José Ignacio Torreblanca

Pobres pero honrados, dicen los científicos

Por: | 16 de enero de 2014


Captura de pantalla 2014-01-16 00.37.30Traigo a los lectores de Café Steiner un curioso estudio que muestra una fuerte correlación entre la clase social y las conductas poco éticas. Esa correlación es de carácter inverso, es decir, que “cuanto mayor es la clase social, menos ética es la conducta de los individuos". Dicho en otras palabras, el estudio confirma que el dicho “pobres, pero honrados” tiene bastante de cierto pues en los siete experimentos realizados los individuos con mayor poder adquisitivo mostraron una tendencia mayor a saltarse las normas establecidas.

El artículo se publicó en “Proceedings of the National Academy of Sciences” bajo el título “Higher social class predicts increased unethical behavior” y sus autores son Paul K. Kiff, Daniel M. Stancato, Stéphane Côté, Rodolfo Mendoza-Denton y Dacher Keltner, todos ellos psicólogos en las Universidades de Berkeley en California y la Universidad de Toronto. 

El estudio intenta contrastar dos hipótesis. La primera, que la propensión a incurrir en conductas poco éticas tiene que ser más alta en aquellos que más privaciones sufren. La segunda, que un elevado estatus social hace más egoístas a los individuos, les concede más recursos para emplear a su favor y, en definitiva, les empodera en un sentido que les haría más propensos a saltarse las normas.


En los dos primeros experimentos, se midió qué vehículos tendían a no parar en los pasos de cebra y a “colarse” en los cruces. En ambos casos, la correlación era positiva (véase gráfico), mostrando que los coches de alta gama era más propensos a no parar en los pasos de cebra y a colarse en los cruces.

En otro experimento, se dejó a los entrevistados esperando en una sala con un gran bol de golosinas que, se les informó, eran para unos niños que participarían a continuación en un experimento. A los sujetos se les informó de que podían coger alguna golosina si lo deseaban. Pues bien, aquellos que más golosinas cogieron, sin mostrar reparos por reducir el número de golosinas disponibles para los niños, también fueros los individuos más pudientes.

 

Captura de pantalla 2014-01-16 00.37.01También se midió la propensión a decir la verdad de los individuos, utilizando para ello un experimento relacionado con la contratación de un puesto de trabajo en la que se dejaba a los entrevistados decidir cuánta información podían ocultar sobre la precariedad del contrario. El resultado confirmó, una vez más, que la propensión a las conductas poco éticas era mayor cuanto mayor era la clase social.

En otro experimento, se verificó la tendencia a mentir de los individuos para conseguir sus objetivos, en este caso un incentivo económico. En un juego de dados virtual, predeterminado para que en cuatro tiradas nunca salieran más de 12 puntos, los individuos de clase alta afirmaron con mayor frecuencia haber superado los 12 puntos.

En la conclusión, los autores señalan que su experimento demuestra que el éxito económico y social de los individuos está íntimamente relacionado con la capacidad de defender los propios intereses y anteponerlos a los de los demás, de ahí la mayor proclividad de los individuos pertenecientes a clases sociales más altas a incurrir en conductas poco éticas. ¿Coinciden los lectores con los resultados de este estudio?

Hay 12 Comentarios

Pues claro y el que está dispuesto a intrigar hace consigue poder más fácilmente y el que está dispuesto a fingir amor/cariño y a decir que no se acuesta con otros/otras consigue más contactos sexuales e incluso recibir más amor/cariño de los que le/la creen.
Los comportamientos nihilistas bien llevados (esto es, que no se descubren) siempre han facilitado el ganar en todas las facetas de la vida.
Hombre, si hasta en la gran mayoría de deportes en los que se juega contra un rival una de las armas más importantes es la finta, engañar al rival sobre las verdaderas intenciones que uno tiene.
Vamos, que no es ningun descubrimiento.
Eso sí, lo de los coches no me vale, seguramente, si hubieran investigado sobre los propietarios, habrían detectado que la correlación no es con la clase social, sino con el sexo (hombres) el nivel cultural y la edad (jovenes agresivos).

Claro, al parecer no se es deshonesto por ser rico, sino que se es rico porque se es deshonesto. La clave del asunto esta en el ultimo parrafo del articulo. Solo hace falta fijarse en unos cuantos de nuestros ejemplares de la clase politica para caer en la cuenta de lo cierto que es eso.

Más pobres, más honrados, en general sí, salvo si se llega a la extrema pobreza o indigencia, estado en el que un individuo tiene ya poco que perder y puede dar rienda suelta a las más bajas pasiones.

La sociedad es gobernada por los poderosos y sus aliados, los cuales crean una serie de conceptos que los favorecen, y que suelen perdurar; la iglesia definio terminos como "nobleza" como sinonimo de bondad, honradez, virtuoso, siendo que esa clase basicamente militar era ladrona y asesina; para dar nombre a lo malo, eligieron "villano", y sobran las malas interpretaciones; igual con proverbios: "pobre pero honrados", son pobres porque son honrados, sino lo fueran serian banqueros, politicos, empresarios, asi de simple.

En mi opinión el comportamiento ético de las personas no depende de su poder adquisitivo sino de su nivel cultural. De tal forma que a mayor nivel cultural mejor y más correcto comportamiento ético.


Dicho eso, si los profesores que han realizado el estudio hubieran viajado por los Estados Unidos en avión, tren y autobús, seguramente hubieran llegado a la conclusión contraria.

La sabiduria popular no se equivoca y si este dicho: Pobres pero honrados es parte del acervo cultural por hago habra nacido, seguramente de la experiencia acomulada de siglos, ademas siempre he oido decir que los pobres son mas generosos y lo confirman las colectas que se hacen para distintos fines que las regiones y zonas mas desfavorecidas aportan en proporcion dan que las mas desarrolladas y prosperas y ya Jesus de Nazaret nos lo enseña cuando alabo a la viuda pobre que puso en el templo solo unas monedas de cobre que era todo lo que tenia para comer y no a los ricos que aportaban grandes cantidades, porque la generosidad lo se mide por cuanto damos sino por lo que nos duele lo que damos
Jose Luis Espargebra Meco desde Buenos Aires

Resulta peligroso generalizar sobre casi cualquier asunto relativo a comportamientos humanos, y también es muy difícil establecer la normativa que garantice resultados estadísticos fiables para dichos comportamientos. Más todavía si tratamos de generosidad. Y sin embargo, dicho esto, los resultados que exhibe el artículo coinciden, hace siglos, con lo que piensa la gente del común en muchos lugares del mundo y diferentes culturas.

Completamente de acuerdo con las conclusiones del estudio.
Con respecto a la causalidad que se plantea en los comentarios, ya se lo preguntaba el gran Ivá a través de su personaje Makinavaja en los tebeos: "Yo no sé si los ricos son ricos porque son unos hijosdeputa o son hijosdeputa porque son ricos".

En primer lugar felicitarle por el artículo.
En relación con la pregunta que lanza al final del mismo, como ciudadano normal y corriente que no tiene ninguna capacidad para realizar estudios de esta envergadura no puedo tener una opinión fundamentada sobre el estudio. Pero lo que sí tengo es una PERCEPCIÓN personal que coincide plenamente con los resultados del mismo.
No obstante me gustaría señalar que no es lo mismo la relación (correlación en terminología estadística) que la CAUSALIDAD. En estos estudios se pone de manifiesto que existe una fuerte correlación positiva entre las conductas poco éticas y deshonestas y el estatus social (mayor estatus más deshonestidad y viceversa).
Sin embargo el problema de la causalidad no queda estudiado: ¿la deshonestidad viene de haber accedido a altos niveles de estatus social? o ¿se accede a altos niveles de estatus social por contar entre las "virtudes" personales con altas dosis de deshonestidad?.
De nuevo apelando a mi PERCEPCIÓN personal, considero que la causalidad hay que explicarla a través del segundo interrogante que planteo.
un saludo

Lo dicho en el artículo es coherente con la observación, común entre camareros en países donde la propina es prácticamente obligatoria, que cuanto más poderoso es el cliente más escatima en propinas. No tengo un estudio para respaldar esta afirmación pero la anécdota de Hillary Clinton y su equipo "olvidándose" de dar propina a una camarera incluso durante la campaña electoral puede es reveladora http://tinyurl.com/p9tugbk . (Se dice también de los Clinton que mantienen una hoja Excel con los nombres de las personas que les han agraviado, y el grado de "retribución" que merecen http://tinyurl.com/nha7e5w .)

Una charla de TED en el mismo sentido: ¿el dinero te hace mezquino?http://www.ted.com/talks/paul_piff_does_money_make_you_mean.html
Y un artículo de este periódico que podría verse en sentido contrario, de alguna manera: los pobres se defienden de su propia pobreza, de la humillación de ser pobres, denigrando a los más pobres que ellos: "El alma de los pobres"
http://elpais.com/elpais/2013/12/24/opinion/1387893583_816714.html.
Tal vez este último artículo explique la pasividad ante el expolio de los pobres y la clase medi (los ricos ganan más, los demás menos - ver datos ayer) y nos proporcione una explicación cuando Rajoy vuelva a ganar las elecciones.

Interesante. ¿Las personas egoistas tienen mas posibilidades de hacerse ricas o es que al hacerse ricas se vuelven egoistas? ¿que pensamos cuando miramos a los mendigos en la calle?
Una vez lei que una de las causas de la caida del Imperio Romano fue que habia generales mas ricos que el Cesar. Sera que un dia diran que que todo cayo porque habia bancos mas fuertes que los gobiernos?

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Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

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