Tres de cuatro españoles piensan que la austeridad ha ido demasiado lejos. Pero uno de cada tres alemanes piensan que se ha quedado corta. Tres de cada cuatro alemanes piensa que la situación económica de su país es buena, pero sólo uno de cada cuatro españoles piensa que la situación económica de España mejorará en los próximos doce meses. Y así hasta el infinito. ¿Tienen ustedes la sensación de que las peticiones de ayuda de Rajoy al Banco Central Europeo y a Alemania caen en saco roto o sólo reciben palmaditas en la espalda? Pues ya saben por qué.
No por previsible, la divergencia entre las percepciones de la crisis entre los europeos, resulta menos relevante. ¿Saben en lo único en lo que estamos de acuerdo alemanes y españoles? En que los alemanes son los más trabajadores y los griegos los menos. Ahí acaba la cosa.
Cada vez son más los ciudadanos del sur de Europa que piensan que el euro, el principal logro de la integración europea, ha debilitado en lugar de reforzado las economías nacionales. Como consecuencia, el apoyo a la UE se está erosionando proporcionalmente a la gravedad de la crisis y la tensión que soportan sus miembros. Sólo en España, uno de cada cinco ciudadanos (un 20%) se ha pasado en los dos últimos años al bando de los que opinan que el euro ha perjudicado más que ha beneficiado a la economía europea, cifras que corren en paralelo a las que observamos en Italia, Grecia o Francia.
Esta es la previsible pero preocupante conclusión de la última encuesta del Pew Research Center publicada ayer bajo el título "European Unity on the Rocks") (el trabajo de campo se realizó en ocho países europeos y Estados Unidos entre marzo y abril de este año). La encuesta es muy extensa y puede ser objeto de múltiples interpretaciones (la subo aquí Descargar Pew-Global-Attitudes-Project-European-Crisis-Report-FINAL-FOR-PRINT-May-29-2012).
El pesimismo está tan extendido entre los ciudadanos del sur de Europa que casi es difícil destacar un indicador. Un 69% de los españoles, 73% de los griegos, o 62% de los italianos dan por hecho que la siguiente generación (los jóvenes) vivirán peor que la actual: se trata por tanto de la primera crisis en la que los españoles dudan que vayan a salir reforzados. Y nada menos que un 97% y un 83% de los españoles consideran, respectivamente, que el desempleo y el endeudamiento del país son las principales amenazas que se ciernen sobre su futuro.
El europeísmo aguanta, sí, pues la mayoría de los ciudadanos del sur de Europa siguen queriendo formar del proyecto europeo. Sin embargo, como señalaba al principio, lo que la encuesta muestra es una sima impresionante entre las percepciones de unos y otros, especialmente en Alemania. Allí, una amplia mayoría (59%) considera que el euro les ha reforzado como país, manteniéndose un elevado apoyo al proyecto europeo (68%). Y frente a la crítica generalizada de la clase política que vemos en el sur de Europa por su conducción de la crisis, Angela Merkel obtiene nada menos que el apoyo del 80% de los alemanes a su gestión de la economía y la crisis. No es de extrañar que con esta sima en las percepciones seamos incapaces de encontrar una salida conjunta a la crisis.
* Véase también "La crisis mina la confianza de los europeos en la UE", de R.M de Rituerto.