Cómicos de la lengua: en marcha

Por: | 10 de abril de 2014

El elenco al completo - foto Daniel Alonso

Cómicos de la lengua
, la hermosa aventura en la que José Luis Gómez ha involucrado a la Real Academia, a cuatro teatros de Madrid (Pavón, María Guerrero, Español y Abadía) y a un elenco de excepción a lo largo de diez lunes, está resultando todo un triunfo, con salas llenas y público entusiasta.
“El proyecto”, me cuenta Gómez, “nació de la perplejidad de verme académico y la certeza de que mejorar nuestra habla escénica podía ser mi mejor aportación a la gran casa: así, ideé estas diez lecturas en vida, enmarcadas en su contexto histórico, literario y filológico por otros tantos miembros de número de la RAE, como un viaje a través del organismo cambiante de nuestra lengua. No eran textos dramáticos (sólo están presentes dos ejemplos de lo dramático y lo lírico) por lo que era necesario adecuarlos a una duración propia de la oralidad, intentando – y a mi entender, logrando – conservar la "almendra" de esas obras, e incluso dejando vislumbrar su desarrollo interior. Les llamo lecturas en vida porque buscan hacer posible que el texto pase realmente a través del cuerpo y de la voz de cada intérprete, con todas las impresiones – "irisaciones", me gusta decir – que el texto ha producido, resonando en el interior del actor que las transmite”.
Acerca del reparto me dice: “Elegí cinco grandes actores, que considero referentes, en torno a mi generación, y a otros cinco, también grandes y referenciales, con los que compartí sudor y aprendizaje en La Abadía. Blanca Portillo, por ejemplo, no estuvo allí, pero comenzó conmigo, y nos hemos mirado de cerca a lo largo de estos años: con ella haremos, mano a mano, fragmentos de La vida es sueño, intercambiándonos distintos personajes. Con Julia Gutiérrez Caba no compartíamos códigos pero sí oficio y perseverancia. Su Escrito por Teresa de Ávila fue un proceso inolvidable. La experiencia de la santa no es privativa de la religión cristiana sino compartida por otras grandes tradiciones y está, en latencia, en los seres humanos. Para decirlo en una sola frase: Julia consiguió que los espectadores del María Guerrero tuvieran una experiencia espiritual, que no es poco logro.
La contribución académica, por otro lado, ha sido fundamental a la hora de señalizar el viaje de la lengua: ha despertado, creo yo, pasión, curiosidad, y conciencia en los ciudadanos presentes. Sin la RAE, esta aventura no sería lo que es”.
Gómez abrió el fuego el pasado 10 de marzo con Cantar de Mío Cid en un desbordado salón de actos de la Academia.
“El Mío Cid se convirtió en obsesión durante meses: por la fonética, por el tempo y el ritmo de sus versos irregulares, por la pluralidad de las voces… He ensayado como nunca. No me podía imaginar que el público del salón de la RAE se pusiera en pie. Como ha sucedido, por otra parte, con el resto de las lecturas”.

Carlos Hipólito - foto Daniel Alonso


Hablo con Carlos Hipólito, que el 17 de marzo abordó el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita, en el María Guerrero.
“Cuando José Luis Gómez me dijo que me había elegido para el Libro de buen amor le dije, bromeando: es un regalo, pero un regalo envenenado. Porque a ver cómo se maneja uno con la fonética del siglo catorce. ¿Tú sabes que en esa época había tres tipos de eses, por ejemplo? Pues las había. Tuve que aprender a distinguirlas y, claro, a pronunciarlas. ¿Qué cómo lo saben? Hombre, menudos son los académicos: lo han ido estudiando paso a paso, deduciendo la evolución a partir de los escritos. José Antonio Pascual fue el filólogo que me guió en la selva, por así decirlo. Un sabio, encantador, pacientísimo, que me ayudó también a entender muchas palabras y ver cómo su significado cambió al correr del tiempo. Fue apasionante, como aprender otro idioma.
La filóloga Brenda Escobedo había hecho todas las dramaturgias, que ahí es nada seleccionar y condensar el Cantar de Mío Cid, o La Celestina o El Quijote en piezas de treinta o cuarenta minutos: un trabajazo. Enviaron los textos con un par de meses de antelación, para que tuviéramos tiempo de irnos metiendo y empapando, y luego tuve cuatro sesiones con José Luis. Tenía unas ganas locas de trabajar con él. Qué te voy a decir: lo que yo sabía, imaginaba, y más. Es un director fuera de serie. Muy preciso, afina extraordinariamente.
Pese a contar con esos guías yo tengía miedo, no te lo oculto, porque mi obsesión era no meter la pata. Pensaba: a ver si no se me va a entender nada… En el escenario estábamos tres: José Antonio Pascual, que iba haciendo la didáctica de un modo amenísimo; Luis Delgado, un verdadero maestro de música antigua, que acompañaba con sus instrumentos, y yo, haciendo lo que podía. Y sí, se me entendió. Cuando empezaron las carcajadas pensé "parece que esto funciona, si se ríen es que siguen bien el relato". Y disfruté como un loco, porque podía hacer varios personajes: la voz narradora del Arcipreste; el galán, don Melón; doña Endrina, la dama, y sobre todo la Trotaconventos, que es un antecedente de la Celestina pero para mi gusto mucho más graciosa. En total, entre lectura, música y didáctica, una hora que se me pasó volando. Y un gran placer. Y una experiencia única”.

Beatriz Argüello, Carmen Machi e Israel Elejalde - foto Daniel Alonso


Hablo con Israel Elejalde, que el 24 de marzo leyó La Celestina con Beatriz Argüello y Carmen Machi en el Español. Estas son sus impresiones.
“¡Algo fantástico ! Imagínate el Español hasta arriba un lunes para ver una lectura de cincuenta minutos. Las lecturas que se han hecho lo han petado y supongo que las demás lo harán igual. La ecuación de grandes textos y grandes nombres, porque mis compañeros y compañeras son cabeceras de cartel, no suele fallar, pero quiero creer también que hay un interés vivísimo por disfrutar de la palabra castellana bien dicha, del placer de oír, más allá de que te cuenten una historia. El placer, en fin, de conocer una lengua tan lejana, que en principio era la misma para todos. Porque descubres que en esos textos ya estaban todas las lenguas del territorio, e ibas atrapando ecos y términos latinos, catalanes, gallegos: fue un momento de crisol, de mescolanza, que luego poco a poco se iría definiento. Es increíble poder asomarte a un magma en gestación.
El trabajo fonético y de cuidado de la palabra propuesto por José Luis es lo que más destaco de la experiencia. A lo largo de las diez lecturas se podrá observar como la lengua se iba transformando a la vez que la literatura. Cuando vi lo de Carlos y lo de José Luis, más allá del enorme virtuosismo de ambos como actores, lo que más me sorprendió fue observar cómo utilizaban fonemas que yo ya no usaba en La Celestina, o formas verbales que habían cambiado en solo dos siglos, palabras desconocidas o transformadas… una experiencia realmente única.
Y por encima de todo, claro, la labor de José Luis Gómez a la hora de desentrañar los textos, de dotarlos de carne, de "arrancar de ellos la tinta", como decía. Un trabajo que no es muy usual en nuestro país, donde parece haber una cierta alergia a la técnica, a la necesidad de articular la materia escénica para que vaya más allá de la simple comunicación. Recuerdo una frase esencial de Gómez, cuando me decía "Habla para que el público vea, no solo para que oiga". También fue un regalo volver a interpretar a Calixto, un personaje que destrocé a mis veinticinco años, y que ahora, más talludito, creo que entiendo mejor. Me entraron unas ganas locas de volver a hacer La Celestina, y pensé que siendo una de las cumbres de nuestra literatura es una vergüenza que no se monte todo lo que debiera. Además estoy seguro de que sería un éxito, siempre lo es. Los ingleses no dejarían pasar tantos años entre cada reposición. Fue un vuelo, un verdadero vuelo. Y después de hablar con el lenguaje de Calixto tardé unos cuantos días en aterrizar en el barrio de nuevo y hablar como lo hago cada día”.

Carmen Machi - foto Daniel Alonso


Para acabar, unas palabras de Carmen Machi, que interpretó a la Celestina en la misma sesión:
“Para mí supuso un doble viaje en el tiempo. Por un lado, obviamente, adentrarse en el texto y la época de Fernando de Rojas. Por otro, y para mí con mayor densidad emocional, volver veinte años atrás, cuando llegué a La Abadía y comencé a trabajar con José Luis Gómez. Ya era como es hoy, como siempre ha sido: con un enfermizo amor por la Palabra, y haciéndonos trabajar hasta la extenuación para valorarla, respetarla, y jugar con ella. Fue fantástico preparar La Celestina con mis compañeros de entonces. Sentí un vértigo muy excitante ante ese lenguaje para mí desconocido, tanto por su fonética como por el significado de sus términos. Volví a vivir aquellos días y la vieja y maravillosa sensación de "¡Cuánto me queda por aprender!". Y, como digo, volví a encontrarme con un José Luis Gómez exigente, insaciable, a ratos feliz y a ratos desesperado por ayudarnos, descubriendo cada día soluciones para darle sentido común a cada frase, que no es trabajo fácil. También volvió a mi memoria el gran Agustín García Calvo, que en aqulla época aparecía con sus tres camisas, una encima de otra, y también nos guiaba en la prosodia, enseñándomos a saborear las palabras como merecen. Y te diré lo que te dirán todos: que el teatro estaba impresionante, lleno a rebosar, para escuchar nuestra lectura en vida. Me emocioné mucho. Muchísimo”.

Y el ciclo sigue. Próximas sesiones:
Don Quijote de la Mancha, con Ernesto Arias, en el Pavón (7 de abril); La vida es sueño, con José Luis Gómez y Blanca Portillo (14 de abril, en La Abadía); Duelo de plumas: Góngora y Quevedo, con Helio Pedregal y José Sacristán (28 de abril, Español); Cartas marruecas, con Pedro Casablanc (5 de mayo, La Abadía); La Regenta, con Emilio Gutiérrez Caba (12 de mayo, Pavón), y Valle-Inclán: Visión estelar de un momento de guerra, de nuevo a cargo de José Luis Gómez, cerrando las sesiones donde empezaron, en la Real Academia, el 19 de mayo.
Todo apunta, dado el éxito, al retorno del ciclo la próxima temporada.
¿Para cuándo, por cierto, su grabación y distribución en DVD’s, como hicieron los británicos con el maravilloso y utilísimo Playing Shakespeare comandado por John Barton, con la flor y nata de la RSC?


Hay 2 Comentarios

Somos muchos los que no vivimos en Madrid y somos perfectamente conscientes de la importancia de este trabajo y duele mucho, muchísimo, no tener acceso a estas maravillosas conferencias. Por favor que se publiquen lo antes posible a un precio razonable

Hola Marcos, el 26 de abril voy a Madrid y como soy seguidor de tus críticas de Babelia, quería saber que te parece la obra Toc Toc, y si hay alguna sugerencia que me puedas hacer.
Gracias

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Sobre el blog

Teatro, Literatura, Cine, Música, Series: arte en general. Lo que alimenta, lo que vuelve. Crónicas, investigaciones, deslumbramientos. Y entrevistas (más conversaciones que entrevistas). Y chispazos, memoria, dietario, frases escuchadas al azar (o no). Y lo que vaya saliendo.

Sobre el autor

Marcos Ordóñez

Marcos Ordóñez. Escritor, periodista, profesor. Cada sábado escribe en Babelia la sección PURO TEATRO y, cada jueves, en Cultura, EL HOMBRE QUE FUE JUEVES. Intento escribir sobre lo que me da vida. Ultimos libros publicados: Turismo interior (Lumen, 2010), Telón de fondo (El Aleph, 2011), Un jardín abandonado por los pájaros (El Aleph,2013).

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