"Siete pesadillas"

Por: | 05 de febrero de 2014

 

Jaime de ArmiñánDe las muchas milongas que se cantan en el mundo editorial, una de las más reiteradas es que toda buena novela acaba por encontrar su eco, aunque haya incontables ejemplos que lo desmienten a lo largo de la historia. Es cierto que muchos ecos acaban por llegar, pero a menudo cuando autor o autora han colgado los hábitos por fatiga o desesperanza, o están, lástima grande, criando malvas.
Hoy me apetece hablar de Siete pesadillas, de Jaime de Armiñán, una estupenda novela que, a tenor de todos los indicios, no encontró eco y con la que he disfrutado mucho. La descubrí hará un par de semanas pero se publicó en Espasa Narrativa hace dieciséis años (o sea, en 1998) y su autor la escribió recién cumplidos los setenta. Preciso ambos datos porque mucho me temo que no se ha reeditado desde entonces, y porque recuerdo una entrevista con un prestigioso editor donde afirmaba que poco podía esperarse de cualquier escritor que despegara como tal pasada la cincuentena. Se me ocurren, igualmente, unos cuantos ejemplos que desmienten tan pintoresca teoría, pero me concentraré en este: Jaime de Armiñán, nacido en Madrid en 1927, con una abundante trayectoria en teatro, cine y televisión a sus espaldas, debutó como novelista en 1989 (o sea, pasados los sesenta) con Juncal, que el mismo año daría pie a la célebre serie del mismo nombre. Siguieron luego, entre otros, Los amantes encuadernados (1997), Siete pesadillas, La isla de los pájaros (1999) y las memorias La dulce España (2000). Desde entonces no ha vuelto a publicar un nuevo libro, pero felizmente sigue escribiendo a sus 87 años. Y esta semana, por cierto, recibirá, merecidísimamente, el Goya de Honor por su labor como cineasta.
He rastreado por Internet y no he encontrado una sola crítica de Siete pesadillas: únicamente una mención un tanto tangencial en un amplio texto en torno a su obra fílmica y televisiva, a cargo de la filóloga Catalina Buezo, cuyo trabajo aplaudo.
Si aparecieron reseñas, a) o no figuran en la red o, b) yo no he sabido encontrarlas. Y su autor, al que le pregunté telefónicamente, no las recuerda.
 
Portada de SIETE PESADILLASSiete pesadillas tiene difícil catalogación genérica, cosa que suele espantar a editores, críticos y libreros. Es una pieza policiaca, y una comedia, y una historia de amor. Es, sobre todo, una novela de estirpe cervantina, con muchas historias dentro de historias. Y está escrita con un lenguaje rico y jugoso, que exhala verdadero placer por narrar.
Intentaré resumirla (tarea complicada) para abrirles el apetito. Se alternan dos voces narrativas: la de Martín González Chamorro, un notario acaudalado, y la de Leopoldo Arruza, un comisario de policía que no se resigna a su reciente jubilación.  La acción transcurre en Madrid, a finales de los ochenta, aunque se remonta a los años veinte, treinta y cuarenta, a medida que los protagonistas evocan sus vidas anteriores. El notario González Chamorro parece vivir una vida aparentemente plácida pero desde su adolescencia le persiguen las siete pesadillas recurrentes del título, en cuyo origen se encuentra Gaspar Arenales, un vesánico compañero de juegos que le torturó y humilló repetidamente a lo largo de su infancia, primero en el Madrid republicano, luego en San Sebastián durante la guerra civil, y extendiendo su siniestro influjo a lo largo de la posguerra.
El relato del notario comienza cuando Arenales, que abandonó España y ha vivido largos años en Kenia, regresa a Madrid y llama a quien considera, extrañamente, “su amigo más antiguo y querido” para que vuelvan juntos de excursión al puerto de Cotos, en la sierra de Guadarrama.  
La peripecia del comisario Arruza arranca en la Sacramental de San Isidro, durante la visita semanal a la tumba de su esposa, Margarita: una urraca envenenada y una perra malherida que no se resiste a abandonar a su amo muerto le despiertan la sospecha de un asesinato, y su aletargado talento despierta de nuevo ante el poderoso impulso de seguir la doble pista.
El viejo policía no ha perdido un átomo de olfato ni de obstinación, pero se le está yendo la cabeza a pasos agigantados, por lo que recurre a un singular personaje al que detuvo tres décadas atrás y con el que mantiene una ambigua relación: Santiago Xarradell, condecorado con la Legión de Honor por sus traducciones de Anatole France y La Chanson de Roland, y condenado a muerte (y luego indultado) por un doble asesinato pasional. El asesino Xarradell, hombre de prodigiosa memoria que anota –en francés, por supuesto– las investigaciones del comisario es el secundario más sugestivo de la novela; secundario relativo, porque su perfil crece a medida que avanzamos.
Hay un extraordinario personaje femenino, de entrada igualmente lenta pero con efectos mucho más perturbadores a la larga: Luz Ángela Castañón Spencer, madrina del notario, y en cuyas manos está la clave del misterio. Mujer fatal, enigmática, libérrima, inteligentísima, que habita en una suite del Palace y, como está mandado, fascina irremediablemente a Arruza, hasta un final digno de Fritz Lang.
El estilo de Siete pesadillas hace pensar en un cruce entre Juan García Hortelano y Manuel Longares. O como si a Fernández Flórez le hubiera dado por escribir una novela con acentos simenonianos. Tampoco está lejos, en mi recuerdo, por atmósfera e inventiva, de Juegos de la edad tardía, de Luis Landero, que obtuvo un considerable éxito de público y crítica, y digo esto porque, a efectos de acogida, bien podía haber entrado por esa puerta. Tristemente, no sucedió así.
Habrá quien diga que el azar es un dios muy poderoso. Sin descartar esa posibilidad, también podría pensarse que alguien no hizo bien su trabajo, pues me cuesta entender que nadie levantara la mano para decir: “Atención, esto vale la pena. Esto es original, entretenido, y está bellamente escrito”. Quizás haya un último y españolísimo factor. Cuando Armiñán comenzó a escribir novelas ya “era” muchas cosas. Demasiadas: guionista televisivo, comediógrafo, director de cine. Y en este país tocar varios palos obliga a revisar el etiquetaje establecido, ejercicio siempre trabajoso.
Les recomiendo que busquen y lean Siete pesadillas en el circuito de librerías de segunda mano: Internet es una mina al respecto.
 

Hay 7 Comentarios

Gracias a todos. Espero que os guste.

Para Miguel :
La hermana de John O´Brien, Erin , es escritora y tiene un blog .
A veces inserta recuerdos de su hermano . Relató hace poco cómo se repartieron sus cenizas , se te partía el alma .

Javier, en iberlibro había varias librerias que lo tenian por seis euros, como ya comenté. Yo lo encontré sin gastos de envío, pero en todo caso si tienes que pagar nueve o diez con los gastos no me parece caro. Algunos eran nuevos, no usados. Y si vives en Madrid o Barcelona no tienes más que acercarte directamente a la librería.

Te creo, como siempre. Buscaré la novela. Armiñán, como tantos otros cineastas de su generación, tiene una formación y una cabeza literaria. Vienen de la literatura, el ademas la practica excelentemente. Hizo un libro de cuentos sobre perros que me impresionó enormemente (Vidas perras) y si a alguien le queda alguna duda, no tiene mas que leer sus memorias, La Dulce España. Memorias de un niño partido en dos.

Pues lo he encontrado en iberlibro por ¡Seis eurazos! y me lo he comprado. Espero impaciente su llegada, que será esta semana. Ya os comentaré aquí si me ha gustado, pero de entrada me ha parecido muy apetitoso.

Tienes toda la razón. No sé qué criterios mercantiles o publicitarios (bueno, sí, y cada vez ´más) hacen que se silencien libros cojonudos mientras que otras medianías ocupan titulares a mansalva e inmerecidos. A mí me ocurrió algo parecido con John O'Brien y su Leaving las Vegas. Una novela extraordinaria que aquí editó Mario Muchnik y que tuve la suerte de disfrutar antes de que se hiciera película, pero que pasó sin pena ni gloria, y que yo sepa nunca se reeditó.

Pues sí me has abierto el apetito por la novela.

Les dejo un microcuento dedicado al escritor que pelea por hacerse un hueco en la literatura.
Pinchen mi nombre si les apetece leer.

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Bulevares Periféricos

Sobre el blog

Teatro, Literatura, Cine, Música, Series: arte en general. Lo que alimenta, lo que vuelve. Crónicas, investigaciones, deslumbramientos. Y entrevistas (más conversaciones que entrevistas). Y chispazos, memoria, dietario, frases escuchadas al azar (o no). Y lo que vaya saliendo.

Sobre el autor

Marcos Ordóñez

Marcos Ordóñez. Escritor, periodista, profesor. Cada sábado escribe en Babelia la sección PURO TEATRO y, cada jueves, en Cultura, EL HOMBRE QUE FUE JUEVES. Intento escribir sobre lo que me da vida. Ultimos libros publicados: Turismo interior (Lumen, 2010), Telón de fondo (El Aleph, 2011), Un jardín abandonado por los pájaros (El Aleph,2013).

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