En las elecciones presidenciales de este año hay, para los hombres y mujeres de uniforme, una anomalía: por vez primera desde 1948, ninguno de los cuatro aspirantes a la presidencia o la vicepresidencia ha servido en las fuerzas armadas. Tal vez eso explique por qué las solicitudes de voto por correo por parte de los soldados han caído un 70% con respecto a los comicios de 2008, según un estudio de la agrupación Military Vote Protection Project.
Puede que hace cuatro años la participación fuera excepcionalmente alta porque John McCain, el candidato republicano, era un veterano de la Armada, y un héroe de guerra capturado por el enemigo en Vietnam. O puede que fuera por la formidable fuerza de la campaña de Barack Obama y su promesa de acabar dignamente las guerras de Irak y Afganistán bajo su mandato.
La realidad, seguramente, estará entre ambas opciones. Lo cierto es que el voto militar tiene a favorecer a los republicanos, pero en 2008 las comunidades que albergan bases militares vieron un notable incremento en el apoyo a los demócratas. A tenor del descenso en solicitudes de voto por correo, puede que los soldados hayan perdido la pasión por el presidente o vean con desánimo cómo no habrá en lo más alto del Gobierno nadie que haya lucido un uniforme.
Dos de los Estados que más han visto caer esas solicitudes de voto militar por correo son Virginia y Ohio. Ambos son cruciales en estas elecciones, y en ellos están haciendo campaña de forma frenética los dos candidatos. Las cifras son elocuentes: en Virginia las peticiones han caído de 42.000 a 12.000. En Ohio, de 32.000 a 9.700, según las cifras del informe de Military Vote Protection Project.
Ha habido caídas también pronunciadas, pero no tan graves, en Carolina del Norte, Alabama y Florida. Legisladores como el senador republicano por Tejas John Cornyn han acusado a los líderes civiles del Pentágono de “falta de cumplimiento con la ley, al no asegurarse de que los uniformados y sus familias pueden ejercer uno de los derechos más básicos, por el que se sacrifican a diario”. Hay de servicio en Afganistán 68.000 soldados. Pueden votar por correo porque en las bases hay postas de correos.
Foto: Una soldado muestra el sobre de voto por correo en las elecciones de 2008. (U.S. Army photo by Staff Sgt. Lynette Hoke)