José Ignacio Torreblanca

Pensamiento mágico

Por: | 03 de mayo de 2016

Captura de pantalla 2016-05-03 00.03.15Para evitar la repetición de un bloqueo como el que nos ha llevado a la repetición de las elecciones, se podrían cambiar varias cosas. Una primera opción sería cambiar de líderes. Líderes diferentes, podríamos pensar, podrían llegar a acuerdos diferentes. Sin Rajoy, el PP puede llegar al centro más fácilmente. Sin Sánchez, el PSOE podría pactar con el PP. Sin Iglesias, Podemos podría abstenerse para desalojar a Rajoy. Y sin Rivera, Ciudadanos podría sumarse a un gobierno de centro-derecha o abstenerse ante Podemos. Pero todos repetirán, así que nada que hacer por ahí.

La segunda opción sería cambiar los programas electorales. El PP podría aceptar corregir sus políticas más polémicas (reforma laboral, educación, seguridad ciudadana), PSOE y Ciudadanos podrían aceptar una consulta no vinculante en Cataluña y Podemos podría aceptar el principio de equilibrio en las cuentas públicas. Pero tampoco vislumbramos nada por ahí.

La tercera opción sería cambiar las reglas del juego. Sólo con prohibir la disolución de las Cortes hasta pasados dos años de las elecciones y, mientras tanto, en ausencia de acuerdo, dar el Gobierno a la lista más votada, se reventaría la dinámica en la que los partidos se han instalado. Por no hablar de un cambio en el sistema electoral que diera un premio de escaños a la lista más votada.

La cuarta opción sería cambiar a los votantes: convencerles de que tienen que variar radicalmente la orientación de su voto para proceder a una redistribución completa del mapa electoral. Cosa que tampoco parece que sea el caso (si quiera porque eso es lo que ya hicieron en diciembre).

Llamamos pensamiento mágico, en contraposición al racional, a toda forma de aproximarse a la realidad basada en la superstición, la mitología o las creencias irracionales. Hablarle a un tótem para que nos conecte con los antepasados o pensar que las plegarias sirven para provocar la lluvia son formas comunes de pensamiento mágico. Pero también es pensamiento mágico pensar que uno puede ir a unas elecciones anticipadas sin cambiar ninguno de los elementos de la oferta electoral y pensar que va a producirse un resultado diferente.

Publicado en la edición impresa del Diario ELPAIS el 30 de abril de 2016

Hay 3 Comentarios

-. Que debería de haberse ya regulado, por ley, y de forma urgente además, y previamente acordado ya entre todos los diferentes partidos, por ejemplo.

( – Y no se ha que siguen esperando, también, dado lo actualmente ya sucedido : - ) :

Que en el supuesto de tenerse que convocar de nuevo, nuevas elecciones generales, tras no formarse gobierno, y tras convocarse las correspondientes votaciones para formar gobierno, y no conseguir la mayoría absoluta o la mayoría simple necesaria, para formar gobierno, del congreso de los diputados, el candidato a presidir el gobierno sometido a su misma votación, primero a mayoría absoluta y luego a mayoría simple:


A) Se convocaran de nuevo elecciones, solo con los dos partidos más votados, en todas y en cada una de las diferentes circunscripciones electorales. Como en Francia.


B) Se convocaran elecciones, con todos los partidos de nuevo, y en todas y en cada una de las diferentes circunscripciones electorales. Dándosele solo ganador al partido más votado, Como en Inglaterra o en EEUU


C) Se convocaran elecciones, con todos los partidos de nuevo, y en todas y en cada una de las diferentes circunscripciones electorales. Dándole un plus de un 20 % más de número de Diputados al partido ganador. Como en Grecia, etc….

Perdone mi atrevimiento don Jose Ignacio por proponer una quinta posibilidad. Si a los quince dias no se ha llegado a un acuerdo de gobierno, elecciones de nuevo solo entre las dos listas mas votadas, la segunda vuelta , el balotaje que tienen los franceses si asi fuera haria tres meses que tendraimos gobierno elegido por voto popular y no por componendas entre dirigentes, tu me daas yo te doy que en esta ocasion ni si quiera ha servido
Jose Luis Espargebra Meco un español desde Buenos Aires

Los grandes partidos políticos españoles están muy débiles, falta de liderazgo, enfrentamientos internos, escisiones pequeñas pero con capacidad de restar votos, los numerosos casos de corrupción, la crisis económica ha puesto al descubierto el enorme distanciamiento de lo que son las estructuras de los partidos políticos y su electorado, desafección política, etc. Y los nuevos, sin entrar a analizar su ideología y sus propuestas, carecen de estructurara suficiente para gobernar España, han logrado crecer en votos pero les cuesta mucho crecer en dirigentes y militantes. Podemos sigue teniendo las misma gente con la que comenzó. Ciudadanos ha crecido, principalmente, recogiendo gente de otros partidos, pero ha sumado muy poca gente nueva a la política.


“Las debilidades del enemigo ofrecen oportunidades y sus fortalezas suponen amenazas”. Parece ser que es una lección que han aprendido bien los partidos políticos españoles, y por tanto todos quieren sacar provecho de las debilidades del otro. El problema suele surgir cuando interpretas mal una debilidad, o te confundes de oportunidad, que parece ser que es lo que está ocurriendo en el mapa político español. Todos los partidos esperan que sea el otro él que acabe cediendo. Y piden una segunda ronda, al fin y al cabo que más les da, les saldrá gratis, la pagara el conjunto de la sociedad, o alguno con alguna empresa Offshore, o lo que es lo mismo, al margen de la ley.

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Sobre el autor

es Profesor de Ciencia Política en la UNED, director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations y columnista de EL PAIS desde junio de 2008. Su último libro “Asaltar los cielos: Podemos o la política después de la crisis” (Debate) se publico en abril de 2015. Ha publicado también "¿Quién Gobierna en Europa?" (Catarata, 2014) y "La fragmentación del poder europeo" (Madrid / Icaria-Política Exterior, 2011). En 2014 fue galardonado con el Premio Salvador de Madariaga de periodismo.

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