Mario Monti y Mariano Rajoy representan dos extremos opuestos. El primero representa la quintaesencia del tecnócrata profesional; el segundo es la máxima encarnación del político profesional.
Mario hizo su carrera como Profesor de Economía, luego Rector y Presidente de la más prestigiosa Universidad italiana (Bocconi) para, a continuación, aspirar a la máxima gloria europea (Comisario), cargo al que accedió por primera vez en 1994 y donde se mantuvo hasta 2004, lo que le permitió tejer una red de contactos profesionales y empresariales que se han demostrado increíblemente valiosos para su país.
Mariano, por el contrario, no ha tenido otra profesión que la política, pues hasta su elección profesional, registrador de la propiedad, estaba claramente destinada a permitirse una carrera política sin preocupaciones. Carrera de derecho, oposición, servicio militar, todo para poder permitirle ser diputado en 1981, con 26 años. Treinta y un años en política. Ahí es nada.
Pero he aquí que la crisis del euro juntaría a estos dos hombres, destinados a no encontrarse por carecer de absolutamente nada en común. El 16 de noviembre de 2011 toma posesión Mario Monti, al colapsarse el gobierno de Berlusconi, defenestrado por la suma de fuerzas de Merkel, Sarkozy, el Banco Central Europeo y los mercados. Y un mes más tarde toma posesión Rajoy, también al calor del colapso del Gobierno de Zapatero, incapaz de atajar la crisis ni de transmitir ya confianza alguna al electorado.
Desde entonces, con respeto, pero con algo de recelo y mirándose de reojo, España e Italia han estado braceando la crisis del euro. Si en un tiempo, España e Italia mantenía un cierto “pique” en torno a quién era más exitoso (¿recuerdan aquello del sorpasso?), durante 2011-2012, la competición ha sido mucho menos divertida. ¿Quién caerá primero, apostaban los inversores, Italia, víctima de su enorme deuda pública y de su falta de capacidad de hacer reformas, o España, víctima de su enorme deuda privada y de su incapacidad de generar empleo?
Los dos ha tenido momentos angustiosos, cuando la prima se ha disparado hasta extremos insostenibles, momentos de gloria, como cuando en el Consejo Europeo de junio pasado, actuando juntos, lograron doblegar a Alemania y lograr el apoyo del BCE, pero también momentos de frustración, especialmente este otoño, al ver cómo el consenso alcanzado en junio sobre la unión bancaria y el BCE se ha ido deshilachando a su paso por Berlín, Viena y Helsinki.
Y sobre los dos han pesado dos hándicaps muy diferentes, casi inversos. Monti, con sus contactos internacionales, idiomas y conocimientos de economía, era el líder perfecto para Italia en estos momentos. Mientras, el currículum de Rajoy, sin conocimientos de economía, idiomas ni experiencia internacional, representaba un monumental error de casting, sólo atribuible a la nefasta cultura de partido desarrollada por los partidos políticos españoles.
Pero hete aquí, paradoja, que la historia vaya (aparentemente) a terminar con la expulsión del más capacitado de los dos, Mario. Porque el talón de Aquiles de Monti es el propio Berlusconi, que le nombró en 1994 y le dio vida como Comisario Europeo hasta 2004, para luego apoyarlo durante todo este año en el Parlamento con los votos del Pueblo de la Libertad, su partido. Nos quejamos de España y de sus fracasos, pero que Berlusconi no sólo no esté en la cárcel sino que todavía sea capaz de dar y quitar la vida política no se presta a una explicación racional.
Si esto fuera un blog literario, sólo habría una explicación: como Jekyll y Hyde, como Sméagol y Golum, Silvio y Mario son la misma persona. Pero no lo es así que hay que buscar una explicación alternativa. En noviembre pasado muchos dijimos que la inestabilidad de unas elecciones generales era preferible a un gobierno tecnócrata que viviera con el pecado de la legitimidad prestada por Berlusconi. No pasa nada, se nos dijo: Monti arreglaría el país y ese éxito sería el acta de defunción de Berlusconi. Juzguen ustedes. La única esperanza que le queda a Italia es que en la política normal, un mes es un año, pero en la política italiana, un mes es un siglo, así que todo es todavía posible.
Hay 10 Comentarios
Mario Monti y Mariano Rajoy representan dos extremos opuestos. El primero representa la quintaesencia del tecnócrata profesional; el segundo es la máxima encarnación del político profesional.
A Mariano Rajoy le votaron la mayoría absoluta de los españoles, a Mario Monti no le votó ni un triste italiano, es un tirano impuesto por extranjeros, un fascista elegido fuera y un golpista. Esa es la verdadera diferencia.
Publicado por: Antoni de Sallas | 11/12/2012 6:23:03
En España, la que se esta destapando para empezar a gobernar sin tapujos, y no como ahora, desde la sombra, es : La ´´Santa´´ Iglesia.
Publicado por: Marcelo M. | 10/12/2012 19:16:29
Uno gobierna en Italia y el otro las Isla Salomon. En España nadie sabe quien gobierna. ¿Opus? ¿Banqueros? ¿Mafias? PD Werrt y Gallardón gobiernan en solitario.
Publicado por: Peret. España KO | 10/12/2012 14:36:43
"...sino que todavía sea capaz de dar y quitar la vida política no se presta a una explicación racional."
La explicación no necesita ser racional, sino científica. L racional es sólo una parte de la ciencia, la otra es la realidad empírica. A Berlusconi le votan mayoritariamente en Italia. Más todavía, lo hacen a su persona y no a su partido. Berlusconi no se esconde como Rajoy, le gusta estar y abrir su enorme bocaza y que le voten a él y no a sus organización de acción política, su partido político.
En democracia, gana el que más votos (relevantes, por las proporcionalidades) obtiene. El que más votos obtiene es el que mejor lo hace en los medios de comunicación y/o los controla. Berlusconi controla los medios de comunicación en Italia y es más payaso que el más payaso de sus fieles votantes cada vez que sale en ellos. Y lo hace cuando quiere y cómo quire. No necesita nada más.
Del control de medios de comunicación y de alzar y tirar candidatos o de sostener presidentes del gobierno sabe mucho El País-PRISA. Que le pregunten al cínico de Felipe González o a Borrell.
Por cierto, que detrás de Berlusconi se esconden muchos de esos amigos que conoce Monti de cuyas relaciones personales parece que tendría que estar más que orgulloso, según Torreblanca. Tienen mucho dinero y Berlusconi hace que no paguen ni un céntimo en impuestos. Eso les basta para no promover con su dinero a otro perrillo para que les gobierne Italia a su medida.
Publicado por: marcelo | 10/12/2012 13:37:04
Poner, en gran medida, los destinos de un país en manos de unos pocos líderes políticos, debiera llevarnos a dedicar más tiempo para reflexionar qué "canteras" tenemos para "fabricar" esos líderes, cómo funcionan y qué cambios requerirían para adecuar sus "productos" a lo que realmente necesitan los países.
Se debate mucho sobre si los partidos son más o menos democráticos, si están más o menos próximos a su electorado, pero a nadie parece preocuparle cómo seleccionan y preparar a quienes nos van a presentar para presidir el Gobierno de nuestro país.
Recomiendo la lectura de este artículo:
http://www.otraspoliticas.com/politica/%c2%bfque-politicos-para-el-2030
Publicado por: carmen sanchez | 10/12/2012 13:02:36
Ay, perdona, me confundí yo. Lo siento, otro saludo!
Publicado por: Paulo Hartgers | 10/12/2012 12:52:23
Lea Ud conmigo: Mario Monti y Mariano Rajoy representan dos extremos opuestos. El primero representa la quintaesencia del tecnócrata profesional; el segundo es la máxima encarnación del político profesional.
Los dos paragrafos siguientes demuestran que Ud. ha confundido primero y segundo. Un saludo!
Publicado por: Paulo Hartgers | 10/12/2012 12:50:46
Esperemos que por fin el próximo presidente que nos toque sea una persona que conozca el mundo, qiue sepa idiomas, que se sienta cómodo buscando mercado para nuestros productos y servicios en cualquier parte del mundo. Y que se se sienta con la confianza suficiente para defender nuestros intereses. Es tremendo ver como nuestros últimos presidentes no saben que hacer en esas reuniones internacionales. Incapaces de establecer lazos con sus colegas, deseando volver a casa.
Carla
www.lasbolaschinas.com
Publicado por: Carla | 10/12/2012 10:52:15
Bueno, Silvio y Mariano son dos hipostasis de la misma persona divina: el dios vengador de los que han osado en sus países pretender que los ciudadanos debían obtener la igualdad con la antigua y/o la nueva (los banqueros) nobleza, por la vía de supresión de privilegios.
Publicado por: nessie | 10/12/2012 9:33:32
Un apunte solamente, el partido de Berlusconi es el Pueblo de la libertad, no el Polo.
Publicado por: shurmano | 10/12/2012 8:06:44