José Ignacio Torreblanca

Si no podemos con los eurófobos, unámonos a ellos

Por: | 06 de diciembre de 2013

Captura de pantalla 2013-12-05 16.17.11

En mi columna del pasado viernes ("Los eurófobos ya han ganado") analizaba el desplazamiento hacia la derecha eurófoba en el que tanto Cameron como Hollande parecen haberse embarcado como contrapunto a las desastrosas perspectivas electorales que les atribuyen los sondeos.

Particularmente sonrojante es la tribuna de David Cameron en el Financial Times del día 26 de noviembre bajo el título: “La libertad de movimiento tiene que ser menos libre” donde la emprende contra el millón de inmigrantes de Europa Central y Oriental que dice se han instalado en su país y anuncia restricciones a la inmigración para evitar que a partir del 1 de enero de 2014 los búlgaros y rumanos puedan trabajar libremente en el Reino Unido. Esas restricciones afectarán a empresarios e inmigrantes, evitando que los inmigrantes accedan a beneficios sociales, laborales o de vivienda y expulsando a aquellos que mendiguen o que no tengan trabajo.

Mano dura pues. Y sin fundamento porque como señala este estudio de John Springford para el Centre for European Reform, un centro de pensamiento británico, los inmigrantes son una bendición, no una carga para el sistema británico: son más jóvenes que la media de la población, tienen más estudios que la media y tienen empleo así que aportan más de lo que consumen (no se jubilarán en Reino Unido). El autor cita hasta ocho estudios que demuestran que los inmigrantes de los países de Europa Central y Oriental no quitan el trabajo a los británicos, pero para qué, ¿quién va a dejar que un dato estropee una campaña política?

Lo mismo se deduce de este análisis de Hugo Brady: las restricciones que plantea Cameron son marginales, ya están en vigor o no tendrán efectos visibles: son espantajos que agitar para demostrar a los votantes eurófobos que Cameron están haciendo algo. Pura hipocresía y cinismo.

Parece mentira que el gobierno británico, adalidad histórico del liberalismo, la tome ahora con la libertad de circulación de personas, uno de los pilares fundamentales de la UE sin los cuales esta no podría existir. El mercado interior no es un menú de dónde uno elige los platos que quiere tomar: es un paquete completo y equilibrado que tiene costes y beneficios. Como señala un lector que responde a Cameron en Financial Times, al gobierno británico le parece bien que las empresas británicas inviertan en Rumanía y Bulgaria porque allí es más barato producir, y también quiere que búlgaros y rumanos compren productos británicos, pero luego pretende que se queden allí y no vayan al Reino Unido.

Y como le señala otro lector, el Partido Conservador es partidario de la ampliación de la UE a Turquía, Ucrania y todos los Balcanes. ¿Qué hará si estos países entran? ¿También impedir la libre circulación de personas? No deja de resultar curioso escuchar a David Cameron, del Partido Conservador, despotricar contra el liberalismo de los Laboristas de Blair, que creyeron que la economía británica se beneficiaría de la apertura económica, comercial y laboral a Europa Central y Oriental. Vivir para ver.

Pero si de verdad quieren entender las claves de todo, sigan a Nigel Farage. Aquí está su discurso del 20 de septiembre sobre la criminalidad rumana y la oleada de delincuentes que se está preparando para entrar en el Reino Unido a partir del 1 de enero. No se  pierdan tampoco esta crónica de la visita de Farage a Bulgaria.

Lo peor de todo, el subtítulo de la tribuna: Cameron pretende convencernos de que le preocupa que los mejores y más listos salgan de Bulgaria y no contribuyan al desarrollo de ese país pero en su discurso, como Farage, lo que dibuja es una legión de desharrapados sin cualificación dispuestos a trabajar por muy poco dinero, a delinquir o a abusar del sistema de bienestar.

Hay 7 Comentarios

A nadie le gusta formar parte del pelotón de los torpes, ni ser el saco de los golpes, ni ser los últimos en los repartos, ni los torpes del grupo.
Por experiencia, sabemos que la gente rasa es la que paga siempre los platos rotos.
Todos y sin excusa.
Y nadie quiere cargar con ese peso mientras los listos se posicionan en el mejor sitio, y se libran de pringar.
A resguardo, y justificando claro.
Por eso son listos o vivales, aquí en provincias.
Porque la gente bien colocada tiene recursos para escurrir el bulto, por eso en la sociedad de hoy, nadie quiere ser de los últimos, ni quedarse sin equipo.
Equipo ganador se entiende.
Para no pringar.
Tiempo atrás era corriente hablar con gente del montón que eran siempre amigos o conocidos, o familiares lejanos de gente importante.
De militares, del clero o de políticos.
Altas graduaciones siempre, como diciendo sin querer, ojo conmigo, que yo tengo influencias y le puedo meter un paquete a cualquier hijo de vecino.
Hoy sigue pasando igual en nuestra sociedad, aquí nadie quiere ser ciudadano raso.
Para no tener que pagar siempre el pato.
Cobrar solo una nómina con recortes y estar sujeto a todos los pagos de tasas y de impuestos al cien por cien, hay que buscarse cobijo.
Y apuntarse a un caballo ganador que nos coloque en cabeza, para buscar salidas que nos quiten peso social, y si hay que gritar y denostar, pues se grita y se denosta a los vecinos o a las vecinas de enfrente.
Que total da igual, son unos inútiles.
Para quedar bien, y soltar cuatro risas y chanzas sobre lo feos que son aquellos vecinos.
Que no tienen a nadie que les valga de alta graduación social, para ir asustando un poco.
La culpa es de aquellos.
Aquí dentro, porque fuera de aquí, ninguno pinta una mona, ni les conoce nadie, ni sirven para fregar el suelo, ni para decir hola.
En cuanto abren la boca, lo cantan de inmediato, que no valen un pimiento fuera de su provincia o pueblo.
Calados del todo.
Y hasta los huesos, unos inútiles totales.

Las cuchillas tipo concertinas más peligrosas son las que no se ven. No cortan la piel sino la razón.

Habla de la derecha eurofoba, pregunto es por tanto la izquierda eurofila, la verdad mis conocimientos politicos son escasos pero creo queHollande hasta lo que se es de izquierda y parece que eurofobo, dejemos de seguir identificando derecha como conservadora e izquierda progreslsta cuando ambas hacen lo que les conviene para seguir en el poder sin importar si es o no lo correcto y una vez mas s cumple lo que alguna vez escuche: La politica no sabe de lealtades ni de colores solo de intereses
Jose Luis Espargebra Meco desde Buenos Aires

La CE debe suspender las subvenciones que recibe, tanto Bulgaria y Rumanía, dinero del contribuyente europeo que está destinado para la integración de sus gitanos que, al día de hoy, es un colectivo que vive marginado en sus respectivos territorios. Ambos países deben ser sancionados por no cumplir con el objetivo para el que se deben destinar estas ayudas. Este colectivo en su gran mayoría no llega con el fin de aportar a la economía de los países en donde ingresan, sino, para intentar vivir a costa de su sistema social que no lo encuentran en sus propios países, además, muchos se dedican a delinquir, ocasionando inseguridad en la ciudadanía. España tiene suficiente experiencia con estas bandas de facinerosos. Los que tienen una profesión cualificada, por lo general, llegan en otras condiciones.

Mandela solo hubo uno y Ghandi fracasó en hacer una India de ciudadanos y no de sectas. Ahí está Pakistán.
Todo lo demás es unir a "los nuestros" señalando un culpable a quien aborrecer: Cameron, Wilders, Mas, Le Pen, Hollande, Merkel hacen lo mismo de siempre: nacionalismo. Podemos culpar al sistema electoral europeo de que el verdadero poder sea de los países westfalianos y no de los ciudadanos. Un incentivo imbatible para merkelizar europa, enfrentar los intereses de unos y de otros.
¿Hay algo frente a esto?¿Algún líder europeo que le diga a Cameron que son nuestros socios pero no nuestros amigos?¿que tener una enorme flota de paraísos fiscales al servicio de Su Majestad que ayudan a nuestros evasores es incompatible con disfrutar de la libre circulación de capitales?. Es un ejemplo de lo que espera a la UE si nadie hace nada. Lamentablemente el capital político potencial existe, lo que faltan son políticos.
Aquí, por ejemplo, Rajoy y Rublacaba se ocupan de los asuntos internos de sus partidos: los ciudadanos, Europa... para eso no le da la cabeza.

La ilegalización del PP daría un vuelco absolutamente positivo a la política española.
Si perseguimos cambiar la Constitución ¿Por qué no hacer inadmisible la perversión política y definirla, tal como se ha definido la limitación del Deficit Público constitucionalmente?
A partir de la eliminación del PP español, durante unos 30-40 años, podría haber un balón de oxigeno a la ética política, a la promoción del debate social en torno a ideas desvinculadas de intereses corporativos, a la promoción del pensamiento democrático sin lealtades ideológicas, a una transparencia leal a principios fundamentales y, un largo etc.
Al cabo de ese tiempo, tras 30 o 40 años de higiene democrática, podría autorizarse a la derecha española a participar en la vida política. Entonces, comenzar a hacerles seguimiento perennemente, a fin de detectar el más remoto vestigio de franquismo-fascismo que, son tan característicos de esta gente, desde que se fundaron como Alianza Popular y cada vez más en la actualidad.
El PP daña, si contemplamos su origen, su trayectoria, su ideología y su hacer y desempeño. Daña a la democracia y al país. Es un partido tóxico, con gente tóxica, con propósitos diferentes a los que pregonan. De ahí, el empeño de personas como Ana Botella, y muchos otros, de vendernos su enfoque malsano, pregonando el “progreso” que ha significado para el mundo, la ideología del PP, generalizando y asociando como suyas, aquellas cosas que no tienen ninguna conexión con la ideología del PP y la ultraderecha española
Es obvio que hay todo un empeño en un segundo renacer. Lo hacen sin complejos. Tan solo, mírese hacia atrás, un par de años.
Alemania está legislando al respecto. ¿porque nosotros no podríamos estar libres del franquismo-facismo, en un lapso de 60-80 años?

No ganan los eurofóbos, simplemente es que pierden los que dicen representarnos. "No hubo victoria porque no habia oponente." dijo un nazi hace 80 años.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal