José Ignacio Torreblanca

Cómo lograr que Juncker no presida la Comisión Europea

Por: | 09 de junio de 2014

JunckerEn mi columna del viernes pasado en la edición impresa de este diario (“Cameron en el córner”) daba cuenta de los intentos del Primer Ministro Británico, David Cameron, de bloquear la designación por parte del Consejo Europeo del luxemburgués Jean-Claude Juncker como próximo Presidente de la Comisión Europea.

Cameron parece no haber aprendido nada: en diciembre de 2011 amenazó con bloquear el llamado “Tratado Fiscal” que los miembros de la UE estaban negociando esos momentos si el Reino Unido no obtenía una serie de concesiones. ¿Resultado? Los demás miembros decidieron ignorarle y seguir adelante, firmando el Tratado por fuera de las instituciones europeas, es decir, como un acuerdo intergubernamental, con lo que evitaron cualquier posibilidad de veto británico. 

Ahora, vuelve a cometer el mismo error: intentar bloquear el nombramiento de Juncker, y hacerlo a gritos (es decir, en público) cuando no tiene capacidad de veto (la propuesta sólo requiere mayoría cualificada en el Consejo, no unanimidad). Un error que se añade a otro: el de abandonar el Grupo Popular Europeo para formar su propio grupo, lo que ha reducido notablemente su poder de negociación. Como nos cuenta la prensa británica, pese a varias reuniones entre Cameron y Merkel, esta no da su brazo a torcer, pues hace tiempo que se comprometió públicamente a apoyar a Juncker si este lograba ser el candidato más votado en las elecciones europeas.

Insinúa Cameron que el nombramiento de Juncker, un federalista odiado por los Tories británicos sería la espoleta que detonaría la salida del Reino Unido de la UE. ¿Se trata de un farol? Eso es no es lo relevante: si la amenaza es seria, y resulta posible que el Reino Unido abandonara la UE con este motivo como detonante, entonces es que la presencia del Reino Unido en la UE está más que agotada. Si no es esto será otra cosa, dirán los demás líderes, y se preguntarán: ¿por qué vivir siempre bajo la amenaza de un nuevo chantaje? ¿Cuál será la próxima petición descabellada de Cameron?

Porque doblegarse ante la amenaza de Cameron supondría “suicidar” al Parlamento Europeo, que se ha jugado lo que queda de su reputación a que el candidato más votado en las elecciones sería el próximo Presidente de la Comisión. ¿Se imaginan que Merkel aceptara humillar al Parlamento Europeo para satisfacer  a los euroescépticos británicos? Sería el acabose.

Aunque no simpatizo mucho con Cameron, sí que me atrevería a darle un consejo. Si quiere hundir a Juncker, es muy sencillo, sólo tiene que votar por su designación en el Consejo Europeo y, posteriormente en el Parlamento, incluso podría intentar que lo hicieran también el resto de miembros de su grupo euroescéptico conservador (polacos y checos). Podría sembrar el rumor de que ha logrado algunas promesas inconfesables en cuanto a la limitación de la libre circulación de personas, un tema que obsesiona a los británicos, también en lo relativo a la protección del sector financiero británico, algo que obsesiona al resto de Europa.

¿Se imaginan la reacción de los socialistas europeos? Los socialistas de Schulz  están deseando pactar con Juncker y repartirse el poder. Esa ya es una estrategia suicida políticamente: después de haber planteado la campaña electoral europea sobre la crítica a las política de austeridad, apoyar a Juncker, presidente del Eurogrupo en los momentos claves de la crisis del euro, sería muy dañino para ellos. Pero si encima Juncker tuviera el apoyo de Cameron, los socialistas difícilmente podrían votarlo, lo que obligaría a Juncker  retirar su candidatura, lo que obligaría a Consejo y Parlamento a buscar otro candidato.

Pueden ocurrir muchas cosas en torno al nombramiento del Presidente de la Comisión, pero la peor de ellas es que el asunto se resuelva entre bambalinas y de espaldas al público. Juncker debería ser designado, e ir al Parlamento Europeo y someterse a una votación, aunque fuera a sabiendas de que la iba a perder. Y a continuación, Schulz debería hacer lo mismo: presentarse, aunque fuera para perder. Para ellos no sería agradable, pero para el Parlamento y para la ciudadanía europea sería magnífico ver que, ¡por fin!, hay política y se hace política en Europa. Ese proceso se haría a la vista, y los candidatos, estos o lo que vinieran después, tendrían que dejar claro con quién iban a contar y a cambio de qué.

Lo que no se puede hacer es decir que ha llegado la hora de la democracia en Europa y volver a los viejos usos de siempre. Porque si todo este proceso electoral desemboca en una elección consensuada de Juncker con el apoyo de los socialistas, sería un desastre. ¿Se imaginan a los socialistas españoles votando por Juncker, el candidato de Merkel? Dudo que nunca ningún votante socialista volviera a votar en unas elecciones europeas.

 

 

 

 

Hay 6 Comentarios

Ya le debemos a otro Primer Ministro británico, Blair, haber tenido que aguantar al borroso Barroso dos legislaturas porque se negó al nombramiento de Verhofstadt, y antes que él, John Major ya se había opuesto al nombramiento de Dehaene, con la grave consecuencia de que tuvimos aguantar la corrupta Comisión Santer. No soy fan de Juncker, pero yo creo que ya hemos tenido suficientes de presidentes de la Comisión con muy muy poquito prestigio internacional solo porque nos los imponen los británicos. Ya están hablando de ir a buscar un exprimer ministro finlandés o lituano, y luego protestan de que los votantes no conocen a Juncker. Hasta ahora se han salido con la suya imponiendo personajes muy grises, añado a los citados a Lady Ashton y a Van Rompuy. No se si Juncker lo va a hacer mejor, pero creo que ya está bien de dejar a Londres mangonear todos los nombramientos.

¿Democracia en Europa sin un demos que ni está ni se le espera? Señor Torreblanca, democracia es que la soberanía esté en los ciudadano, no en los lobbies. Considere otra vez el trilema de Rodrik y si la pérdida de la soberanía nacional, con un gobierno multinacional o mundial no será una forma de despotismo absoluto de las élites, sin la más leve consideración con los ciudadanos concretos en lugares concretos (para superar la consideración abstracta de espacio y acordarse de que en el mundo solo existen lugares concretos, se recomienda Escobar: El lugar de la naturaleza o la naturaleza del lugar. ¿Globalización o postdesarrollo? bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/escobar.rtf
) o sea, que la globalización atenta contra los ciudadanos y la democracia sí o si.

Si en el Parlamento Europeo se pacta una salida de compromiso, sería perfectamente democrático, a cambio de un programa consensuado con las mayorías, que quien fuese apoyado por el PE para la presidencia de la Comisión fuese Guy Verhofstadt. En este caso el PE mostraría que puede ser independiente de los estira y afloja nacionales y elegir a uno de los candidatos en toda transparencia. Es posible que esta solución ofreciese una salida airosa tanto a Cameron como a Merkel. Y así se evitaría el gran error de elegir a alguien no votado en las elecciones europeas. Pero me temo que las grandes familias políticas no estarán dispuestas a una solución tan poco partidista como esta. La magnanimidad en política es rara avis. Creo que Verhofstadt está bien preparado para la misión y no es uno de esos que hablan con lengua de madera como Barroso.

De Juncker no se puede esperar mucho. Es un representante de las ampliaciones a destiempo (tanto del euro como de la UE). Y no es solo Cámeron, son todos los partidos británicos, incluyendo a unos laboristas que lo han dicho muy claro y que son el único partidos socialdemócrata de un país grande que ha ganado en las elecciones al parlamento europeo. Pero vamos, si queremos que UK salga de la UE solo para contentar a un luxemburgués y a Schulze, pues adelante. Pero los británicos no van de farol. Con UKiP por medio y un referendum, no van a echarse atrás y despúes, si se van a poco que no les vaya mal, irán los franceses y quien sabe que otros países.

UK siempre tiene un pie dentro de la UE y otro fuera. No son tontos. Desgraciadamente, su juego a dos bandas ha demostrado su salvaguardia: ante un colapso europeo, siguen teniendo herramientas para arreglárselas solitos, como algunos países nórdicos.
En otras palabras, han sido prudentes (y ¿porqué no decirlo...? Taimados también) y desconfiados. Europa ha de reconocer que todavía existen los juegos de poder nacionales dentro de ella, y éstos no se caracterizan por su compasión o justicia.

Have a good day, ladies and gentlemen.

Alguien debería explicarles a los socialistas que su desaparición es mala para la democracia. Un pacto allí y/o aquí llevaría todos sus votos fuera sel sistema (podemos y similares) dejando a la ciudadanía la opción del miedo a lo desconocido: Rajoy, Merkel y Junker para siempre. ¿Cómo desaparece una socialdemocracia?. Pactando lo impactable para conservar alguna poltrona: ver grecia, israel, país vasco, cataluña: todo está en los libros y las hemerotecas.

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Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

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