José Ignacio Torreblanca

El amigo americano

Por: | 06 de mayo de 2016

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El amigo americano está un poco cansado de los europeos. Una vez fue colonia de ellos, y aunque fue hace mucho y ahora mantiene una relación muy especial con su antiguo ocupante, la verdad es que su recuerdo de aquello está tan teñido de orgullo como filtrado por el recuerdo de lo costoso que fue emanciparse de una metrópoli bastante atroz.

Tras su independencia, el amigo americano decidió aislarse, porque todo lo que representaba la vieja Europa (luchas dinásticas entre autocracias, persecuciones y falta de libertad religiosa y económica) le repugnaba profundamente. Pero aunque EE UU quiso dejar en paz a Europa, Europa no dejó en paz a EE UU. Por dos veces durante la primera mitad del siglo pasado, miles de jóvenes americanos tuvieron que morir en suelo europeo para defender a los europeos de sí mismos. “¿Qué piensa de la civilización occidental?”, preguntaron a Gandhi. Y con ironía (se non è vero, è ben trovato) respondió: “Sería una buena idea”. Civilización lo que se dice civilización, no hemos visto mucha, debieron pensar también aquellos jóvenes americanos a los que gaseaban en las trincheras de Ypres o ametrallaban al caer sobre Normandía. Y para que estos europeos no se la jugaran por tercera vez, EE UU dejó 250.000 soldados estacionados en Europa durante medio siglo y se comprometió a fondo con la seguridad, prosperidad y libertad del continente.

El amigo americano pensaba que los europeos ya eran mayorcitos para resolverse sus problemas. Y que quizá podría dejar de sacarles las castañas del fuego. Pero nada, por más que Europa esté rodeada de un anillo de fuego, tensiones geopolíticas y amenazas terroristas que se extienden desde el Ártico hasta el Mediterráneo Occidental, los europeos siguen sin enterarse. Tan chocha está la vieja Europa que hasta la potencia colonial madre ha decidido organizar un bonito referéndum para ver si vuelve al “espléndido aislacionismo” y se desentiende del continente. Y en la gloriosa y liberada Francia, que regaló la Estatua de la Libertad a los americanos, también hay quien quiere echar el cerrojo. Y todavía hay quien se sorprende porque Trump quiera hacer lo mismo: antes de salirse usted, me largo yo, ¿no?

Publicado en la edición impresa del Diario ELPAIS el miércoles 4 de mayo de 2017

Hay 3 Comentarios

Ahora, que vivimos en un mundo global, los problemas graves, son cosa de todos.A Europa le hace falta unirse como una Federación de Estados y actuar como una sola ante los problemas, pero sobre todo a evitarlos.
Suena a utopia, pero tenemos que hacerlo, o volveremos a las trincheras, y a vida entre aristócratas y vasallos, sin olvidar a religión, que en este momento esta en disputa por ver quien dominará este siglo.

El amigo americano no es un altruista sino un oportunista que lucha por sus intereses. La segunda guerra mundial le brindó una oportunidad de oro que supo aprovechar para hacerse con la hegemonía mundial hasta nuestros días, donde parece dar síntomas graves de agotamiento.


En el nuevo mundo, la emancipación de las colonias británicas de la madre patria, no tuvo el mismo efecto para todos. La rimbombante declaración de independencia norteamericana es tan cínica como las palabras del padre del liberalismo moderno John Locke, sobre la esclavitud. Mientras en su obra “Dos Tratados Sobre el Gobierno Civil”, de 1690, decía que la esclavitud es un estado vil y miserable opuesto a nuestra nación, este gentelman era también accionista de la Compañía Real Africana y autor de la Constitución Fundamental de Carolina, cuyo texto dice: “Todo hombre libre de Carolina tendrá poder y autoridad absoluta sobre sus esclavos negros” La esclavitud fue uno de los pilares fundamentales para la acumulación de riqueza en la primera mitad del SXIX, en los libres estados unidos de norteamérica.


En la segunda guerra mundial los beneficios logrados por el "amiguete americano" fueron extraordinarios, con un balance muy positivo para ellos. Mientras Europa entera se desangraba, "ojalá se maten entre ellos, entre más mejor" decía el senador Harry Truman al New York Times, nuestro amigo americano esperaba el momento oportuno de intervenir, aquel que le diese el mayor interés con mínimo riesgo. A pesar de los intentos de apropiación de la historia, con algo mas de 250.000 muertos (solo en Rusia murieron 20 millones de personas), los EEUU se hicieron con el control militar y económico de Europa. Una oportunidad que pocas veces ocurre en la historia. De manera que al final de la guerra, acumularon el 50% de la riqueza mundial. Cualquier despistado podría decir que es algo que ellos lo merecían. Si hay alguna razón por la cual el 5% de la población mundial merezca el 50% de su riqueza, esta debe ser de naturaleza divina y solo a Dios podemos preguntar por ello.


Esta pérdida de poder de EEUU en el mundo es engañosa. Si los niveles de su riqueza han descendido a la mitad en comparación con el fin de la segunda guerra mundial, siguen manteniendo una hegemonía absoluta que además intenta expandirse a Europa Occidental y Asia, dejando que actores interpuestos vigilen el granero energético mundial de Oriente Próximo. El caos y la destrucción impuestos en la media luna fértil, es suficiente para impedir el desarrollo de cualquier competidor.


En Europa la izquierda, secularmente depositaria de la ira del pueblo, acumula activos para que como siempre ocurrió los Berlusconis, Trumps y otros salvapatrias la gestionen a su antojo.

Ser español implica tener percepciones originales del mundo aquél que se mira por el catalejo y nunca se ha catado.


Evidentemente una visión simplificada y una lectura del mundo, mirando desde lo alto de los Pirineos, oteando con pereza e inteligencia lo que no corre por las venas culturales del autor, es una tarea harto dificil.


Cuando no se ha participado del sentimiento, de las consecuencias, de las implicaciones y de las herencias de lo que supusieron las tres guerras que marcaron la Europa contemporánea (1870, 1ra y 2a guerra mundial), lanzarse a un análisis procaz, desde un estrato superior del pensamiento, es quizás un poco aventurado.


Gracias a la de 1870 (Prusia contra Francia), surgió la unificación alemana. Ese país (Alemania) que solo existe desde finales del XIX, como Italia.
Alsacia, Lorena y los yacimientos preciados de unos y otros.
Historias de personas (los "malgré nous", por ejemplo), de principios y de politica...


Y luego si el caballero blanco (expresion certera, por búrsatil) es América, entonces el cuento es para niños y colorin, colorado, este cuento se ha acabado...


Si no hubieramos sido conformados por las películas de John Wayne, James Stewart, James Cagney, Audrey Hepburn, Marylin Monroe, Mae West...
Por la musica de Jazz, del pop, del rock, del blues, etc... de las industrias americana y britånica...
Si no hubieramos sido colonizados por el automovil, los electrodomésticos, la TV...


Y si tuvieramos memoria y recordaramos como y cuando entraron los EE.UU en las 2 guerras mundiales...
Entonces España no sería España y recordaria que esta fuera de onda desde que España dejo de importar el oro sudamericano, franceses y británicos dejaron de robárselo y nos ahogamos en... la nada.


Recordaría que es un estado fallido desde que Napoleon dejó España, los afrancesados y los liberales, huerfanos de Europa...


Si bien, debemos ser agradecidos a los EE.UU y todos los norteamericanos (Canada, también estaba) que dieron su vida por la Europa libre, nuestro criterio y libre albedrío no debe dejarnos fuera de un estructura de pensamiento justa y alejada de simplismos.


Los españoles no contamos en esa partida tampoco (es bueno recordarlo) porque a los españoles nos dejaron fuera del concierto internacional, de nuevo, esperando a Mr Marshall y comprando los restos de la flota americana.


Reforzaron a Franco, a cambio de unas bases militares y una libertad de acción que ningun pais occidental les daba...


La memoria sirve también para recordar que la República española se quedo huerfana de ayudas de sus teóricos aliados (EE.UU, aunque no lo fuera, no movio una ceja por nosotros) y que la segunda guerra mundial empezó aqui (en España) donde todos probaron tácticas, estratégias y material bélico, olvidando a los españoles que no les importaban un rábano a los dirigentes americanos, británicos ni franceses.


Es todo bastante más complejo que la historia del generoso Caballero Americano, montado en el caballo Libertad para liberar a los pueblos...


Y como dice Lluis Basset para peresentar su blog en este diario: "La inteligencia, según frase famosa, consiste en hacer a la vez dos cosas contradictorias sin enloquecer".

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Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

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