José Ignacio Torreblanca

70 años no son nada

Por: | 13 de junio de 2015

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En el amor, como señalaba Gardel en Volver,20 años no son nada, pero en la guerra son 70 los años que parecen un suspiro. No tienen más que ver la polémica acerca de los desfiles conmemorativos de la victoria de los aliados sobre Alemania y Japón. En el caso de Rusia, Putin no tuvo que pensárselo dos veces para utilizar el desfile del 9 de mayo en Moscú para orquestar una gran demostración de la vuelta de Rusia a la escena internacional y, a la vez, como un gran oportunidad de cohesionar a su opinión pública mediante un mensaje de orgullo patriótico frente a unos enemigos exteriores que supuestamente conspiran para mantener a Rusia con la cabeza agachada.

Ahora le toca el turno a China, que viendo el éxito logrado por Putin, ha decidido declarar fiesta nacional el 3 de septiembre (la rendición de Japón fue el día 2 de septiembre, pero China declaró Día de la Victoria el día siguiente) para así facilitar la asistencia masiva de la ciudadanía al igualmente masivo desfile militar que está preparando en Pekín. La conmemoración que planea Pekín no resultaría preocupante si no fuera porque coincide con la presión sostenida que China mantiene sobre una serie de disputadas islas, islotes y arrecifes situados en el Mar de China meridional, cuya soberanía le enfrenta con Malasia, Filipinas, Taiwan, Vietnam y Japón, y en las que los chinos están construyendo pistas de aterrizaje y desplegando equipos de defensa aérea.

Tanto en el Mar de la China meridional como en los cielos del Báltico, los incidentes y tensiones entre fuerzas armadas chinas y rusas y sus vecinos están siendo constantes. Unos dicen que no hay que caer en provocaciones que aumenten la tensión porque la historia demuestra que estos pequeños incidentes pueden descontrolarse y acabar desencadenando un conflicto armado. Otros dicen que es precisamente la inacción ante estas provocaciones las que lanzan un mensaje de debilidad que alientan a Pekín y a Moscú a seguir haciéndose con pequeños trozos de territorio. Que 70 años después tengamos que hacernos estas preguntas nos demuestra que a pesar de las sienes plateadas el tiempo no ha transcurrido como debiera

Hay 8 Comentarios

La segunda guerra mundial está muy presente en algunos países de Europa, empezando por Gran Bretaña. No hay día en el que, de alguna manera, no esté presente en los medios y en la vida de la gente.
Lo mismo pasa en Rusia, donde es difícil encontrar familias que no tengan héroes caídos en combate o familiares que sucumbieron en los bombardeos y ataques a sus ciudades y pueblos.

La China actual es una invención de Occidente. Algo tendrán que decir los economistas que, parapetados tras la escuela de Chicago, desataron hace 40 años una cacería del coste más bajo, cuyo trofeo fue la deslocalización sistemática de la manufactura occidental y su traslado masivo a las ciudades chinas, infladas por recién llegados de los vastos campos de ese país. El enriquecimiento chino y su empoderamiento en el plano internacional no tienen otra explicación.
Rusia, por su parte, siempre ha sido la nación en la cual la democracia se ha resistido a florecer. Putin es un sobreviviente del antiguo Kremlin, ligeramente descafeinado, pero con un amor por el absolutismo muy difícil de ocultar.
Que los líderes chinos y rusos hayan encontrado sincronías, como lo anota el señor Torreblanca, es algo que se veía venir.

Contenemos a China al lado de su casa… mientras contenemos a Rusia al lado de la suya… En cambio el IS y el caos se extienden por doquier.
¿Será bueno para los negocios?

En algún libro de historia de España reciente se puede leer como antes de empezar la segunda guerra mundial, en las conversaciones de alto nivel entre las jefaturas nacionales de España y Alemania.
Para ejercer el liderazgo se dieron cifras del número de divisiones disponibles para entrar en combate.
Perfectamente armadas y entrenadas, una maquinaria tremenda por tierra, mar y aire.
Un potencial que parecía imbatible a los ojos de cualquier observador, algunas de las cuales se ejercitaron en la guerra civil de España.
Y pasados unos cuatro años, después de millones de muertos en todos los continentes, de toda aquella enorme parafernalia militar quedaron solo escombros.
Dolor y desastre.
Siendo un ejemplo de la inoperancia política que cegada por la prepotencia no pudo calcular el desastre que supuso para muchas naciones.
Siguiendo el mundo girando, a pesar de los desastres.

Mas de 2000 años despues los humanos no hemos aprendido nada y seguimos haciendo verdad el adagio latino: Si vis pacem para bellum. Se siguen fabricando armas y no precisamente para guardarlas y los defiles de Moscu y Pekin no son solo manifestacion de fuerza son una clara advertencia aqui estamos y estas armas tenemos no se metan con nosotros y supongo que EEUU tiene tantas o mas armas que Rusia y China por eso el adagio sigue siempdo actual y la historia nos ha demostrado que no se busca la paz sino la guerra y esta vez si podria ser la definitiva con el arsenal de armas atomicas almacenadas se puede deztruir el mundo varias veces y mientras aumenta el hambre en el mundo, algun dia los hombres pagaremos este desvario armamentista
Jose luis Espargebra Meco desde Buenos Aires

Aunque no se cumple siempre, me gusta el principio de: “Mira lejos y podrás entender lo que ocurre cerca”


El desarrollo económico, el incremento de la prosperidad, y sobre todo la disuasión militar, NATO, han permitido a la UE disfrutar de décadas de paz y estabilidad, y a vez han generado una visión equivocada del mundo, de las relaciones internacionales, de los apetitos humanos y de la forma de satisfacer dichos apetitos y resolver los conflictos entre Estados.


Si en el pasado siglo hubo un belicoso expansionismo japonés, contenido todavía en la actualidad por los EEUU, entre otras cosas impulsando el desarrollo económico en ese país, da la impresión de que en la actualidad se esta produciendo un preocupante expansionismo de China. Algo totalmente ilógico, pues China no necesita territorio como le ocurre a Japón y por tanto preocupante pues ¿Con que objetivos se están expansionado China?

El imperio del CAOS intenta contener a Rusia y a China y los muy malvados…. se "rebrincan", no se están quietos…
Moscú ya sabe de que le ha servido el "buen rollizo" con Occidente durante la era Yeltsin… Destruyeron su economía y…. casi se quedan sin país… Parece que han aprendido la lección… por eso no ceden en el este de Ucrania… y por eso tampoco cederán en otros sitios… Volvemos a los viejos tiempos… volvemos a la geopolítica.
China y Rusia defienden sus intereses… como hacen los demás. Pragmatismo puro y duro… se acabaron los tiempos del "idealismo" comunista… de la lucha ideológica para reemplazar al capitalismo… Ahora TODOS están en otra cosa… más parecida a lo que había antes de la primera guerra mundial… La batalla por los mercados…
Por eso se están negociando tratados de libre comercio intercontinentales….etc, etc, etc.

Lo preocupante no es que China esté construyendo bases militares en el MAR DE CHINA MERIDIONAL (el nombre lo dice todo).


Lo preocupante en ese caso es que TODOS los países de la región estén envueltos en una carrera armamentista. Filipinas también posee bases militares, al igual que Vietnam, y nadie pone el grito en el cielo por eso. Sin embargo, más alllá de las bases militares de cada país, lo preocupante es que EEUU, la UE y Torreblanca se abandericen abiertamente por una de las partes en el litigio a expensas de la otra, impidiendo así cualquier solución diplomática al conflicto.


En todo caso, no debiera preocuparle la alianza militar China-Rusia que cada día es más fuerte, a pesar de los atávicos recelos del ejército ruso hacia su poderoso vecino. La verdad, Rusia nunca ha sido muy amiga de China, pero las sanciones "occidentales" (una palabra errónea porque todo mi continente, AL, es tan occidental como EEUU y no las apoya) han obligado a reorinetar las prioridades estratégicas de Rusia. Esa es una alianza contra natura, pero forzada por las circunstancias. Rusia gana apoyo diplomático y económico, y China gana proyección estratégica hacia Europa, acceso a hidrocarburos baratos y teconología militar de última generación. A los rusos no les gustan nada esas dos últimas cosas, pero no les queda otra opción.

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Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

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