José Ignacio Torreblanca

Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

Portugueses, griegos e irlandeses se "desidentifican" con Europa

Por: | 31 de octubre de 2012

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Seguro que  los lectores de Café Steiner no necesitan ayuda para saber qué tienen en común los tres países (Grecia, Portugal e Irlanda) que están en rojo en este mapa. Los tres viven en régimen de intervención por la Troika aplicando durísimas políticas de austeridad después de no haber podido financiar sus déficits en los mercados.

 Se trata de tres de los países que históricamente han sido más europeístas. Así lo demuestran consistente los Eurobarómetros, que desde 1973 llevan preguntando a los europeos hasta qué punto se sienten satisfechos con la pertenencia de su país a la UE.  Sin embargo, según los datos del Eurobarómetro special 379 (Abril 2012), los tres tienen en común ser aquellos en el que los sentimientos de identificación con Europa más han decrecido. Por eso están en rojo.

 En Grecia, por ejemplo, los europeístas fueron por primera vez mayoría en 1988, y lo han sido de forma abrumadora durante veinte años, con porcentajes que llegaron al 76% en los años noventa, hasta 2008, cuando volvieron a caer por debajo del 50. Por su parte, los “eurocríticos”, que se mantuvieron durante esos mismos veinte años por debajo del 15%, llegando a alcanzar un suelo de 5% en 2001, son ahora el 33%. Véase el siguiente gráfico.

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En Irlanda nos encontramos con un fenómeno parecido: en 1985, los europeístas traspasaron la frontera del 50% y en 1988 se situaron en la cota del 70%, que no abandonaron hasta el año 2009. Son otros 20 años de abrumador europeísmo, con unos eurocríticos situados en porcentajes del 3%. Véase el gráfico correspondiente.

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En Portugal las cifras no sólo son similares, sino incluso más espectaculares. Una población que entró en la UE con muchas dudas (en el año anterior a la adhesión, en 1985, sólo un24% se mostraba entusiasta acerca de la entrada en la UE), se situó inmediatamente (en 1987) en la cota del 70%. A partir de ahí, aunque con diferentes altibajos, los portugueses también han ofrecido dos décadas de solido europeísmo, con unos eurocríticos que han oscilado entre el 5 y el 10% de la población. Véase el gráfico.

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¿Con qué no encontramos ahora? Con que, según los datos disponibles, el europeísmo en estos tres países se ha hundido a niveles propios de los países que tradicionalmente consideramos feroces euroescépticos. Irlanda, con sólo un 33% de personas que se sienten europeos* está casi a la par del Reino Unido, donde el europeísmo es sumamente liviano (30%). Grecia, por su parte, con sólo 35% de personas que se sientes europeos, se encuentra el nivel de la República Checa (36%) que como se sabe es otro especialistas en dar disgustos a los europeístas. Y para cerrar la lista, Portugal, con porcentajes (40%) similares a los de los países bálticos que siempre han visto la UE desde un punto de vista más instrumental.

La explicación de por qué se ha hundido la identificación con Europa es sencilla. Sin duda que es la crisis la que origina esta “desidentificación” con Europa en países tradicionalmente considerados la reserva espiritual del europeísmo. Tenemos una explicación, sí, pero no tenemos una respuesta a la pregunta que verdaderamente importa: “¿se recuperará el europeísmo en estos países después de la crisis, o engrosarán definitiva e irreversiblemente el bando euroescéptico?

  Captura de pantalla 2012-10-31 a la(s) 01.07.34* Nota: El Eurobarómetro pregunta si se sienten “sólo de su país”, “de su país y de la UE” o “sólo europeos”.  Los primeros rechazan incorporar la identidad europea en su identidad; los terceros rechazar incorporar la identidad europea en su identidad nacional (de ahí que sean tan pocos, 4%). Por eso suele utilizarse la medida de identidad dual como prueba de la identificación con Europa: al fin y al cabo, Europa no es una nación por lo que la identificación con ella suele ser dual.

El desolado paisaje espiritual de la China postotalitaria

Por: | 29 de octubre de 2012

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Según la propaganda oficial el Primer Ministro chino, Wen Jiabao es un hombre tierno y sensible que no duda en calzarse unas botas y correr raudo y veloz a atender a su pueblo sufriente. Inundaciones, avalanchas, terremotos, choques de trenes, lo que sea; allí está el “Abuelo Wen” haciendo mohines, incluso derramando lágrimas.

Claro que la versión oficial no era compartida por todo el mundo: según Yu Jie, un escritor disidente,  Wen es sólo un magnífico actor detrás del cual se esconde un burócrata mediocre, frío y calculador, que ha llegado a la cúpula amparándose en un gran puño de hierro y que no duda en reprimir a los que se salgan de la línea oficial (véase la crónica de José Reinoso en este mismo diario en agosto de 2010 sobre el libro “El mejor actor de China”).

 Ahora sabemos, gracias al New York Times, que la familia de Wen Jiabao tiene un patrimonio de algo más de 2.000 millones de euros, en intereses que se extienden (véase versión en español) por el sector financiero, el inmobiliario, los diamantes, las telecomunicaciones, el turismo y las infraestructuras. Como muestra un botón: la mamá de Wen Jiabao, una anciana de 90 años, exmaestra de escuela rural, que el propio Primer Ministro describió siempre como “extremadamente” pobre tiene bienes valorados en unos 120 millones de dólares.

La China actual es el resultado de la mutación del dogmatismo de Mao Zedong en el pragmatismo de Deng Xiaoping. Hacia dentro, las cuatro modernizaciones (la economía, la agricultura, la ciencia y la tecnología, y la defensa nacional). Hacia fuera “el ascenso pacífico”. Los resultados de las reformas de Deng están a la vista de todos: el éxito económico es tan incontestable como la ausencia de reformas políticas, todo ello en un contexto donde se acumulan las desigualdades y las pugnas por el poder dentro de la cúpula del partido (affaire Bo Xilai).

Como señala el Premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiaobo en su libro “No tengo enemigos, no conozco el odio”, el punto de no retorno hacia la corrupción y hacia el desastre de esta elite ha venido de la mano de la teoría de la “triple representatividad”, que no sólo avala el papel de los empresarios como impulsores de la modernización, sino que les da entrada en el Partido Comunista. Es de esa fusión entre los intereses privados y públicos de los miembros del Partido de donde arranca la mayor lacra que amenaza hoy la estabilidad de China (“La corrupción sangra China”).

De ahí, como lamenta Liu Xiaobo, el siniestro paisaje espiritual en el que vive la China postotalitaria. Es una paisaje dominado por el cinismo: en privado, dice Liu, todos despotrican con el partido, despreciando su corrupción y su bajeza. Pero en público, nadie se atreve a criticarlos ni a poner en marcha ningún movimiento regenador. Ello se debe, sostiene a Liu, a la generosidad del Partido, que ha invitado a cuantos quisieran a sumarse al banquete, siempre que no cuestionaran, claro está, el poder del Partido, y que colaboraran en borrar de la historia de China el 4 de junio de 1989 (Tiannamen). El resultado es, dice Liu, que “no existe prácticamente nadie que genuinamente apoye ideológica o moralmente al régimen actual, mientras que su práctico comportamiento ayuda por el contrario a la estabilidad del mismo”. Sin duda, un diagnóstico certero de la actual situación de China. La pregunta es: ¿hasta cuándo durará este cínico pacto entre la clase media y el partido? 

 

P.D. En la foto, Wen Jiabao dirige las operaciones de rescate y se comunica con los sepultados por el terremoto de Sichuan en mayo de 2008.

¿Quién ganaría un referéndum sobre Europa en el Reino Unido?

Por: | 26 de octubre de 2012

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En mi columna de hoy en la edición impresa del Diario El PAIS (Brexit) examino con algo de detalle las razones que han llevado al Reino Unido a alejarse, al parecer irreversiblemente, de Europa, incluso, como dicen algunos, hasta el punto de que estemos especulando con la idea de que el Reino Unido terminara incluso por salirse de la UE. Para complementar esa reflexión, e intentar entender cómo se estructura la opinión pública británica en torno a la UE traigo aquí los datos de una muy interesante encuesta realizada por YouGov para el European Council on Foreign Relations.

¿Cómo es posible, se preguntarán los lectores, que si ni el Primer Ministro conservador, David Cameron, ni el viceprimer ministro liberal, Nick Clegg, ni el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, están a favor de la retirada de la UE, estemos hablando de esa posibilidad?

Pues porque según las encuestas, si se celebrara mañana un referéndum en el Reino Unido, un 52% votaría a favor de la retirada, frente a sólo un 29% que votaría por la permanencia. Ese estado de opinión anti-UE está tan solidificado que la intención de voto euroescéptico es tan elevada en estos momentos que si se celebraran ahora elecciones europeas muy posiblemente tuviéramos una victoria del partido euroescéptico UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido), que aboga por la retirada del Reino Unido de la UE, lo que inevitablemente conduciría a la convocatoria de un referéndum.

No obstante, no todo está ya dicho: no sólo se trata de que, frente a la especulación de las encuestas, la última palabra la tienen los ciudadanos en las urnas, sino que algunas encuestas más sofisticadas muestran que una mayoría de británicos podría eventualmente apoyar una renegociación de los términos de permanencia antes que una retirada completa.

De hecho, como muestra la encuesta de YouGov, los británicos no se dividen en partidarios y detractores de la UE, lo que llevaría a un debate en torno a dos únicas posiciones (a favor o en contra de la retirada), sino que sus actitudes respecto a la UE nos permiten clasificarlos en tres tipos.

El primer grupo serían los denominados “nacionalistas preocupados”, a los que pertenecería aproximadamente el 42% de los votantes. Su perfil es el de alguien poco amigo de los compromisos e instituciones internacionales, pesimista sobre el futuro y que en general considera la UE como perniciosa para el Reino Unido. Curiosamente, el factor ideológico no importa porque son laboristas o conservadores a partes iguales, lo que explica por qué a los dos grandes partidos les cuenta tanto adoptar una posición coherente sobre Europa y mantenerla.

El segundo grupo, los denominados, “nacionalistas pragmáticos” representa aproximadamente el 23% de los votantes, y también se divide a partes iguales entre laboristas y conservadores. Son moderadamente pro-europeos, pero por razones de interés nacional, es decir, en modo alguno son europeístas o federalistas, simplemente consideran que, dadas las circunstancias, el Reino Unido está mejor dentro que fuera de la UE.

El tercer grupo es el denominado “internacionalistas progresistas”, que aglutinaría a un 25% de la población que es optimista sobre el futuro y mira al mundo exterior con confianza, y no con recelo o preocupación. Aquí la división partidista es más clara, pues sólo 1/3 de ese grupo vota al Partido Conservador, mientras que el resto es de orientación liberal o conservadora.

 ¿Cuál es la conclusión del autor del estudio? Que, paradójicamente, las actitudes hacia Europa son un factor secundario en las actitudes hacia Europa. Son las actitudes hacia el Reino Unido y su futuro las que importante, nos dice  Kellner: cuanto más miedo, incertidumbre y pesimismo sobre el futuro del Reino Unido, más hostilidad hacia Europa y más polarización hacia Europa. Al final del día, no serán los méritos de los pro o de los anti los que decidirán la balanza sino los pragmáticos nacionalistas, que echarán sus cuentas y decidirán si inclinar la balanza del lado “in” o del lado “out” o, alternativamente, si decantarse por una situación intermedia. Así es el pragmatismo británico, como este análisis, recorre un gran círculo para volver al punto de partida.

No digan más esa madre de crisis

Por: | 24 de octubre de 2012

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Recientemente, en Berlín, en un seminario en el que discutíamos la situación de España, uno de los asistentes hizo una pregunta demoledora: “¿Cuándo nos van a dar alguna buena noticia?”. Reconozco que estuve lento y no encontré una respuesta rápida e incisiva.

Pero pensándolo, una buena noticia que podíamos dar y no damos, podía haber sido la relacionada con las actitudes hacia la inmigración. Resulta, no diré sorprendente, pero sí llamativo en un contexto comparado, que esta crisis, pese a la devastación social y laboral que ha provocado no haya generado un auge paralelo de la xenofobia como el que hemos visto en otros países europeos. Desde Dinamarca a Holanda, pasando por Finlandia, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, en todos esos países, la crisis ha fracturado a los partidos tradicionales y dado alas a partidos xenófobos que han querido azuzar y luego capitalizar sentimientos anti-inmigración.

En España, con un influjo espectacular de inmigrantes en la última década y con una tasa de desempleo del 25%, no hay nadie (con excepciones municipales, como Badalona, que confirman la regla) que se esté presentando ante el electorado con un “españoles primero” o “compremos productos españoles”.

Será porque el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero construyera un discurso sobre la inmigración basado en derechos y no sólo en beneficios económicos, o por otras razones que a los lectores se les pueda ocurrir,  el caso es que la crisis no ha generado una demanda de “devolución” de los inmigrantes. Al contrario que en otros países, los trabajadores “invitados” no han sido “invitados” a volver y no han sido catalogados como “prescindibles”. Es algo de lo que estar orgulloso, porque pese a la crisis de la democracia, muestra la interiorización de valores democráticos y de derechos y la madurez democrática de una sociedad. Esperemos que aguante.

 Y concluyo con una pequeña anécdota, y quizá, si me lo permiten, con una petición a nuestros amigos latinoamericanos, que sé que son buenos lectores de este blog. A su paso por Madrid recientemente, un amigo latinoamericano, amigo personal y amigo de España, nos regañó cariñosamente por pesimistas y derrotistas. “Son ustedes un país increíble”, dijo. “Han estado peor que hoy, mucho peor, en infinidad de ocasiones”. “¿Con qué se quieren comparar? Con el franquismo, la guerra civil, el siglo XIX?” “Lo miren como lo miren”, dijo, “no es ni mucho menos su peor hora”. “Por todos lados no oigo más que crisis, crisis, y crisis”. Y concluyó con el título de esta entrada: “No digan más esa madre de crisis y salgan adelante”. Muy agradecido por la confianza, dije, lo intentaremos.

La impotencia europea en Siria

Por: | 22 de octubre de 2012

Siria
Iba a escribir un texto "argumentado" sobre la impotencia de la Unión Europea en Siria, pero se me ha ocurrido que intercalar una cronología de los hechos sobre el terreno con las declaraciones del Consejo Europe quizá fuera más efectivo. Juzguen ustedes por si mismo el resultado. 

Marzo de 2011, primeras protestas en Siria. Represión violenta del régimen. Más de 100 muertos en Damasco y Daraa.

 “El  Consejo Europeo manifiesta su máxima preocupación ante la situación existente en Siria [..] (EUCO, 24 y 25 de marzo de 2011)

 Abril de 2011: las protestas se extienden, también la represión. Más de 100 muertos después de las protestas del “Gran Viernes” del 22 de abril. Los tanques entran en Daraa, Homs, Bania, Lakatia y algunos distritos de Damasco. La cifra de muertos desde el inicio del conflicto llega a 600, según Amnistía Internacional.

Mayo de 2011: Continúan protestas de los viernes y la represión. Se inician las sanciones de la UE (embargo de armas y prohibición de viajar a 13 altos cargos del régimen). La cifra de muertos llega a 1000.

El Consejo Europeo condena con el máximo vigor la represión reinante y la violencia inadmisible y espantosa que el régimen sirio sigue ejerciendo contra sus propios ciudadanos” (EUCO, 23 y 24 de junio de 2011)

 Junio: los refugiados en Líbano o Turquía llegan a 10.000.

Julio de 2011: Más de un millón de personas se manifiestan en Hama y otros lugares. Asad cesa al gobernador y reprime las protestas, más de 100 muertos. El balance de muertos llega a 1.600.

Agosto 2011: Obama pide la dimisión de Asad. Comienzan las sanciones. La cifra de muertos llega a 2.200.

Octubre de 2011: la ONU cifra en 2900 las víctimas de la represión

“El Consejo Europeo sigue profundamente preocupado por la actual situación en Siria y brinda todo su apoyo al pueblo sirio, que expresa sus aspiraciones legítimas a una vida libre y digna” (EUCO 23 de octubre 2011).

Noviembre de 2012: La Liga Árabe suspende a Siria. China y Rusia vetan una resolución del Consejo de Seguridad sobre Siria.  Siria accede a recibir una misión de la Liga Árabe. La ONU dice que los muertos son ya 3.500

“El Consejo Europeo sigue profundamente preocupado por el recurso continuo a la fuerza militar por el régimen de Siria y por la represión contra el pueblo sirio” (EUCO 9 de diciembre de 2011).

Enero de 2012: La liga Árabe suspende su misión debido a la violencia del gobierno.  Tras 972 muertos en un solo mes, la cifra de muertos sube a 5.000 según Naciones Unidas.

Febrero de 2012: comienza el bombardeo de Homs. China y Rusia vuelven a vetar un proyecto de resolución sobre Siria. La ONU establece la cifra de muertos en 7.500 personas. 10.000 refugiados en Turquía.

Marzo de 2012: el ejército sirio captura Homs tras 27 días de asedio. La ONU envía a Kofi Annan con un plan diluido por China y Rusia. 9.000 muertos.

“El Consejo Europeo está consternado por la situación en Siria […] exige a las autoridades sirias que pongan fin inmediatamente a la violencia masiva y las violaciones de los derechos humanos  que se perpetran contra la población civil (EUCO 1 y 2 de marzo de 2012)

Abril de 2012: entra en vigor y fracasa inmediatamente el Plan de Paz liderado por Kofi Annan. Son ya 24.000 los refugiados en Siria.

Mayo de 2012: masacre de Houla. 92 ejecuciones sumarias, entre ellas 32 niños. Nuevas sanciones de la UE: 128 personas y 43 entidades sometidas a medidas precautorias.

Junio de 2012: matanza de cien civiles, la mitad mujeres y niños, en -Qubeir .

La cifra de muertos llega a los 10.000. La UE endurece una vez más sus sanciones.

“El Consejo Europeo condena firmemente la violencia brutal y las matanzas de civiles” (EUCO 28 y 29 de junio de 2012).

Julio 2012: La Cruz Roja declara formalmente el conflicto como “guerra civil”.  Muere el ministro de Defensa sirio en un ataque con coche bomba. La oposición captura Aleppo. Los refugiados, según la ONU, llegan a los 100.000.

Agosto de 2012: Los muertos llegan a 18.000

Septiembre de 2012: Siria comienza a utilizar la fuerza aérea y la artillería de forma masiva contra la población civil. Los muertos en el conflicto se elevan a más de 15.000, según las estimaciones.

“El consejo Europeo está consternado por el deterioro de la situación en Siria” (EUCO 18 y 19 de octubre de-2012).

 

Fuente de la cronología: IEMED Dossiers / Siria.

Fuente Consejo Europeo: Conclusiones del Consejo

Weiwen

Por: | 19 de octubre de 2012

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O “estabilidad social”, es el eufemismo con el que las autoridades chinas se refieren al pequeño problema que supone controlar a 1.344 millones de personas. Según el último número del “China Analysis”, una fuente imprescindible para entender lo que pasa dentro de China, el presupuesto de los cuerpos de seguridad en China estaría en torno a los 624.000 millones yuanes, con lo que superaría al presupuesto de defensa (601.000 millones). Esos recursos son manejados por un complejo aparato de seguridad, que con su vértice en la cúpula del partido (comité de asuntos militares) llega hasta los últimos rincones de cada aldea china            ,

China es una dictadura, sí, pero eso no quiere decir que la gente no proteste: sólo el año pasado se contabilizaron más 180.000 protestas callejeras que involucraron a más de 500 personas. La inmensa mayoría de estos incidentes son protestas contra abusos laborales, pero también contra abusos gubernamentales, como la confiscación de tierras, la expropriación de viviendas, la corrupción de funcionarios del partido etc. También está los “peticionarios”, personas que se acogen a una institución centenaria como es la posibilidad de presentar directamente el caso particular de cada ciudadano ante las autoridades gubernamentales. A pesar de acogerse a un derecho,  muchos son detenidos, presionados y forzados a abandonar la defensa de su caso y regresar  a sus pueblos o ciudades de origen, todo ello gracias a un sofisticado programa de control y seguimiento de los peticionarios a cargo de una policía especial.

Y finalmente está la ciberpolicía, encargada de patrullar los micro-blogs y las redes sociales chinas, como Weibo, una especie de Twitter autóctono que tiene más de 300 millones usuarios. Ahí la policía tiene blogueros muy activos, que vigilan constantemente para que determinas palabras, como Tiananmen, no den resultado alguno, se dedican a eliminar informaciones que consideren rumores sobre el gobierno o los líderes, o incluso se hacen pasar por usuarios para que cuando un usuario haga una protesta, en seguida sea aislado por otros supuestos usuarios (pero en realidad policías).  Todo ello para hacer posible que un país de más de mil millones de personas sean gobernados por una casta, el partido comunista, que incluye 82 millones de personas. Un éxito total desde el punto de vista del control social (weiwen). Esperemos que a nadie le de por imitarlo.

Si Europa no es la solución, entonces es el problema

Por: | 17 de octubre de 2012

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Traigo a los lectores de Café Steiner una reflexión que publico hoy en una tribuna en el diario Financial Times (Europe must show Spain it is the solution) a propósito de la posibilidad de que España pida o no un rescate. En ella intento cambiar el acento del debate desde el “¿debe España pedir el rescate?” a “¿qué tipo de rescate debería pedir”? También señalo la paradoja que supone que un país tan sumamente europeísta como España esté siendo asfixiado por una Europa empeñada en aplicar una políticas de austeridad nominalistas que no funcionan. Este es el texto, con algunos añadidos que han sido eliminados de la versión inglesa por razones de espacio.

Para unos, señalo, los preparativos para la petición del rescate marcan el comienzo del fin de la crisis. Para otros, por el contrario, la solicitud de rescate desencadenaría un nuevo tipo de problemas. La cuestión no es, por tanto, si España debería pedir el rescate, sino qué tipo de rescate se le ofrecerá. El riesgo es que reciba un rescate tan torpe e incompetente como el aplicado en Grecia y Portugal, un rescate que ha desencadenado una espiral económica recesiva que llevado a una gran fractura social y política.

Con el desempleo en el 25%, la economía española se encamina hacia otro año de recesión. A pesar de los recortes presupuestarios y los aumentos de impuestos, pocos creen que se puedan cumplir los objetivos de déficit para 2012 o incluso para 2013. Mientras se esperan nuevos recortes en pensiones, educación, sanidad y desempleo, la pobreza está al alza entre los más vulnerables, los jóvenes cualificados toman el camino de la emigración, continúan los desahucios y las familias, que constituyen un pilar social, ven cómo sus recursos económicos se van agotando.

Los mercados financieros siguen cerrados para el gobierno, el crédito interbancario se ha secado y las Comunidades Autónomas están en quiebra. Sólo las exportaciones y las grandes empresas multinacionales españoles ofrecen algo de esperanza, pero con el desempleo en Europa en su máximo histórico desde el lanzamiento del euro, la demanda exterior no parece que vaya a ser suficiente para sacar al país de la recesión.

España se encuentra sometida a una triple presión. Desde arriba, la UE insiste en nuevos recortes a pesar de la evidencia de que son precisamente estos recortes los que abortaron el incipiente crecimiento económico de 2010 y estén conduciendo ahora a una nueva recesión. Las instituciones europeas, y el gobierno alemán, alaban rutinariamente las reformas adoptadas por el Gobierno. Pero en ausencia de medidas para estimular el crecimiento, los ingresos fiscales siguen cayendo a la par que aumentan los gastos haciendo imposible que se cumplan los objetivos de déficit. España, que entró en esta crisis con un porcentaje de deuda sobre el PIB muy bajo (36% en 2007) y un superávit presupuestario (1.9% en 2007) se encuentra ahora con que, en el presupuesto de 2013, el pago de intereses de la deuda será la principal partida presupuestaria. Pero a pesar de la evidencia de que España está en un círculo vicioso, el mensaje de Bruselas es el mismo: sean pacientes y sigan cavando.

La presión también viene de abajo a la par que las tensiones y desigualdades sociales aumentan y los ciudadanos vierte su enfado sobre la clase política. El Partido Popular ha perdido 15 puntos en intención de voto, dilapidando el capital político acumulado en ocho años de oposición. Con los Socialistas sin estar todavía preparados para tomar el relevo o beneficiarse de este pérdida, las próximas elecciones dibujan un mapa de inestabilidad y fragmentación del voto a los grandes partidos. Como las protestas del 25-S han puesto de manifiesto, dentro del movimiento de los “indignados”, que el 15 de mayo de 2011 ocupó las plazas españoles para pedir una democracia más representativa, comienza a perderse la paciencia, dando paso a una posible radicalización de algunos de sus componentes.

A las presiones de abajo y de arriba, se une las laterales. Los catalanes, que llevan 22 meses siendo los conejillos de indias de las políticas de austeridad cuenta a prácticamente 850.000 parados. Cataluña, que no sólo es la segunda región más rica de España (en términos brutos, en renta per cápita es la cuarta) sino que dispone de una fuerte identidad nacional podría decidir separarse de España, un movimiento en el que seguramente serían acompañados tarde o temprano por los vascos.

Si España finalmente se rompiera, la responsabilidad sería exclusivamente de los españoles. Sin embargo, los historiadores del futuro tendrían muy difícil no referirse al papel que jugaron unas políticas equivocadas de austeridad a la hora de alimentar esos procesos de separación. Desde luego que sería una gran ironía que en un país que ha construido su identidad democrática contemporánea en torno a la idea de Europa, fuera Europa precisamente quien la situara al borde del precipicio.

Durante décadas, los españoles han vivido bajo la inspiración de la frase de Ortega y Gasset “España es el problema, Europa la solución”. Pero ahora las encuestas suponen un duro despertar al señalar que, con solo un 30% de los españoles teniendo una visión positiva de Europa y un 28% mostrando una visión negativa, España es el país europeo, después de Chipre, donde la imagen de la UE es peor. Los españoles no se rebelarán contra Europa, pero van a aprender bastante sobre los desengaños amorosos.

Definitivamente, necesitamos un rescate. Pero debe ser un rescate inteligente, uno que no esté obsesionado con cumplir objetivos nominales sino con proveer la estabilidad financiera que permite que las reformas estructurales funcionen, la economía florezca, las divisiones sociales remitan y la cohesión territorial funcione de manera que el país permanezca unido. ¿Podrá el ganador del Premio Nobel (la UE) estar a la altura y tomar decisiones así de sabias? Difícilmente. 

Jürgen Habermas recogerá el Nobel en nombre de la UE

Por: | 15 de octubre de 2012

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Por desgracia, el titular no es verdad. Pero podría serlo si se sumaran a esta propuesta. Me explico. La concesión del Nobel de la Paz a la UE me parece, sorpresa, una magnífica idea. Son, como han dicho los miembros del Comité Noruego del Nobel (de la Paz), nada menos que “seis décadas de contribuciones al avance de la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa”. Sin duda que la Unión Europea es el proyecto institucional más innovador de la historia: la creación de un espacio político supranacional, con normas comunes, derechos y libertades que trasciendan las rígidas fronteras territoriales estatales y las rígidas fronteras mentales que marcan las identidades es algo inédito, y de tener éxito, transformará (ya lo ha hecho parcialmente, al menos dentro de Europa) irreversiblemente nuestra manera de entender la política y las relaciones internacionales.

Pero dado el lamentable estado en que está el ideal europeo, cosa que el Comité no ha olvidado señalar en su nota de prensa (Europa está en máximo de desempleo y de desafección ciudadana - véase mi columna del viernes 12 de octubre - Europa año V d.C), me opongo frontalmente a que cualquiera de sus múltiples presidentes (de la Comisión, del Consejo o del Parlamento Europeo) se presente en Oslo a recoger el premio.  ¿Se imaginan lo aburrido y previsible que sería la ceremonia? O peor aún, ¿se imaginan que en aras de equilibrio institucional, fueran los tres, Barroso, Van Rompuy y Martin Schulz, los que fueran a recogerlo? 

Por eso quiero proponer que en su lugar vaya un octogenario, Jürgen Habermas. Habermas representa con toda perfección el ideal cosmopolita de Europa, el empeño en construir una democracia posnacional, una democracia que no esté basada en las identidades, sino en los derechos y en una ética común. Habermas diría cosas relevantes, no se refugiaría en lugares comunes ni caería en la autocomplacencia. Es más, seguro que, a juzgar por las cosas suyas que hemos leído últimamente, sacudiría las conciencias europeas con una acerada crítica de las miopías y los egoísmos nacionales, algo que necesitamos urgentemente si queremos sobrevivir con dignidad a esta crisis.

Nos dicen de Habermas que está “muy enfadado, totalmente furioso, sí, porque se lo toma todo como algo personal. Da un golpe en la mesa y grita: "¡Basta ya!". Simplemente no quiere ver cómo Europa acaba en el cubo de la basura de la historia mundial” (Jürgen Habermas, “El último europeo”, PressEurope, 2 de diciembre de 2011). Su último ensayo (“Sobre la Constitución de Europa”, editorial Trotta) versa precisamente sobre el secuestro de la democracia europea por la tecnocracia y el “alejamiento de los políticos europeos de los ideales europeos” (véase aquí un resumen del texto), así que nada más oportuno. Nada mejor que un alemán para enseñarnos lo mejor de Alemania y que nos olvidáramos por un rato aunque fuera de Merkel y compañía y que celebráramos que no hay un país más ejemplar, más generoso y que haya logrado una transformación tan completa y tan sincera como Alemania.

Quizá, aunque esto ya sería rizar el rizo, podría ir de la mano del hombre que inspiró el nombre de este blog, George Steiner- ¿Se imaginan? ¿Dos octogenarios, incluso nacieron el mismo año, en 1929, uno alemán y otro judío, recogiendo ese premio en nombre de Europa?  Hace unos meses, a su paso por Madrid, el expresidente brasileño, Lula da Silva, sorprendió a la audiencia al decir que lo logrado por la UE era “patrimonio de la humanidad” y que, por favor, no lo dejaran destruir. Quizá Lula también podría sumarse …

¿Lo mejor de este Nobel? Que nos ha dado inspiración para seguir preocupados y comprometidos con el proyecto europeo. Premiar una idea es difícil, pero no será en un blog de ideas donde se cuestione lo importante que son.

Cavar para salir de un agujero no parece tener mucho sentido

Por: | 10 de octubre de 2012

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Traigo a los lectores de Café Steiner el muy interesante estudio del FMI “El bueno, el malo y el feo: 100 años lidiando con resacas de deuda” (“The Good, the Bad, and the Ugly: 100 Years of Dealing with Public Debt Overhangs”  Descargar IMF 2012 good bad and ugly paper). Se trata de un trabajo que estudia cómo salieron de la crisis los países avanzados que, a lo largo de los últimos años, superaron el umbral de deuda del 100% del PIB (un escenario en el que España, que empezó esta crisis con un 36% de deuda, está ahora a punto de entrar según el FMI – ver artículo ).

Sus conclusiones son demoledoras para aquellos que, desde las instituciones europeas y los gobiernos de algunos estados miembros se empeñan en seguir aplicando unas políticas de austeridad que no sólo no están funcionando sino que, peor, son contraproducentes y están generando una tensión de tal calibre que amenaza la propia continuidad y legitimidad de la Unión Europea.

Primero, nos dice el FMI, las políticas de ajuste fiscal sólo funcionan si son acompañadas por medidas que estimulen el crecimiento o creen un entorno favorable para que este se produzca. Esto se refiere tanto a las medidas de ajuste estructural, especialmente las medidas de saneamiento bancario, como a la existencia de una política monetaria favorable, es decir, tipos de interés bajos para las empresas.

Segundo, prosigue el Fondo, los países más exitosos son los que hicieron reformas estructurales a largo plazo, especialmente aquellos que rediseñaron su estructura impositiva para hacerla más eficaz y sostenible, no los que tomaron medidas cortoplacistas de control de déficit que sólo buscaban cumplir objetivos nominales de reducción de gasto.

Tercero, concluye el Fondo, la consolidación fiscal, es decir, la reducción del déficit, requiere tiempo. Históricamente, una vez que los países alcanzaron el 100% de deuda, tardaron una media de 15 años en reducirla sólo 10 puntos. Esto se debe a varias razones. La primera es que, como media, unos niveles de deuda superiores al 90% de PIB “roban” un punto de crecimiento a la economía lo que ralentiza la recuperación económica. La segunda es que la reducción de la deuda requiere un superávit primario, es decir que los ingresos del estado sean superiores a sus gastos (excluyendo el pago de intereses de la deuda), lo que requiere una combinación de medidas (aumento de impuestos, reducción de gastos, mejora de las exportaciones) que no se logran inmediatamente.  En consecuencia, cualquier cosa que vaya más allá de una reducción de un punto por año en el déficit tiene visos de no ser sostenible. Intentar pasar, como pretende el gobierno español, de un déficit del 7% del PIB en 2012 a uno de 2.8 en 2014 es un esfuerzo tan brutal como inútil, a la luz de la experiencia.

Lo que el FMI nos dice es que los países que pasan un umbral de deuda determinado caen en una trampa de la cual no es fácil salir si no hay apoyos (tipos de interés bajos y demanda externa que permitan que las reformas estructurales den resultado). En ausencia de esas condiciones nos encontramos con la paradoja que señalara Keynes al despachar el caso de la tan brutal como ineficaz austeridad británica impuesta por el Reino Unido después de la primera guerra mundial con una sencilla constatación: “Ser bueno no compensa”. Como muestran las perspectivas de (de)crecimiento para España que el FMI hizo públicas ayer (ver artículo), cavar no parece la mejor manera de salir de un agujero. Lo dice el FMI. Es una pena que nadie escuche a esos revisionistas.... 

A Dinamarca también se le subieron las burbujas a la cabeza

Por: | 08 de octubre de 2012

Agua-burbujas
Hace unas semanas, escribí una “Cuarta Página” en este periódico (“España tiene solución”) lamentando el hecho de que los españoles tendamos con tanta frecuencia a atribuir nuestros males y problemas a supuestos defectos culturales de carácter congénito. Suecia también tuvo que crear un banco malo, recordaba, y Estados Unidos una tremenda burbuja inmobiliaria, todo ello sin que, por lo que sabemos, tengamos muchos rasgos culturales compartidos con ellos. Frente al casticismo, argüía, política comparada.

Ahora regreso de Dinamarca, tras participar en una serie de conferencias bajo el título “Después de la austeridad: consecuencias sociales de la crisis del euro” organizadas por el Danish Insitute for International Studies (DIIS), el principal instituto de investigación sobre política exterior del país. Si hay un lugar al que uno acuda en estos tiempos con la cabeza gacha es a Escandinavia: cada vez que pasas por allí te vas con la sensación de que en este planeta hay formas de vida más inteligente que nosotros. Países que conjugan competitividad, apertura al exterior, innovación al desarrollo, pleno empleo, cohesión social, equidad de género. Se mire por dónde se mire, el resultado es el mismo: sobresaliente en todo.

¿En todo? Pues no exactamente. Muchos lectores se sorprenderán al saber que los daneses viven en vilo por culpa de una inmensa burbuja … inmobiliaria. Durante los diez años que transcurrieron desde el lanzamiento del euro (1998) hasta el estallido de la crisis (2008), los precios de la vivienda se duplicaron en Dinamarca. ¿Les suena?

Dinamarca tiene la peculiaridad de tener uno de los mercados de deuda hipotecaria más grandes del mundo, un mercado que supera en cuatro veces al mercado de deuda pública.  Resulta que los daneses han acumulado en estos años una deuda hipotecaria que duplica la media de la Unión Europea (142% del PIB en Dinamarca, 79% en la UE) 454%). Esa deuda, de 500.000 millones de dólares, es superior a la deuda soberana acumulada por Grecia (478.000 millones de dólares ) y también a la deuda hipotecaria de España (318.000 millones de euros). Lo que es peor, el 70% de las hipotecas están calificadas con un alto nivel de riesgo y, a su vez, se estima que todas esas viviendas están sobrevaloradas, como mínimo, un 25%.  Son ya doce los bancos y entidades de crédito daneses que han tenido que ser intervenidos, lo que ha llevado a Moody’s a rebajar la calificación crediticia de hasta nueve bancos.

Al primer estallido de la burbuja, en 2007-2008, me dicen ahora los daneses con los que he estado, se les une ahora una segunda amenaza. Hace una década se comenzaron a comercializar hipotecas con 10 años de carencia en el pago del principal. El argumento era que los jóvenes tienen menos ingresos al principio de sus carreras, y que es justo en ese momento cuando no pueden acceder a la compra, pero que posteriormente, con los hijos ya mayores y unas carreras profesionales más encarriladas, sí que podrían hacerse cargo del pago del principal. Pero la norma tuvo un efecto inesperado: elevar los precios de las viviendas. Ahora, en plena crisis, con el desempleo creciendo (ha pasado de 3.2% en 2007 a 7.6% en 2012)  y la economía creciendo de forma muy débil, comienzan a vencer esos plazos, lo que provoca una enorme inquietud. Aunque los precios han caído enormemente, se teme que los bancos queden sobrecargados y haya que rescatarlos.

Así pues, no parece que el problema de la deuda hipotecaria sea exclusivamente un problema del sur. De hecho, según algunos informes, además de la ya conocida burbuja inmobiliaria británica, franceses, y especialmente, alemanes, serían los próximos en estar creando las condiciones para una burbuja inmobiliaria pues la crisis de confianza que afecta al euro está teniendo como consecuencia un incremento desmesurado de los flujos de capitales hacia territorios “seguros” como Alemania. Pero como allí los tipos de interés son muy bajos, o incluso negativos, pues lo que sobra es dinero, los inversores están fijándose en la propiedad inmobiliaria, lo que está empezando a empujar los precios al alza. Australia, Suiza, Países Bajos, Escandinavia… en todos los países considerados “estables” por los inversores, los precios de la vivienda están subiendo sin parar.

“Mal de muchos, gozo es” (Santillana 454). Pero Gracián, con acierto,  ya se quejaba en el Criticón de que la frase “mal de muchos, consuelo de todos” se había adulterado, pues era “mal de muchos, consuelo de tontos”.  Pero no es consuelo lo que necesitamos, sino entender cómo funcionan los mercados y por qué y cómo nos han traído hasta aquí. A daneses, a españoles o a estadounidenses.

 

El País

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