En 1965 la recaudación fiscal media de los Estados de la OCDE se situaba en el 24,5% del PIB. El más voraz, Francia, se hacía con un tercio del PIB (el 33,5%) mientras que la España franquista se quedaba en un 14,3%. Con esos ingresos, los países más avanzados financiaban una educación universal hasta los 14 años, una medicina muy básica y pensiones para una población cuya esperanza de vida se situaba en los 70 años.
Hoy, la democracia sale carísima. La ciudadanía no solo reclama igualdad de derechos sino, con razón, de oportunidades. Queremos servicios públicos, educación de calidad desde la cuna hasta la universidad, una sanidad universal y puntera tecnológicamente, seguros de desempleo y apoyo a las familias y ciudadanos más vulnerables y dependientes. Todo ello con una natalidad raquítica, muchos mayores y una esperanza de vida que se ha elevado hasta los 82 años.
Uno de los problemas fundamentales de nuestras democracias es que las necesidades de gasto público van en una dirección contraria a las posibilidades que abre la globalización financiera. Para financiar los Estados de bienestar que queremos necesitamos presiones fiscales de en torno al 40% del PIB. Pero sabemos que por encima del 20% de impuestos, las empresas y los más ricos comienzan a poner pies en polvorosa hacia países con tipos más bajos, hacer ingeniería fiscal o, directamente, pasarse al lado oscuro. Mientras unos se largan a un paraíso fiscal, las clases medias quedan atrapadas en infiernos fiscales, las desigualdades aumentan y la democracia se deslegitima.
Publicado en la edición impresa del Diario ELPAIS el miércoles 13 de abril de 2016
Hay 2 Comentarios
No se si he entendido bien su articulo de hoy:Infiernos fiscales para quienes no pueden irse a los paraisos fiscales. mi comentarios es. paraisos fiscales para quienes no necesitan irse de los infiernos porque tienen taanto que por mucha que sea la preseion fiscal en sus paises no por ello dejaran de ser ricos y desde luego puede mejorar la situacion de sus paies y entre las mejoras esta la baja en la presion fiscal
El estado de bienestar lo debemos mantener entre todos sin privilegios para nadie ni para los que menos tienen y menos todavia para los que mas tienen
Jose Luis Espargebra Meco un español desde Buenos Aires
Publicado por: Jose Luis Espargebra Meco | 15/04/2016 23:06:39
Fijar tanto la atención en que hay muchos mayores como causa de un problema, además de ser injusto, no creo que sea positivo. Los nazis se fijaron en los judíos y ello no resolvió sus problemas sino que los agravo. Pensar que si mañana murieran todas las personas que cobran una pensión en España ello iba solucionar los problemas de la economía española es un completo absurdo, una total irracionalidad. El principal problema de las economías capitalistas de nuestra época es que hay falta de actividad economía, entre otras cosas porque están descapitalizadas. Los mayores contribuyen moviendo su dinero también a revitalizar la actividad económica. Si mañana, Dios no lo quiera, la masa de pensionistas españoles muriera, el impacto económico sería muy negativo, se destruiría empleo, mucha gente iría al paro, sus puestos de trabajo no se repondrían a corto plazo, y seguramente muchos comenzarían a pasar hambre.
Nunca ha habido tanta riqueza como ahora en los países desarrollados, a los que Vd. hace mención, por tanto no es un problema de dinero sino de gestión, de la necesidad de otra forma de priorizar el gasto público. Dicen que no hay dinero para el Estado de Bienestar, pero los mismos que lo dicen a la vez dicen que sí hay dinero para acoger a millones de inmigrantes, por ejemplo los refugiados sirios, en su gran mayoría demandantes de ayudas sociales. Dicen que no hay dinero para el Estado de Bienestar pero los mismos que lo dicen son partidarios de aumentar el gasto en ayuda al desarrollo. Muchos de los problemas de los países desarrollados son hoy causados por el incremento de su población inmigrante. Hay que adoptar medidas para fomentar el desarrollo en los países de origen de la inmigración, cito dos que creo convenientes, y fáciles de llevar a cabo: Una, provocar adecuados cambios en las estructuras de poder. Dos, expropiar en países occidentales las enormes fortunas de familias de países de origen de la inmigración y utilizar dicho dinero para realizar proyectos de ayuda al desarrollo en sus respectivos países.
En cuanto a la presión fiscal, hay que controlar de alguna forma los flujos monetarios, para evitar lo que está ocurriendo ahora que la gran mayoría de los Estados de la UE, que están descapitalizados. Y además hay que subir los impuestos indirectos: el IVA, gravar las importaciones, subir los impuestos a productos de lujo, subir los impuestos a actividades relacionadas con el ocio, etc.
Publicado por: ECO | 14/04/2016 21:01:41