David Alandete

El general se queda solo

Por: | 21 de noviembre de 2012

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El general John Allen ha vuelto a Afganistán. Se hallaba aquí en Washington, donde esperaba superar una rápida confirmación en el puesto de jefe de las tropas norteamericanas en Europa y jefe militar de la OTAN. Iba a ser su retiro dorado, siguiendo el camino de otros condecorados generales, como Ike Eisenhower, John Shalikashvili y Wesley Clark. Ahora Allen vuelve a Afganistán con su honor en duda y su destino en el aire.

Debe ser un mal trago para un hombre extremadamente popular entre sus tropas. Es el único marine en llegar a lo más alto en la misión bélica en Afganistán. Su estilo es duro. Su carácter, áspero. Al fin y al cabo, es un marine. Cuando en 2011 unos insurgentes lograron atacar la zona verde, un fortín diplomático en Kabul, acudió a la zona, ataviado con un chaleco antibalas, para supervisar en persona la misión.

Se paseó entre las barricadas. “Hey, talibanes, ¿acaso vuestro comandante hace eso?”, preguntó la oficina de comunicaciones de la misión de la OTAN en Afganistán a través de la red social de Twitter. Las tropas estaban orgullosas de tener a un tipo tan duro como Allen de comandante.

Ahora el general pasará la festividad de Acción de Gracias, una de las más familiares de EE UU, con sus tropas en las frías laderas de Kabul. En la capital norteamericana quedan su mujer, Kathy, con la que tiene dos hijas ya mayores, Betty, que es maestra, y Bobbie, que es cantante. La promoción a Europa ha quedado en el aire. Y pronto tomará el relevo en su puesto en Afganistán el también marine Joseph Dunford.

Acosado, agotado, Allen ve que le quitan el puesto, y que no hay una vía de futuro clara. Iba ganando en Afganistán pero acaba de perder, por lo que parece, en casa.

Aunque al general le ha defendido el mismísimo secretario de Defensa, Leon Panetta, quedan en manos de los investigadores del Pentágono hasta 30.000 páginas de correos electrónicos -muchos de ellos duplicados- que se envió con un ama de casa de Florida, Jill Kelley. No hay evidencias de culpa del general en nada, pero aun planea sobre el caso una onerosa duda. De momento, su mujer le ha mandado a Afganistán a pasar Acción de Gracias con sus soldados.

FOTO: Mass Communication Specialist 1st Class Chad J. McNeeley/Released.

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El general John Allen no ha sido acusado de nada. Lo único que hay son unos correos electrónicos que el FBI dijo que eran "escandalosos." Después, ya con el daño hecho, el FBI se retractó. Esto no es nada más que una vendetta de Obama contra gente que no se le arrodilla. Típico de comunistas totalitarios estilo URSS, China Comunista, y Corea del Norte (que son los modelos de gobierno de Obambi, el Asesino con Drones.)

un hombre aburrido es como un nino: no sabe medir el peligro aunque sea un general de 4 estrellas, al final es un ser humano.Pero un hombre que ha llegado tan alto no puede tomarse esa licencia, es uno de los precios de estar en ese nivel, un riesgo que nunca debio correr. Un hombre de esa estatura se convierte en un paradigma , un ideal y la gente quiere ver en un modelo la perfeccion que ellos no tienen. lo otro es hipocresia de una sociedad falsamente conservadora. Pero,,, mientras los soldados mueren en Afghanistan, el general en jefe se divierte con mujeres casadas, se puede confiar en alguien con esos "meritos"?

Qué curiosa es nuestra sociedad. Toda una vida de dedicación al ejército, condecoraciones por todos lados, máximo prestigio, y un problema de faldas hace que el gran hombre caiga de su pedestal.

Claro, la cosa es que ninguno de nosotros tiene fallos, ninguno hacemos las cosas mal, y es por eso que como sociedad no aceptamos el más mínimo fallo de los demás.

Vivimos en una sociedad hipócrita hasta más no poder.

Y no estoy justificando el fallo del general John Allen, que su mujer deberá valorar, sino la crucifixión mediática y social a la que se le ha sometido.

¿Qué hacen en el pasillo entran o salen?
El FBI americano es extremadamente discreto, cuando esta metiendo las manos en este asunto de forma pública, buscando conflicto con gente del Pentágono es por algo. Si un general no puede mantener en secreto algo tan importante, como es estando casado, la relación con una amante difícilmente es la persona idónea para mandar la NATO, pues seguramente no seria capaz de mantener en secreto un día D. Tal vez un Eisenhower seria la persona más idóneo en este momento para mandar la NATO.

¿Quién inventó lo militar? La respuesta es clara... el Diablo inventó la lanza y Dios inventó el escudo. Lo militar al servicio de la avaricia y el poder es nefasto. Tal es la historia de todos los imperios y el coloniaje asesino. Por el contrario, al servicio de la defensa de los valores ético-sociales es una necesidad. ¿Qué pintan en esa guerrita inventada por los grandes poderes coloniales?

A este paso y con el puritanismo rampante de los norteamericanos, llegará el momento en que los funcionarios del Gobierno serán veraderos mediocres incompetentes pero, eso sí, todos muy rectos y probos en su vida personal. ¡Por favor!, ¿qué más da los amoríos privados de estos generales? Lo que debiera importar es su competencia profesional, su vida privada, pues allá ellos, caramba. Por mí, mientras Paetreus y Allen hagan bien su trabajo, ya se pueden echar todas las queridas que quieran, faltaría más.

Sr. Alandete, pobre comandante sería este señor, si pasa Thanksgiving's Day en su casa, mientras sus tropas comen pavo congelado en un país de cuarta... Quizás sea difícil de entender para alguien que seguramente ni hizo la mili, y además tiene un sesgo definido en sus puntos de vista (su derecho, por otra parte), pero no extienda su cortedad al resto del mundo... Roza lo miserable, Capisci?

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Sobre el autor

es corresponsal del diario El País en Washington. En Estados Unidos ha cubierto asuntos como las elecciones presidenciales de 2008, el ascenso del movimiento del Tea Party o la guerra de Afganistán. Llegó a Washington en 2006, con una beca Fulbright para periodistas, a través de la cual se especializó en relaciones internacionales, conflictos armados y políticas antiterroristas.

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