08 agosto, 2007 - 15:11
Nunca hay una ‘X’ que marque el lugar
Este señor es todo un icono para muchos jóvenes que nacimos y crecimos en los 80. Hoy, con la moda de los revivals (Star Wars, Rocky, Rambo, Arma Letal y un largo etc), uno de los máximos exponentes de las películas de aventuras prepara una cuarta parte. ¿Estarán las nuevas generaciones esperando a Indy? ¿Merecerá la pena? Lo único seguro es que será un taquillazo, algo habitual en Spielberg. La nueva entrega ya se está rodando, y el marketing y las “filtraciones” de los contenidos que veremos en la película se manejan siguiendo una planificación milimétrica.
BLOG INVITADO: Buenas noches y buena suerte
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Al igual que sucede con las aventuras de Corto Maltés o de Tintín, Indiana Jones ofrece un breve repaso por la historia y la mitología de parte del siglo XX. En sus aventuras, el protagonista, que aparece como el típico héroe de cine políticamente incorrecto –socarrón, cínico, machista en algunas ocasiones, caballero en otras-, ha de luchar entre el bien y el mal.
Jones es algo así como un descubridor y protector de fuerzas y objetos sagrados -el arca, las piedras sagradas, el grial- que pueden estallar si caen en malas manos. Como ocurría con los pueblos antiguos, Indiana se siente atemorizado por las fuerzas que genera un conocimiento superior, tema recurrente en las tres películas. Lo que hace es cerrar el arca con los ojos cerrados, callar el descubrimiento y ocultarlo a la vista de cualquier curioso. Así, pasa de saqueador de tumbas a salvador de la humanidad.
En un momento de la película del grial, Jones explica en sus clases de arqueología:
“La
arqueología busca el hecho y no la verdad. Si es la verdad lo que les
interesa el profesor Daily da filosofía en la clase del fondo...
Olvídense de ciudades perdidas y objetos exóticos. No hay mapas que
lleven tesoros ocultos y nunca hay una x que marque el lugar... No hay
que seguir la mitología al pie de la letra”.
Todas las afirmaciones se desmantelan. La mitología se cumple. Habrá una X marcando un lugar. Habrá tesoros ocultos, mapas y ciudades perdidas. Y no se buscará el hecho (Jones es algo así como un racionalista-positivista), sino
la verdad y la mística (“La búsqueda del cáliz de Cristo es la búsqueda
de lo que hay de divino en nosotros”, le dice su amigo Marcus). La
búsqueda de sí mismo -y del grial-, el aprendizaje y la fe –que recupera gracias al padre- es el eje de la trilogía, temas que me recuerdan a los de perdidos y que ojalá recuperen en
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