
Conocido el nuevo gobierno alemán, permitámonos unos minutos de optimismo. Cierto que la continuidad del demócrata-cristiano Wolfgang Schäuble como Ministro de Finanzas deja claro que estamos ante un gobierno ortodoxo y continuista en lo relacionado con la gestión de la crisis (nada de sorpresas, pues, como señalé en una entrada anterior). Pero dentro de esa ortodoxia, Schäuble, con 71 años, es un hombre más cercano a la generación de Kohl que a la de la Canciller. Puede ser exigente, pero es un viejo europeísta y, por tanto, un europeísta a la vieja usanza, que cree en la UE como proyecto político y es consciente de la especial responsabilidad y papel central de Alemania.
Pero es del lado socialdemócrata donde esperamos, si no cambios radicales, al menos políticas complementarias y, sobre todo, una sensibilidad diferente. Sigmar Gabriel, el líder del SPD, será Vicecanciller y Ministro de Economía, a cargo de la transición energética, mientras que Fank-Walter Steinmeier será Ministro de Exteriores (un puesto que ya ocupó en 2005-2009, en el primer gobierno de coalición). Pero es que, además, el Ministro para Europa (equivalente a nuestro Secretario de Estado para la UE) será Michael Roth (ver bio), un buen conocido de muchos en Madrid gracias a la excelente labor de Lothar Witte estos últimos años como Director de la Fundación Friedrich Ebert en Madrid.
Si quieren saber más sobre las ideas que Roth ha estado manejando y difundiendo estos años en sus viajes por las capitales europeas como portavoz para Europa del grupo parlamentario europeo les recomiendo esta entrada de José Luis Escario en el blog de la Fundación Alternativas de junio de 2012 (“El SPD: ¿un nuevo protagonista en la política europea”) y, muy especialmente, este documento en castellano (“El camino para salir de la crisis – crecimiento y empleo en Europa”) donde se desgrana la visión que de la crisis tiene el SPD y las medidas que ha venido proponiendo.
Cierto que no todas las medidas, especialmente las más avanzadas, han entrado en el pacto en el que se basa el acuerdo de coalición, pero un gran número de las cosas que España necesita de la UE están ahí, entre ellas: una lectura de la crisis donde, además de los desequilibrios fiscales de los estados, se ponga el énfasis en la irresponsabilidad de los mercados financieros; se priorice el crecimiento, el empleo y las políticas sociales en el ámbito europeo; se crea en la inversión pública y se pidan mayores recursos presupuestarios para la UE.
Muchas de esas cosas no serán posibles, u ocurrirán lentamente, pero el marco conceptual en el que gobernará este gobierno será indiscutiblemente activista y pro-Europeo. Alemania no ha tirado la toalla con la integración europea, sigue creyendo en ella y está comprometida a fondo con ella. Creo que este gobierno lo demostrará con creces.