La sátira no es el género más conveniente para uno que tiene que vivir del periodismo. Sigue, por eso, una puntualización a lo que publiqué ayer en este blog sobre un artículo de opinión en Der Spiegel que defiende la costumbre de la siesta en el sur de Europa. Incluimos una declaración de su autor Max A. Höfer.
La dichosa tribuna se publicó el pasado lunes en alemán. A nadie le importó. El viernes se tradujo al inglés para la web Spiegel Online. Una estrambótica polémica comenzó, según me dijo hoy una colega, cuando cierta agencia de noticias española sacó la información que dice:
'Der Spiegel rechaza la siesta fundamentalmente por razones económica y considera que la eliminación de esta tradición no se debe en exclusiva a la crisis de deuda que azota la zona euro. De hecho, según el rotativo alemán, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ya restringió la siesta en 2005. (…) [Der Spiegel] recoge citas de personajes históricos en las que inciden que el "tiempo es dinero", en un alegato de que la siesta mina la productividad del trabajo'
El que lea el artículo verá que esto es falso. La tribuna de Der Spiegel defiende la siesta por razones que el autor Max Höfer expone en el siguiente texto, que nos ha hecho llegar hoy por su propia iniciativa:
'Los alemanes aprecian a los españoles. Les gusta viajar allí, les encantan el paisaje y sus famosas ciudades y envidian a los españoles por su estilo de vida mediterráneo. Del que forma parte la siesta. Cuando, en 2012, Reuters y toda la prensa internacional informaron: “End of the siesta! Cash-strapped Spanish workers forced to abandon the traditional afternoon nap” [Fin de la siesta. Los trabajadores españoles, en dificultades financieras, forzados a dejar el tradicional sueñecito de la tarde”], nos quedamos pasmados. Una amiga española me contó que desde 2010 cobra menos, disfruta de menos vacaciones y que además, ahora le quieren reducir la pausa de mediodía a 45 minutos, en lugar de los 120 minutos “habituales”. Me sublevó. ¿Es que los españoles tienen que cambiar su cultura solo por la crisis de la deuda?
Muchos españoles se han enfadado por mi artículo en su versión internacional, en inglés, porque escribí sobre la “eliminación” de la siesta. Para ellos, se trataba solo de una nueva ley que daba a los comercios la posibilidad de adoptar horarios semanales de 90 horas, en lugar de 72. ¿Acaso esto es un progreso? Desde mi punto de vista, es un paso más hacia una sociedad de tiempo completo: 24 horas al día y 7 días a la semana, siempre dispuestos a tener que trabajar. Mientras apenas nos queda tiempo para otras cosas importantes de la vida.' (MAH)
Invito a los posibles interesados a que envíen comentarios a la dirección de este blog, debajo de mis datos arriba a la derecha. Publicaremos los más interesantes.
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(*) El título de esta entrada lo escribió antes y mejor, como él solía, el siempre añorado José Comas en esta pieza de 2006 que tanto viene al caso. Se lo he birlado. Espero que sirva de homenaje.