Juan Gómez

Reírse de los nazis

Por: | 13 de febrero de 2012

Casi siempre que voy al cine me acuerdo de un gran escritor que describió una película (Cabaret, si no me equivoco) como “no mucho peor que todas las demás”. Cito de memoria, pero creo que después ridiculiza la penuria de recursos narrativos que padece el cine. En cambio, no conozco un solo periodista al que no le gusten las películas.

Hay periodistas que no beben (de veras) y periodistas que no ven fútbol, pero el cine arrasa en una profesión condenada a su propia escasez: tienes que contar, rápido, cosas enormemente complejas. Lo que compongas serán las mimbres con las que miles de lectores se formarán una opinión. Hacer periodismo es una irresponsabilidad. Los recursos narrativos del novelista, sin ir más lejos, son descomunales comparados con los del periodista.

Al cine le pasa algo parecido, pero es improbable que todas las películas sean igual de malas. Por ejemplo, este sábado han dado en la Berlinale una de nazis que vienen de la luna, llamada Iron Sky. Se habrán proyectado pocas comedias más imbéciles en una sala de cine.

 

Contaba Buñuel (sigo citando de memoria, perdón) que Chaplin se desternillaba de risa cuando veían juntos las películas nacionalsocialistas más famosas de los 30. Mucho antes de que los tatuajes de Beckham y los jamones de Nadal empapelaran las calles del mundo en un blanco y negro riefenstahliano, aquellas sucesiones nazis de chicos semidesnudos y gritones gerifaltes barrigudos debían de impactar a todo el mundo. Muchos quedaban impresionados, otros espantados. Chaplin se reía. Las incontables parodias del Hundimiento en Youtube y algunas películas estupendas como Inglourious Basterds, Ser o no ser o su El gran dictador le dan la razón: Hitler es gracioso. Risible, si se quiere.

 


Dicen que las películas de Riefenstahl eran técnicamente excelentes, no lo sé ni me importa. Olimpia y El triunfo de la voluntad parecen larguísimos anuncios de perfume pour homme. Su ventaja es que, risas con Hitler aparte, el chic nazi refresca la memoria: son gente que te mata por la pinta, como un criador va seleccionando y descartando gallinas.

Himmlerfamily7dlFoucault dijo que el matrimonio entre Himmler y Margarete (de cabello dorado) fue una especie de encarnación sacramental de toda la ideología nazi: un granjero casado con una enfermera. Limpieza, higiene, selección. Seis millones de judíos asesinados. Niños rubios que se van de campamento. Cámaras de gas. Deportes al aire libre, canciones, desfiles.

 

 

 

 

Todo esto venía a que el sábado dieron en la Berlinale una película que parte de una idea muy prometedora: un grupo de nazis se ha refugiado en la luna y se prepara para conquistar la tierra. Desgraciadamente, a partir de aquí Iron Sky sólo contiene tres chistes un poco graciosos. El resto es tan bobo que no merece la pena desgastar el teclado. 

Hay 6 Comentarios

No entiendo a que vienen estas críticas en los comentarios. Es una reseña simpática e ingeniosa sobre una película que parece ser un bodrio y ya está.

Hay muchas maneras transmitir la información dando el punto de vista propio y crítico. Pero, parece que a algunos periodistas les resulta imposible el hacerlo con buenas maneras y educación. Parecen necesitar demostrar que ellos son mas listos que el resto de la humanidad.

-Borrado- No quiero que usen el blog para difundir propaganda revisionista. JG

Ala majo, dedícate a otra cosa, que el periodismo no es lo tuyo.

Hable y denuncie en su Blog el baile de los nazis vieneses en conmemoracion del dia del HOLOCAUSTO......No escriba sandeces.Por favor.sc

La nota también es tan boba que no merece la pena gastar el teclado.

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Sobre el autor

es el corresponsal de EL PAÍS en Berlín desde 2008. Fue becario de José Comas, que lo reclutó en 2006. Vive en la ciudad desde 2002. Estudió en Friburgo.

Correo: [email protected]

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