Gramola Galactica: Brassens, “La tondue” (1964)

Por: | 29 de mayo de 2012

Georges-brassens-jpg_6530En 1964, Georges Brassens publica su octavo álbum, Les copains d’abord, repleto de canciones memorables, entre las que destacan el hermoso himno a la amistad que le da título, una soberbia canción de desamor (Le 22 septembre) y esa joya que es La tondue (“La rapada”), insólita por su tema y por su tono. En el mismo disco se encuentra Les deux oncles, que formó pareja con la anterior a la hora de levantar ampollas en la piel de un país que parecía unánimemente entregado a la causa gaullista, como si todos hubieran sido resistentes durante la Ocupación. La parábola de “los dos tíos”, el anglófilo y el germanófilo, no acaba, a mi juicio, de afinar el tiro: parece más anclada en el paisaje moral de la Primera Guerra que en el de la Segunda, y el “mensaje”, para utilizar un término muy de la época, es una exhortación reconciliatoria tan bienintencionada como editorializante. 
La tondue, en cambio, da de lleno en la diana. Brassens elige uno de los momentos más abyectos (y más silenciados) de la Liberación: cuando las braves gens, en lugar de ir a por los peces gordos que se forraron haciendo negocios con los nazis o por todos aquellos que denunciaron a sus vecinos judíos, optan por rapar públicamente y entre risas a las mujeres, prostitutas en su mayoría, que habían "confraternizado" con el enemigo.
(Las tonsuras como castigo, por cierto, habían comenzado en 1942, cuando los fascistas de las Juventudes Populares Francesas recorrían las calles pelando al cero a los zazous, amantes del jazz y de la moda americana).

París, 1944El segundo acierto de La tondue radica en el empleo de una voz narrativa establecida por Brassens en los días de La mauvaise reputation: esa voz que no cree en banderías ni en patrioterismos y que está siempre contra la masa y al lado del individuo, sobre todo si el individuo está caído y humillado. Un narrador antiheroico que es incapaz, por autoconfesada cobardía, de salir en defensa de la mujer rapada (“los esquiladores de cuatro en cuatro me dan miedo”) y, sin embargo, acabará llevando a cabo un formidable homenaje simbólico, tan ínfimo como arriesgado: recoge del suelo un mechón y se lo coloca en el ojal a guisa de condecoración, convirtiéndose instantáneamente en sospechoso. 
Hay que ser muy valiente para hacer eso, y muy valiente para escribir una canción como La tondue. Podemos preguntarnos: ¿quién se atrevería a hacer hoy una canción como esa? La pregunta es legítima pero lleva implícita, retroactivamente, esta otra: ¿quién, que no fuera Brassens, se hubiera atrevido a escribirla y cantarla en 1964, so pena de ser acusado de colaboracionista e incluso de filonazi?
Siempre me ha emocionado profundamente La tondue: por lo que cuenta y por cómo lo cuenta; por su clarísima toma de postura ética y por ese tono que aborda un asunto tan siniestro sin caer en jeremiadas, sin echar mano de grandes palabras, incluso con un suave humorismo.
Antes de escucharla repasaremos su letra y, en alternancia, la traducción de Ramon-Luis Chao, aparecida en su libro Georges Brassens, que Júcar publicó en 1973, en la añorada colección “Los Juglares”.

Portada original francesa del discoLa tondue

La belle qui couchait avec le roi de Prusse
Avec le roi de Prusse
A qui l'on a tondu le crâne rasibus
Le crâne rasibus

A la bella que dormía con el rey de Prusia
le han cortado el pelo al rape
(Con “Rey de Prusia”, obviamente, se refiere a los alemanes. Es su forma de comenzar la canción como si se tratara de un cuento, una fábula)


Son penchant prononcé pour les " ich liebe dich ",

Pour les " ich liebe dich "
Lui valut de porter quelques cheveux postich's
Quelques cheveux postich's

Su pronunciada tendencia por los “ich liebe dich”
le ha llevado a necesitar cabellos postizos
(Sí, “ich liebe dich”, es “te quiero” en alemán)

Les braves sans-culott's et les bonnets phrygiens
Et les bonnets phrygiens
Ont livré sa crinière à un tondeur de chiens
À un tondeur de chiens

Los valientes sans-culottes y los del gorro frigio
han entregado su cabellera a un esquilador de perros
(sans-culotte: los revolucionarios de 1789)

J'aurais dû prendre un peu parti pour sa toison
Parti pour sa toison
J'aurais dû dire un mot pour sauver son chignon
Pour sauver son chignon

Yo hubiera debido de tomar algo de partido por su melena
Debería haber dicho una palabra para salvar su moño.

Mais je n'ai pas bougé du fond de ma torpeur
Du fond de ma torpeur
Les coupeurs de cheveux en quatre m'ont fait peur
En quatre m'ont fait peur

Pero no he salido de mi letargo:
los esquiladores de cuatro en cuatro me dan miedo
(juego de palabras entre “cortar un cabello en cuatro”, que viene a ser obsesionarse con pequeñeces, y “esquiladores de cuatro en cuatro”)

Quand, pire qu'une brosse, elle eut été tondue
Elle eut été tondue
J'ai dit : " C'est malheureux, ces accroch'-coeur perdus
Ces accroch'-coeur perdus "

Cuando tenía la cabeza con menos pelo que un cepillo
yo me he dicho: lástima de mechones perdidos.

Et, ramassant l'un d'eux qui traînait dans l'ornière
Qui traînait dans l'ornière
Je l'ai, comme une fleur, mis à ma boutonnière
Mis à ma boutonnière

Y, recogiendo un mechón caído en el suelo,
lo he colocado en mi ojal como si fuera una flor.

En me voyant partir arborant mon toupet
Arborant mon toupet
Tous ces coupeurs de natt's m'ont pris pour un suspect
M'ont pris pour un suspect

Al verme marchar enarbolando mi mechón
los cortadores de trenzas me han tomado por un sospechoso.

Comme de la patrie je ne mérite guère
Je ne mérite guère
J'ai pas la croix d'honneur, j'ai pas la croix de guerre
J'ai pas la croix de guerre

Como de la patria apenas merezco nada
No tengo la cruz de honor ni la cruz de guerra.

Et je n'en souffre pas avec trop de rigueur
Avec trop de rigueur
J'ai ma rosette à moi: c'est un accroche-coeur
C'est un accroche-coeur

Eso no me hace sufrir demasiado:
tengo mi propia condecoración
es un mechón de pelo.
(rosette es el nombre común de la Legión de Honor, el más alto galardón francés)

Y aquí, señoras y señores, el gran Georges Brassens:

 

Para Lluís Montoto

Hay 8 Comentarios

moi celle que j'préfère, c'est celle d'14-18....

Gracias por rememorar a Brassens y por el esfuerzo de traducir su cancion y otras ayuditas. Eran otros tiempos y el un gran poeta. Esa parte de la historia con muchos claroscuros la tapan los franceses con bastante habilidad.

¡Eso nunca, amigo FB! (Lo de morir ahogados en la rabiosa actualidad. Saltaremos de época en época)
Y a Antonio: recuerdo a Emmanuele Riva con la cabeza rapada por una historia semejante, pero me temo que no hacía falta inspirarse en la peli: la canallada seguía muy viva para muchos (y sobre todo muchas). abrazos.

La historia de la canción me ha recordado a Hiroshima mon amour (por cierto, con la nuevamente en el candelero Emmanuelle Riva). ¿Podría haber alguna conexión entre la canción y la película, que es de unos años antes?

Amigo, y gracias a ti por abrir el campo de juego, que parece que nos vamos a morir ahogado en la rabiosa actualidad.

El amigo (o amiga) FB me/nos adjunta en su post un soberbio concierto de Brassens ¡subtitulado y todo! Que los dioses que le (o la) bendigan. Y no os lo perdáis.
(Gracias, FB!)

Para quien tenga un rato ( 40 Min)

http://www.youtube.com/watch?v=_-Olv2QhcCE

Con subtitulos

Conocí a Brassens gracias a Krahe y a la versión que hacía de 'La tormenta' o 'Marieta'. Hoy en día parece que también hay que ser valiente viendo la justicia que tenemos. Se deja influir por grupos de presión bastante arcaicos.

Hay que ponerle humor e ironía a todo y en eso Brassens y Krahe maestros.

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Marcos Ordóñez

Marcos Ordóñez. Escritor, periodista, profesor. Cada sábado escribe en Babelia la sección PURO TEATRO y, cada jueves, en Cultura, EL HOMBRE QUE FUE JUEVES. Intento escribir sobre lo que me da vida. Ultimos libros publicados: Turismo interior (Lumen, 2010), Telón de fondo (El Aleph, 2011), Un jardín abandonado por los pájaros (El Aleph,2013).

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