José Ignacio Torreblanca

El debate A, el debate B y el debate C

Por: | 29 de marzo de 2012

Ashton solana
El pasado martes por la tarde se presentó en Madrid la segunda edición del ECFR Scorecard, el informe anual del European Council on Foreign Relations en el que se evalúa el desempeño de Europa en materia de política exterior. En el actor participaron Javier Solana, Lluís Bassets, Jordi Vaquer y el director editorial de ECFR, Hans Kundnani. Para aquellos que quieran seguirlo, el evento fue transmitido vía Twitter con el hashtag #Scorecard2012.

No reseñaré el informe aquí, ya que ha sido objeto de análisis detallado en otros momentos y espacios, incluyendo este blog:  “Suecia y Polonia: sobresaliente en política exterior” . En cualquier caso, el informe completo en inglés puede consultarse aquí; también hay una nota disponible en castellano aquí,  una reseña que publicó el diario El País el día 30 de enero de este año así como la información publicada el miércoles 28 de marzo por el diario EL PAIS, “Solana: la UE no es el problema sino la solución” y la Agencia EFE y una nota de Hans Kundnani (Scorecard tour: Madrid) contando sus impresiones sobre el evento.

Sí que quería, sin embargo, plantear a los lectores del blog los tres debates que a mí entender sobrevolaron las discusiones que tuvimos a lo largo del día. Los llamaré “Debate A” (Ashton), “Debate B” (Bruselas) y “Debate C” (Crisis). En esta entrada de hoy me centraré en el Debate A, para mañana tratar el Debate B y el próximo lunes el Debate C.

El debate A gira en torno a la figura de Lady Ashton, la alta representante para la política exterior y de seguridad. No se trata en absoluto de entrar en críticas o descalificaciones personales sino precisamente entender por qué la persona se ha convertido en objeto de debate.

A juicio de unos, el problema es la persona, que no se encontraría capacitada para el puesto. Unas veces se critica su falta de experiencia en el tema, pues excepto su puesto como Comisaria de Comercio Exterior, realmente no es una persona con una gran trayectoria en el ámbito de la política exterior. Esta falta de experiencia, arguyen, se traduce en una inseguridad que la lleva a querer trabajar alejada de los focos, que raramente comparece ante la prensa, que huye de los conflictos y que adopta un perfil bajo y de búsqueda de consenso que, en la práctica, dicen, la convierte en un actor marginal.

Para otros, el problema no es la persona, sino el puesto. Su trabajo, dicen, es imposible ya que combina lo que antes era tres puestos en uno (Alta Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad y Secretaria del Consejo, Vicepresidenta de la Comisión Europea y presidenta de turno del Consejo de Asuntos Generales). El Tratado de Lisboa fusionó todos estos puestos en uno, y además convirtió al Parlamento Europeo en un actor relevante en la política exterior, obligando a la alta representante a rendir cuentas ante él, lo que en la práctica supone un cuarto trabajo. Ninguna persona, dicen, puede asumir una carga de trabajo con decenas de viajes, reuniones y comparecencias. Es esta una reflexión que la propia Ashton ha compartido en alguna entrevista en la que ha llegado a decir que se sabe de memoria y tararea frecuentemente la melodía de la película “misión imposible”. 

 En un tercer grupo se encuentran los que sostienen que el problema se origina en la conceptualización que de su papel ha hecho la alta representante, que habría adoptado una visión de la política exterior europea más cercana al llamado “poder blando” o poder de atracción, una visión que estos críticos consideran inapropiada e inadecuada para los tiempos y necesidades actuales de la UE y, especialmente, desconectada de las pretensiones originales del Tratado de Lisboa, que precisamente quería superar esta (falsa o débil) distinción entre poder duro o blando al fusionar los puestos de Secretario General del Consejo y de Vicepresidente de la Comisión Europea para las relaciones exteriores de la Unión. La UE, dicen, debe superar la distinción entre poder duro y blando, debe actuar coherentemente aunando todos los medios a su disposición, que son muchos y potentes. Aunque no quiero sesgar el debate con mi opinión personal, esta es la tesis que sostengo en mi libro “la fragmentación del poder europeo" (acceso a video).

¿La persona, el puesto o la visión? Dejo a los lectores de Café Steiner que den su opinión. Abro el Debate “A”.

 

Hay 18 Comentarios

A Felizísima Fortuna:

Es curioso que hables de visión obsoleta de la realidad, alguien que sigue llamando CEE a la Unión Europea...


La VISIÓN OBSOLETA de la REALIDAD sin dudarlo.

¿Qué CEE es ésta que ARRUINA a sus MIEMBROS siguiendo los DICTADOS de agencias de rating extranjeras e inyectando dineros a los BANCOS?

La CEE me recuerda una PELÍCULA de ZOMBIS de muy MAL GUSTO que echaron por la tele la noche anterior a las primeras Elecciones Democŕaticas tras don Paco:
"La noche de los MUERTOS VIVIENTES"

¡Vaya ELECCIONES!

La parte del león del problema es el puesto, no tanto por la carga de trabajo que supone como porque está diseñado para no funcionar: no se quiso comunitarizar la PESC y en un esquema intergubernamental la capacidad de acción de la figura del Alto Representante por mucho que se amalgame con la de Viperesidente de la Comisión siempre va a tener como límite la capacidad/voluntad de los Estados miembros de alcanzar un consenso o de esconder su disenso.
Y es un problema de conceptualización del puesto por parte de la AR no tanto por el grado de dureza del poder europeo que maneja como por la tendencia que tiene a creer que el Tratado de Lisboa la legitima para diseñar una política exterior europea autónoma de la de los Estados miembros, a comportarse como la representante de un Estado más de la Unión, cuando la eficacia de su acción (por no entrar en la cuestión de la legitimidad) descansa en dichos Estados. Probablemente la diferencia fundamental con Solana reside precisamente en que éste estaba más pendiente de avanzar con un sólido consenso bajo sus pies.
Forzando un poco el argumento, cabría pensar que con lo que hemos hemos acabado es con un esquema en que los éxitos son nacionales (de Georgia a Trípoli) y los fracasos de la AR, chivo expiatorio que oculta los problemas de diseño y de concepto que tiene la PESC.

Maddy, sin querer ser muy duro: no tienes ni idea sobre lo que pasó con Solana. Todo Bruselas tiene otra versión, que tampoco sé si es la correcta, pero tiene consenso. Solana quiso que le hicieran el puesto a medida para ganar más poder. Sobre todo institucional, vamos frente a los medios y otros poderosos. Soñaba con tener categoría de jefe de Estado. Y claro la UE le puso en su sitio. Solana tensó pensando que no podrían sustituirle ya que salvo honrosas excepciones, el servicio diplomático europeo es malo. La UE revisó efectivamente el puesto, dandole más peso. Pero ni le consideraron para el puesto. En ese momento se fue a la empresa privada y ahora se pasea por el mundo en avión privado trabajando para uno de los más poderosos lobbys políticos de Washington (esto sí es literal, lo he visto con mis propios ojos, no exagero nada). Lo más humillante para él fue su sustituta... Un cero a la izquierda con quien decidió no colaborar en el traspaso. Ese último golpe de orgullo lo pagamos los españoles con las embajadas que nos dieron... Salvo la de Rusia, ocupada por un diplomático español en excedencia, es decir que se lo ganó por méritos, no por política, el resto de embajadas son de risa.

En Londres están encantados de que la UE haya fichado a esta funcionaria gris que ellos maliciosamente propusieron. Muchos se sorprendieron incluso entre sus propias filas de que Ashton fuera seleccionada para el cargo. La pérfida Albión de siempre haciendo lo posible para perjudicar la imagen de la Unión lo cual han conseguido mirándolo por donde se mire.

Habermas con la expresión !ay, Europa!, se quejaba de los "tempos" tan lentos y faltas de concreción en las políticas europeas. Eso nos ha arrastrado a lo que hoy sufrimos. Esta Señora junto al resto de altos representan-tes comunitarios son parte muy importante del problema. No dan la talla. La otra Señora, canciller de Alemania, con su "mantra", "leña al mono hasta que aprenda inglés", ha encontrado el "vacío" para imponer su política, que si dura mucho tiempo más puede llevar a Europa a un nuevo tercer mundo.
No cabe duda que si los nombramientos de los dirigentes de la Comunidad y de la Unión europeas se hubieran consensuado más inteligentemente, no estaríamos en la situación actual.

Me llama la atencion la falta de rigor del sr torreblanca, de quien doy fe sabe muchisimo de estos temas, pero desde luego....

NO ES alta representante de politica exterior y de seguridad comun, ES alta representante de asuntos exteriores y politica de seguridad. Parece absurdo, pero no lo es porque ya no hay pilares tras lisboa.

TAMPOCO es verdad lo de "presidente de turno del consejo de asuntos generales" (cag) en todo caso seria "presidente de turno del consejo de asuntos exteriores" que aunque fuera el mismo personae, cambia la denoinacion...!

Pareceran tonterias, yo creo que no lo son, seamos rigurosos, oiga!

Me llama la atencion la falta de rigor del sr torreblanca, de quien doy fe sabe muchisimo de estos temas, pero desde luego....

NO ES alta representante de politica exterior y de seguridad comun, ES alta representante de asuntos exteriores y politica de seguridad. Parece absurdo, pero no lo es porque ya no hay pilares tras lisboa.

TAMPOCO es verdad lo de "presidente de turno del consejo de asuntos generales" (cag) en todo caso seria "presidente de turno del consejo de asuntos exteriores" que aunque fuera el mismo personae, cambia la denoinacion...!

Pareceran tonterias, yo creo que no lo son, seamos rigurosos, oiga!

Me llama la atencion la falta de rigor del sr torreblanca, de quien doy fe sabe muchisimo de estos temas, pero desde luego....

NO ES alta representante de politica exterior y de seguridad comun, ES alta representante de asuntos exteriores y politica de seguridad. Parece absurdo, pero no lo es porque ya no hay pilares tras lisboa.

TAMPOCO es verdad lo de "presidente de turno del consejo de asuntos generales" (cag) en todo caso seria "presidente de turno del consejo de asuntos exteriores" que aunque fuera el mismo personae, cambia la denoinacion...!

Pareceran tonterias, yo creo que no lo son, seamos rigurosos, oiga!

Pocos con el fantastico nivel del Sr. Javier Solana

Ojo Asthon no es Secretaria General del Consejo, puesto que si ocupaba Solana, se cambio con el tratado de Lisboa y lidera el EEAS y es vicepresidenta de la Comision etc pero no es SG del Consejo

Maddy, puede que tu creas que era vox populi pero te aseguro que el cargo no fue diseñado para Solana, primero porque un Tratado va a durar más que el mandato de una persona, y luego porque Solana ya había pedido su relevo por motivos de salud. Yo creo que el Tratado de Lisboa es un engendro que habrá que tirar a la basura un día de estos. Pero además la personalidad de Lady Ashton no ayuda. No le gusta viajar y quiere estar en Londres viernes, sábado y domingo con su familia. Al parecer fue un premio de consolación no tanto para los socialistas como para los británicos, y de paso una sinecura para lad Ashton ....

Catherine Ashton no es la secretaria general del consejo. ese puesto pertenece a Uwe Corsepius. Lo que si es es Alta Representante de la UE de Politica Exterior y Seguridad comun. No cuesta nada ser preciso.... Tampoco seria presidenta de turno del CAE, pero asume su presidencia fija (durante el termino de su mandato)

[Nota del autor de la entrada: ya lo he arreglado porque, efectivamente, se entendía mal, Solana sí era el Secretario General del Consejo, a eso me refería]

Por lo que leí, hace ya varios meses, en Le Monde Diplomatique tampoco Solana le allanó el camino y le facilitó el traspaso de poder por el bien de Europa/europeos. Una merienda de egos, vaya.

Claramente un error de casting! Es vox populi que ese cargo fue diseñado al milimetro para Javier Solana quién era interlocutor incluso de EEUU junto a Iran, o como olvidar Solana en Ramalah junto a Arafat cuando Aron se disponia a mandarles un par de misiles de regalo.
La manera de reenviar Solana a casa fue no sólo nocivo del punto de vista diplomatico pero también la legitimidad europea al mando del "Servicio Dilomatico UE". Por muy buena voluntad que tenga Ashton, es como tener al becario al mando; por no decir una brillante jugada para quitarle poder a la UE en toda esa matéria.

Quiero introducir otro factor: no solo la persona, el puesto o la misión. Sino los que la eligieron, en su rutina de componendas para que no emerjan líderes con personalidad propia sino figuras sin luz. Entre los que la eligieron, como a van rompuy, también Zapatero

La lógica nos enseña que entre dos elementos que se contradicen es imposible dilucidar cuál es el errado, por lo que si hay un tercero en discordia hay que suponer que el acertado es éste si no se contradice con los otros dos, que só lo hacen entre ellos. Así pues y en esta terna la persona y la visión pueden y deben entrar más en conflicto que el puesto, por lo que detaca éste sobre los otros dos. El puesto, pues.

Desde su nombramiento, siempre ha sido puesta en duda la valía de Ashton para el puesto. Se sabe de sobra cómo se fraguó su nombramiento, junto al de Van Rompuy. La negativa de algunos gobiernos, y de buena parte de la sociedad europea, a que fuera Blair el elegido para dirigir los designios de Europa, obligó a otorgar al Reino Unido (y a los progresistas) un premio de consolación en la figura de Ashton. Su problema no está en las múltiples competencias de su cargo, ojalá Solana hubiera contado con todas ellas. Y el problema no está en el "soft power" de la UE, pues éste es el auténtico leitmotiv de la política exterior europea. El problema está en la persona, y precisamente la foto que acompaña a este post, es lo suficientemente significativa: comparemos la valía y el reconocimiento internacional a Solana, y la opinión actual y las dudas sobre Asthon.
@tontxuak

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Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.