A día de hoy, el Pentágono sigue teniendo vigente la prohibición a las mujeres de servir en operaciones de combate directo. Hay informes en contra. Muchos generales se oponen. Las mujeres soldado consideran que es trato injusto. Hay medidas de protección, como chalecos adaptados a su fisionomía. Las guerras ya no se libran con cuerpo a cuerpo u operaciones de infantería tradicional. Pero la cultura imperante se prolonga de forma agónica, aunque los pocos que defienden esa prohibición parecen estar ya en el lado equivocado de la Historia.
Cuatro soldados mujeres presentaron una demanda el jueves contra el Pentágono por prohibirles estar en la primera línea de combate, algo que afecta negativamente a sus posibilidades de ascenso. Es la segunda denuncia en un año. Y quienes las interponen son, a todas luces, unas heroínas. La piloto de la Guardia Nacional Mary Jennings Hegar trasladaba a tres soldados heridos en Afganistán en 2009 cuando su helicóptero fue abatido por fuego enemigo. Herida, Hegar protegió a sus tripulantes y devolvió el fuego, salvándoles a todos. Resultó herida, y recibió varias condecoraciones.
Hegar tiene todas las papeletas para hacer lo que quiera en combate. Si fuera un hombre, asumiría posiciones de responsabilidad en el frente. Como es una mujer, se ve obligada a pasar a la reserva. Con amargura y decepción, es una de las cuatro uniformadas que ha llevado a la cúpula militar de EE UU a los juzgados. La prohibición a las mujeres de entrar en combate directo se aprobó en 1994, durante los años más aciagos para la diversidad en las fuerzas armadas norteamericanas, cuando también se vetó a los homosexuales de filas.
Nadie hubiera anticipado en aquellos años, los primeros de gobierno de Bill Clinton, en plena resaca del reaganismo alargado por George Bush padre, que los gais acabarían tumbando las barreras castrenses antes que las mujeres. Hoy, gracias a una ley de 2010, los homosexuales pueden servir abiertamente, sin miedo a represalias. Muchas mujeres, sin embargo, aun se sienten discriminadas. En un pequeño triunfo, el año pasado 24 mujeres se integraron por primera vez en ocho tripulaciones de cuatro submarinos lanzamisiles balísticos de EE UU.
Desde 2001, más de 291.000 mujeres han prestado servicio en el frente. Sobre todo, se han dedicado a labores de apoyo y gestión. Sólo 84 han fallecido en Irak y Afganistán, de una cifra total que supera los 6.600 muertos. Notando la presión, el Gobierno de Barack Obama decidió, este año, abrir unos 14.000 nuevos puestos que antes estaban reservados exclusivamente a los hombres. Pero la primera línea de combate es territorio totalmente vedado para el género femenino.
Aquellos que defienden la presencia de mujeres en el frente -hay varios generales entre ellos- citan, sobre todo, las limitaciones de la condición física. Un informe de 2011 de la Comisión de Diversidad en el Liderazgo Militar, creada por el Pentágono, disiente. La recomendación principal es que se deben eliminar “barreras e inconsistencias, para igualar el campo de juego para todos los uniformados que estén dotados para ello”. El presidente de la comisión, el general retirado de la Fuerza Aérea Lester Lyles dijo que “la exclusión discrimina a las mujeres en el apartado de los ascensos”.
“Si uno mira cómo ha sido el campo de batalla moderno, en Irak y Afganistán, no es como en la Guerra Fría, donde había frentes definidos. Las mujeres prestan servicio. Lideran divisiones de seguridad militar, divisiones de policía militar, divisiones de defensa aérea, divisiones de inteligencia”, dijo Lyles. “Pero no se les da crédito por estar ya entre los rangos de combate”. Es sólo, parece, una cuestión de tiempo que ese sacrificio quede reconocido.
Foto: Dos mujeres en una patrulla en Afganistán, por Sgt. Christopher McCullough
Hay 8 Comentarios
Las mujeres forman y formarán parte importante de todas las organizaciones donde la eficiencia juegue un papel importante.... nosotros así lo entendemos, Enhorabuena por el post !!!
euroair.es
Publicado por: Charly | 01/12/2012 13:15:27
Estaría libre al menos como combatiente. Por desgracia, como todos sabemos, la muerte de las mujeres y de los niños en las guerras es el pan nuestro de cada día.
Publicado por: Julio | 30/11/2012 2:17:57
Yo preferiría que no hubiera mujeres en los ejércitos. Al menos más de la mitad de los seres humanos estaría libre de esa locura generalizada que es la guerra
Publicado por: Julio | 30/11/2012 2:16:12
El ejercito israelí que ha sido de los pioneros en integrar a las mujeres en el ejercito tampoco las deja servir en el frente, pero no por discriminación o porque no cumplan su cometido, sino porque sus compañeros masculinos por lo general se preocupan más de proteger a sus compañeras feminas que de cumplir con su misión.
Publicado por: David | 29/11/2012 23:01:55
El ejercito israelí que ha sido de los pioneros en integrar a las mujeres en el ejercito tampoco las deja servir en el frente, pero no por discriminación o porque no cumplan su cometido, sino porque sus compañeros masculinos por lo general se preocupan más de proteger a sus compañeras feminas que de cumplir con su misión.
Publicado por: David | 29/11/2012 23:01:49
Las mujeres si que son raras, para que quieren hacer este trabajo tan sucio? ....por qué siguen usando tacones si es de lo mas antianatómico? ...por qué , por qué, por qué...
Publicado por: Pastanaga | 29/11/2012 22:38:00
Ramón, creo que lo que te han vendido cerca del estanco no era tabaco. No firmes contratos bancarios después de fumarlo.
Publicado por: Joaquín | 29/11/2012 19:08:52
El perro le dice al gato, te voy a descuartizar; el gato le dice al ratón, te voy a despellejar; el ratón le dice a la cucaracha, no me hagas cosquillas, estoy harto de tu pestilencia; y el humano le dice al otro humano, sois unos guarros, te partiré los huesos a garrotazos. ¿Quién es en ese fregao el limpio de la película? La diarrea mental forma parte del curriculum del zoo humano.
Publicado por: RAMÓN | 29/11/2012 18:31:47