronel Ginger Wallace es una oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea que ha manejado el transporte aéreo y las operaciones de inteligencia en operacionesS OUTHERN WATCH, PROVIDE RELIEF, UPHOLD DEMOCRACY, ALLIED FORCE, ENDURING FREEDOM e IRAQI FREEDOM.. Actualmente vive en McLean, Virginia con su pareja de más de una década, Kathy Knopf. En diciembre, la señora Knopf asistió a la ceremonia de promoción de la coronel Wallace y participó en la condecoración en rango de la coronel Wallace, lo que marca el primero de estos eventos reportados tras la derogación de la ley Don´t Ask Don´t Tell. La coronel Wallace se prepara actualmente para servir en Afganistán, en la primavera de 2012, a través del programa Aghanistan-Pakistan Hands.


Hasta la fecha, la coronel Wallace es la persona de mayor rango en salir del armario bajo la revocación de la ley que prohibía a los homosexuales servir abiertamente en el ejército. Está cuatro rangos por debajo de un general. Hasta diciembre era teniente coronel. Normalmente, en la ceremonia de ascenso de rango, los soldados eligen a un ser querido para que les aplique las insignias correspondientes en el uniforme. En este caso, para ascender al grado de coronel, Wallace eligió que fuera su novia quien le hiciera el honor. Hace sólo un año, aquello hubiera sido motivo de expulsión para ella. Hoy, los Obama la invitan al Capitolio en el discurso político más importante del año.

Wallace no quiso dejar pasar la oportunidad de enviar un mensaje a todos los adolescentes que han sido acosados por ser gais. Puso su historia como ejemplo de que las cosas mejoran con el tiempo. Ella y Knopf llevan juntas una década. Y hasta ahora han tenido que mantener su amor en secreto. Según dijo la coronel a través del Pentágono:

“Espero que lo ocurrio en la noche de ayer [17/01/2012] les de a los padres la oportunidad de enseñarles a sus hijos que las cosas se ponen mejor, y que de verdad mejoran. Aun hay muchas cosas por cambiar; aun no hemos llegado a ese punto, pero las cosas han mejorado algo. Cada día va a ser mejor que el anterior. Sólo debemos tener algo de paciencia”. 


No hay mayor sacrificio para un soldado que acudir a la guerra. En este caso, al único frente abierto, el afgano. A 13.000 soldados se les expulsó de filas en los 13 años en que aquella norma, que se revocó en septiembre, estuvo vigente. En Afganistán han muerto, desde 2001, 1.870 soldados. Allí acudirá la coronel Wallace un año.

Marissa GaetaMarissa Gaeta (izquierda) besa a su novia, Citlalic Snell, al desembarcar. / REUTERS

La revocación de la ley contra los gais ha tenido unos efectos inesperados en las cuatro ramas del ejército. El pasado mes de diciembre, la suboficial de segunda clase de la Marina Marissa Gaeta, de 22 años, dio, ante las cámaras, un beso a su novia, Citlalic Snell, nada más atracar en el puerto de Virginia Beach el barco USS Oak Hill, en el que había servido los últimos dos meses y medio, ofreciendo otra imagen icónica para la posteridad.

Secretos, mentiras y filtraciones

Por: | 25 de enero de 2012

J. Kiriakou
John Kiriakou / FOTO: AP, Jacquelyn Martin

Sigue implacable la guerra de Barack Obama y su Gobierno contra las filtraciones. El último en caer es John Kiriakou, exagente de la CIA, arrestado el lunes, acusado de filtrar detalles secretos sobre los interrogatorios de la agencia de inteligencia y otra información relativa a la guerra contra el terrorismo. Reveló, dicen los fiscales, los nombres de tres operativos secretos de la CIA a al menos tres periodistas en los pasados tres años. Pero no se equivoquen: Kiriakou no es un adalid de los derechos humanos. Fue un peón en una partida de ajedrez enrevesada y maldita, en la que un Gobierno, el de George W. Bush, le empleó para justificar el ahogamiento fingido.

Poca simpatía tiene ahora Kiriakou dentro de la CIA y fuera de ella, entre los círculos de activistas a favor de los derechos humanos. El exespía logró prominencia nacional en 2007, cuando concedió una entrevista al canal de televisión ABC en la que confirmó que la CIA había empleado el ahogamiento fingido (waterboarding) en su interrogatorio de Abu Zubaydah, en su día tercero en rango de Al Qaeda y detenido en la base naval de Guantánamo. Aquí pueden descargarse la transcripción de aquella entrevista, en un momento de la cual ocurrió este intercambio:

JOHN KIRIAKOU:
La Simulación de ahogamiento era una de las técnicas usadas.
PERIODISTA BRIAN ROSS:
Y fue utilizado con Zubaydah?
KIRIAKOU
Lo fue.
ROSS:
Y fue un éxito?
KIRIAKOU:
Lo fue.
ROSS:
¿Qué sucedió como resultado de ello?
KIRIAKOU:
Se resistió. Él fue capaz de resistir el agua... probablemente entre 30 y 35 segundos.

Kiriakou no era un ‘don nadie’ en la CIA. Había sido director de operaciones de contra-inteligencia en Pakistán y, como tal, uno de los captores y custodios de Zubaydah. El waterboarding es una técnica, prohibida por el Gobierno de Obama, que consiste en amenazar físicamente a un detenido con el ahogamiento. Se le ata de manos y pies, se le tapa la boca, y se vierte agua sobre su cara. Según algunos miembros de la Administración de Bush (piensen en Dick Cheney) era una mera forma de recabar información. Para Kiriakou, en su entrevista con ABC, era una forma polémica de salvar vidas.

ROSS:
¿Se comprometen así los principios americanos? ¿O pudo salvar vidas de ciudadanos de EE UU? ¿O ambos?
KIRIAKOU:
Creo que ambas cosas. Puede haber comprometido nuestros principios, al menos a corto plazo. Y creo que es bueno que estamos teniendo un debate acerca de esto.

Esa frase convirtió a Kiriakou en un instrumento perfecto para Bush et alii. El Gobierno dijo que la medida se usaba con moderación y que los propios agentes de la CIA admitían su efectividad. Aquello convirtió, es cierto, la tortura en algo debatible. Kiriakou, además, mintió. El waterboarding se había empleado sobre Zubaydah no una sino 83 veces. Y luego el FBI alegó que en ninguna de las 83, Zubaydah había revelado información relevante para la lucha antiterrorista. Si había dado información, la había dado por otros métodos, menos violentos.

Ap_photomanuel_balce_cenetaAhogamiento fingido frente ak Departamento de Justicia en 2007 / FOTO: AP, Manuel Balce Ceneta

Ahora la demanda del gobierno norteamericano alega que Kiriakou reveló el nombre de un compañero tres medios. Uno de ellos es The New York Times, que en 2008 publicó esta crónica en la que se revelaba el nombre de un interrogador:

En una prisión improvisada en el norte de Polonia, el ideólogo de los asesinatos en masa de Al Qaeda se enfrentó a su interrogador de la CIA. Fue 18 meses después de los ataques del 11-S y la invasión de Irak estaba dando a los extremistas musulmanes nuevos motivos para sembrar el caos. Si alguien sabía acerca de la trama terrorista, era Khalid Shaikh Mohammed. El interrogador, Deuce Martínez, era un analista de voz suave, que no hablaba árabe, y había rechazado una propuesta de la CIA para ser entrenado en el waterboarding. Prefirió ceder la inflicción de dolor y pánico a los demás, los más dados al estilo paramilitar...

También se le acusa a Kiriakou de revelar la identidad de otro agente secreto a un periodista no identificado. Los fiscales aseguran que ese periodista cedió el nombre a uno de los abogados que defiende a un detenido en Guantánamo. Fue el nombre de ese agente lo que llevó a la CIA a investigar. Tras dejar la agencia en 2004, Kiriakou trabajó brevemente como consultor para la agencia Deloitte y escribió un libro biográfico. Luego, como experto en el mundo islámico, asesoró  a guionistas y directores de cine en películas como Cometas en el cielo.

El FBI interrogó a Kiriakou la semana pasada. Él ha anunciado a través de su abogado que se declarará inocente. Dijo que no dio el nombre de Martínez al Times. Ese diario, por su parte, se ha negado a revelar su fuente. El exagente se enfrenta ahora a 30 años de cárcel. Su mujer, Heather, trabajaba también en la CIA, pero dejó su puesto esta semana.

24 civiles muertos y un culpable a medias

Por: | 23 de enero de 2012

La matanza de 24 civiles iraquíes en 2005 no es, para el Pentágono, un homicidio. Con esa argucia, los fiscales militares de Estados Unidos permitieron este lunes que el sargento del Marine Corps Frank Wuterich, de 31 años, se declarara culpable por negligencia en el deber por aquellas muertes, sin arriesgarse a una mayor condena que la de tres meses de encarcelamiento, rebaja de la paga y degradación al rango de soldado raso. Acaba así, sin más castigo, uno de los mayores abusos por parte de las tropas norteamericanas sobre la población civil iraquí.

E8eeb70d90b14e9e91ba1f529103e535-49b8538506abd902040f6a7067002b4aEl sargento Frank Wuterich llega al juzgado. FOTO: AP Photo/Gregory Bull

El 19 de marzo de 2005, un destacamento del Tercer Batallón del Primer Regimiento de Marines se dirigía hacia la localidad de Haditha, donde tenía la misión de servir de apoyo en la protección de una presa. Un grupo de insurgentes colocó una bomba en el asfalto, que explotó al paso de un vehículo acorazado Humvee. El conductor, el soldado de primera clase Miguel Terrazas, murió en el acto. Quedaron heridos de gravedad los soldados James Crossan y Salvador Guzman.

Queda ahora demostrado, dada la asunción de culpabilidad del sargento Wuterich, que éste entró en ira al presenciar el ataque y dio órdenes de matar a los iraquíes. “El sargento Wuterich aceptó su responsabilidad”, dijo el teniente coronel Joe Koppel, portavoz del cuerpo de Marines. “Ha admitido que dio la orden verbal de disparar primero y hacer las preguntas después, o de no titubear a la hora de disparar... Esas instrucciones verbales causaron que sus Marines no hicieran las identificaciones positivas necesarias en las residencias”.

HadithaCuerpos de víctimas civiles en Haditha / Foto no datada del Marine Corps

Wuterich, tras el ataque insurgente, ordenó a sus hombres que sacaran de un vehículo a un taxista y a cuatro adolescentes y los ajusticiaran en plena calle. Luego, los marines abrieron fuego con sus rifles y lanzaron granadas contra unas residencias adjuntas, en las que aniquilaron a otros 19 civiles. Entre las víctimas había 10 mujeres y niños. A muchos de ellos los mataron con disparos en la cabeza.

Inmediatamente, y según ha quedado patente en las investigaciones, los marines implicados trataron de encubrir sus acciones alegando que un grupo de insurgentes había abierto fuego contra ellos. Un comunicado de prensa enviado desde Camp Blue Diamond en Ramadi, aseguraba:

Un soldado del Marine Corps de EE UU y 15 civiles perdieron la vida ayer por la explosión de una bomba en una carretera en Haditha. Inmediatamente después de la explosión, hombres armados atacaron el convoy con armas de fuego. Soldados del ejército iraquí y los marines respondieron a los disparos, matando a ocho insurgentes e hiriendo a otro.

Aquel recuento de hechos resultó ser falso. A los médicos que recibieron los cuerpos de los civiles muertos, los marines les dijeron que habían muerto por la metralla de la explosicón del vehículo Humvee. El alcalde de Haditha fue a protestar en persona al puesto del Marines Corps cercano a la presa que estaba defendiendo. El activista local Thaer Thabet al-Hadithi grabó imágenes de los cadáveres, que demostraban que muchos habían muerto por ejecuciones sumarias. Aquello propició diversas investigaciones periodísticas, entre ellas la que destapó el caso, a cargo de la revista Time.

Finalmente, de los ocho hombres investigados, siete quedaron exonerados, muchos de ellos a cambio de testificar en el propio juicio. El sargento Wuterich se declaró inocente de homicidio cuando comenzó su consejo de guerra, en enero. Finalmente accedió a autoinculparse el lunes cuando se rebajaron los cargos en su contra. Según dijo el abogado civil de Wuterich, Neal Puckett:

“Nadie niega que las consecuencias del 19 de noviembre de 2005 fueron trágicas, y menos que nadie el sargento Frank Wuterich... Pero la realidad de los hechos es que él ha sido ahora exonerado de los cargos por homicidio presentados contra él por el gobierno y los medios. Durante seis años, ha visto cómo su nombre se arrastraba por el barro. Hoy, esperamos, comienza su redención”.

Precisamente los actos de Wuterich y los demás hombres, que ahora muchos críticos consideran que han quedado impunes, fueron uno de los motivos por los que el gobierno de Irak se negó a otorgar inmunidad a los soldados norteamericanos que pudieran quedar en aquel país tras el final de la guerra. En un principio, Barack Obama había intentado que entre  3.000 y 5.000 soldados quedaran en Irak tras el repliegue de diciembre. Finalmente, el presidente ordenó un repliegue total y absoluto.

Los talibanes claman victoria

Por: | 18 de enero de 2012

Entre tantos enemigos capturados por EE UU hay uno que sigue huido desde los aciagos días de septiembre de 2001. Se trata del Mulá Omar, líder talibán, que, sin que nadie se diera cuenta, ha tenido un momento George W. Bush y ha proclamado la victoria de los insurgentes sobre el enemigo norteamericano, sin esperar ni siquiera a que acabe la guerra. Lo ha hecho en la página web oficial del grupo, con el inglés roto al que nos tienen acostumbrados los talibanes.

“Hoy, en algún lugar del mundo, el nombre del Emirato Islámico queda tallado y una bandera con ‘Kalma tayyebaa’ (la palabra sagrada de testimonio de credo) ondea en lo alto; es en realidad la proclamación formal del éxito de la resistencia contra la incursión.”

Para los talibanes, refugiados en su mayoría en Pakistán, uno de los mayores indicadores de éxito es la próxima apertura de una oficina política en Catar. EE UU ha dado su consentimiento para ello, después de más de tres meses de conversaciones secretas. Lo contempla como una opción necesaria para ponerle fin a una guerra que ya dura diez años. Como ya comprobaron los soviéticos, la resistencia afgana es dura de roer. La única salida para EE UU parece ser la negociación, después de tantos muertos. 

Mulá OmarEl Mulá Omar / FOTO: AFP

Para sentarse a la mesa de negociación, los talibanes han impuesto una condición: que EE UU libere a presos afganos de Guantánamo. En el centro de detención de la base naval en Cuba hay dos tipos de detenidos: los de alto valor para EE UU, como Khlaed Sheikh Mohammed, ideólogo de los ataques del 11-S, o Abd al-Rahim al-Nashiri, que perpetró el atentado contra el USS Cole en Yemen, y los de escaso valor, la gran mayoría de los 169 detenidos, que en realidad aguardan ser transferidos a otros países. Son a estos últimos a los que Washington podría transferir a Afganistán.

El asunto es veneno político en plena campaña de primarias. Mitt Romney, líder en el campo republicano, y uno de los candidatos más moderados, criticó duramente a la Casa Blanca por ello en el debate celebrado en Carolina del Sur el pasado lunes:

“El camino adecuado para América no es reconocer a los talibanes mientras los talibanes matan a nuestros soldados… El camino adecuado es reconocer que son el enemigo de EE UU. El propio vicepresidente dijo que eran enemigos de EE UU. Y ahora el presidente se equivoca. Son el enemigo”.

La referencia a Joe Biden obedece a que, en periodo navideño, y casi como pasando de puntillas sobre el asunto, el vicepresidente dijo en una entrevista a Newsweek que los talibanes no son el enemigo de Washington. Parece que Biden cambiara toda una década de postura oficial de la Casa Blanca. Al fin y al cabo, la guerra de Afganistán se inició para apartar a los talibanes del poder. Pero Biden se refería específicamente al gobierno de Barack Obama:

“Es algo crítico. No hay un solo comunicado que haya hecho el presidente en ninguna de nuestras afirmaciones políticas que diga que los talibanes son nuestros enemigos porque amenazan los intereses de EE UU.”

George W. BushBush a bordo del USS Lincoln proclamando victoria en Irak en 2003 / FOTO: REUTERS


Olvidaba Biden el célebre discurso de Bush del siete de octubre de 2001, en el que anunciaba el inicio formal de los ataques contra los talibanes en Afganistán:

“EE UU es un amigo del pueblo afgano, y nosotros somos los amigos de los casi mil millones de personas de todo el mundo que practican la fe islámica. EE UU es un enemigo de aquellos que ayudan a los terroristas y de los criminales bárbaros que profanan una gran religión al cometer asesinatos en su nombre”.

Pero claro, desde entonces han pasado 10 años. Han muerto 1.850 soldados de EE UU en aquel frente de batalla. El gobierno de Hamid Karzai, apoyado por Washington, carece de la aceptación mayoritaria en el país. Los talibanes han convertido Kabul, la capital, en un objetivo prioritario de sus ataques. Los talibanes siguen siendo fuertes en la zona fronteriza de Pakistán. Ante semejante panorama, los propios talibanes se han apresurado a proclamar victoria. Y eso sí que es algo que la Casa Blanca no esperaba. 

Defendiendo lo indefendible

Por: | 16 de enero de 2012

REUTERSImagen del vídeo en el que unos soldados orinan sobre cadáveres de talibanes. / REUTERS

A tiempos desesperados, medidas desesperadas. Debía ser Rick Perry, candidato republicano en horas bajas, falto de atención, y en su tiempo capitán en la Fuerza Aérea, quien saliera a defender a los cuatro marines a los que la semana pasada se vio orinando sobre cadáveres afganos. Los cuatro soldados han sido ya identificados y hay dos investigaciones en marcha, a cargo de la Marina y del cuerpo de infantería del Marine Corps. Ayer domingo, en el programa State of the Union, de CNN, Perry dijo:

"Lo que es realmente preocupante para mí es la retórica de la cúpula de este gobierno y su desdén por los militares, algo que parece que hacen la Secretaria de Estado y el Secretario de Defensa. Es decir, estos chavales han cometido un error. No hay ninguna duda al respecto. No deberían haberlo hecho. Es algo malo. Pero llamarle acto criminal, creo, es una exageración".

Perry no va por libre. Le apoya una buena parte de la plana mayor ultraconservadora de EE UU, de forma más o menos callada. Bill Kristol, fundador y editor del Weekly Standard, pope para la derecha ideológica, habló recientemente en el canal Fox News sobre el asunto. Calificó la reacción del gobierno sobre el asunto de...

"...exagerada. Quiero decir, mojigata. Una postura totalmente hipócrita de la secretaria de Estado y del secretario de Defensa, ocasionada porque cuatro soldados alistados del Cuerpo de Marines hicieron algo que no deberían haber hecho y por lo que los que van a ser castigados. Probablemente deberían recibir un castigo no judicial en el campo de batalla. Y en su lugar, tienen que armar un gran escándalo para demostrar que deploran todo esto".

Pero lo cierto, según me han comentado algunos oficiales del Pentágono que están analizando el asunto, la imagen de esos marines orinando sobre afganos no es sólo perjudicial en el plano propagandístico o ideológico. Es un gravísimo riesgo para las tropas, porque puede suponer una grieta en la disciplina de las secciones militares, que puede desembocar en abusos y crímenes de guerra. Si el líder de una sección se salta las normas y permite que sus hombres cometan un acto semejante, esa falta de orden se puede propagar con rapidez en la cadena de mando. 

APUn soldado estadounidense ante un preso iraquí, en la prisión de Abu Ghraib. / AP


Puede que lo que esas imágenes muestran no sea equiparable a escándalos como los de la cárcel de Abu Ghraib, en Irak. En aquella instancia, las instantáneas eran pruebas de que en aquel centro de detención había habido una flagrante tortura y que se había abusado de iraquíes a los que protegían los Convenios de Ginebra. En el caso de ahora, las circunstancias de la muerte de los afganos están menos claras, pero todo parece apuntar hacia el hecho de que murieron en una misión de combate y luego los soldados desacraron sus cadáveres.

Si se confirma que ocurrió de ese modo, ese acto supone una violación de los Convenios de Ginebra, que en su artículo 3 aseguran: 

"Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, heridas, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o las creencias, el sexo, el lugar de nacimiento o cualquier otro criterio análogo. A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba mencionadas... los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes".

Y no sólo violan esos Convenios. Suponen una ruptura del Código Penal del Ejército de EE UU, que prohíbe “cualquier conducta cuya naturaleza suponga desacreditar a las fuerzas armadas”. Dice el artículo 134 de ese código:  

"...todos los desórdenes y negligencias en perjuicio del buen orden y disciplina en las fuerzas armadas, toda conducta cuya naturaleza suponga desacreditar a las fuerzas armadas, y los crímenes y delitos no capitales, de los cuales las personas sujetas a este capítulo puedan ser culpables, se comunicarán a un general, se presentarán a un consejo de guerra sumario o especial, de acuerdo con la naturaleza y el grado del delito, y serán sancionados según el criterio de ese tribunal".

Es decir, en contra de lo que opinen Perry y aquellos que le apoyan en estas elecciones, esos cuatro soldados, así como el quinto que les grabó, deben someterse ahora a un consejo de guerra. En ese sentido, hay poco en las reacciones del Gobierno que haya sido exagerado. Los marines cometieron un delito, y ahora deben pagar por ello.

Cónsul non grata

Por: | 13 de enero de 2012

En el complejo juego de estrategia que juegan Venezuela, Cuba e Irán contra EE UU, un peón ha caído. El fin de semana pasado, el Departamento de Estado aquí en Washington anunció que había expulsado a la cónsul venezolana en Miami, Livia Acosta, que llevaba en el puesto desde marzo de 2011, por haber conspirado junto a Irán para ejecutar ciberataques contra EE UU.

El domingo se le envió una misiva en la que se le notificaba su expulsión, alegando que era ‘persona non grata’. Se le daban 72 horas como plazo para abandonar el país. Hugo Chávez dijo públicamente que la cónsul se había marchado en diciembre, porque consideraba que estaba en peligro. Acosta, sin embargo, se marchó después de lo anunciado por el presidente venezolano, según confirmaron recientemente fuentes del gobierno de EE UU.

Livia Acosta(Livia Acosta / FOTO: AP)

Fue la cadena Univisión la que descubrió los negociados de Acosta con Irán, cuando trabajaba como agregada cultural para la embajada venezolana en México. La cadena en español, radicada en Miami, emitió un reportaje el pasado mes de diciembre en el que quedaba al descubierto una conspiración para atacar informáticamente a EE UU. Acosta contactó con Juan Carlos Muñoz, un mexicano experto en informática que grabó las conversaciones para dejar al descubierto la trama.  Acosta pedía información sobre los servidores informáticos de plantas nucleares en EE UU.

- Muñoz: …Se les dieron las ubicaciones de todas y cada una de las plantas nucleares en Estados Unidos.

- Acosta: Ah mira, eso está bueno.

- Muñoz: Y no solamente eso sino las claves, falta una sección.

- Acosta: Pues eso también deberías dármelo a mí. 

- Muñoz: Si, si, no, si, si, si.

- Acosta: Pa' mandárselo al presidente, el jefe de defensa pues de seguridad del presidente es mi amigo. Y está allí con el presidente y anda con el presidente para arriba y para abajo.

- Muñoz: Y quién es?

- Acosta: Se llama Alexis López

- Acosta: Es un general.

Untitled(Imágen de Acosta del documental La Amenaza iraní, de Univisión)

Muñoz explicó a Univisión que la idea de un ataque cibernético emanó de la embajada de Cuba y que de ahí se propagó por las de Irán y Venezuela. El FBI inició inmediatamente una investigación. Del Capitolio comenzaron a emanar peticiones de expulsión contra Acosta, procedentes tanto de la Cámara de Representantes como del Senado. Los representantes David Rivera, Ileana Ros-Lehtinen Mario Diaz-Balart y Albio Sires enviaron una carta a la secretaria de Estado Hillary Clinton en la que le decían:

“Recientemente se nos ha informado que la Señora [Acosta], quien ha sido asignada a la cónsul de Venezuela en Miami desde marzo de 2011, ha sido vinculada con un posible ataque cibernético en los Estados Unidos que involucró afiliados de los regímenes de Irán, Cuba y Venezuela… De comprobarse, estas acciones demuestran la disposición de Livia Antonieta de minar los intereses de los Estados Unidos y la amenaza potencial que representan sus actividades a nuestra seguridad nacional.  Con esto en mente, le pedimos respetuosamente al Departamento de Estado que investigue estas acusaciones, y si son comprobadas, declararla una persona non grada [sic] y requerirle su salida inmediata de los Estados Unidos”.

Fechada el nueve de diciembre, la carta tuvo su efecto. Clinton decidió ordenar la expulsión un mes después. Su portavoz, Victoria Nuland, nos dijo a los periodistas en el Departamento de Estado el pasado nueve de enero:

“El Departamento de Estado le informó a la Embajada de Venezuela el 6 de enero que, de conformidad con el artículo 23 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, el Departamento declaraba la Sra. Livia Acosta Noguera, la cónsul general de Venezuela en Miami, como persona non grata. Como tal, le pedimos el 10 de enero que abandonara el país. No se sorprendan si desde esta tribuna no comento sobre los elementos específicos que llevaron a esa petición, pero les diré que no nos tomamos a la ligera las declaraciones de persona non grata”.

Pronto, Chávez contraatacó. En una comparecencia junto a Mahmoud Ahmadinejad, el presidente iraní, que está de visita en Venezuela, criticó duramente a EE UU y calificó la medida de atropello e injusticia. Definió a Acosta como una "muy digna profesional, agredida, vilipendiada, satanizada, por esos grupos extremistas de allá en Estados Unidos y ahora por el Gobierno del presidente Obama". Y anunció que "ella se encargará de seguir trabajando para la política exterior como lo ha hecho durante muchos años. Una muy digna profesional, agredida, vilipendiada, satanizada".

Chávez dijo también, sobre Acosta: "Ya sabíamos que eso iba ocurrir. Así que ella, para evitarle situaciones hasta peligrosas, estaba aquí en Caracas desde diciembre". Este miércoles, sin embargo, fuentes del Departamento de Estado revelaron que Acosta había estado en EE UU hasta principios de esta semana, y que había cumplido los plazos de la expulsión marcados por Washington, de 72 horas. No se había marchado, por lo tanto, cuando Chávez había dicho. 

EE UU reinicia sus ataques con drones

Por: | 11 de enero de 2012

Hoy, que Guantánamo cumple 10 años, otra noticia, dentro de la misma guerra contra el terrorismo, puede pasar desapercibida: el primer ataque con drones en Pakistán del año 2012. No sería una noticia especialmente importante, más bien algo rutinario, si no fuera porque a mediados de noviembre el Pentágono y la CIA decidieron no lanzar temporalmente uno solo de esos pequeños aviones no tripulados. Así lo decidieron por las grandes fricciones con el gobierno de Islamabad, provocadas por un ataque de la OTAN a un puesto fronterizo, en el que murieron 24 soldados paquistaníes.

Reaper
(Un drone MQ-9 Reaper en Afganistán / FOTO: Air Force)

El ataque, con misiles, se produjo este mismo miércoles en la localidad de Miranshah, en la provincia paquistaní de Waziristán del Norte, según confirmaron fuentes del Pentágono. Murieron cuatro supuestos militantes islamistas, de quienes no se ha facilitado los nombres. El parón de casi dos meses les ha permitido reagruparse a numerosos insurgentes de los Talibán y Al Qaeda, que residen en las zonas fronterizas de Pakistán, desde las que planifican ataques contra los soldados norteamericanos en Afganistán.

El ataque de soldados norteamericanos contra un puesto militar paquistaní, ocurrido el 26 de noviembre, rompió la incómoda y frágil alianza que Washington e Islamabad habían sellado en las postrimerías de los ataques del 11-S. Pakistán acusó a EE UU de no haber operado con la suficiente prudencia, y de no haber avisado a los mandos militares en Islamabad antes de iniciar el mortal ataque. EE UU respondió que sus soldados, acompañados de tropas afganas, habían sido disparados por los soldados paquistaníes previamente.

Pakistán (o más bien la cúpula militar de Pakistán, que es quien maneja los hilos) decidió tomar las represalias que estaban a su alcance: cerró las rutas de abastecimiento del Pentágono, que conectaban el puerto de Karachi con Kandahar y Kabul (destacas en el mapa, abajo), y ordenó a la CIA y al Pentágono que desalojaran con presteza una base militar en la provincia de Baluquistán, desde la que efectuaban los lanzamientos de drones. Momentáneamente desarmado, EE UU tuvo que reorganizarse.

NATO
(Rutas de abastecimiento de la OTAN a Afganistán. MAPA: Arun Reginald based on the Pakistan location map created by User:NordNordWest.)

Hoy está en pleno funcionamiento de nuevo. Los drones siguen despegando de una base norteamericana en Khost, en Afganistán. Ahora, a diferencia de hace dos meses, EE UU no debe avisar a sus homólogos paquistaníes. Simplemente, ataca cuando considera que tiene posibilidades de aniquilar a insurgentes. Al fin y al cabo, no siempre ha avisado previamente de sus operaciones. El caso más representativo es el de la captura y muerte de Osama bin Laden en Abottabad, en mayo, a manos de los Navy SEALS. Los paquistaníes se enteraron después de que los soldados estuvieran ya de regreso a Afganistán, con el cadáver del terrorista a bordo de un helicóptero.

El Centro de Control de Conflictos [CDC, por sus siglas en inglés], un ‘think tank’ radicado en Pakistán que sigue de cerca los ataques con drones en aquel país desde el año 2004, asegura que en 2011 hubo 75 operaciones de ese tipo, en las que murieron 609 personas. Fue un descenso considerable respecto a 2010, que fue el año más mortal (Entonces hubo 132 ataques, con 938 fallecidos). CDC ofrece una perspectiva distinta a la de otras organizaciones, radicadas en Washington, ya que recaba información de Pakistán, y no del Pentágono. Según sus análisis, las campañas de drones sólo eliminaron en 2011 a cuatro comandantes de Al Qaeda. El resto eran, asegura, insurgentes de menor rango o civiles.

Peligran las innovaciones del Pentágono

Por: | 09 de enero de 2012

Llevamos semanas oyendo al Pentágono y a la Casa Blanca hablar de recortes, recortes y más recortes militares. Barack Obama ha anunciado una reducción del número de tropas para crear unas fuerzas armadas más pequeñas y ágiles. Pero lo cierto es que esos recortes, de 450.000 millones de dólares (347.000 millones de euros) en la próxima década, afectarán a algo más que las tropas. Si el Departamento de Defensa sigue la tendencia de austeridad marcada por el Congreso, pronto decrecerán sus inversiones en investigación y desarrollo, que muchos beneficios han dado no sólo a EE UU, sino a todo el mundo.

Pentágono(Ordenador del Laboratorio de Investigación Balística del Ejército 1978 / FOTO: Ejército)


Efectivamente, el Pentágono no sólo hace la guerra. De hecho, aunque pueda parecer arriesgado expresarlo así, usted no podría estar leyendo este texto, a través de Internet, si no fuera por el Pentágono. Su Agencia para los Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) creó la primera red de intercambio paquetes informáticos, todo un precedente de Internet. En 1969 se instaló el primer Procesador de Interfaz de Mensajes en la Universidad de California en Los Ángeles. Pronto se le añadirían otros, en Stanford, Santa Barbara y Utah. 

Eran ordenadores conectados, que compartían información en la distancia. Aquella red, bautizada como ARPANET, inició un modelo de comunicaciones que seguirían otros investigadores. Uno de los empleados de DARPA era J. R. C. Licklider, un ingeniero informático al que se considera uno de los padres de la Red. Según se cuenta en el libro Where wizards stay up late, de Matthew Lyon y Katie Hafner (una historia imprescindible de los orígenes de la Red en el Petágono):

Licklider era más que un entusiasta de los ordenadores. Durante varios años había sopesado una opción radical y visionaria: que las computadoras no fueran sólo máquinas de cálculo. Las computadoras tenían el potencial de actuar como extensiones de todo el ser humano, como máquinas que pueden ampliar el rango de la inteligencia humana y expandir el alcance de nuestros poderes analíticos. 

Tras Internet, DARPA ha financiado numerosos proyectos innovadores, todos ideados con una idea en la mente: defender a EE UU. Uno de los más recientes es la creación del ‘colibrí’, un robot aéreo del tamaño de un puño, que transmite imágenes de vídeo y abre numerosas opciones para el espionaje. DARPA ha sido, además, una agencia pionera en la investigación de todo tipo de aviones no tripulados, muchos de los cuales -sobre todo los modelos Reaper y Predator- se emplean ahora para el lanzamiento de misiles contra operativos de Al Qaeda. 

El Colibrí(Imagen del prototipo del 'colibrí' / FOTO: DARPA)


En realidad, un 12% del presupuesto del Pentágono va destinado a la investigación y desarrollo. Son, de acuerdo con las cifras más recientes, unos 63.000 millones de euros al año. Es más de la mitad de toda la investigación y desarrollo del país. DARPA funciona con un presupuesto de unos 2.200 millones de euros anuales, de los que el Senado ha propuesto recortar, de forma inicial, 120 millones, un 5%. Y eso es sólo una propuesta inicial.

DARPA no es la única agencia de investigación en las fuerzas armadas norteamericanas. El complejo científico-militar de EE UU, radicado en Viginia, en las afueras de Washington, es gigantesco. Consta de agencias públicas y de subcontratas de todo tipo. La Oficina de Investigación Naval, abierta en 1946, cuenta en su haber 59 Premios Nobel. Como destacaba recientemente el diario The New York Times, entre ellos se encuentra Charles H. Townes, pionero en la investigación con el uso de láseres, que abrió el camino para la invención del compact disc y de la cirugía de corrección ocular, entre otros avances.

Los recortes que están en marcha supondrán una reducción de los fondos del Pentágono del 17% en el año próximo. Si el Congreso no llega a un acuerdo en los próximos meses, los recortes de 450.000 millones se doblarán en la próxima década. Ayer, domingo, el Secretario de Defensa advertía contra ello: “En esta crisis, tenemos la oportunidad de terminar con las viejas formas de hacer negocios y construir unas fuerzas armadas modernas para el siglo XXI, que puedan ganar las guerras de hoy y enfrentarse con éxito a cualquier enemigo, y responder a cualquier amenaza y cualquier desafío del futuro”. Para eso, el Pentágono sigue necesitando la investigación y el desarrollo.

Heridas que la guerra deja abiertas

Por: | 05 de enero de 2012

Y ahora que la guerra de Irak ha acabado, aquí en Estados Unidos hay que curar las heridas que deja abiertas. Esas heridas no son siempre físicas. Las secuelas mentales son muy comunes. Y hemos tenido prueba de ello muy recientemente. El pasado fin de semana el exsoldado Benjamin Colton Barnes, de 24 años, veterano de Irak, se convirtió en un fugitivo. Después de abrir fuego contra unos conocidos en una fiesta de Nochevieja, hiriendo a dos de ellos gravemente, huyó al bosque y mató a una guardabosques. La difícil transición a la vida civil se le hizo imposible a Barnes, que acabó muerto, congelado, junto a un arroyo, una víctima de la guerra a miles de kilómetros del frente de batalla.

Benjamin Colton Barnes(Foto facilitada por la policía y difundida por AP)

Según diversos documentos presentados ante el juzgado por su exmujer para solicitar la custodia de su hija, Barnes sufría Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), y había tenido un complicado regreso a casa después de servir en Irak. La madre llegó a pedir una orden de alejamiento, aduciendo que su exmarido presentaba cambios súbitos de estado de ánimo, parecía deprimido y se irritaba con facilidad. Todos son síntomas asociados al TEPT. Barnes, además, guardaba en su casa un arsenal de armas. Durante su búsqueda, la policía facilitó fotos como la de arriba, en las que se ve a Barnes posando con su armamento.

Barnes trabajó como soldado para el Ejército de Tierra en la base Lewis-McChord de Tacoma hasta noviembre de 2009. Previamente había servido durante dos años y siete meses en Irak, especializándose en comunicaciones. Fue expulsado del Ejército después de haber sido detenido por conducir borracho mientras estaba en activo. Su salida de las fuerzas armadas no fue fácil. Acabó perdiendo, también, a su familia. A su mujer llegó a mandarle un mensaje de texto en el que le decía: “quiero morir”.

Finalmente, murió. Después de su escapada violenta huyó al parque de Mount Rainier, en Washington, donde desapareció. Fue encontrado horas después por la policía, muerto por congelación, junto a un arroyo. Llevaba sólo una camiseta y unos vaqueros, en una temperatura de menos de cero grados centígrados.

FBI(Un equipo del FBI carga el cuerpo de Barnes / FOTO: Sheriff Cdo. de Pierce)

El TEPT ocurre por la experiencia de lo que se conoce como un trauma, un choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente. Según datos del Pentágono, un 60% de hombres y un 50% de mujeres experimentan un trauma de ese tipo en sus vidas.  En general, entre un 7 y un 8% de la población desarrollará TEPT a lo largo de sus vidas.  Las mujeres son más propensas a padecer ese trastorno.

En combate, puede ser la muerte de un compañero o una emboscada, la misma experiencia del combate en primera línea de fuego. Las circunstancias de la guerra aumentan las cifras de TEPT entre los veteranos de guerra. Entre un 11y un 20% de los soldados que han regresado de las guerras de Irak y Afganistán presentan ese trastorno.

La naturaleza de la guerra, sin embargo, ha cambiado considerablemente. Según los estudios médicos, un 30% de los soldados que pasó por Vietnam sufrió TEPT. Aquella fue una guerra de emboscadas, de ataques sangrientos, de grandes bajas. Según el Gobierno norteamericano, 58.000 soldados de EE UU murieron en Vietnam. Es una cifra enorme, comparada con los 4.747 fallecidos en Irak. La nueva guerra se libra con aviones no tripulados, con estrategias contrainsurgentes, con muchas operaciones especiales y poca infantería o cuerpo a cuerpo.

El País

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