Esta entrada enlaza un tema clásico de la sociología, la movilidad social, las primarias republicanas previas a la campaña electoral en Estados Unidos y el teatro de Calderón de la Barca (monólogo de Segismundo) Veamos.
La movilidad social es un elemento central de la legitimidad de una democracia. Si la posición social de un individuo está determinada solamente por la posición social que ostentan sus padres, estamos en una sociedad cerrada y rígida donde no hay igualdad de oportunidades. El llamado "sueño americano" representa perfectamente esta idea: el convencimiento de que todo el mundo, independientemente de su raza, religión u orígen social puede llegar a lo más alto si se esfuerza lo suficiente constituye el ADN de la democracia americana, su núcleo central.
Como ha escrito Lluís Bassets en su blog, los tres candidatos republicanos con mayores posibilidades representan tres tipos de conservadurismo: el de los negocios (Romney), el moral (Santorum) y el libertario (Paul). Todos comparten el sueño americano en los términos formulados en 1630 por John Winthrop, el pastor protestante que fundara Massachussets y estableciera el mito de Estados Unidos como "ciudad en la colina", modelo sobre el que todos los ojos se posarían. Y también comparten la creencia de que un Estado mínimo garantiza mejor ese sueño que un Estado grande e intervencionista.
Pero, ¿y si ese sueño fuera sólo un sueño? En una entrada anterior en este blog ya se comentó el concepto de "unoporcientocracia", reflejando la discusión actual en EEUU, muy intensa, sobre si las desigualdades sociales se están incrementando y, por tanto, si la igualdad de oportunidades de la que tanto presumen los estadounidenses frente a las más teóricamente cerradas sociedades europeas de las que escaparon sus antepasados.