Ayer empezaste a escribir Astor y parece que no hay manera, no pillas el tono, las piezas no encajan. Vuelves a pensar lo de siempre, que has perdido el toque o como quieras llamarle. Esto es frecuente, tan frecuente que da risa. Hay que saber esperar, está visto. O lo contrario, psicología inversa, decirse: nada, mejor dejarlo estar, no monta, se lo doy al demonio por caridad, como decía mi abuela cada vez que había perdido algo, y como el demonio no quiere nada por caridad, decía, te lo devuelve. Y es entonces cuando algo se rebela (o se revela), como el hurón encerrado en un laberinto que busca la salida, y empieza a dar con el hocico en todas las esquinas hasta que escucha el clic que abre la puerta de la jaula.
Al principio se parece mucho a pintar un cuadro. El problema no es el lienzo en blanco sino la disposición de los elementos. Si no intuyes las líneas de fuerza, si no hueles la tensión y la flexibilidad del trazo, no tienes nada, tienes naturaleza muerta.
Vuelves a ir demasiado rápido. No hay que subir la montaña de golpe. Recuerda que las mejores ideas surgen en la reescritura, cuando comienzan a abrirse ventanas en los fondos, cuando las líneas encuentran sus desvíos, cuando la propia tensión pide esponjamiento.
Pero al principio no hay tensión, solo hay resistencia, la que se produce cuando intentas encajar las piezas como un crío impaciente. Prueba con lápiz, el pincel todavía no hace falta. Coloca el bulto de las figuras sobre la tela. Ya te irán dictando el lugar que ocupan y la forma en que se relacionan.
A la hora de empezar intentas atrapar el tono y buscas un acorde que te suene verídico, una nota con el color de la canción que te gustaría escuchar. Eso tampoco suele ser instantáneo sino que se produce más bien por impregnación, de modo que mejor buscar en aquellas palabras que te hicieron compañía, aquellas voces que caminaron a tu lado.
Estoy hablando de otros libros, aunque desde luego no son los únicos detonantes.
En Not Fade Away, de David Chase, el chico y la chica van al estreno de Blow Up, de Antonioni. Él no entiende nada, se aburre a morir, dice qué película más rara, ni siquiera tiene música, y ella contesta: el viento en los árboles, esa es su música. Y a todos se nos escapa la risita y pensamos que la chica es una hippie colgada y pretenciosa pero luego vemos el plano de los olmos agitándose majestuosamente en Regent’s Park y nos decimos, espera un momento, lo que ha dicho no es ninguna tontería. Ha sabido escuchar algo infrecuente y además ha tenido el valor de decirlo con naturalidad.
Aunque tampoco conviene pasarse, tampoco conviene elevar la nariz y estar rastreando todo el rato la música de las esferas porque hay otras músicas terrestres, en la película está la tormenta eléctrica de los Yardbirds buscando escaparse de una caja cerrada, chocando contra un techo bajo, y está el clic paranoico de la cámara de David Hemmings agujereando el silencio, como una gota helada que no deja de caer, y está el toc toc final de la pelota de tenis que no existe, y has de saber extraer ese sonido de la ridiculez pomposa de esa última escena, porque Blow Up es una lata de consideración pero Antonioni siempre tuvo muy buen ojo (y muy buen oído) para los detalles significativos, que es a la postre lo que más y mejor se recuerda de sus películas, o sea que has de tener las antenas bien orientadas, y atrapar y limpiar para quedarte con lo que te interesa, y luego conviene ponerse ya manos a la obra y mancharse los dedos de carbón, así que ha llegado el momento de atreverte a hacer ese esbozo torpísimo en el que tratas de disponer las piezas, y luego te alejas un poco para ver el efecto, como te alejarás más tarde para que se seque la primera capa, y la segunda, y la tercera. Venga, vamos de vuelta.
(Continuará).
Hay 9 Comentarios
Hola, Angel. Soberbia y delicadísima actriz. Elia Kazan la adoraba. Me hubiera encantado verla en teatro.
Publicado por: Marcos Ordóñez | 06/09/2013 10:34:19
Ignoro si se escribirá aquí sobre la recientemente fallecida Julie Harris, actriz de lo más colosal, pero este septiembre pueden ser contempladas en canales de TV de pago las que, creo, fueron sus dos más portentosas interpretaciones en cine: Soy Una Cámara (Henry Cornelius, 1955), en Cinematk el miércoles 11, y The Member Of The Wedding (Fred Zinnemann, 1953), en Canal Hollywood el domingo 22. Las recomendamos efusivamente. Salud.
Publicado por: Àngel Maeztu | 04/09/2013 21:26:28
(Muy) Grato reencuentro. Nos vamos leyendo. Salud.
Publicado por: Àngel Maeztu | 04/09/2013 21:05:09
Gracias, Estrella y triple Nomeko.
Continúa la semana próxima. Y la otra.
Publicado por: Marcos Ordóñez | 04/09/2013 11:57:56
Borren, por favor, mis dos últimos mensajes. La página no respondía y debí darle tres veces al botón comentar y se triplicó el mensaje... Me repito mucho.
Publicado por: @Nomeko7 | 04/09/2013 8:55:58
Como siempre, unos instantes de lectura placentera.
Gracias y buena 'vuelta'.
Publicado por: Estrella | 04/09/2013 8:54:19
El diablo debió tener, me las devolvió porque se las di por caridad, unas cien páginas mías...
Buena vuelta.
http://planetamancha.blogspot.com.es/
Publicado por: @Nomeko7 | 04/09/2013 8:46:18
El diablo debió tener, me las devolvió porque se las di por caridad, unas cien páginas mías...
Buena vuelta.
http://planetamancha.blogspot.com.es/
Publicado por: @Nomeko7 | 04/09/2013 8:46:15
El diablo debió tener, me las devolvió porque se las di por caridad, unas cien páginas mías...
Buena vuelta.
http://planetamancha.blogspot.com.es/
Publicado por: @Nomeko7 | 04/09/2013 8:37:34